Autor del informe
Sebastián Simonetti(1) Miguel González(2) Horacio Alexander Guarin(3)
(1) Clínica de la Obra Social Yacimientos Carboníferos (OSYC), Río Turbio, Argentina
(2) Clínica de la Obra Social Yacimientos Carboníferos (OSYC), Río Turbio, Argentina
(3) Clínica de la Obra Social Yacimientos Carboníferos (OSYC), Río Turbio, Argentina
El resumen objetivo
Carga de Miopía Causada por la COVID-19 entre Niños de 6 a 8 Años aborda cómo la exposición a pantallas y medios electrónicos causada durante la etapa de confinamiento por COVID-19, afectó considerablemente la visión en niños en edad escolar en todo el mundo. No solamente aumentando la progresión de miopía, sino también, desencadenando forias y estrabismos latentes.
En Argentina, la forma más precisa de medir el estado refractivo en edad escolar es con una adecuada y minuciosa cicloplejia, siendo el ciclopentolato el fármaco más usado para tal fin.
En nuestra experiencia, además de la carga genética, los factores ambientales juegan un rol fundamental en el desarrollo de miopía. La edad en la cual existe mayor plasticidad sensorial es entre los 7
y 8 años. La exposición a pantallas además de afectar la visión de niños en edad preescolar, también aumentó la miopía en niños más grandes (10 y 13 años). Tanto en las edades de 5 a 8 años y 10 a 13 años, la miopía no mostró mayor progresión a lo habitual luego de finalizada la etapa de confinamiento pospandemia.
Este aumento ocurre sin dudas por la exposición, y cantidad de horas diarias permitidas, ante los dispositivos electrónicos, uno de los factores ambientales más importantes que contribuyen a la rápida progresión de miopía en esta etapa crítica de plasticidad sensorial.
La vida al aire libre, reducir las horas diarias ante pantallas electrónicas, el uso de luz natural durante el estudio y luz artificial por la noche, contribuyen a disminuir la progresión de miopía a esta edad.
Los valores queratometricos y largo axil, son parámetros auxiliares indispensables actualmente para un adecuado seguimiento de la progresión junto a una buena cicloplejia.
Como conclusión, muchas veces el cambio de hábitos es el factor más importante para detener la progresión de la miopía. En casos en lo que esto no suceda, el uso de atropina 0.01%, los lentes de desenfoque periférico o ambos, es el tratamiento más utilizado actualmente para detener la progresión.
Sin dudas, el uso de pantallas es algo que llegó para quedarse, sin embargo, es responsabilidad del oftalmólogo instruir a padres y niños sobre la implicancia que esto conlleva en el estado refractivo y ofrecer todos los tratamientos modernos que estén al alcance para mejorar la calidad visual de los pacientes.
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