Autor del informe
Luis Rafael Moscote-Salazar
, Red Latino Organización Latinoamericana de Trauma y Cuidado Neurointensivo, Bogotá, Colombia
El síndrome de enclaustramiento, también conocido como síndrome de cautiverio, síndrome protuberancial central, desconexión cerebro-bulbo-espinal o
locked-in syndrome (LIS) es considerado una de las entidades neurológicas más devastadoras y, a la vez, menos estudiada en lo que respecta al espectro de los trastornos del estado de conciencia.
El retraso en el diagnóstico y en la implementación de la estrategias terapéuticas puede deberse a que tiende a confundirse fácilmente con estados comatosos o vegetativos.
El caso clínico encabezado por el Dr. Racca Velásquez:
Sindrome de Enclaustramiento: Reporte de un Caso, plantea documentar una situación clínica poco frecuente y poner en relieve la necesidad de una evaluación neurológica cuidadosa, con enfoque topográfico y funcional, en pacientes con lesiones de fosa posterior y deterioro del sensorio.
Los
autores presentan el caso de un paciente descrito que desarrolló un LIS clásico como consecuencia de una hemorragia cerebelosa con compresión de estructuras del troncoencefálico, destacándose en un escenario clínico complejo que requirió intervención neuroquirúrgica y soporte intensivo. A través del seguimiento progresivo se evidenció una paulatina mejoría neurológica, lo que refuerza el mensaje de que incluso en situaciones críticas, la recuperación funcional parcial es posible si se brinda un abordaje multidisciplinario, humanizado y sostenido en el tiempo.
Es importante mencionar que la tecnología ha comenzado a jugar un papel protagónico, la incorporación de interfaces cerebro-computadora, neuroprótesis del habla y herramientas de asistencia para la movilidad y la comunicación, están transformando el paradigma terapéutico del LIS, permitiendo no solo prolongar la vida, sino mejorar significativamente su calidad.
Por otro lado, considero relevante mencionar que este reporte tiene como objetivo recordar que, aun ante cuadros clínicamente limitantes, el diagnóstico precoz, el tratamiento oportuno y el abordaje empático del paciente y de su familia son determinantes. El tratamiento del LIS no solo exige habilidades clínicas, sino también una sensibilidad ética que será determinante durante todo el manejo de este tipo de paciente, debido a que permanecen conscientes, muchas veces sin poder manifestarse. Identificarlos y asistirlos dignamente no es solo un acto médico, sino también un imperativo humano y noble de nuestra práctica médica.
Esperamos que esta experiencia clínica compartida por los autores, sea utilizada como apoyo tanto a profesionales en formación como a médicos asistenciales, en el reconocimiento y abordaje de esta compleja pero no irrecuperable entidad neurológica.
Copyright © SIIC, 2025