El consumo de alcohol es un problema de salud pública a nivel global. En todo el mundo, 3 millones de muertes cada año son consecuencia del consumo excesivo de alcohol. En general, el 5.1 % de la carga mundial de enfermedades y lesiones es atribuible al alcohol, medido en años de vida ajustados en función de la discapacidad (DALYs).
El trastorno por abuso de alcohol (TAA) es un trastorno muy frecuente en la población general, con un prevalencia de vida de alrededor del 30%.
Las personas con TAA tienen un control insuficiente sobre su consumo de alcohol y exhiben un patrón de consumo de alcohol crónico, excesivo y, que en muchas ocasiones, va en aumento a pesar de las consecuencias perjudiciales significativas para su
salud en general, la vida de sus familiares y amigos, y para la sociedad en general.3
Por otra parte, se estima que el 25 % de la población mundial son diagnosticados con uno o más trastornos mentales o del comportamiento a lo largo de su vida.4 Entre estos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) encontró una prevalencia de vida del trastorno por estrés postraumático (TEPT) para población general en países de ingresos medianos altos y medianos bajos de 2.3% y 2.1% respectivamente.5 En subgrupos particularmente expuestos a situaciones de potencial stres, como los militares, la prevalencia de vida asciende al 7.7% % al 1.,0 %.6 Respecto de la depresión, estadísticas globales muestran una prevalencia de vida del 5% en adultos.7 En Estados Unidos, por otra parte, asciende a 20.6%.8
La literatura internacional muestra que en los pacientes con depresión y/ o TEPT, el consumo problemático de alcohol co-ocurre.9 Debido a la fuerte evidencia de esta coexistencia, los profesionales de la salud buscan tratamientos farmacológicos efectivos para estas comorbilidades en conjunto. Sin embargo, la evidencia respecto al éxito del tratamiento farmacológico para estas condiciones de salud asociadas es disímil.
Una revisión del tratamiento farmacológico para los pacientes con TAA y TEPT realizada en 2014, mostró resultados no concluyentes. Sin embargo, destacó opciones de tratamiento prometedoras como el uso del anticonvulsivante topiramato y el antihipertensivo prazosina.10 Otros estudios randomizados compararon el uso del inhibidor de la recaptación de serotonina, paroxetina, y el inhibidor de la recaptación de norepinefrina, desipramina. También evaluó la eficacia complementaria del uso de naltrexona, utilizada habitualmente para el tratamiento de TAA, en relación con el placebo. La paroxetina no mostró mayor eficacia sobre la desipramina para el tratamiento de los síntomas del TEPT. Sin embargo, la desipramina fue superior a la paroxetina con respecto a los resultados del consumo de alcohol. La naltrexona redujo el deseo de consumo de alcohol o craving en relación con el placebo, pero no demostró ninguna ventaja sobre los resultados del consumo de alcohol en sí. Aunque los inhibidores de la captación de serotonina son los únicos medicamentos aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento del TEPT, el estudio actual sugiere que los inhibidores de la captación de norepinefrina pueden presentar ventajas clínicas al tratar a los veteranos varones con TEPT y TAA. Sin embargo, la naltrexona no mostró evidencia de eficacia en la población estudiada.11 Estos últimos resultados van en línea con el artículo revisado, en donde Na et. al, reportaron que en sujetos con TEPT y TAA, la desipramina podría ser ventajosa en los resultados del consumo de alcohol. Con respecto a los deseos de consumo de alcohol, la naltrexona mostró superioridad sobre el placebo, y esta diferencia tuvo relación con la respuesta del grupo de TEPT.12
Respecto de los trastornos concurrentes de depresión y TAA, la literatura describe que el disulfiram se asoció con la mejor eficacia para lograr la abstinencia al alcohol. También describieron a anticonvulsivantes como el topiramato, con resultados superiores en cuanto a resultados favorables en el consumo de alcohol.13,14
El artículo revisado presenta evidencia preliminar sobre combinaciones farmacológicas favorables para las diferentes combinaciones de los 3 trastornos concurrentes. Sin embargo, también deja en claro la necesidad de mayor evidencia en sobre la temática, para lograr consenso científico.
La literatura sobre el tratamiento eficaz con medicamentos aprobados para tratar pacientes con estas comorbilidades es limitada y no concluyente. La revisión bibliográfica realizada para el presente comentario muestra que a pesar de la amplia disponibilidad de medicamentos basados en evidencia para el tratamiento del TAA, la depresión y el TEPT, claramente se necesitan resultados más sólidos sobre el tratamiento para estas condiciones cuando se presentan en forma concomitante.
La consideración de la heterogeneidad de los trastornos y las diferencias clave en diferentes subgrupos (población general versus población altamente expuesta como refugiados, militares, etc.) pueden ayudar a desarrollar tratamientos más específicos y personalizados para mejorar los resultados para cada subgrupo.
A modo de conclusión, si bien el presente artículo presenta algunas alternativas terapéuticas prometedoras para el tratamiento farmacológico de las condiciones antes mencionadas, existe una clara necesidad de estudios sistemáticos y rigurosos de tratamientos farmacológicos, conductuales y alternativos y la combinación de todos ellos, para pacientes con diagnósticos duales de TEPT/Depresión y TAA.
Copyright © SIIC, 2023
Referencia Bibliográfica
Organización Mundial de la Salud. Sala de Situación (2022). Alcohol. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/alcohol
Grant, B. F., Goldstein, R. B., Saha, T. D., Chou, S. P., Jung, J., Zhang, H., Pickering, R. P., Ruan, W. J., Smith, S. M., Huang, B., & Hasin, D. S. (2015). Epidemiology of DSM-5 Alcohol Use Disorder: Results From the National Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions III. JAMA psychiatry, 72(8), 757–766. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2015.0584
Carvalho, A. F., Heilig, M., Perez, A., Probst, C., & Rehm, J. (2019). Alcohol use disorders. Lancet (London, England), 394(10200), 781–792. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(19)31775-1
Organización Panamericana de la Salud (OPS). Día Mundial de la Salud Mental (2020): la depresión es el trastorno mental más frecuente. https://www.paho.org/es/temas/salud-mental
Sareen, J., Stein, M. B., & Friedman, M. (2018). Posttraumatic stress disorder in adults: Epidemiology, pathophysiology, clinical manifestations, course, assessment, and diagnosis. Up to date [online].
Jeffrey Schein, Christy Houle, Annette Urganus, Martin Cloutier, Oscar Patterson-Lomba, Yao Wang, Sarah King, Will Levinson, Annie Guérin, Patrick Lefebvre & Lori L. Davis (2021) Prevalence of post-traumatic stress disorder in the United States: a systematic literature review, Current Medical Research and Opinion, 37:12, 2151-2161, DOI: 10.1080/03007995.2021.1978417
Organización Mundial de la Salud. Sala de Situación. Depresión (2022). https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/depression
Hasin DS, Sarvet AL, Meyers JL, et al. Epidemiology of Adult DSM-5 Major Depressive Disorder and Its Specifiers in the United States. JAMA Psychiatry. 2018;75(4):336–346. doi:10.1001/jamapsychiatry.2017.4602
McCauley, J. L., Killeen, T., Gros, D. F., Brady, K. T., & Back, S. E. (2012). Posttraumatic stress disorder and co-occurring substance use disorders: Advances in assessment and treatment. Clinical Psychology: Science and Practice, 19(3), 283–304. https://doi.org/10.1111/cpsp.12006
Ralevski, E., Olivera-Figueroa, L. A., & Petrakis, I. (2014). PTSD and comorbid AUD: a review of pharmacological and alternative treatment options. Substance Abuse and Rehabilitation, 25-36
Petrakis, I. L., Ralevski, E., Desai, N., Trevisan, L., Gueorguieva, R., Rounsaville, B., & Krystal, J. H. (2012). Noradrenergic vs serotonergic antidepressant with or without naltrexone for veterans with PTSD and comorbid alcohol dependence. Neuropsychopharmacology : official publication of the American College of Neuropsychopharmacology, 37(4), 996–1004. https://doi.org/10.1038/npp.2011.283
Na, P. J., Ralevski, E., Jegede, O., Wolfgang, A., & Petrakis, I. L. (2022). Depression and/or PTSD Comorbidity Affects Response to Antidepressants in Those With Alcohol Use Disorder. Frontiers in psychiatry, 12, 768318. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2021.768318
Li, J, Wang, H, Li, M, et al. Efficacy of pharmacotherapeutics for patients comorbid with alcohol use disorders and depressive symptoms—A bayesian network meta-analysis. CNS Neurosci Ther. 2020; 26: 1185– 1197. https://doi.org/10.1111/cns.13437
Baltieri DA, Daro FR, Ribeiro PL, de Andrade AG. Comparing topiramate with naltrexone in the treatment of alcohol dependence. Addiction. 2008;103(12):2035-2044. https://doi.org/10.1111/j.1360-0443.2008.02355.x