Red Científica Iberoamericana

PAPEL DE LOS PROBIÓTICOS EN EL DESARROLLO DE LA INMUNOTOLERANCIA

Carolina Gómez-Llorente
Dpto. Bioquímica Y Biología Molecular II, Facultad De Farmacia Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Centro de Investigaciones Biomédicas, Universidad de Granada, Granada, España

Granada, España (SIIC)

En el intestino se sitúa la parte más amplia y compleja del sistema inmunitario global. Las bacterias comensales y las no comensales tienen una capacidad similar de interactuar con el intestino. Por lo tanto, se requieren más investigaciones para definir los efectos que los probióticos ejercen sobre el sistema inmunitario humano.

La inmunotolerancia, también conocida como tolerancia inmunológica, es definida como el mecanismo por el cual el sistema inmunitario previene una autorreactividad patológica contra los antígenos propios, lo que impide que se surjan enfermedades autoinmunes.
La mayoría de los patógenos ingresan al organismo a través de las mucosas, por ejemplo el intestino. Más aún, el sistema inmunitario intestinal es la parte más amplia y compleja del sistema inmunitario global. Además, se encuentra constantemente expuesto a antígenos provenientes de la dieta y del medio ambiente ya que el intestino humano adulto alberga una enorme cantidad de bacterias comensales.
Las bacterias comensales y las no comensales tienen una capacidad similar de interactuar con el intestino. Se ha demostrado que la homeostasis intestinal está regulada por una interrelación entre los enterocitos y las células del sistema inmunitario, especialmente con las células dendríticas (CD).
El sistema inmunitario se puede dividir en innato y adaptativo. La respuesta adaptativa inmune depende de los linfocitos B y T, los cuales son específicos para cada antígeno en particular. En contraste, el sistema innato responde a estructuras comunes llamadas patrones moleculares asociados con los patógenos (PAMP), compartida por la gran mayoría de los patógenos. La respuesta primaria frente a los patógenos es desencadenada por los receptores reconocedores de patrones (PPR), los cuales se unen a los PAMP. Entre los PPR se incluyen los receptores tipo toll (toll-like receptors [TLR]), dominios de unión a oligonucleótidos (NOD), moléculas de adhesión y lectinas. Los TLR reconocen principalmente componentes microbianos específicos e inducen la producción de citoquinas T helper 1 (Th1), por medio de un proceso dependiente de la vía NF-kB.
Los TLR han sido implicados en la aprición de la respuesta de las células T reguladoras (Treg) y en la inmunotolerancia. Las bacterias comensales son importantes en la homeostasis intestinal y parecen desempeñar un papel en la tolerancia temprana a antígenos foráneos. Añadir a los alimentos bacterias vivas probióticas capaces de colonizar el intestino podría también contribuir al desarrollo de la inmunotolerancia.
El concepto de que la microbiota intestinal puede ser positivamente modulada por la administración de bacterias fue propuesto por Metchnikoff en 1901. Los probióticos son microorganismos comensales vivos del tracto intestinal, y se definen como preparados de bacterias vivas con efectos sobre la salud clínicamente documentados en los seres humanos.
Hay pruebas que demuestran que los microorganismos probióticos inducen preferentemente células Th3/Treg y parecen inducir una respuesta antiinflamatoria, principalmente a través de una interacción con TLR9.
Actualmente existe una mejor comprensión de cómo los microorganismos comensales/probióticos pueden crear un estado de tolerancia general mediada por la acción de los TLR sobre las CD. Es evidente que la señalización de TLR9 es esencial para mediar el efecto antiinflamatorio de los probióticos. Sin embargo, diferentes estudios han implicado a otros TLR, como los TLR3 y TLR7 en la tolerancia inducida por bacterias comensales/probióticas. Después de la activación por microorganismos comensales/probióticos, las CD inician una respuesta apropiada, como es la diferenciación de Th0 a Treg, que tiene un efecto inhibidor sobre la respuesta inflamatoria de Th1, Th2 y Th17
Los TLR en las CD también están implicados en la generación de la respuesta inmunitaria protectora contra los agentes patógenos inductores de citoquinas proinflamatorias como la interleuquina 12. Aunque hay evidencia sustancial de estudios in vitro y en animales que demuestran el potencial de los probióticos y una capacidad cepa-específica inmunomoduladora, los resultados de los ensayos de intervención humana han sido mucho menos convincentes. Una posible explicación podría ser que la composición de la microbiota intestinal puede variar en un grado mucho mayor entre los seres humanos que entre los ratones mantenidos en el mismo ambiente y alimentados con la misma dieta. Las diferencias genéticas en la expresión de PPR y otros factores que contribuyen a la respuesta de señales bacterianas son también susceptibles de colaborar con la variabilidad en la respuesta al tratamiento probiótico. Por lo tanto, se requieren más investigaciones para estudiar los efectos que los probióticos ejercen sobre el sistema inmunitario en CD humanas, en modelos con animales y, por último, en estudios de intervención humana.

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