Red Científica Iberoamericana

PERCEPCIÓN DEL TERRITORIO Y SU RELACIÓN CON LA SALUD Y EL BIENESTAR DE ADULTOS MAYORES EN CHILE

Estela Arcos1,Rafael Miranda2,Christine Bailey3 y Ximena Sánchez Segura4
1Partera/Obstetriz, Investigadora externa asociada a proyectos, Universidad de Playa Ancha, Santiago, Chile
2Doctor en Psicología, Director de Estudios de Innovación para el Desarrollo, Universidad Continental de Ciencias e Ingeniería, Lima, Perú
3Socióloga, Programa Doctorado, Facultad de Artes y Ciencias Sociales, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile
4Socióloga, Profesora Titular Facultad de Ciencias Sociales, departamento Género y Cultura, Universidad de Playa Ancha, Valparaiso, Chile

Santiago, Chile (SIIC)

En la gestión en atención primaria se debe incorporar la perspectiva del territorio, ya que la condición de apego es reconocida como predictora de salud, bienestar psicosocial, sentido de pertenencia, seguridad y confianza, y de calidad de vida de las personas mayores.

La vejez lleva implícito la percepción de cambios y declive de las funciones biológicas, funcionales, mentales y sociales, cuya intensidad depende de los estilos previos de vida.1,2 Este fenómeno conlleva demandas crecientes para las políticas públicas de protección y seguridad social y atención de salud integrada.3 Es preciso tener en cuenta que el proceso de envejecer está asociado con transformaciones sociales y económicas, y con cambios en el perfil epidemiológico, constituyendo una realidad que adquiere primordial trascendencia por el incremento sostenido de enfermedades crónicas, multimorbilidad, fragilidad, falta de adhesión a la medicación prescrita y dependencia, situación que provoca mayor demanda por atención de salud.4-6

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado como determinantes del envejecimiento activo la atención de salud y la seguridad social; los comportamientos individuales y colectivos; el contexto social, económico y cultural, y el entorno construido del vecindario.3 Por tanto, el envejecimiento activo se construye desde la participación social y la seguridad personal existentes en los barrios donde se ha vivido y se vive, entre otros.7,8 Por lo anterior, el apego al territorio es reconocido como predictor de salud, bienestar psicosocial, sentido de pertenencia, seguridad y confianza y calidad de vida de las personas mayores (PM).4-6 Una proporción creciente de PM, que viven en vecindarios y hogares en los que han pasado la mayor parte de su vida adulta, son sensibles a las características de su entorno.9-12 Se ha reportado que las circunstancias adversas del entorno precipitan el deterioro de la salud funcional y psicológica de las PM, y el abandono de sus lugares de residencia.9,12,13,14 Los estudios de vinculación entre la salud y el territorio se han basado, entre otros aspectos, en las opiniones y percepciones que tienen las PM sobre las características de la seguridad peatonal, la iluminación y conectividad de las calles, la infraestructura de los lugares de esparcimiento, el respeto por la normativa de circulación de los vehículos, la tasa de criminalidad, la proximidad de acceso a los servicios de salud e instalaciones sociales, la cohesión social y los centros comunitarios.9-11,14-17 La epidemiología social ha demostrado el impacto que tiene el territorio y los barrios en los resultados de salud en las personas, expresado en enfermedades cardiovasculares, estados ansiosos, estrés, dependencia funcional, fragilidad, mala calidad de vida, depresión, hospitalización y mayor mortalidad.9,12,15,16-20

La proyección del envejecimiento en Chile se encuentra en un proceso moderadamente avanzado, con una proyección para el año 2025 del 20% de población por arriba de 60 años, con un índice de envejecimiento del 51% al 33%.21,22 Esta tendencia se debe, principalmente, a la reducción de las tasas de mortalidad, de fecundidad y de natalidad, expresadas en cambios sustantivos del perfil demográfico.2,23 Como consecuencia de lo señalado, se proyecta un aumento progresivo de la demanda por atención, aumento de las necesidades por protección social e incremento del gasto social en la red pública del nivel primario de atención de salud.12,24 A estos antecedentes se añade que Chile es un país con altos índices de desigualdad social y disparidades, que dan lugar a diferencias injustas y evitables en salud.24

La comuna de Valparaíso tiene una población envejecida, dado que cuenta con un 21.0% de personas mayores de 60 años y un índice de envejecimiento del 75.2%.22 Considerando este contexto, se planteó la pregunta, ¿cuál es la relación que existe entre la percepción del contexto del vecindario de Playa Ancha y la autopercepción de salud y bienestar de las personas mayores? El objetivo del estudio fue establecer la relación existente entre la percepción del contexto del barrio, con la autopercepción de salud y bienestar en personas mayores residentes en el barrio de Playa Ancha, Valparaíso (Chile).

Se realizó un estudio cuantitativo, correlacional, implementado en un diseño no experimental, situado en la comuna de Valparaíso de Chile, específicamente en el cerro de Playa Ancha, sector 35. Los criterios de inclusión fueron personas mayores con residencia en Playa Ancha, con orientación espacial-temporal y con memoria de corto y largo plazo, que se identificaron con preguntas del test Mini-Mental; los criterios de exclusión fueron PM postrados o residentes en hogares de ancianos, con movilidad limitada y con problemas de visión. El marco muestral fueron 1151 personas que tenían entre 60 y 94 años y que estaban registradas en tres Centros de Salud Familiar (CESFAM) Quebrada Verde, Puertas Negras y Porvenir Bajo correspondientes a los 3 sectores de la zona de Playa Ancha y el número de personas por sexo en cada sector (Tabla 1).




La técnica utilizada para la recolección de los datos fue la encuesta social en el hogar de las personas, con un cuestionario estructurado en tres partes: i) caracterización del perfil sociodemográfico; ii) características del estado de salud, autopercepción de salud y bienestar, y iii) la percepción y relación que tienen las PM del entorno físico más próximo, como es su barrio, por medio de la escala de transitabilidad Neighborhood Environment Walkability Scale Abbreviated (NEWS-A).25 La autopercepción de salud fue medida en una pregunta, mientras que para el bienestar subjetivo personal se usó la escala de la felicidad de Gallup validada en Chile.26 Se incluyeron variables sociodemográficas, tales como: edad, sexo, nivel educacional, religión, número de hijos, tipo de hogar, arraigo y satisfacción territorial. También, características de salud, entre ellas acceso y uso de prestaciones de salud del nivel primario y del territorio.

La escala de transitablidad NEWS-A incluyó 8 dominios que permiten describir la percepción del entorno que tienen las PM: tipo de residencias; tiendas y facilidades del vecindario; acceso a servicios; estados de las calles; entorno y estética del barrio; riesgo de tránsito, y delincuencia. La escala NEWS-A fue validada mediante un análisis factorial confirmatorio que evaluó las dimensiones que componen la escala; el valor alfa de Cronbach del instrumento fue 0.841.27 El trabajo de campo fue realizado durante los años 2016 y 2017 por estudiantes de sociología previamente entrenados por una investigadora, que aplicaron la encuesta en una entrevista individual cara a cara en el hogar de las personas, en 45 minutos. Se informó a las personas sobre el propósito, el objetivo y los procedimientos, y firmaron voluntariamente el consentimiento informado. No se contó con autorización institucional para revisar registros desde las fichas clínicas, lo que fue una limitación para recabar la información. El estudio obtuvo la certificación del Comité de Bioética de la Universidad de Playa Ancha, UPLA 1301.

Para el análisis estadístico se usaron los programas SPSS y Epi Info v7.2. Se calcularon estadígrafos descriptivos, y se utilizó la prueba de chi al cuadrado para calcular asociación. Se recodificaron en categorías dicotómicas las variables edad, escolaridad, jefatura de hogar, actividad laboral, frecuencia de control de salud, tipo de centro de control de salud, años de residencia y percepción-satisfacción de vivir en Playa Ancha, características del control de salud, frecuencia de salida del hogar y de caminata por el barrio y autopercepción de salud. Se empleó un modelo de regresión lineal múltiple para evaluar el peso de las variables predictoras, como la NEWS-A, la satisfacción de vivir en Playa Ancha y el sexo, entre otras, sobre la autopercepción de salud y bienestar.



Dentro de los principales descriptivos sociodemográficos de las personas entrevistadas (diferenciadas por sexo), predominó el rango etario de 70 a 79 años, con entre 9 a 12 años de escolaridad (Figura 1).

La mayoría de las PM estaban adscritas en los centros de salud de la red pública del sector, un 25.3% de las mujeres no asistía a control de salud, cifra que es mayor que la de los hombres (Figura 2).



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En la autopercepción de salud, se observó homogeneidad en los puntajes que asignaron las personas, con una media y mediana de 6.7 y 7 puntos, respectivamente, y con un bajo coeficiente de variación. La autopercepción de salud fue positiva en el 58.4% y negativa en el 41.6% (Tablas 2 y 3).




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En cuanto a la satisfacción y el bienestar de vivir en Playa Ancha, 3 de cada 4 PM se declararon satisfechas. Más del 50.0% de las PM vivían hacía más de 48 años en Playa Ancha y solo el 22.0% pensó en emigrar, el 1.0% no salir de su hogar y el 5.0% no caminar por el barrio (Figura 3).

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Los resultados presentados revelaron una autopercepción positiva de salud en el 58.4% de las PM encuestadas, cuya relación fue explicada en el modelo de regresión por variables como la satisfacción de vivir en Playa Ancha, la frecuencia con que sale del hogar, la frecuencia con que caminan por el barrio, la escala de transitabilidad y la atención en el CESFAM. En este estudio, se observó que la mayor parte de las PM salían frecuentemente de sus hogares (74.9%) y caminaban por el barrio (68.1%), por tanto, tenían una rutina de deambulación como actividad física. Además, revelaron una satisfacción positiva de vivir en Playa Ancha (78.3%), un alto promedio de años viviendo en el sector y baja necesidad de emigrar (78.0%), lo que muestra arraigo e identidad con su entorno físico derivado del conocimiento, la comprensión, la valoración y la evaluación de los atributos del territorio que habitan las PM.10,28-30 Estos resultados sintonizan con aquellos que indican que el barrio es un marcador positivo de autopercepción de salud, de bienestar, de competencia funcional y práctica permanente de actividad física,12 fundamentalmente porque es el capital social que tienen disponible para satisfacer sus necesidades.31 Como consecuencia, la mayor transitabilidad, la caminata habitual y la cantidad de centros comunitarios e instalaciones recreativas disponibles en el barrio se relacionan con la mantención de la velocidad de marcha, la fuerza muscular y la funcionalidad física; la menor prevalencia de obesidad, enfermedad cardíaca y trastornos del estado de ánimo; el menor riesgo de muerte precoz y el incremento de hasta 7 años en la esperanza de vida de las PM.4,10,12,14,31 De acuerdo con esto, se refuerza que la actividad física es un determinante de la morbilidad y, aun en presencia de morbilidad, su práctica rutinaria conlleva beneficios preventivos para la salud.12,29-31

Respecto a las experiencias de caídas, la incidencia del 24.1% está por debajo de lo encontrado por la OMS, que reportó por arriba del 30% de caídas en las personas mayores de 65 años, y que el 50% de las mayores de 80 años que viven en la comunidad se caen al menos una vez al año. En nuestro caso, un 35.7% de las caídas se produjeron en la calle, que para el caso del sector de Playa Ancha, el accidente puede explicarse por las características topográficas y estructurales del entorno construido, que ofrece dificultades al desplazamiento de este segmento etario por la gran cantidad de escalas, veredas desniveladas, calles con pendientes, cerros y quebradas. En la escala de transitabilidad, las PM reconocieron tiempo de traslado de 1 a 10 minutos a negocios que les proveen de alimentos (76.6%), que, a fin de cuentas, son en donde transitan con mayor frecuencia; por tanto, las características señaladas del entorno las exponen al riesgo de caerse. Derivado de esto, el accidente en el barrio les puede ocasionar el síndrome de temor a caerse, que es el inicio del aislamiento, el sedentarismo, la discapacidad y las alteraciones de la marcha y del equilibrio.29 Lo anterior conlleva fragilidad psicológica y dependencia de la persona, y mayor carga económica y sociosanitaria.29,30

Concordamos en que el envejecimiento activo y el bienestar son producto de una ciudad amigable con las PM, entre otros.1,12,31 Los edificios, las casas, las calles, el acceso a los servicios y las veredas sin barreras mejoran la movilidad e independencia de las PM. Para avanzar hacia un envejecimiento activo y mejorar la salud y la calidad de vida en los años ganados, es recomendable la inversión sobre el entorno construido debido a la rentabilidad social que tiene en la salud y el bienestar de las PM.30 Cuando las personas declaran una satisfacción positiva de vivir en su barrio (78.3%) y baja necesidad de emigrar (78.0%), revelan el arraigo y la identidad derivados del conocimiento, la comprensión, la valoración y la evaluación de los atributos del territorio que habitan las PM.16,17 
En el contexto actual, la gestión de los cuidados en atención primaria de salud, además de las coberturas universales de prevención y las acciones de recuperación para las PM, debe incluir información sobre los elementos estructurales y los activos del territorio donde las personas reconozcan las potencialidades de su comunidad, que es, entre otros, un determinante social de sus trayectorias de vida y de salud en la comunidad.3,12

Para avanzar hacia un envejecimiento activo y mejorar la salud en los años ganados, es recomendable la inversión sobre el entorno construido por la rentabilidad social que tiene en la salud y bienestar. Por esta razón, se requiere conceptualizar de manera multidimensional el proceso de envejecimiento activo desde el lugar donde se vive, para lo cual es necesario fortalecer la relevancia del barrio como capital social de puente y su relevancia en la construcción y el refuerzo de redes e interacciones sociales, solidaridad, reciprocidad, así como disminución del aislamiento, el estrés y la depresión. Con esta perspectiva, el barrio y el entorno construidos se constituyen en determinantes del envejecimiento saludable, es decir, adultos mayores con capacidades para vivir en forma independiente, autónoma, funcional y con una relación asociativa de confianza y colaboración en la comunidad. Para la política, la integración del territorio como determinante social de salud es importante, por lo cual las estrategias de promoción de salud deben integrar la perspectiva territorial y social, para facilitar el acceso equitativo a los recursos externos del entorno.12

En el contexto demográfico de Chile, existe un envejecimiento progresivo de la población.

La infraestructura del territorio influye en la frecuencia con que las PM caminan en sus vecindarios y, como consecuencia, en su actividad física, funcionalidad, morbilidad, bienestar y calidad de vida.

La interacción de las PM con los recursos del entorno construido de su vecindario es un factor protector o de riesgo de la autonomía, la movilidad y el bienestar.



Conclusiones

Los resultados permiten afirmar que, para avanzar hacia un envejecimiento activo y mejorar la salud en los años ganados, los equipos de gestión en salud primaria deben incluir la evaluación en la condición de transitabilidad de las PM en el territorio en que residen. Para la política pública de salud de Chile, los resultados admiten un paradigma inclusivo e integrador del territorio como determinante del envejecimiento activo. 



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