Autor del informe
Giulia Cipolla
Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, Asunción, Paraguay
Los autores Raquel Leiros Rodríguez y José Luis García Soidán, en su artículo “Utilización de parques públicos para mejorar el equilibrio de las personas ancianas”, muestran una problemática común en la población de adultos mayores; es bien sabido por todos los profesionales que trabajamos en el área de la geriatría que la dependencia es un problema mayor, que no solo afecta a la persona, si no a su familia y al entorno social.
La prevención de la dependencia aún es poco considerada en mi país y me atrevería a decir que en toda América latina, sabiendo que los trastornos del equilibrio son la principal causa de caídas y las subsecuentes fracturas de cadera, que a su vez son la primera causa de discapacidad, aislamiento
y depresión en personas adultas mayores, por lo que debería de ser considerada como un problema de salud pública con un abordaje integral (médico, kinesiólogo, preparador físico, etcétera). Este articulo y sus conclusiones al final de la investigación demuestran correctamente como intervenciones sencillas, sin costo a nivel de salud pública pueden lograr cambios en varios aspectos de la vida de las personas adultas mayores, no solamente físicos, sino también el aspecto psicosocial, como bien citan los autores.
Realizar actividad física en espacios al aire libre, no solo en parques, senderismo, playas, acampadas, etcétera, ya sea una actividad guiada y estructurada o no, por supuesto que trae beneficios a las personas adultas mayores. Los parques públicos tienen la ventaja de que se encuentran próximos a la población, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las ciudades dispongan de 10 a 15 metros cuadrados de área verde por habitante, distribuidos en relación con la densidad de población; aconseja que esta relación alcance valores de entre 15 y 20 metros cuadrados de zona verde útil. Si todos los municipios cumplieran estas recomendaciones las personas adultas mayores no tendrían que realizar grandes desplazamientos para realizar algún tipo de actividad física.
En esta investigación se consideró el “equilibrio” como principal problema a tratar, pero me atrevería a decir que si los investigadores hubieran medido fuerza muscular y resistencia física, por ejemplo, también hubieran encontrado correlaciones positivas y mejorarían no solo el equilibrio sino también la sarcopenia, otro de los grandes problemas del envejecimiento.
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