LAS LECHES FERMENTADAS POTENCIALMENTE PROBIÓTICAS FRENTE A LA INFLAMACIÓN INTESTINAL Y EL CÁNCER
Alejandra De Moreno De Leblanc1 y Gabriela Perdigon2
1Dra. En Bioquimica, Investigadora (conicet), Centro De Referencia Para Lactobacilos (cerela-conicet), Chacabuco 145, Tucuma´n (t4000ilc), Argentina
2Dra En Bioquímica, Investigador Superior (conicet)-profesor, -1centro De Referencia Para Lactobacilos (cerela-conicet), Chacabuco 145, Tucuman (t4000ilc), Argentina
2-catedra De Inmunologia, Facultad De Bioquimica, Quimica Y Farmacia, Universidad Nacional De Tucuman,
Tucuman, Argentina, San Miguel De Tucuman, Argentina
San Miguel De Tucuman, Argentina (SIIC)
El consumo de leches fermentadas con microorganismos potencialmente probióticos puede modular la respuesta inmunitaria del hospedador, manteniéndolo en estado de vigilancia, lo que le ayudaría a enfrentar enfermedades como la inflamación intestinal y algunos tipos de cáncer y, por lo tanto, mejorar su calidad de vida.
Las bacterias lácticas son microorganismos que están presentes en numerosos alimentos que se consumen en forma habitual. Muchas de ellas fueron caracterizadas como probióticas, debido a que se les atribuyen propiedades benéficas para la salud del consumidor.1 El yogur, definido como producto que resulta de la fermentación de la leche por los microorganismos Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus,2 ha sido descrito como alimento saludable desde épocas milenarias.3 Las leches fermentadas, además de los microorganismos beneficiosos, contienen productos originados del proceso fermentativo que pueden coadyuvar en su efecto beneficioso. Numerosos trabajos muestran que el consumo de productos lácteos fermentados es efectivo frente a patologías inflamatorias.
En el cáncer de colon, un yogur preparado con bacterias lácticas de la colección de cultivos del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA, San Miguel de Tucumán, Argentina) fue evaluado en un modelo con animales (ratones). Los resultados mostraron una importante respuesta inflamatoria intestinal relacionada con el desarrollo del tumor en los animales controles (que no recibieron el yogur). A diferencia de lo observado en ese grupo control, los animales que recibieron el yogur mostraron disminución de la respuesta inflamatoria y un menor desarrollo del tumor.4-6 Si bien el efecto sobre el sistema inmunológico del hospedador fue el más destacado, el yogur también podría ejercer sus beneficios a través de otros mecanismos de acción, como por ejemplo el de modular en forma beneficiosa la población microbiana que coloniza el intestino. Se conoce que los pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales tienen diferencias en la población microbiana, en comparación con los microorganismos que se encuentran en las personas sanas. Nosotros demostramos indirectamente este efecto con el yogur en el modelo de cáncer de colon, mediante la disminución de enzimas producidas por ciertos microorganismos intestinales, las que están relacionadas con sustancias cancerígenas que favorecen el desarrollo de tumor.7
El efecto antitumoral del yogur estuvo relacionado con su potencial antiinflamatorio, de allí que evaluamos su efecto en modelos con animales de inflamación intestinal. Observamos que el yogur disminuyó la gravedad de la inflamación en su etapa aguda.8 Además, es importante considerar que en la inflamación intestinal crónica se intercalan períodos de actividad y de quiescencia de la enfermedad, por lo que estudiamos el efecto del yogur en un modelo de inflamación crónica, administrándolo una vez que los animales pasaron el episodio agudo y antes de reactivar la enfermedad, simulando la situación de esos pacientes. A diferencia de los animales controles (a los que no se les suministró yogur), en los que sí recibieron el producto lácteo durante el período de quiescencia no se reactivó la enfermedad con el estímulo empleado, lo que muestra el efecto antiinflamatorio del yogur en el proceso crónico.9 Al igual que en el modelo de cáncer de colon, el efecto observado fue debido a la modulación de la respuesta inmunológica del hospedador. También demostramos en este modelo el efecto benéfico de yogur sobre los microorganismos intestinales.
Los resultados obtenidos con el yogur llevaron a pensar que, aun cuando se trate de productos que ingresan con la alimentación, considerando la red de comunicación del sistema inmunológico intestinal, las leches fermentadas podrían tener efectos frente a otros tipos de tumores no intestinales.
Se evaluó, en colaboración con la Dra. Chantal Matar (Canadá), una leche fermentada que contiene una bacteria láctica con propiedades probióticas (Lactobacillus helveticus R389) en un modelo de cáncer de mama en ratones.10,11 Los resultados mostraron la importancia del producto fermentado en los efectos observados: sólo los ratones que recibieron como suplemento dietario la leche fermentada mostraron menor incidencia del tumor, con un aumento de la respuesta inmunológica, la que fue muy efectiva frente al tumor de mama, al impedir o retrasar su crecimiento. Esto llevaría a un tratamiento más fácil y evitaría consecuencias asociadas con el tumor, como las metástasis.
Estos resultados muestran la potencialidad de ciertas leches fermentadas para modular el sistema inmunitario, al mantener un estado de vigilancia, y así poder enfrentar de un modo más efectivo ciertas enfermedades, mejorando la calidad de vida de quienes las padecen.
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