LOS APORTES DE LA ANTROPOLOGÍA A LA MEDICINA. LA MIRADA SOBRE LA FAMILIA Y SU LUGAR EN EL PROCESO DE SALUD-ENFERMEDAD-ATENCIÓN
Monica Garcia Barthe
Psicóloga Y Antropóloga Social, Profesional De Guardia, Hospital General De Niños "dr. Ricardo Gutiérrez", Buenos Aires, Argentina, Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires, Argentina (SIIC)
Para las ciencias médicas, sobre todo para la pediatría, la consideración del contexto familiar y social del paciente es ineludible a la hora de pensar los procesos del cuidado de la salud, entendida como producción social más allá de sus determinantes biológicos.
El artículo intenta establecer puentes entre las ciencias sociales y la medicina. Desarrolla los pilares básicos del abordaje de los fenómenos desde la antropología vinculándolos al cuidado de la salud en tanto proceso de salud-enfermedad-atención. En un primer momento se establece la especificidad disciplinaria de la antropología social desde lo conceptual y desde lo metodológico, para luego analizar la relación médico-paciente desde esta perspectiva. Recorriendo la historia de la disciplina, se destacan momentos fundacionales y se recortan sus características propias, que surgen del encuentro del conquistador europeo con pueblos y sociedades diferentes. Desde lo conceptual, la mirada antropológica tiene como característica la inclusión del punto de vista del otro, así como su voz. Desde lo metodológico, el enfoque etnográfico permite conocer a un determinado grupo social desde su interior mismo, registrando sus costumbres, mitos, creencias, historia, etc., relatados por sus protagonistas. En este marco, la antropología obliga a un trabajo de reflexión permanente de acercamiento y alejamiento de su objeto.
La antropología, entonces, aborda la diversidad humana desde el punto de vista de esa diversidad misma, rescatando las marcas de identidad cultural que la definen. Para las ciencias médicas, sobre todo para la pediatría, la consideración del contexto familiar y social del paciente es ineludible a la hora de pensar los procesos del cuidado de la salud, entendida como producción social más allá de sus determinantes biológicos. Comprender cómo cada grupo social entiende la salud, la enfermedad, los cuidados y la posición ante la muerte permite al médico situarse desde otro punto de vista y establecer puentes de comunicación con los pacientes y sus familias. Los modelos y representaciones de salud y enfermedad que analiza la antropología en distintos grupos sociales y momentos históricos nos demuestran la variabilidad de enfoques sobre estos fenómenos. Se analizan también distintas modalidades de acercamiento al problema de la diferencia cultural, oponiendo el enfoque clásico del antropólogo como intérprete o traductor al enfoque crítico que se centra en la salud en su dimensión política, como bien colectivo de interés público.
Así, se analizan los procesos históricos y sociales que contribuyen a conformar y producir las nociones de salud y enfermedad y por lo tanto los procesos de atención y cuidado de la salud, entendiendo estos últimos como un conjunto complejo donde intervienen diversos factores y variables. Un aspecto importante a considerar el la concepción de cultura, no considerar las diferencias culturales como un obstáculo sino como diferencia y las relaciones entre el ámbito público y privado en su particular interrelación que, en definitiva, no deja de ser una relación política.
Hechas las consideraciones anteriores, el artículo intenta establecer una nueva concepción de los procesos de salud-enfermedad-atención en sus dimensiones social y política, más allá de lo biológico y lo individual. Se mencionan algunos ejemplos clásicos donde estos aspectos se hacen manifiestos, como las enfermedades mentales o el síndrome de maltrato infantil en su construcción social e histórica. En un breve recorrido sobre las concepciones de niño y de violencia en distintos momentos históricos se pone de manifiesto cómo el uso de la violencia física hacia los niños con fines disciplinares y educativos pasó del ámbito de la vida privada a convertirse en objeto de la medicina y un tema de salud pública.
Finalmente, se aborda el lugar de la familia en el cuidado de la salud y el papel de los agentes y las instituciones sanitarias, entendiendo que son parte de una red de relaciones complejas donde las variables culturales, sociales y biológicas se imbrican en un todo imposible de disociar. El artículo aborda la niñez como categoría que, más allá de su entidad biológica sujeta a invariantes de crecimiento y maduración, está determinada por el contexto social, cultural e histórico, dando lugar a una pluralidad de infancias posibles.
A modo de conclusión, se destaca la vigencia y validez del pensamiento del Dr. Florencio Escardó, quien hace más de cincuenta años ya recordaba a los pediatras que el niño es un ser social y cultural antes que biológico, y reconocía la variabilidad de organizaciones familiares dentro de las cuales la experiencia humana se produce, tema de gran actualidad y que ya había sido vislumbrado por este maestro de la pediatría.