Red Científica Iberoamericana

SÍNDROME DE BURNOUT EN LOS PROFESIONALES DE MEDICINA HISPANOAMERICANOS

Armand Grau Martin1,R SUÑER-SOLER2,D FLICHTENTREI3,M PRATS4 y F BRAGA5
1Instituto de Salud y Calidad de Vida, Universidad de Girona, Girona, España
2Enfermera y Antropóloga. Doctora en Psicología y Calidad de Vida, Instituto de Salud y Calidad de Vida, Universidad de Girona, Girona, España
3Médico. Doctor en Medicina, Instituto de Salud y Calidad de Vida, Universidad de Girona, Girona, España
4Médica. Doctora en Medicina, Instituto de Salud y Calidad de Vida, Univeridad de Girona, Girona, España
5Licenciada, Instituto de Salud y Calidad de Vida, Universidad de Girona, Girona, España

Girona, España (SIIC)

Se observaron diferencias en la intensidad de las dimensiones del burnout y de los factores asociados según las naciones de ejercicio de la medicina, pero los factores vinculados con el nivel alto de las dimensiones fueron comunes para los médicos de todas las naciones.

El síndrome de burnout fue descrito hace casi cuarenta años1 y posteriormente definido por Maslach y Jakcson en los años ochenta como la presencia de altos niveles de agotamiento emocional y despersonalización y reducida realización personal, que puede presentarse en personas que trabajan con personas.2,3 Estas autoras elaboraron el cuestionario Maslach Burnout Inventory (MBI)2 que ha sido extensamente utilizado para medir las tres dimensiones de este síndrome. Se ha observado que el burnout aparece cuando fracasan los mecanismos de adaptación ante situaciones laborales estresantes que persisten en el tiempo, asociándose con factores personales y culturales y con peores condiciones laborales y organizativas.3-8
El colectivo de profesionales médicos ha sido objeto de estudio del síndrome de burnout en numerosas investigaciones. El excesivo trabajo, el realizar guardias, el trabajar con situaciones de gran demanda emocional y los frecuentes conflictos entre las demandas de los pacientes y las restricciones de la organización, o el contacto con pacientes que sufren, son algunas de las variables que frecuentemente causan estrés crónico e insatisfacción laboral en este colectivo y que pueden conducir al burnout.5,6,9-11
El objetivo de la presente investigación es estudiar el síndrome de burnout2 en médicos latinoamericanos. Específicamente, se estudian y comparan los valores de las tres dimensiones del burnout en médicos de seis naciones latinoamericanas, se analizan las variables sociodemográficas y laborales asociadas con el nivel alto de las dimensiones de burnout en cada una de las naciones.
Se realizó un estudio con diseño transversal, observacional y analítico, mediante una encuesta a los profesionales de la salud de países de habla hispana registrados en el portal de Internet Intramed, en la dirección www.intramed.net, que disponían de las claves de acceso y accedieron a participar, a través de un muestreo oportunístico. Los cuestionarios se cumplimentaron en online desde diciembre de 2006 hasta septiembre de 2007. Se accedía al cuestionario mediante una identificación de usuario y contraseña, y una vez completada y validada la encuesta el acceso quedaba bloqueado, lo que impidió que una misma persona registrada cumplimentara más de una encuesta. Todos los participantes recibieron información previa sobre los objetivos y las características metodológicas del estudio y mostraron su acuerdo con el contenido del consentimiento informado. La muestra se obtuvo mediante la selección de los profesionales de medicina y de las naciones representadas con más de 250 médicos, a partir de una cohorte global de 11 530 profesionales de la salud de Latinoamérica que incluía otras profesiones sanitarias y naciones.

Resultados

La muestra estuvo constituida por 8 875 médicos de seis países de Latinoamérica, con la siguiente distribución: 6 346 (71.5%) trabajaban en Argentina, 970 (10.9%) en México, 571 (6.4%) en Ecuador, 416 (4.7%) en Perú, 294 (3.3%) en Colombia y 278 (3.1%) ejercían en Uruguay. En la muestra global de médicos, el 54.1% eran hombres, tenían una media de edad de 42.34 años (desviación típica [dt]: 10.8), una experiencia profesional de 16.04 años (dt 10.6) y una antigüedad en el lugar de trabajo actual de 11.04 años (dt 9.7). El 68.2% estaba casado o tenía pareja, y la mediana era de dos hijos.
México y Ecuador presentaron valores superiores en satisfacción profesional con respecto al resto de las naciones de forma estadísticamente significativa con la prueba de Scheffé para comparaciones múltiples. Ecuador, México y Colombia presentaron niveles superiores en la autoevaluación de optimismo que las tres naciones restantes; sin embargo, las diferencias entre Colombia y Perú no alcanzaron significación estadística al aplicar la prueba de Scheffé. Al comparar la valoración de la economía personal entre naciones, se observan puntuaciones mayores en los médicos de México y Ecuador, pero Ecuador no alcanzó significación estadística con respecto a Colombia.
La percepción de sentirse valorado en el trabajo fue significativamente mayor en Ecuador y Perú. México, Ecuador y Perú expresaron niveles similares de agotamiento emocional, los cuales fueron significativamente más bajos que en Colombia, Uruguay y Argentina al aplicar la prueba de Scheffé para comparaciones múltiples, con una diferencia máxima entre las medias de México y Argentina, que alcanzaba los 9.7 puntos. Las diferencias entre Argentina y Uruguay no alcanzaban significación estadística, pero sí con Colombia, nación que quedaba situada en una posición intermedia para agotamiento emocional.
Los valores de los tercilos que dividen la muestra en un nivel bajo, medio o alto, que representarían los umbrales que se deberían aplicar a cada nación, mostraron diferencias que llegaban a alcanzar los 13 puntos entre México y Argentina. Si en vez de aplicar el umbral obtenido para cada nación se aplicara un valor de corte plurinacional y multiprofesional sanitario de Latinoamérica, se obtendrían proporciones de alrededor del 15% de médicos con nivel alto de agotamiento emocional en México, Ecuador y Perú, muy por debajo del 33% esperado al que se acercaría al aplicar el umbral de su nación. En cambio, si se aplicara el umbral de la muestra de médicos de EE.UU., la Argentina mostraría un exceso de médicos con nivel alto de agotamiento emocional, que superaría el 50%.
La percepción de ser valorado en su vida laboral por los pacientes, los familiares de los pacientes, los compañeros de profesión y los superiores (valoración laboral) y el grado de optimismo autoevaluado fueron las variables con mayor representación, seguidas por la satisfacción profesional, actuando las tres como variables protectoras, de modo que, a mayor puntuación había menor probabilidad de pertenecer al grupo de agotamiento emocional alto. En Ecuador y Perú, la mayor experiencia profesional (más años de profesión) se posicionó como una fuerte variable protectora para agotamiento emocional. Los médicos que ejercían en la Argentina tenían valores más altos de despersonalización que el resto de la muestra, si bien la diferencia de las medias con los médicos de Colombia no alcanzaba significación estadística. Los médicos de México manifestaron valores más bajos de despersonalización, con diferencias con significación estadística en la comparación con Colombia y la Argentina.
Los valores de corte de las dimensiones del MBI por naciones fueron similares, excepto en Colombia (que superaba en dos puntos el tercilo alto) y Argentina (que lo hacía en cuatro puntos). El valor de corte para el nivel alto de despersonalización de “las muestras de referencia” latinoamericana y de EE.UU. es igual y, además, coincide con el valor de Colombia. Por dicho motivo, el porcentaje de médicos adjudicados al valor alto de despersonalización es el mismo en ambos supuestos, y en Colombia representó un tercio (el 33%) de la muestra. La Argentina tuvo un mayor porcentaje de médicos con alta despersonalización, mientras que el resto de las naciones tuvo porcentajes inferiores a lo esperado.
A mayor satisfacción profesional, percepción de ser valorado (valoración laboral) y años de profesión, menor probabilidad de pertenecer al colectivo con alta despersonalización en todas las naciones. Los hombres, en contraposición a las mujeres, expresaron con mayor frecuencia sentimientos de despersonalización, emergiendo entre las cuatro principales variables en Uruguay, Argentina y Perú. En realización personal, quedaron nítidamente definidos dos grupos de naciones con diferencias significativas entre ambos grupos, pero que no alcanzaban niveles de significación estadística entre las naciones que conforman cada grupo. El grupo con sensación de menor realización personal estaba constituido por Argentina y Uruguay, y las restantes cuatro naciones formaban el otro grupo con mayor realización personal y, por lo tanto, con los valores de corte más altos. Al valorar el porcentaje de médicos adjudicados al nivel bajo de realización personal, según los umbrales para EE.UU. y Latinoamérica, se observaron valores próximos al 33% esperado en Argentina y Uruguay, mientras que, en las otras cuatro naciones estudiadas, la prevalencia de baja realización personal era manifiestamente baja, sobre todo en Ecuador.
La valoración laboral, el optimismo y la satisfacción profesional fueron las variables (todas ellas) de carácter protector, con mayor asociación con el nivel bajo de realización personal. La valoración de la economía personal se manifestó como variable fuertemente asociada con la baja realización personal en Ecuador y Colombia.


Conclusiones

En el presente trabajo se han estudiado y comparado los valores de las tres dimensiones del burnout en médicos de seis naciones latinoamericanas, observando diferencias importantes entre países. Al analizar los valores de burnout, los resultados muestran tres niveles de países: un primer bloque con valores bajos (México, Ecuador y Perú), un segundo bloque con valores elevados (Argentina) y un tercer bloque con valores que se aproximan a uno u otro bloque según las dimensiones que se evalúen (Uruguay, con valores altos en agotamiento emocional y realización personal, y Colombia, con valores altos en despersonalización). Toral-Villanueva y colaboradores12 estimaron la prevalencia de burnout en médicos de la ciudad de México y observaron medias ligeramente superiores a las del presente estudio en las tres dimensiones del MBI. No obstante, Esquivel-Molina y colaboradores13 hallaron menor prevalencia en el nivel alto de agotamiento emocional y similar prevalencia en despersonalización entre médicos mexicanos. En una muestra de 82 trabajadores sanitarios de Perú se atribuyó la baja prevalencia de burnout a las ventajas asociadas con un sistema privado de salud con mejores ingresos económicos del personal, mayores recursos materiales y continua capacitación de los trabajadores.14 En otro estudio realizado también en Perú, con 90 médicos, los valores promedios obtenidos en agotamiento emocional (14.4) y en despersonalización (4.6) fueron inferiores a los observados en la presente muestra, mientras que los valores de realización personal (44.3) fueron superiores.15 Otro estudio con 123 pediatras argentinos verificó menor agotamiento emocional (24.3) respecto de nuestra muestra, valores similares en despersonalización (8.1) y menor realización personal (33.2).16

Respecto de los valores de corte, Neira, en 2004,17 en una muestra de médicos argentinos estableció un umbral mayor de 21 para el nivel alto en agotamiento emocional (13 puntos inferior que en la presente muestra), un umbral superior o igual a 5 en despersonalización (7 puntos inferior al presente estudio) y un umbral inferior a 36 en realización personal (2 puntos superior), correspondiendo a puntuaciones inferiores en su población en las dimensiones de agotamiento emocional y despersonalización.
En los resultados describimos el valor de los tercilos para las tres dimensiones del MBI que corresponden a cada nación. Estos valores podrían constituir los umbrales de referencia para separar los tres niveles (bajo, medio y alto) de cada dimensión, ya que los valores que se suelen utilizar como de “referencia” se han obtenido de estudios con cohortes no aleatorizadas ni estratificadas, con tamaños de muestras habitualmente pequeños, y que no han demostrado capacidad representativa de la población estudiada. Sin embargo, nuestra intención al describir estos resultados es facilitar la comparación de las diferencias y similitudes entre naciones, y puede también ser de utilidad para la comparación de los resultados obtenidos en otros estudios con otras naciones o profesiones. Conocer los umbrales permite calcular la prevalencia de participantes que quedarían catalogados como de nivel alto de agotamiento emocional o despersonalización, o de nivel bajo de realización personal, para efectos comparativos. No obstante, ninguna muestra ha demostrado representar los verdaderos valores de una dimensión y, por lo tanto, no deberían ser utilizados para clasificar las personas en los niveles del MBI en posteriores estudios.
En nuestra opinión, los umbrales que describimos en el presente trabajo no deberían aplicarse como valores de referencia. En su lugar aconsejamos utilizar un umbral según la frecuencia con que se expresan los sentimientos y actitudes recogidos en las preguntas del cuestionario, y que este umbral sea especificado en la metodología. Así, por ejemplo, el nivel alto podría ser cuando el promedio de respuestas se situara por encima de una vez a la semana.
Las importantes diferencias observadas entre algunas de las naciones estudiadas constituyen un argumento en contra de la utilización de valores de referencia de otras naciones, aunque compartan el mismo idioma, las raíces culturales y una vecindad geográfica. Tampoco sería apropiado valorar una profesión con umbrales obtenidos en muestras donde predominan otras profesiones.

Respecto del estudio de las variables asociadas con los niveles altos en las dimensiones del MBI, se debe destacar que las variables con mayor asociación son las mismas en todos los países; en este sentido hemos observado que la satisfacción profesional, la autoevaluación del optimismo y la percepción de sentirse valorado en el trabajo son variables protectoras que han demostrado una fuerte asociación con el nivel alto de agotamiento emocional y despersonalización y con el nivel bajo de realización personal de modo uniforme en las seis naciones estudiadas. Si bien existen diferencias entre naciones en las puntuaciones de los valores asociados, éstas son menores en comparación con las diferencias observadas en las dimensiones del MBI. Las características transculturales pueden haber influido en mayor grado en las dimensiones del síndrome y con menor intensidad en los factores asociados. Diversos autores han revisado el burnout bajo la perspectiva transcultural, y señalan que los aspectos culturales, económicos y sociales son internos al síndrome y no secundarios,18 y verificaron la presencia de burnout en sociedades más individualistas con trabajos más estresantes y con mayor orientación al logro.4,19 En este sentido, y con los datos que disponemos, no podemos explicar los presentes resultados en los países que hemos hallado mayor burnout respecto al resto de naciones. En relación con las limitaciones del presente trabajo, consideramos la posibilidad de un sesgo de selección, ya que podrían haber participado en el estudio en mayor medida las personas con mayor interés en el síndrome de burnout; otra limitación sería el tamaño de la muestra relativamente pequeño de algunas de las naciones participantes.
Como conclusión, observamos diferencias en la intensidad de las dimensiones del burnout y de los factores relacionados según las naciones de ejercicio de la medicina. Sin embargo los factores asociados con el nivel alto de las dimensiones del burnout fueron comunes para todas las naciones. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de prevención de este síndrome con intervenciones culturalmente apropiadas que tengan en cuenta no sólo las características de los trabajadores, sino también los entornos laborales y sociales.


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