CONTACTO PIEL CON PIEL: BENEFICIOS PARA EL RECIÉN NACIDO Y LA MADRE
Isabel Llana Martín1,Alejandro López Escobar2 y Miguel Angel Marín Gabriel3
1Medico, Hospital Madrid-torrelodones
2Medico, Hospital Madrid-torrelodones
3Médico, Médico Adjunto, Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda, Madrid, España
Madrid, España (SIIC)
El contacto piel con piel se asocia con mayor estabilidad térmica del neonato y con una proporción más elevada de lactancia materna en el momento del alta hospitalaria.
Diversos autores han demostrado los efectos beneficiosos de la aplicación del contacto piel con piel (CPCP) tras el nacimiento, tales como aumento de la duración de la lactancia materna (LM) o la sensación de competencia por parte de los padres.
La episiotomía es un procedimiento común que se realiza en un gran número de partos. Hasta la actualidad, no se ha evaluado el efecto del CPCP como analgésico materno durante la realización de la episiotomía.
El objetivo principal de este trabajo fue establecer la influencia del CPCP en la regulación térmica en los recién nacidos (RN) de término y casi de término.
Secundarios: 1) Establecer si la aplicación del CPCP tiene alguna influencia en la recuperación de la hipotermia; 2) Estimar la frecuencia de LM en el alta hospitalaria y al mes de vida; 3) Determinar la influencia del CPCP sobre la frecuencia de RN que ingresan en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN); 4) Establecer si la aplicación del CPCP reduce el dolor materno durante la episiotomía y reduce el tiempo de expulsión placentaria; y 5) Determinar si la política de CPCP tiene influencia sobre el estado de ánimo materno.
Se efectuó un estudio aleatorizado controlado realizado durante 4 meses en el Hospital Madrid-Torrelodones, aprobado por el comité de ética del área. Los criterios de inclusión fueron madres sanas con gestaciones únicas y adecuado control prenatal, con parto a las 35-42 semanas de gestación.
Se excluyeron aquellas madres en las que se apreciaron signos de estrés fetal durante el parto, las sometidas a cesárea y aquellos neonatos que precisaran reanimación con presión positiva o intubación. También se excluyeron los RN con líquido meconial y ausencia de esfuerzo respiratorio.
Los pediatras que asistían el parto fueron aleatorizados en dos grupos, los que aplicaban CPCP (n = 6) y los que realizaban la asistencia habitual (n = 7), en cuyo caso llevaban a cabo la reanimación en una cuna dispuesta para ello. Las madres estaban cegadas para el grupo asignado.
En el grupo de CPCP se cortó el cordón umbilical a los 15 segundos y se colocó al RN en CPCP sobre el abdomen materno. Los RN eran secados y se les recubría con un cobertor y un gorro. Tras 2 horas de CPCP los RN eran separados de sus madres para iniciar los cuidados habituales (peso, talla, profilaxis ocular y antihemorrágica y administración de vacuna anti-hepatitis B). Posteriormente eran vestidos y llevados con sus padres.
En el grupo control se cortó el cordón a los 10-15 segundos y los RN eran llevados a una cuna de reanimación con calor radiante, posteriormente eran secados y se les cubría con un cobertor y un gorro. Finalmente se les arropaba con una toalla precalentada y se devolvía a los padres a los 10 minutos de vida. A las 2 horas de vida, eran nuevamente separados de los padres para realizar los cuidados habituales.
La medición de la temperatura fue realizada al primer minuto, a los 5 minutos y a las 2 horas de vida. Se definió que existía hipotermia cuando la temperatura axilar era inferior a 36ºC. Se definió como recuperación de hipotermia a los 5 minutos si la temperatura axilar era superior a 36ºC.
El tiempo de expulsión de la placenta se consideró como el intervalo de tiempo entre el nacimiento del niño y la expulsión total de la placenta. Para medir el dolor materno durante la sutura de la episiotomía se empleó una escala visual analógica (EVA). Los valores que toma varían entre 0 (no dolor) y 10 (dolor máximo). El 95% de las madres recibió analgesia epidural.
Para establecer el estado de ánimo materno se empleó la Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS) en los 3 últimos meses del estudio.
Se siguió a las parejas madre-hijo durante el ingreso y se llamó por teléfono al mes de vida para establecer el tipo de lactancia. No se pudo obtener respuesta a la llamada telefónica en el 5.8% del grupo CPCP y el 13.1% del grupo control. En cada grupo, 137 pacientes cumplieron los criterios de inclusión. No hubo diferencias significativas en lo que respecta a las características epidemiológicas entre ambos grupos, salvo en el peso al nacimiento (3 166.2 g en el grupo CPCP y 3 300.1 g en el grupo control). Se apreció mayor estabilidad térmica en los primeros 5 minutos de vida en el grupo CPCP frente al grupo control (p < 0.001).
Las madres asignadas al grupo CPCP dieron con mayor frecuencia LM exclusiva en el momento del alta hospitalaria (84.7% frente a 70%; p = 0.01) que las asignadas al grupo control, sin que se apreciaran diferencias al mes de vida.
No hubo diferencias entre el porcentaje de RN que requirió ingreso en UCIN (3.6% grupo CPCP frente a 8.8% grupo control).
El tiempo medio en expulsión de la placenta fue de 408.7 ± 244.8 s en el grupo CPCP frente a los 475.2 ± 276.6 s en el grupo control (p = 0.05). La puntuación en la EVA fue de 1.4 ± 2.6 en el grupo CPCP frente a 1.3 ± 1.8 en el grupo control, sin distinción en las escalas de ansiedad y depresión.
En este estudio se aprecia el potencial efecto beneficioso del CPCP para el mantenimiento de la temperatura en el paciente de término o casi de término.