Autor del comentario
Diego Costa
Hospital de Clinicas José de San Martín, Unidad coronaria, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
La crioablación es una técnica para el tratamiento de la fibrilación auricular (FA) que se encuentra en este momento en pleno auge. Es un tema no menor, al tener en cuenta que la FA es una enfermedad cuya prevalencia se correlaciona directamente con la edad, y la edad promedio de la población no hace más que aumentar en todo el mundo. Deben encontrarse las maneras más rápidas, seguras y efectivas para tratarla.
El tratamiento farmacológico de la FA mostró resultados desalentadores, pero el tratamiento invasivo con desconexión eléctrica de las cuatro venas pulmonares de la aurícula izquierda es muy efectivo. Tradicionalmente se realiza a través de la ablación por radiofrecuencia, un procedimiento delicado, que demanda mucho tiempo y presenta una curva de aprendizaje empinada.
La crioablación es un procedimiento que se ha desarrollado en las últimas décadas, que permite logar el mismo resultado con un balón que se introduce secuencialmente en cada vena pulmonar y aplica energía criogénica que produce necrosis por congelamiento.
En un artículo en The New England Journal of Medicine de 2016, el grupo de investigadores Fire and Ice presentó los resultados de su investigación con 769 pacientes. Demostraron que la crioablación es segura y no es inferior a la ablación por radiofrecuencia en cuanto a resultados. Además, se logró acortar el tiempo del procedimiento (reduciendo la necesidad de ocupación de los laboratorios de hemodinamia) y también disminuyó la dosis de radiación necesaria.
Sin embargo, al leer un trabajo tan especializado y conducido en condiciones muy controladas, puede ser difícil extrapolar sin más sus conclusiones a la práctica habitual. Sobre todo, en el caso de enfermedades muy frecuentes. De allí la relevancia del trabajo de Scazzuso y colaboradores, que pudieron reproducir las elevadas tasas de efectividad con mínimas complicaciones descriptas en la literatura médica internacional, por primera vez en Latinoamérica.
En un centro de referencia de la Argentina, mostraron que la crioablación con balones tanto de primera como de segunda generación logra una tasa de éxito inmediato del 100%, y sólo se produjo una parálisis frénica en un total de 70 pacientes. Además, lograron una duración media del procedimiento con el balón de segunda generación de 61 minutos, en comparación con los 124 minutos del estudio del grupo Fire and Ice. Podemos concluir que la efectividad y seguridad de la crioablación no sólo es reproducible, sino que todavía hay terreno por ganar.
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