COMPORTAMIENTO Y CONTROL DE LUTZOMYIA LONGIPALPIS EN UN FOCO URBANO DE LEISHMANIOSIS VISCERAL EN ARGENTINA
María Soledad Santini
Dra.Investigadora, Centro Nacional De Diagnósticos E Investigación En Endemo-epidemias, Administrac, Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires, Argentina (SIIC)
La mayor actividad del vector coincide en tiempo y espacio con los hábitos y comportamientos del ser humano. Si bien la evaluación de escenarios de riesgo permitió generar recomendaciones preliminares de medidas de protección, la interacción hombre-perro, el manejo de las aves de corral y el uso apropiado de insecticidas, aun requieren un enfoque multidisciplinario para desarrollar programas de prevención.
La leishmaniasis visceral (LV) en América Latina es producida por el parásito Leishmania (l) infantum (syn chagasi), con el perro doméstico (Canis familiaris) como principal reservorio en ambientes urbanos, y Lutzomyia longipalpis como el vector responsable.1,2
En la ciudad de Posadas, Misiones, durante las primeras etapas de transmisión de LV, se evaluó la actividad de L. longipalpis y la atracción por los seres humanos, en los sitios donde la familia permanece durante las horas de riesgo. Asimismo se evaluó el impacto del insecticida deltametrina sobre la abundancia de L. longipalpis en peridomicilios.
El objetivo de este trabajo fue obtener, durante un escenario de emergencia de LV urbana, datos preliminares que permitan diseñar estrategias de control en relación con factores que posibilitan el contacto humano-vector (actividad horaria, proximidad del reservorio) y medir la efectividad de la aplicación de insecticida en peridomicilios.
La ciudad de Posadas, es la capital de la provincia de Misiones, en la frontera nordeste de la Argentina. Originalmente fue parte de la selva paranaense, con una temperatura media anual de 22.2ºC y una precipitación media anual de 1 699 mm (2003 a 2007, Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2009). Las capturas se realizaron con minitrampas de luz tipo CDC que permanecieron encendidas durante toda la noche, las cuales fueron ubicadas a 1.5 m del suelo cerca de una fuente de alimento como gallinas y perros.
En el peridomicilio del primer caso de LV humano3 informado en el país, se realizaron capturas de Phlebotominae cada hora –desde las 19.30 hasta las 7.30 de la mañana siguiente– durante cinco noches sucesivas. En el mismo domicilio, otras tres noches diferentes, el investigador principal se colocó a diferentes distancias del perro (5 m, 3 m, 2.5 m y 0 m) durante cinco minutos por hora, en la franja horaria de mayor actividad del vector (21.30 h a 0.30 h) para capturar los flebótomos que se posaban en la única zona expuesta. Un tercer análisis que se realizó en este trabajo, a partir de los datos facilitados por el seguimiento regular de flebótomos (datos no publicados), se seleccionaron al azar seis domicilios con > 60 Lu. longipalpis/trampa/noche, separados entre sí por lo menos por 400 m. Tres domicilios fueron rociados con deltametrina (EC 10% w/v) diluida a 62.5 ml/10 l. La solución se aplicó con mochilas pulverizadoras sobre las paredes exteriores, peridomicilios y troncos de árboles hasta 200 metros de las viviendas. En las tres casas rociadas, en tres viviendas sin pulverizar (controles) y en otras tres no rociadas pero situadas en el borde del área de intervención (control de la dispersión por el insecticida) se colocaron trampas durante 12 h, de 19.30 a 7.30 h, el día previo a la intervención (día 0) y a los 3, 7 y 14 días después de realizada.
De las capturas discriminadas por hora todos los Phlebotominae colectados fueron de la especie Lu. longipalpis, habiéndose capturado el 90% de las hembras entre las 20.30 y la 1.30. Mientras el investigador se encontraba a distancias mayores de 1.5 m del perro, Lu. longipalpis fue atraído por el perro, en tanto que a distancias menores el vector era atraído indistintamente por ambos. La aplicación de insecticida en peridomicilios redujo significativamente la abundancia de flebótomos durante los primeros siete días luego de la intervención, no se observó dispersión de los vectores hacia las zonas vecinas a las fumigadas.
Los resultados obtenidos en este trabajo apoyan las medidas de protección con un enfoque espacio-temporal: a) debe intensificarse la protección individual durante la primera mitad de la noche; b) los sitios de dormir de los animales domésticos deben mantenerse en la medida de lo posible a 5 metros de distancia de los seres humanos, y c) dado que la utilización de deltametrina no mostró ser muy eficaz en este escenario, debe evaluarse la aplicación de insecticidas así como el eventual uso de mosquiteros, al menos en adultos, debido al espacio y tiempo que ocupan coincidentemente con el vector. A partir de lo obtenido, el estudio refuerza la necesidad de establecer un enfoque multidisciplinario para desarrollar estrategias de prevención basadas en estudios biológicos y antropológicos.