Autor del comentario
María Cecilia Luna
Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina
Me parece adecuada y atinente al tema tratado la introducción de
Reflexiones bioéticas sobre el consumo de medicamentos de venta libre en la Argentina (Salud i Ciencia 21(2):197-9, May 2015), que hace referencia a la manera que tiene el hombre de relacionarse, desde tiempos remotos, con los medicamentos que considera que van a mejorar su salud.
Luego la autora menciona la clasificación de medicamentos en aquellos de “venta libre” y los de “venta bajo receta” y señala los actores que en cada caso participan, haciendo referencia, además, a nuestra legislación en la materia, al indicar no sólo el lugar en donde se deben adquirir los medicamentos, sino también las disposiciones de la ANMAT sobre las características que deben poseer los medicamentos de
“venta libre”.
Siguiendo con su línea de pensamiento, el artículo da cuenta también de la educación como fuerza que hace desarrollar la idea de promoción de la salud, a fin de lograr una comunidad informada y educada en hábitos saludables, que les permiten cuidar a todos sus integrantes.
La autora luego explora los conceptos de “automedicación responsable” y “autoprescripción”. En el primer caso, nos habla de la responsabilidad que deben tener las personas en el sentido de estar informadas acerca de los medicamentos que consideran necesarios para aliviar algún problema de salud y de conocer sus indicaciones, así como sus efectos adversos.
Se refiere a la autoprescripción como siempre irresponsable, ya que esta implica ejercer un derecho que le corresponde al médico, e implica además una transgresión de las disposiciones de las autoridades sanitarias en la materia.
El artículo aporta como dato llamativo la proporción de la población argentina que se automedica (la tercera parte) con medicamentos de venta libre o de venta bajo receta, y nos habla de la falta de acatamiento a todo tipo de legislación y disposición dispuesta por las autoridades, lo que hace pensar que podrían estar produciéndose gran cantidad de patologías derivadas de esta falta de control en el uso de los medicamentos, con consecuencias graves para la salud de la población.
En este contexto, los actores implicados tales como los médicos y los propios farmacéuticos se ven imposibilitados de ejercer su rol como corresponde, lo que hace que se sientan desvalorizados por la sociedad. La salud, asimismo, pasa a verse como un bien con fines de lucro, lo cual atenta contra el verdadero fin de esas profesiones, que es la salud de los ciudadanos.
Finalmente el artículo se refiere al ejercicio de una bioética responsable, al afirmar que la autonomía se ejerce siempre y cuando la población se encuentre muy bien informada, que entienda la información que se le brinda y, sobre todo, que no exista coacción alguna para el uso de medicamentos. La autora se pregunta si en realidad la información que se le brinda al ciudadano es la necesaria y correcta para que aquel pueda hacer uso de su autonomía.
Sus palabras finales con respecto al modelo de salud que queremos para nuestra población nos hace reflexionar sobre la necesidad de asumir cada uno (tanto profesionales de la salud como la comunidad toda) el rol que le corresponde, para lograr que todos trabajemos para el bien común, en este caso, la salud de todos los argentinos.
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