Autor del informe
Carlos Aníbal Rodríguez
Docente, Organización Internacional del Trabajo, Torino, Italia
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés es la respuesta física y emocional a un daño causado por un desequilibrio entre las exigencias percibidas y los recursos y capacidades percibidos de un individuo para hacer frente a esas exigencias.
El estrés relacionado con el trabajo está determinado por la organización del trabajo, el diseño del trabajo y las relaciones laborales, y tiene lugar cuando las exigencias del trabajo no se corresponden o exceden de las capacidades, recursos o necesidades del trabajador o cuando el conocimiento y las habilidades de un trabajador o de un grupo para enfrentar dichas exigencias no coinciden con las expectativas de la cultura organizativa de una empresa (EN: Estrés en el trabajo: Un reto colectivo. Servicio de
Administración del Trabajo, Inspección del Trabajo y Seguridad y Salud en el Trabajo - LABADMIN/OSH. Ginebra: OIT, 2016. 62 p.).
Teniendo en cuenta esta definición, que comparto, parece lógico pensar que el estrés necesita prevención y tratamiento a nivel de la organización del trabajo y no terapéutica medicamentosa de aquellos que lo padecen.
Para la prevención del estrés podemos recurrir a la prevención primaria, secundaria y terciaria, según la fase del proceso en que estemos. Entendemos que la prevención primaria hace referencia a eliminar los factores de riesgo y promover un medioambiente de trabajo saludable y solidario. La prevención busca la detección y tratamiento precoces de la depresión y la ansiedad a través de la concienciación de los trabajadores y la promoción de las estrategias de control del estrés. La terciaria implica la rehabilitación y recuperación de las personas que han sufrido o sufren problemas graves de salud producidos por estrés.
A partir de estas convicciones consideramos que no es el camino utilizar fármacos sobre los trabajadores que padecen el estrés; por el contrario, la tarea está en la modificación de las condiciones y medio ambiente de trabajo.
No obstante, señalamos el buen diseño de la investigación clínica que se debe realizar y la validez de los instrumentos que se deben utilizar (particularmente el Occupational Stress Inventory Revised que entendemos se debe tomar también en la selección del sujeto).
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