Red Científica Iberoamericana

CONDICIONANTES PARA LA ATENCIÓN PRIMARIA EN UNA POSTA DE SALUD RURAL EN EL EXTREMO SUR DE CHILE

Claudio Vargas Araya
Médico, Posta de Salud Rural de Villa O`Higgins, Villa O'Higgins, Chile

Villa O'Higgins, Chile (SIIC)

En un esfuerzo necesario, el Servicio de Salud Aysén dispuso que desde 2014 Villa O'Higgins contara con la presencia permanente de un médico general de zona y una odontóloga. Villa O'Higgins es un pueblo de unos 500 habitantes, ubicado en la Región de Aysén, Patagonia Austral de Chile, en la desembocadura del río Mayer hacia el Lago O'Higgins, junto a la frontera con Argentina.

Dr. Claudio Araya Vargas: Estoy emocionado por la llegada de ustedes a un punto tan austral, que se hayan tomado el trabajo de venir hasta acá valora mucho el desempeño diario que uno tiene. Así que lo primero es agradecerles la decisión de haber venido tan al sur de Chile a un lugar tan perdido, en el que un simple resfriado puede ser letal. Gracias por esta oportunidad de poder compartir mi pequeña y corta experiencia en Villa O’Higgins con ustedes.
RBC: Llegó aquí en diciembre, por lo que hace dos meses que está aquí.
CAV: Sí, estoy aquí desde hace dos meses y medio. Nací en Coyhaique, pero por temas laborales de mi padre tuvimos que emigrar a Santiago cuando yo tenía 8 años. Pasé toda mi vida en Santiago, estudié en la Universidad y una vez que salí de ella decidí regresar a Coyhaique.
RBC: ¿A cuántos kilómetros de Villa O’Higgins está Coyhaique?
CAV: Aquí no medimos las distancias en kilómetros ya que son un referente muy poco válido. Porque, por ejemplo, si les digo que estamos a 500 km de Coyhaique, hacen un rápido cálculo y estiman: 500 km a 10 km por hora, son 5 horas hasta aquí. Pero la realidad es que, en verano, son 12 horas, saliendo a más tardar a las 8.30 de la mañana de Coyhaique, porque el camino es muy complejo, demasiado burdo, no pavimentado. Por otro lado, Villa O’Higgins tiene la particularidad de ser un pueblo muy aislado porque hay que cruzar con una barcaza, la cual, en verano, tiene el último cruce a las 18.00 horas; de lo contrario, no se llega a Villa O’Higgins en un día.
RBC: Y la barcaza tarda 45 minutos para recorrer un “seno” o fiordo, es decir, agua de mar que se inserta en el continente. Porque aunque estamos en el continente, la sensación es como si estuviéramos en una isla. Es isla para usted como profesional, y lo es también para sus pacientes; ¿es isla también para las enfermedades? ¿Cuáles son las afecciones predominantes dentro de esta zona?
CAV: Sí, para todo es como si fuera una isla, incluso para la alimentación. A modo general, tenemos una población estable en este momento de 550 habitantes en la Comuna de Villa O’Higgins. Pero tenemos una población que no tiene acceso rápido a la salud, como lo es la del Lago O’Higgins, que vive sola, y a la cual tratamos de hacer una ronda cada tres meses, en una barcaza que sale específicamente para ello. También hay una población importante hacia el norte, en la zona del río Mayer, que a medida que tiene posibilidades de venir a la villa una vez al mes, por ejemplo, cuando vienen a buscar insumos, pasan por la posta.
La mayoría de las enfermedades que se ven aquí en la costa son las asociadas con programas. Chile se caracteriza por trabajar con programas en salud. Por ejemplo, tenemos el Programa de Salud Cardiovascular, que involucra la hipertensión arterial, la diabetes y la dislipidemia, como las tres afecciones a tratar en conjunto. También tenemos el Programa de Salud Infantil, en el que se sigue el crecimiento de los niños desde que nacen hasta los diez años; a partir de esa edad los toma el Programa de Salud del Adolescente, por lo que hay un seguimiento de los niños desde que nacen hasta los 18 años más o menos. El seguimiento previo del feto se hace por medio del control prenatal, a través del Programa de la Salud en la Mujer, que también involucra todo el enfoque de las afecciones relacionadas, como el climaterio, el control anual mediante Papanicolaou, las enfermedades de transmisión sexual, la mamografía, etc. Otro gran Programa es el de Salud Mental, que aborda básicamente la depresión, que en Chile es la principal afección psiquiátrica. La esquizofrenia y otras enfermedades psiquiátricas importantes, como el trastorno bipolar, tienen una incidencia mucho menor. También tenemos el Programa Dental que en el caso de nuestra posta lo lleva adelante la Dra. Pía Barahona, que lleva un poco más de tiempo en esta posta, y es quien se encarga de todas las afecciones orales.
Por otra parte, tenemos el Programa del Adulto Mayor y el de Postrados.
Sobre la base de estos programas obtenemos aproximadamente nuestras estadísticas en salud. Por ejemplo, tenemos bajos niveles de hipertensión; niveles altos de obesidad y de sedentarismo; mucha depresión, ya que, como dijimos, en Chile es la afección psiquiátrica de mayor incidencia.
RBC: En cuanto a la depresión, ¿en Villa O’Higgins se observa la media nacional o es más alta?
CAV: Mi percepción personal, que tal vez sea un poco somera porque sólo llevo dos meses trabajando en Villa O’Higgins, es que tenemos altas tasas de depresión pero está subdiagnosticada.
RBC: ¿Cómo se manifiesta en los pacientes?
CAV: Debemos ir poco más atrás, ya que la Villa reclamó constantemente y es un lugar que se ha forjado por el propio esfuerzo de los pobladores por tener mejores condiciones en general en todos los aspectos: salud, seguridad, alimentación, conectividad, etc. Es decir, es gente a la que históricamente le ha costado mucho estar acá. Por lo tanto, tienden a ser un poco más reservados al momento de la consulta. Son personas muy esforzadas pero tienen esa labilidad emocional que se logra palpar; a veces no es tan necesario que uno indague mucho. No tenemos una población sonriente, por ejemplo, que se la vea “feliz de la vida”. Esto también se entiende porque Villa O’Higgins es una localidad nueva, se fundó en 1966, o sea que recién va a cumplir 50 años. Históricamente ha habido una serie de compromisos gubernamentales incumplidos; de hecho, la llegada del médico acá fue algo histórico para ellos. El nivel de seguridad que se le puede dar a una población teniendo su propio médico de manera estable, al que pueden consultar a cualquier hora es muy importante, y es muy grande el impacto que tiene. Pero, como decía, no es una población muy contenta, eso se nota. Tenemos historias de mujeres muy jóvenes casadas con hombres muy mayores, y se nota que no es una persona que esté feliz en su relación. También hay niños que no tienden a ser cariñosos, sino que se relacionan desde la violencia o desde la timidez. A veces indagando, uno puede darse cuenta que tenemos una población bastante depresiva.
RBC: Teniendo en cuenta que Villa O’Higgins es una localidad que ha nacido recientemente, hace 50 años, que esta población se habrá formado con los habitantes que vivían a sus alrededores, es posible que ellos no tuvieran contacto con la medicina occidental, para llamarla de alguna manera, sino con una medicina doméstica, casera o tradicional del lugar. ¿Cree que se produce un choque entre ambas?
CAV: Claramente. Desde el punto de vista histórico, los primeros registros de algún ente o institución de salud en esta zona no son del servicio de salud, sino que vienen desde Carabineros. Allí tenían una persona denominada practicante, un paramédico que estaba formado para primeros auxilios y que atendía todas las cosas: partos, resfriados, infartos. Esto sucedía por el año 1969, en que llegaron los primeros practicantes que se mantuvieron en el tiempo. De hecho, la primera posta que se construye en Villa O’Higgins fue construida por los pobladores porque vieron la necesidad del practicante que no tenía un lugar donde atender. Alrededor de los años ’80 comienzan a llegar las primeras rondas con enfermeras, matronas y médicos, ya de manera más constante. Pero era una ronda que recorría primero todo el sur chileno, es decir, Chile Chico, Fachinal, Guadal, Mallín Grande, Cochrane, Tortel y recién Villa O’Higgins.
Se recorría durante varios días, porque incluso el acceso de los caminos era muy malo. Paraban 24 horas en cada lugar, por lo que, con suerte, venía una ronda cada dos o tres meses.
RBC: El pueblo se funda y la carretera llega 30 años después aproximadamente. En ese caso, cuando a ustedes les surge una situación de emergencia, ya sea porque la avizoran o porque ya está planteada, por ejemplo un infarto, ¿cómo actúan?
CAV: Dependemos mucho del clima y de que sea día o noche. Atender un infarto depende del clima, porque si el día está bueno y las condiciones meteorológicas lo permiten tengo la posibilidad de llamar a un centro regulador de urgencias, ubicado en Coyhaique, les informo de la situación, ellos hacen la consulta respectiva y, si las condiciones lo permiten, mandan un avión desde Coyhaique que demora una hora y cuarto, al llegar a la villa suben el paciente al avión, y en una hora y cuarto llega a Coyhaique. Por lo tanto, ese paciente en trasladarse allá, con buenas condiciones climáticas, va a demorarse dos horas y media hasta el centro hospitalario de mayor complejidad más cercano.
RBC: Para aclarar, las condiciones climáticas están determinadas, en buena medida, por la intensidad del viento. No se trata de que caen unas gotas de agua o que hace frío solamente, sino que el viento determina en gran medida la vida de todos los habitantes. Es decir, un avión pequeño no está en condiciones de operar.
CAV: Un viento de 50 a 70 kilómetros por hora es normal. Aquí sólo llegan aviones pequeños, de un máximo de 8 pasajeros.
RBC: O sea que al paciente tendrían que colocarlo en el avión en las mejores condiciones climáticas. En caso de no poder llevarlo en avión, ¿qué hacen?
CAV: Se traslada en ambulancia, si es que no está cortado el camino ya que en invierno suele cortarse en el tramo desde aquí hasta la barcaza, directo hasta Cochrane. Tenemos la suerte de contar con el permiso del fondo de la barcaza, para que en caso de emergencia se los llame y se hace un cruce especial. Porque la barcaza que conecta a Villa O’Higgins con el resto de la región tiene tres horarios: en verano a las 10 de la mañana, a las 12 y alas 6 de la tarde; en invierno, a las 10 de la mañana y a las 3 de la tarde. Pero tenemos la opción de llamar al capitán del barco y decirle que tenemos una situación y ellos pueden venir con la barcaza a recoger al paciente directamente a Puerto Río Bravo que queda a 100 km de Villa O’Higgins. Entonces son 2 horas y media de camino; desde allí la barcaza cruza y hasta el hospital de Cochrane son 2 horas y media a 3 horas más. Ese sería el centro asistencial de menor complejidad que el de Coyhaique pero el más cercano al que podría derivar un paciente; porque aquí no tengo más que mis manos, el fonendoscopio (estetoscopio) y un par de medicamentos para poder aguantar la situación.
RBC: Aquí en la posta, ¿cuántos profesionales están trabajando?
CAV: La Dra. Barahona, odontóloga, las tres mujeres que son paramédicas; Javier, nuestro chofer, y yo. También tenemos una auxiliar de aseo que nos ayuda en ese aspecto de la posta.
RBC: es curioso, e insisto en lo que me llamó antes la atención, que la resolución de una enfermedad dependa del clima. Porque en otros casos dependerá de otros factores, pero aquí es el clima.
CAV: También dependerá del momento del día, porque si es de noche los aviones no vuelan.
RBC: Cuando se encontró en alguna situación especial, en estos dos meses y medio, ¿su actualización científica le genera dudas?; es decir, de pronto se encuentra con un caso, no tiene con quien conversarlo, ¿qué hace? Por ejemplo, ante algo que le resulta extraño, ya que usted es un médico joven.
CAV: Tengo varias opciones; por un lado, tengo Internet pero de forma intermitente, donde puede hacer consultas abiertamente en los buscadores o en New England Journal of Medicine (NEJM), ya que tengo la membresía, y es un poco mi base de información, aunque dependo mucho de la conexión a Internet. Por otra parte, tengo mis libros de la universidad, que conservo como huesos santos. Los tengo digitalizados y las dudas que voy teniendo las resuelvo allí. Si estoy muy dudoso con ciertas situaciones, tuve la suerte de trabajar 5 años en el servicio de urgencias del Hospital de Coyhaique, por lo que conozco a todos los especialistas de allí; tengo sus números de teléfono y la verdad que a la hora que los he llamado, que ha sido a la hora más increíble que se pueda imaginar, me contestan y me ayudan a resolver. Esas son mis fuentes de información ante las situaciones más complejas que de repente no puedo manejar.
RBC: Casi todas las provincias tienen particularidades que están determinadas por el clima o las distancias, que influyen en las conductas de sus habitantes. ¿Cuál podría decir que es la manifestación de esas influencias que más afectan la conducta de manera negativa?
CAV: Desde un punto de vista más macro, la situación de aislamiento genera que Villa O’Higgins no tenga muchos polos de desarrollo para la gente. Por lo tanto, fuera de trabajar, no tienen mayores actividades para realizar. Es mi percepción personal y creo que la comparten varios colegas también a nivel regional. Por ejemplo, se cae mucho en el alcoholismo; la gente utiliza el alcohol como medio de evasión de este aislamiento; esto, a mi parecer, genera una cadena de situaciones que terminan, como hablábamos antes, en los índices de depresión que tenemos. El hecho de haber un padre alcohólico, una madre alcohólica, genera violencia intrafamiliar de uno u otro lado que desencadena la depresión, y los niños son las víctimas principales. Este es un círculo que me fui dando cuenta que se ha ido desarrollando muy fuertemente, no sólo aquí en Villa O’Higgins, sino a nivel de la región (Cochrane, Coyhaique, etc.), y que también tiene que ver con las oportunidades de educación y, en el caso particular de Villa O’Higgins, que la gente no tenía acceso simplemente a la salud. Esta es mi percepción general de la situación.
RBC: Hemos conversado sobre la necesidad de actualización; si tiene la necesidad de actualizarse en castellano, con respecto a la actualización que se pueda hacer desde una publicación del mundo, como NEJM, que es valiosa pero está en inglés, ¿qué necesitaría?
CAV: En lo personal, y aun al ser NEJM muy actualizado, con estudios con poblaciones grandes, tiene el inconveniente que no permite una lectura fluida; indudablemente por ignorancia también saca palabras de contexto, por lo tanto, aun al ser muy buena la publicación no cumple el papel en el aprendizaje como uno quisiera. En ese sentido, si la misma publicación estuviera en castellano el aprendizaje sería mucho mejor, porque no tengo el desafío de tener que traducir lo que el autor quiso decir con su texto, sino que simplemente leo.
RBC: Con respecto a las revistas, en este caso extranjeras, y las problemáticas que abordan, en algunos casos pueden serle útiles para esta parte del mundo, como hablábamos al principio, tan aisladas; cuando en general esas revistas lo que tratan son problemáticas propias de sus localidades. Esto de poder contar con medios de comunicación, científicos y de actualización, que tengan que ver con las particularidades que ustedes enfrentan en el trabajo cotidiano, ¿es una necesidad en Chile de que el médico pueda disponer de esos medios de comunicación propios o regionales, como para que lo que se aborde en ellos le resulte útil para la práctica cotidiana?
CAV: Definitivamente, sí. No tenemos medios locales, aunque las sociedades de las diferentes especialidades tienen sus revistas, pero no son de circulación masiva; entonces, la estadística chilena, en general, sin ser mala porque en ese sentido el Ministerio de Salud se preocupa mucho, no tiene tanta difusión. Por eso, generalmente se prefieren textos no locales. Por lo menos en mi experiencia, en NEJM nunca encontré artículos sobre hidatidosis, y ésta es una afección muy prevalente e incidente en la región. Hablan, por ejemplo, del virus Ébola, que por suerte a Chile no ha llegado, y que fue un tema importante, pero no es lo prevalente o lo que yo necesito en el día a día. Entonces, en este sentido, estoy absolutamente de acuerdo en que hay que generar instancias locales, investigativas, que desarrollen estos problemas y no los modelos europeos de manejo de información, por muy buenos y respetables que sean.
RBC: Hablábamos de las universidades abiertas o las universidades restringidas, y lo costoso que resulta para los estudiantes, particularmente chilenos, embarcarse en una carrera, en el nivel secundario y, más aun, en el nivel universitario. ¿A usted le ha resultado caro también? ¿Cómo ha resuelto el problema de los costos?
CAV: Yo todavía no termino de pagar la universidad a pesar que salí hace 5 años. Para que se imaginen que sí es costosa, voy a terminar de pagarla en 2018; o sea que voy a seguir endeudado todavía 4 años más. Tengo la suerte sí de que la carrera al banco la asegura que este profesional que se está formando va a cumplir el pago; por lo tanto, aporta el dinero. Pero otras carreras no tienen esa opción.
RBC: ¿Cómo hacen; le descuentan la cuota del crédito de sus honorarios?
CAV: Yo lo tengo a través de un crédito de consumo, que es lo mismo que para comprarse un auto; o sea, tengo una tasa de interés relativamente alta para un crédito de consumo, y voy pagando una cuota mensual al banco. No me la descuentan de los honorarios, yo la voy pagando de manera personal. Si no lo cumplo, tengo un aval al que se la descuentan en caso de no hacerlo yo mismo, pero con lo cual se genera todo un problema legal.
Otras personas tienen la opción de que pueden costearle los estudios los padres, por ejemplo, sin mayores problemas, pero son los menos. El grueso de la población, si no se endeuda no estudia.
RBC: En su caso, si terminó los estudios hace 5 años y termina de pagar en 2018, serían 8 años de pago. ¿Lo suyo es el promedio o hay colegas que se comprometen por más tiempo todavía, sean médicos o de otras carreras?
CAV: Un chileno de clase media que entre a la carrera de medicina, sus padres no van a poder costearla probablemente de manera anual, por lo tanto van a tener que acceder a un sistema de crédito. Si yo hubiera entrado en una especialidad al salir de la universidad serían tres años más. Como uno no trabaja, son 3 años más de crédito que hay que sumarle a lo que ya tenías. Al terminar, recién podía empezar a generar instancias de pago. Por lo tanto, sí, efectivamente los colegas que no tuvieron la opción de pagar la universidad y entraron a una subespecialidad de manera primaria y que tampoco pudieron costearla por su trabajo porque aún están estudiando, pagan muchos más años que yo.
RBC: Nos gustaría a todos, y especialmente a ustedes, que eso se pudiera prontamente modificar en Chile, y que las posibilidades de estudio sean semejantes para todos, para los que poseen el dinero y para los que no lo tienen, con más razón todavía.
Con la Carretera Austral no llega todo; por ejemplo, no llegó la ambulancia cuando se construyó esta carretera. La ambulancia recién llegó aquí hace dos años; y claro, llega la ambulancia, ¿y quién la conduce? Pues bien, la conduce Javier Cárdenas, el chofer que, por lo que nos ha estado contando, es también quien resuelve problemas estructurales de la posta y, además, también incursiona en otras cuestiones cuando de pronto tiene que resolver situaciones junto con el paramédico.
Estas son carreteras complicadas; a veces se hacen de una mano. Al llevar pacientes, usted tiene en cuenta que éste está en una situación particular, dependiendo de cuál sea el problema que ha tenido; ¿cómo resuelve las curvas, las piedras, los pozos?
JC: Después de un tiempo se llega a conocer el camino de memoria; obviamente que se hace con todas las señalizaciones, las luces encendidas, y, si amerita, la sirena, para prevenir cualquier cosa.
RBC: ¿La sirena puede ser escuchada en caminos con tantas curvas?
JC; Sí, al menos por algunos metros de distancia se escucha.
RBC: ¿Y las luces?
JC: Se ven bien.
RBC: Para usted, ¿es preferible ir de noche o de día?
JC: De noche, porque las luces pueden verse mejor.
RBC; ¿Los pacientes qué prefieren?
JC: No sé, creo que sólo quieren que los saquen.
RBC: Hay casos en que los pacientes prefieren viajar en vehículos propios o que los lleven los familiares; ¿en esos casos ustedes les aclaran que tiene que ir en la ambulancia?
JC: Cuando no es algo urgente, por ejemplo un control, buscan sus medios. Si se trata de una urgencia, obviamente deben ir en la ambulancia, junto con los paramédicos.
RBC: ¿Han ocurrido situaciones en las que no tuviera usted la compañía de los paramédicos?
JC: Sí, alguna vez, pero no se trataba de urgencias, sólo para hacerse un control.
RBC: ¿Le ha tocado enfrentar situaciones en las que tiene que movilizar al paciente? ¿Lo ha hecho junto con el paramédico? ¿Cómo ha actuado en esos casos?
JC: por llevar tan poco tiempo, falta más práctica, pero me han tocado situaciones como vuelcos, en donde hemos tenido que inmovilizar personas, colocarlos en la camilla, etcétera.
RBC: ¿Considera usted que el chofer de ambulancia debería recibir algún tipo de instrucción específica relacionada con primeros auxilios o urgencias?
JC: Sí, porque si se llega al lugar de un accidente pude haber más de una persona accidentada y uno tiene que cooperar. Al menos saber lo que está haciendo
RBC: Lo que usted hace ha sido por su buena voluntad de aprenderlo, pero no porque exista un plan para que el chofer de ambulancia reciba esa instrucción específicamente.
JC: Sí, lo que falta es capacitación. El problema es que soy el único chofer de ambulancia que hay en Villa O’Higgins, entonces si yo salgo a capacitarme es muy complicado que quede otra persona.
RBC: En esos casos, hoy, con las facilidades que ofrece Internet se podría en principio hacer una capacitación a distancia.
JC: En eso estamos. Una colega está entregándonos material para que empecemos, por ejemplo, a aprender a controlar los signos vitales.
CAV: De a poco lo estamos desarrollando. La verdad es que yo no tenía mucha fe en la capacitación, porque como dice Javier, él sale de la villa y nos quedamos sin chofer. En ese sentido, las primeras instancias de capacitación que se van a ir generando son las que pueda implementar yo, y sólo llevo dos meses. Lo primero es que sepan controlar signos vitales y de ahí ir escalando un sistema de capacitación que el día de mañana a ellos les permita asistir un paro cardíaco al mismo nivel que lo asista yo, independientemente de que tengan la formación como médico.
RBC: ¿Pero eso es porque usted se lo quiere dar o porque forma parte de la currícula de ellos?
CAV: No, esta fue una inquietud bilateral; ellos me lo plantearon y yo también lo tenía como objetivo. Porque si a mí se me vuelca un vehículo y tengo dos lesionados, ya con eso colapso; o reanimo a uno o reanimo a otro. Entonces, eso no puede quedar así. De hecho, la odontóloga también se está sumando a las capacitaciones porque el día de mañana yo voy a tener que reanimar a un paciente y ella va a tener que seguir atendiendo al otro, ojalá con la mínima supervisión para que yo pueda hacer el mejor trabajo que tengo allí.
RBC: Villa O’Higgins tiene una comunidad estable que se dedica a los quehaceres característicos de la zona, agropecuarios algunos, etcétera. Pero lo que especialmente está haciendo resurgir o le incentiva el progreso es el turismo; y aquí se atiende al turista. ¿Cuáles son las causas por las que viene?
CAV: La mayoría de los turistas que viene a la consulta, en general, es por afecciones sencillas, principalmente alérgicas; personas que no están acostumbradas a la vegetación, y que presentan generalmente rinitis e, incluso, uno que otro caso de asma. El otro ingreso de turistas es por vuelcos; la gente no conoce la carretera, maneja muy rápido y tenemos una naturaleza bastante exuberante. Por lo tanto, la combinación de curvas, velocidad y distracción con el mismo entorno provoca que la gente vuelque. Gracias a Dios, en mi corta experiencia la Posta ha atendido muchos vuelcos, pero ningún lesionado grave. Sólo una paciente que tuvo una contusión, pero sin compromiso de la conciencia, por lo que la tuvimos en observación y se pudo retirar. Los turistas se confían mucho del camino, toman las curvas muy cerradas o vienen por el medio del camino para asegurar y como éste es angosto, si se encuentran con otro vehículo de contramano se salen. También los tiempos de la barcaza hace que la gente se apure. Generalmente, cuando se baja de la barcaza, los primeros 10 km se suele ir más lento porque se sabe que puede venir alguien rápido hacia la barcaza.
RBC: Creo que esto va a ser útil, compartir experiencias, que ustedes compartan lo que viven aquí. Dejo el cierre al Dr. Araya Vargas.
CAV: Quiero agradecer la oportunidad de poder compartir el poco tiempo que llevo acá. Ha sido una experiencia muy enriquecedora. No es fácil venirse a vivir a una comunidad así, pero la calidad de la gente que está acá, la pureza del paisaje, ver los esfuerzos humanos que se han hecho para mantener este punto vivo, es una recompensa que supera con creces cualquier dificultad que pueda haber. Esta para mí, en mis cinco años, ha sido la experiencia en la que he podido ser médico como tal, porque la verdad en que en otra ciudad uno cuenta con mucho apoyo. Aquí mis manos, mis ojos, mis oídos y mi estetoscopio son los recursos que tengo para lidiar con la mayoría de las enfermedades. Quiero invitar a todos quienes vean este reportaje, que vengan a conocer e incluso a atender y conocer otras realidades; bienvenidos sean. Ya se logró tener un médico estable, así que el día de mañana si no estoy yo va a estar otro colega en las mismas condiciones, y ojalá mejores. La gente que quiera compartirlo, que por favor se sienta invitada a generar una red médica, no sólo chilena o argentina, sino una comunidad más grande.
RBC: Estos colegas necesitan que sus compañeros los visiten, charlen con ellos, intercambien experiencias; es decir, que practiquen esto de acercarse a los maestros de la salud, por caminos que, por otra parte, como decíamos al principio, presentan, además, algunas dificultades, pero que se van subsanando con el tiempo y que son caminos bellísimos. Van a sorprenderse de la belleza de este sur de la República de Chile. Así que los invitamos a que vengan a esta Posta de Salud de Villa O’Higgins.


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