Red Científica Iberoamericana

PREVALENCIA Y MORTALIDAD DE LAS INFECCIONES CERVICOFACIALES ODONTÓGENAS QUE REQUIEREN INTERNACIÓN

M Rodríguez Frausto1 y Luis Daniel Murillo-Bravo2
1Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica, Hospital de Especialidades, Instituto Mexicano del Seguro Social, León, México
2Médico Cirujano, Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica, Hospital de Especialidades, Instituto Mexicano del Seguro Social, León, México

León, México (SIIC)

En las unidades de media y alta complejidad se requiere de un equipo multidisciplinario dispuesto al abordaje de pacientes con infección odontógena complicada, que deberá seguir un protocolo de atención y tratamiento.

Es llamativo que en el siglo XXI, en el que los adelantos en la medicina y sus ramas auxiliares, que han aportado el conocimiento de la enfermedad de los órganos dentarios, los sistemas de salud aún no logran resultados que señalen que hay un óptimo control en la prevención y tratamiento oportuno de la caries y la parodontopatía que prevengan la hospitalización y la muerte por sus complicaciones.

Entre los factores que se asocian con la presencia de caries y parodontopatías, se encuentran el tipo de dieta, la diabetes mellitus y su prevalencia en aumento, las enfermedades inmunosupresoras y el uso de tratamientos inmunosupresores.

Por otra parte, el pronóstico se asocia con el grado de avance de la enfermedad al momento de tratarla, con la edad del paciente, con la comorbilidad y con la capacidad de los profesionales de la salud y los servicios médicos para operar como equipo eficiente.

Las complicaciones pueden ser mortales si no se diagnostican y abordan oportunamente; la muerte generalmente ocurre por el compromiso de las vías aéreas y la expansión de la infección incontrolada con repercusión sistémica.1-3

Una de las complicaciones más graves es la fascitis necrotizante, caracterizada por necrosis de la fascia superficial del cuello, de evolución rápida y fulminante, que requiere una pronta intervención quirúrgica, ventilación asistida y tratamiento antimicrobiano agresivo. La fascitis necrotizante tiene morbimortalidad equiparable con la mediastinitis (60%) y su relación con la infección odontogénica es del 50%.4-5

Desde la década pasada, diversos investigadores coinciden en que el abordaje de esta entidad implica el diagnóstico oportuno, la fasciotomía, el drenado, la antibioticoterapia agresiva y, en ocasiones, la atención en una unidad de cuidados intensivos.6-8

En nuestro país son escasos los estudios acerca de esta entidad.9 En la Unidad Médica de Alta Especialidad Nº 1, León, Guanajuato, México (UMAE N° 1) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la mortalidad por infección cervicofacial de origen odontogénico es del 18% y se presenta en pacientes mayores de 60 años que requirieron de atención en la Unidad de Cuidados Intensivos por manifestar criterios de sepsis grave, que evolucionó en las primeras 36 horas de estancia hospitalaria. Este hecho hace pensar que un diagnóstico rápido y un tratamiento suficiente y oportuno aportado por un equipo multidisciplinario trabajando en estrecha coordinación, podrían relacionarse con cambios positivos en la supervivencia.

Hemos revisado la realidad de este fenómeno en nuestro centro de trabajo*, que es una unidad médica de alta especialidad, con comportamiento de segundo y tercer nivel pues recibe pacientes directamente de una unidad de primer nivel de atención y al menos de 5 hospitales de segundo nivel de atención. Cuenta con 20 camas de cuidados intensivos, con servicio de cirugía de tórax sólo en turno matutino de lunes a viernes, cirugía maxilofacial de lunes a viernes en turnos matutino y vespertino, otorrinolaringología, laboratorio clínico, tomógrafo axial computarizado y quirófanos las 24 horas los siete días de la semana. También dispone de antibióticos de amplio espectro el 99% del tiempo.

Se revisaron 17 253 registros de ingresos al Servicio de Urgencias Adultos, correspondientes al período 1 de marzo de 2008 al 1 marzo de 2009. En 48 pacientes se estableció el diagnóstico de infección cervicofacial o de absceso de cuello; de estos, sólo 22 pacientes cumplieron con los criterios de inclusión: 13 hombres (59%) y 9 mujeres (41%), con un promedio de edad de 46.4 ± 12.1 años. Cinco pacientes eran hipertensos y 6, además, tenían diabetes; 16 pacientes requirieron hospitalización en piso y 3 en cuidados intensivos; en 3 enfermos el tratamiento fue ambulatorio. El promedio de hospitalización fue de 6.3 ± 6.1 días.

Sobre la base de esos resultados podemos asumir que es necesario que desde el primer nivel de atención se brinde tratamiento y seguimiento oportuno a los pacientes con infecciones de los órganos dentarios para prevenir su extensión y complicación.

El reconocimiento de los factores de riesgo asociados con la inmunosupresión y la vejez deben desencadenar una respuesta asertiva por parte del médico de primer contacto, al buscar intencionadamente la extensión de la infección e indicios de una repercusión sistémica, como alteraciones de la glucemia o del estado hemodinámica, que indique su envió inmediato a segundo o tercer nivel de atención.

En las unidades de segundo y tercer nivel de atención debe haber un equipo multidisciplinario dispuesto a reaccionar tácticamente ante el ingreso de un paciente con infección odontógena complicada, el cual deberá seguir un protocolo de atención y tratamiento.



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