Red Científica Iberoamericana

COMORBILIDAD, ESTADO DE SALUD Y CALIDAD DE VIDA EN ANCIANOS INTERNADOS CON DEMENCIA Y SIN ELLA

Carmen Rodríguez-Blázquez1,C Rodríguez-Blásquez2 y MJ Forjaz3
1Psicólogo, Ayudante de Investigación, Centro Nacional de Epidemiología, Instituto de Salud Carlos III, Madrid, España
2, National Center of Epidemiology, Institute of Health Carlos III / CIBERNED, Madrid, España
3, National School of Public Health, Institute of Health Carlos III / REDISSEC, España

Madrid, España (SIIC)

El presente estudio analiza la relación entre comorbilidad, estado de salud y calidad de vida en residentes de hogares geriátricos en España.

El concepto de “comorbilidad” se define como la co-ocurrencia de condiciones de salud en un paciente de tal manera que sus síntomas, evolución y tratamiento interaccionan, lo que complica el manejo y la atención a estos pacientes [1]. Las tasas de prevalencia de comorbilidad son altas en la población mayor de 65 años (40-50%, según los estudios), incrementándose con la edad, lo que convierte su estudio en una prioridad debido a las implicaciones que tiene para los servicios socio-sanitarios y para la sociedad en general.
Existen diversos estudios que han analizado la relación entre comorbilidad, estado de salud y calidad de vida en mayores. En general, la comorbilidad afecta negativamente a la percepción del estado de salud y a la calidad de vida [2], aunque los distintos estudios difieren en la importancia que cada patología, su progresión y sus síntomas tiene en esta relación. En este sentido, la comorbilidad se conceptualiza como un factor intermedio entre los procesos fisiológicos y los resultados de salud, principalmente el estado funcional y la calidad de vida [3].
La demencia, que afecta a entre el 5-15% de la población mayor de 65 años, es una de las causas más importantes de discapacidad en este grupo de población, y con frecuencia cursa a la vez que distintas condiciones de salud tales como la hipertensión, diabetes y problemas cardiovasculares [4]. Las personas mayores que padecen patologías médicas crónicas y especialmente aquellas con demencia o que viven en una residencia son una población de especial interés por su situación de fragilidad, que les hace precisar de cuidados y recursos sociales y sanitarios adecuados que les permitan mantener una buena calidad de vida a un coste razonable.
Es por ello que se analizó la relación entre comorbilidad y calidad de vida en personas mayores de 60 años con y sin demencia institucionalizadas para identificar los factores que inciden en esta relación y las diferencias existentes entre los dos grupos. Los datos se extrajeron datos de dos encuestas nacionales sobre calidad de vida en personas mayores en residencias, que incluían a 759 personas en total (234 residentes sin demencia y 525 con demencia).
En ambas encuestas se recogió información sociodemográfica así como las puntuaciones de las siguientes escalas: el índice EQ-5D para medir la calidad de vida relacionada con la salud, la escala visual analógica (EQ-EVA) para el estado de salud actual, el número de condiciones crónicas mediante el Cumulative Illness Rating Scale para geriatría en el caso de comorbilidad, el índice de Barthel para el estado funcional y el Short Portable Mental Status Questionnaire para el estado cognitivo. Aunque las escalas EQ-5D y EQ-EVA son auto-administradas, en el grupo de las personas con demencia fueron completadas por un cuidador con un buen conocimiento del residente.
La muestra estaba compuesta por un 77,3% de mujeres y presentó una media de edad de 84,2 años (desviación típica: 7,2). Se observó que el grupo de personas con demencia era de mayor edad, tenía un mayor porcentaje de mujeres y un menor nivel educativo. También mostró peores resultados en las escalas aplicadas: las personas con demencia presentaban peor estado de salud y calidad de vida y tenían mayor dependencia funcional que las personas sin demencia (pruebas de Mann-Whitney y ANOVA, p<0,001).
En relación con la comorbilidad, el porcentaje de personas que presentaba dos o más condiciones crónicas de salud (excluyendo la demencia) fue del 96,8%, siendo los problemas musculoesqueléticos, como la artrosis, y los genitourinarios, como la incontinencia urinaria, los problemas más frecuentes. En el grupo de residentes sin demencia, los problemas musculoesqueléticos fueron la condición más frecuente, mientras que los trastornos de memoria fueron la condición más prevalente en el grupo de residentes con demencia. Este grupo presentó unos porcentajes de problemas de visión, insomnio, alergias y dolores de cabeza significativamente inferiores al grupo sin demencia, aunque mostró unas tasas significativamente superiores de problemas genito-urinarios (prueba de chi-cuadrado, p<0.008).
Lo más relevante del estudio es que se encontró una interacción entre padecer demencia y la comorbilidad (excluyendo los ítems relativos a problemas de memoria y demencia) (ANCOVA, p<0,001). Así, en el grupo de residentes con demencia y seis o más condiciones crónicas de salud, la puntuación de la escala de estado de salud EQ-EVA fue significativamente más baja que en el grupo de residentes con demencia y menos de seis condiciones de salud. Esta interacción no apareció para el resto de escalas ni para el grupo de residentes sin demencia. Además, las personas con demencia que presentaban problemas de visión, problemas bucodentales o genitourinarios, mostraron peor estado de salud en la escala EQ-EVA que en la muestra de personas sin demencia, independientemente de la edad y el sexo.
De este estudio se pueden extraer conclusiones e implicaciones importantes para el cuidado de personas mayores institucionalizadas con y sin demencia. El conocimiento de las patologías crónicas más prevalentes que afectan a las personas mayores que viven en residencias puede resultar de utilidad para detectar necesidades y priorizar intervenciones en este grupo de población. Los grupos de patologías más prevalentes en nuestro estudio, los trastornos musculoesqueléticos y los genitourinarios, son considerados de riesgo para la institucionalización y para la aparición de dependencia funcional [5]. Además, es de interés conocer qué asociaciones entre condiciones crónicas implican mayor deterioro en el estado de salud y la calidad de vida en las personas mayores. Por ejemplo, la relación detectada entre la existencia de problemas de visión, bucodentales o genitourinarios y un peor estado de salud en las personas con demencia puede alertar a los profesionales de salud y cuidadores de estas personas sobre un posible deterioro de su estado de salud y calidad de vida y permitir la intervención más apropiada.
Los estudios previos han encontrado que aunque las personas con demencia tienen una alta prevalencia de síntomas físicos, suelen calificar su estado general de salud como bueno [6]. Sin embargo, en este estudio, se ha recurrido a los cuidadores para la valoración del estado de salud de las personas con demencia. La presencia de comorbilidad podría hacer que el cuidador valore el estado de salud del residente con demencia de forma negativa. A pesar de ello, la utilización de informantes para valorar el estado de salud o la calidad de vida de las personas con demencia es un método muy utilizado y validado en diversos estudios [7], ya que permite acceder a información que no es posible adquirir de otra forma.
En general, los resultados de este estudio subrayan la necesidad de identificar las patologías y condiciones que influyen en la percepción del estado de salud y en la calidad de vida de las personas mayores que viven en residencias, sobre todo en aquellas que padecen demencia. Ello permitirá establecer prioridades en la atención e implementar intervenciones, programas, procedimientos y sistema de organización que mejoren su calidad de vida.
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