A LOS HOMBRES CON DEPRESIÓN LES INSUME MÁS TIEMPO VOLVER AL TRABAJO
Yuan-Pang Wang
Médico psiquiatra, Departamento de Psiquiatría, Universidade de São Paulo, São Paulo, Brasil
São Paulo, Brasil (SIIC)
Un gran número de trabajadores con depresión desempeñan sus tareas con graves dificultades y trastornos cognitivos invalidantes. El período de licencia por enfermedad fue significativamente más prolongado en los hombres que en las mujeres. Se recomiendan distintas estrategias generales y asociadas con el sexo destinadas al manejo de la depresión en el trabajo.
¿Quién no ha sentido tristeza, falta de deseos de ir a trabajar, ausencia de placer en las actividades cotidianas, lentitud de pensamiento e, incluso, ganas de morir? Estos son algunos de los signos de la depresión, un trastorno cada vez más frecuente con efectos adversos a nivel ocupacional. La mayoría de los profesionales no asocian la depresión con los síntomas cognitivos que se presentan en aquellos que padecen este trastorno. Estos signos, tales como dificultades para concentrarse, indecisión y olvidos, repercuten de manera directa sobre la rutina laboral.
En 2012, la Asociación Europea de Depresión lanzó el estudio Auditoría del Impacto de la Depresión en el Trabajo en Europa (IDEA, por sus siglas en inglés), el cual reveló cómo repercute la depresión en el trabajo, así como su consiguiente carga personal y económica, y sus variaciones en los distintos países europeos. La información más relevante demostró que las personas con depresión informan una menor productividad que aquellas que no padecen este trastorno, lo que proyecta una pérdida de productividad de 77 000 millones de libras esterlinas por año en el Reino Unido. No obstante, no se dispone de suficiente información sobre el desempeño laboral asociado con la depresión y sobre la pérdida de productividad que incluya datos combinados sobre los gastos, el deterioro, la morbilidad y las lesiones por accidente.
La epidemiología laboral tradicional ha puesto menos énfasis en las dificultades de las mujeres en el trabajo que en las de los hombres. La mayoría de los investigadores sobre igualdad de género en el mercado económico han sugerido que las trabajadoras de sexo femenino constituyen un grupo susceptible clave en términos de prevalencia y resultados desfavorables. Se ha puesto mayor interés sobre la respuesta fisiológica laboral asociada con el sexo y en cómo afecta la función reproductiva en el desempeño laboral, así como las situaciones de discriminación de la mujer en el trabajo, tales como el acoso sexual, la desigualdad en los ingresos y los derechos laborales. El creciente número de mujeres como jefas de familia indica la mayor participación de las trabajadoras de sexo femenino en la economía de un país. Las razones pueden atribuirse a un cambio de valores respecto del papel de la mujer en la sociedad moderna y a factores tales como la entrada masiva en el mercado laboral y el nivel creciente de educación universitaria combinado con la reducción en la fertilidad.
En la Universidad de San Pablo, Brasil, se ha examinado esta tendencia. Los investigadores del Departamento de Psiquiatría Wang y Gorenstein, han evaluado cómo los trabajadores perciben la depresión en el trabajo, además de examinar las incapacidades asociadas con la depresión por género.
Trabajadores brasileños (n = 1000) respondieron un cuestionario online acerca de los síntomas depresivos y sus consecuencias relacionadas en el trabajo. Casi uno de cada cinco (18.9%) participantes informó haber sido “etiquetado” alguna vez por algún profesional de la salud como persona con depresión. Las trabajadoras de sexo femenino informaron dos veces más depresión que los hombres, con una relación hombre/mujer de 1:2. Los síntomas más comunes atribuidos a la depresión fueron llanto, pérdida de interés y tristeza.
En la época actual de crisis económica, la mayoría de los trabajadores con depresión crónica (73.5%) continúan trabajando. El deterioro en el desempeño fue informado en alrededor del 60% de los trabajadores con depresión que continuaron en sus puestos de trabajo. Más de la mitad de ellos también presentaban síntomas cognitivos (dificultades de concentración, indecisión, olvidos), los hombres fueron los que informaron mayor disfunción cognitiva que las mujeres. Uno de cada tres trabajadores había tomado licencia debido a la depresión (en promedio, 65.7 días fuera de su puesto), estos períodos fueron más prolongados en los hombres que en las mujeres.
Los hallazgos de la investigación actual en la fuerza de trabajo brasileña representan una fuente invaluable para realizar comparaciones con otros países latinoamericanos y con países en desarrollo de similar nivel económico. Además de considerar cómo pueden afectar los síntomas depresivos la productividad de una compañía, la inclusión de la variable sexo en el set de información sobre salud ocupacional es importante para apreciar la creciente participación de la mujer en la economía de mercado, lo que permite una reducción de su impacto sobre el individuo, la sociedad y las empresas como un todo. Paradójicamente, aunque las mujeres fueron identificadas como un grupo vulnerable en el trabajo, los hombres con depresión surgen como un grupo con mayor cantidad de necesidades insatisfechas que requieren más atención. Por lo tanto, se recomiendan estrategias generales y relacionadas con el sexo a fin de manejar la depresión en el trabajo.
Aunque el presente estudio enfatiza la mayor probabilidad de las mujeres de sufrir depresión, en comparación con los hombres, a éstos les lleva más tiempo que a las mujeres volver al trabajo en caso de licencia por enfermedad. La incapacidad y la carga asociadas con la depresión deben manejarse con seriedad en las organizaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que uno de cada cinco brasileños ha sido considerado como enfermo de depresión durante su período profesional activo. Sin embargo, el estigma que representan los trastornos mentales parece atormentar a muchas personas con depresión en sus lugares de trabajo. Tanto los trabajadores como el personal jerárquico parecen no dar importancia a la repercusión del frecuente deterioro cognitivo que presentan los trabajadores con depresión cuando permanecen en sus puestos, y no tienen presentes los informes que indican la baja productividad en el trabajo, el deterioro del clima laboral y las demás consecuencias negativas que afectan la eficiencia de una compañía.
En resumen, la información más completa acerca de la presencia de la depresión en el trabajo y sus consecuencias aún es escasa en los países emergentes de medianos ingresos. La depresión debe ser considerada como una relación interactiva entre individuos con sus necesidades personales y ambientales en el ámbito laboral. La identificación de esta entidad devastadora y onerosa en las organizaciones puede mejorarse si se incluyen los síntomas encubiertos y cognitivos de la depresión que suelen afectar a los trabajadores. Se deben ofrecer a los trabajadores las herramientas adecuadas para lidiar con la depresión y para su tratamiento: promoción de la conciencia y el bienestar, programas educativos, provisión de recursos adecuados y políticas laborales explícitamente protectoras pueden ayudar a estos trabajadores a buscar atención, lo que reduciría el temor a ser despedido en época de crisis económica. Finalmente, con el objetivo de que las personas con depresión regresen a sus trabajos, el presente estudio alienta una mayor integración entre las partes interesadas a nivel corporativo, además de fomentar la investigación académica sobre la salud mental de los empleados.