Autor del informe
Gisela Gentinetta
Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina
El artículo nos aporta nueva información acerca de la relación entre la infección por el virus de hepatitis C (VHC) y sus manifestaciones extrahepáticas, como se destacan en cuanto a la glándula tiroides.
Si bien dicha relación es conocida, así como los efectos adversos que se presentan en el tratamiento con interferón, en alrededor del 6% de los casos, el cual es un beneficio en cuanto a la disminución de la carga viral, aunque puede desencadenar enfermedades tiroideas latentes. En el balance de riesgos/beneficios obviamente es primordial la mejoría en la afección de base, y al ser el hipotiroidismo un fenómeno no predecible pero sospechable se debería hacer hincapié en la vigilancia de casos a tratar, pero de ninguna manera eso cambiaría la decisión
de tratamiento correspondiente.
Existen otros fármacos relacionados con aparición de hipotiroidismo, como es el caso de la amiodarona, donde el beneficio del tratamiento de una arritmia supera los riegos del reemplazo con hormona tiroidea sintética por inicio de hipofunción tiroidea.
La presencia de autoanticuerpos tiroideos es un indicio de predisposición al hipotiroidismo, más frecuentemente, pero aun no se ha demostrado que quienes sean portadores evolucionen a la enfermedad, ni mucho menos en qué momento de la vida, ya que eso es variable e impredecible aún.
Resultan muy interesantes y alentadores los nuevos estudios sobre predisposición a padecimientos tiroideos relacionados con los cambios inmunitarios que provoca el virus a nivel celular y molecular, los cuales deberán ahondarse para encontrar en el futuro un fin preventivo.
Es de suma importancia realizar un dosaje de perfil tiroideo y de anticuerpos junto al diagnóstico de hepatitis C para prever un tratamiento necesario y controlar el surgimiento de cualquier complicación o síntomas, que en caso de ser hipertiroidismo tendría consecuencias más graves. También se debe tener en cuenta en caso de pacientes de sexo femenino con antecedentes familiares de disfunción tiroidea.
Se apuesta a un futuro con descubrimientos a nivel molecular que puedan dar intervención a la relación entre el VHC y autoinmunidad tiroidea para ser usados en la práctica diaria y brindar al paciente mayores beneficios. Por lo pronto, como médicos dedicados al control de pacientes, se debe tener en cuenta el riesgo de alteración tiroidea y realizar el seguimiento durante el tratamiento y la evolución de la enfermedad para evitar posibles complicaciones.
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