Autor del informe
Gastón Guzmán(1) Diego Mendicino(2)
(1) Ministerio de Salud de Entre Ríos, Entre Ríos, Argentina
(2) Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos
Aedes aegypti hembra
. Actualmente se encuentra en aumento a nivel mundial, principalmente en áreas urbanas de regiones tropicales y subtropicales. Clínicamente puede producir desde casos oligosintomáticos que no requieren atención médica, casos con intensa sintomatología similar a un cuadro gripal, pero sin afección respiratoria, que implican una importante carga al sistema de salud e impacto social, hasta la forma de dengue grave, que puede llevar al síndrome de
shock por dengue y la muerte. Para esta última forma grave de evolución, las infecciones secundarias por un serotipo diferente del de la primoinfección se consideran como un factor predisponente.
En las Américas, después de los extensos brotes de principios del siglo XX, logró
controlarse la población de Aedes aegypti, gracias a los esfuerzos regionales conjuntos. En 1965 la Organización Panamericana de la Salud certificó la erradicación de Aedes aegypti en la Argentina. Sin embargo, en 1985 este mosquito fue hallado reinfestando el país, lo cual disparó la alarma entre los académicos, científicos y sanitaristas, que alertaron sobre la posibilidad de reaparición de la enfermedad. La presencia del mosquito se fue extendiendo en el país hasta que en 1998 se produjo el primer brote autóctono de dengue desde su erradicación. A partir de la reintroducción del virus se produjeron brotes casi todos años en el Noroeste y Nordeste del país (Salta, Misiones, Formosa), y en 2009 se produjo un extenso brote que abarcó por lo menos 14 provincias. Desde ese año tuvo un comportamiento endemo-epidémico, con brotes que se extendieron a algunas provincias de la Región Centro: en Santa Fe se registraron unos 2000 casos en 2009; en 2011 se produjo un nuevo brote en la localidad de Romang; en 2016 hubo unos mil casos en la ciudad de Rosario, y en 2019 más de 350 casos en la ciudad de Santa Fe. En la provincia de Entre Ríos, en 2009 el brote tuvo 16 casos confirmados, mientras que el de 2016 tuvo una mayor magnitud, ya que se reportaron 273 casos confirmados, concentrándose en seis ciudades: Federación, Chajarí, Paraná, Concordia, Villa del Rosario y San Salvador.
Al aumento en la incidencia de la infección en la región se suma que los serotipos circulantes se fueron alternando entre den-1, den-2, den-3 y den-4, incluso llegaron a circular simultáneamente los cuatro en algunos brotes.
El trabajo de Tittarelli y colaboradores demuestra la realidad de los brotes de dengue en el área metropolitana de Buenos Aires, con una alta proporción de casos subclínicos de infección primaria que no requirieron atención médica. Se alerta sobre la posibilidad que tienen estos pacientes de evolucionar desfavorablemente en caso de reinfectarse, dada la heterogeneidad de los serotipos entre los brotes y la presencia del vector a lo largo del territorio argentino.
En la actualidad, el papel que desempeñan los movimientos migratorios dentro de nuestro país y desde países vecinos plantea la situación de aparición (o reaparición) de enfermedades febriles transmitidas por mosquitos, muchas de las cuales presentan un cuadro clínico similar al del dengue, en muchos casos pensadas lejos de nuestra región.
Estas situaciones remarcan la importancia de mejorar la comunicación entre los académicos y los tomadores de decisiones, para que trabajos como el presente alerten sobre la necesidad de actualizar en forma permanente los conocimientos de los profesionales de la salud sobre la situación de las endemias en la región, para la sospecha y pesquisa de casos subclínicos u oligosintomáticos, aun durante el curso de los brotes, de manera de aplicar las medidas de bloqueo de la circulación viral (uso de repelentes) sobre infectados que no llegan al sistema de salud. Además, refuerzan la importancia de las campañas de prevención basadas en la concientización y participación activa de la comunidad en la eliminación de reservorios domiciliarios de los mosquitos para evitar nuevos brotes, reafirmando así la idea de vigilancia activa.
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