Red Científica Iberoamericana

ANTE PROBLEMAS COMUNES NO SENTIMOS TENER FRONTERAS POLITICAS

Guillermo Cortés Muñoz
Dr.Jefe del, Departamento de Apoyo a la Gestión Regional, Arica y Parinacota, Chile

Arica y Parinacota, Chile (SIIC)

Creada tan sólo hace dos años, la Región de Arica y Parinacota es una de las quince regiones que conforman la geografía chilena. Limita al norte con la República del Perú; al sur, con la Región de Tarapacá; al este, con la República de Bolivia, y al oeste, con el océano Pacífico. La región está compuesta por las provincias de Arica y Parinacota; la capital regional es la ciudad de Arica.
Las máximas autoridades de la Fundación SIIC (F SIIC) y de la Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), los profesores Rafael Bernal Castro y Rosa María Hermitte, se reunieron con el doctor Guillermo Cortés Muñoz, Jefe del Departamento de Apoyo a la Gestión y la Salud Regional de Arica y Parinacota y futuro enlace entre la Fundación SIIC y el Gobierno Central Regional, para implementar el programa ACisE en los 22 centros asistenciales públicos de la región.
El encuentro tuvo lugar en la ciudad de Arica, a pocos kilómetros del límite con Perú, frontera de la que los habitantes hacen caso omiso desde que se creara en 1999 el Comité de Frontera Chile-Perú, que ha permitido a ambos países participar mancomunadamente en la solución de problemas operativos de la circulación de personas, vehículos y bienes, propendiendo a la realización de proyectos y acciones conjuntas que conduzcan al desarrollo y mejor entendimiento de las poblaciones fronterizas.
El mismo modelo de cooperación fronteriza se ha implementado para Bolivia, lo que permite que en esta región de Chile convivan los tres países hermanos en perfecta armonía: "Nosotros no sentimos tener fronteras políticas cuando se trata de abordar problemáticas de salud, ambientales o de emergencia", subraya el Dr. Cortés, porque si bien "la cuestión bifronteriza es muy compleja, la salud debería primar siempre", aunque haya implicados "intereses políticos".
Este principio de convivencia participativa entre naciones se propone la erradicación multidimensional de la pobreza y la inequidad social, especialmente desde la perspectiva de la salud pública. En ese sentido, y en los dos años que lleva activa administrativamente la nueva región de Arica y Parinacota, ha sido indispensable realizar un diagnóstico de área con el fin de determinar "nuestras principales vulnerabilidades" y diseñar en función de éstas una "estrategia integrada junto con otras regiones y otros países vecinos", explica Cortés.
Esta labor clave de diagnóstico de necesidades se encuadra dentro del programa Comunas Vulnerables, un proyecto participativo tendiente a la identificación y al análisis de barreras de acceso de la población al sistema de salud y a las garantías de protección social como las que ofrece el sistema "Chile crece contigo", que tiene como desafío proveer al niño, desde su nacimiento y primera infancia, la protección social integral del Estado hasta que llega a su edad adulta.
La iniciativa de las Comunas Vulnerables a su vez se enmarca dentro del Plan de 90 Días propuesto por el Ministerio de Salud y cuenta con el respaldo del Gobierno Regional encabezado por el intendente regional y las secretarías regionales ministeriales de Gobierno, Salud y Planificación (SERPLAC).
Hay un total de 92 comunas declaradas vulnerables, clasificación que se hizo atendiendo a niveles de pobreza, escolaridad, ingresos autónomos y monetarios de 2006 y la tasa de mortalidad infantil de los últimos cinco años.
Para apoyar el plan, y dado que las áreas de estudio académico regionales "no estaban en consonancia con la realidad local" y "no cumplían con nuestros objetivos sanitarios", el Gobierno Regional estableció una alianza con la Universidad de Tarapacá para que ésta "tuviera conocimiento de nuestro diagnóstico de salud pública", y así poder "implementar las investigaciones pertinentes", aclara el doctor Cortés. Por eso, "un buen nexo" con las universidades es de vital importancia "para nosotros, porque significa que nuestros problemas de salud pueden ser contemplados por ellos".
"Con respecto al Programa que ustedes presentan, creo que es el momento idóneo para empezar esta amistad en investigaciones y compartirlas, así que estamos muy dispuestos a colaborar y a distribuir los elementos que ustedes ya hayan podido filtrar y tener, como en Pediatría, por ejemplo, disciplina para la cual ya me han mostrado algunos de sus trabajos, y así poder engrosar la rueda asistencial. No somos un gran número de médicos acá en la región, sin embargo, podemos difundirlo. De hecho, como les decía, una de las características de nuestra región es que el 98% de nuestra población se concentra en la ciudad de Arica. El resto está distribuido en la provincia de Parinacota, donde el principal inconveniente es la distancia, debido a la deficiente red de comunicaciones." Porque "si bien es cierto que nuestra región está vinculada con otros territorios fronterizos, estamos muy alejados de la información que se genera en los núcleos urbanos."


Fundación SIIC: ¿Cuáles son las materias de interés principal para ustedes?
GCM: La creación de la Región de Arica y Parinacota se formalizó administrativamente en marzo de 2007. Pero fue a partir del año pasado que hicimos un diagnóstico de salud pública en el que se recogieron los antecedentes de la región, tanto en el área de salud como medioambiental. Entre esas prioridades nace el interés por el cáncer, por el VIH y el sida; ya estamos trabajando con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por la tuberculosis y también por las enfermedades infecciosas emergentes, que acá están controladas. Entre éstas cabría citar el dengue, que como ustedes saben es más bien de tipo resurgente o reemergente, que desde hace tiempo venimos esperando y para el cual nos estamos preparando como región fronteriza.

¿Entonces aquí todavía no tienen dengue?
GCM: No, nosotros erradicamos el dengue hace más de diez años. Desde el punto de vista sanitario eso fue un gran logro, y lo que ahora estamos tratando de hacer es que no resurja, principalmente en las áreas más húmedas, que es donde se desarrolla. Por el momento estamos haciendo acopio de toda la información disponible junto con la documentación más reciente de dentro y fuera del país, con el fin de que pueda ser usada para capacitar a los profesionales más jóvenes. Esto ya se hizo hace algún tiempo, pero nuevamente hay que actualizar el material y evitar que se pierda, y lograr que persista en la memoria colectiva de los funcionarios de salud pública.
Tenemos una red nacional muy interesante en el área de emergencias y desastres, impulsada por el Centro de Alerta Temprana (CAT) de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI), que tiene como misión fundamental vigilar permanente y sistemáticamente los distintos escenarios de riesgo en cualquier lugar del país. Como somos un país sísmico y de fuerte actividad volcánica –de hecho, no hace mucho compartimos con ustedes las cenizas de algunos volcanes–, hoy en día tenemos una red sanitaria en la que volcamos las experiencias documentadas y la información que nos transmite la OPS como organismo centralizador, así como muchas otras publicaciones.
Ahora estamos trabajando también en un diagnóstico en esa área, sobre cuáles son nuestras principales vulnerabilidades y cómo protegernos a través de una estrategia integrada junto con otras regiones y otros países vecinos.
Nosotros no sentimos tener fronteras políticas cuando se trata de abordar problemáticas de salud, ambientales o de emergencia, sino que trabajamos en forma mancomunada, principalmente con Perú y, desde hace cinco años, también con Bolivia. La experiencia y los resultados obtenidos hasta la fecha han sido muy positivos en temas muy específicos y todo a través del Comité de Frontera Chile-Perú.
Esas son entonces nuestras prioridades, y justamente por ellas hemos lanzado el año pasado este diagnóstico general a partir del cual estamos ahora apuntando hacia lo específico. Para el caso de la tuberculosis, por ejemplo, está claro que tenemos ciertos focos en determinadas zonas regionales; primero pensábamos que nuestros principales problemas estaban asociados a los pueblos del interior y no es así, sino que también los tenemos localizados en nuestra ciudad, lo cual es muy interesante. De hecho, se van a hacer varias tesis de magíster en el tema de la tuberculosis, enfermedad que además está asociada a cierto tipo de consultorios, dato que estamos identificando gracias al sistema de información geográfica. Así que hay muchas herramientas que estamos utilizando, y quizás una de las principales sea ésta y la de poder publicar a través de los convenios que tenemos con la Universidad de Tarapacá de Arica.
De hecho, como les decía, una de las características de la región es que el 98% de nuestra población se concentra en la ciudad de Arica. El resto está distribuido en la provincia de Parinacota, donde el principal inconveniente es la distancia, debido a la deficiente red de comunicaciones.
Mañana, de hecho, se van a estar instalando puntos de Internet y telefónicos en Putre, y posteriormente se harán en Visviri, por donde luego ustedes posiblemente estén viajando.

Cuando ustedes colocan los puntos de Internet que mencionaba, ¿cuál es el objetivo, que con ellos las comunidades puedan estar en contacto o que puedan ser usados para transmitir documentación e información de orden científico?
GCM: El principal objetivo de esta instalación fue primero el de estar integrados. Hemos estado trabajando con diversos sistemas de comunicación, pero ya hoy tenemos un punto intermedio y ahora se van a colocar dos más.
Tenemos un trabajo que se llama Comunas Vulnerables, mediante el cual estamos tratando de diagnosticar el estado de situación de salud de las comunas más expuestas de Chile. Actualmente tenemos dos comunas en nuestra región: General Lagos y Putre, donde estamos desarrollando un proceso participativo tendiente a la identificación y el análisis de barreras de acceso de la población a la incorporación en los sistemas de salud y de protección social.
En Chile, nuestro Sistema de Protección Social de la Infancia se llama “Chile crece contigo”, y tiene como desafío proveer al niño, desde su nacimiento y primera infancia hasta que llega a su edad adulta, la protección social integral del Estado. No todas las regiones chilenas disponen de libre acceso a este sistema, por una cuestión de comunicación; por eso estamos dictaminando cuáles son esas brechas que interrumpen el acceso y las estamos angostando para que de esa manera se conviertan en pequeñas vallas y para que así podamos brindarles con toda garantía este programa estatal de protección social y darles cobertura médica.

En este caso, lo que estaba mencionando está dirigido a la población general pero, ¿qué hay de los profesionales? Ese nodo que van a instalar en Putre, no está dirigido a la población sino que está puesto al servicio de los profesionales que están trabajando allí.
GCM: Estaría dirigido a los profesionales y personas de la Comuna que están trabajando en salud. Hemos contratado personas de la comunidad para que trabajen como monitores y que a su vez hagan las veces de transmisores.

Es decir, como los líderes de la comunidad.
GCM: Exacto, para que puedan ser los portadores de la información, hacer entrega de ella y con ello ir retroalimentando el sistema para que también ellos puedan acceder, todo en el marco de un programa que se llama “Plan de 90 días”, que determina que el Estado de Chile se haga cargo en 90 días de las principales necesidades de la población tanto rural como urbana.
Hay cerca de 92 comunas vulnerables nacionales participando en el programa, de las cuales dos pertenecen a nuestra región. Si bien es cierto que el impacto del plan aún no es alto en relación con el número de habitantes de esas comunas, que no son más de 1.200, esa todavía no es la prioridad. De momento, lo prioritario es ir confiriéndole al acceso a estos sistemas de protección un cariz de equidad para todos los chilenos.
Desde el punto de vista del nodo, este enclave les serviría a ellos para acceder a la información a través de los monitores y, por otra parte, a los médicos que trabajan allá, tan sólo dos por el momento, y que cubren un área bastante extensa. Además tenemos la “Ronda Médica”, una distribución de varios profesionales hacia estas comunas, que existe desde hace mucho tiempo y que se ha visto complementada ahora con este trabajo en el que interviene directamente la Secretaría Regional del Ministerio de Salud. Se evalúan y se tienen en cuenta todos los aspectos que los profesionales médicos prioricen, para que así el Estado tome las medidas oportunas, por ejemplo, si hacen falta médicos especializados en una disciplina concreta.
Hace poco hicimos un operativo oftalmológico que atendió casi el 95% de las necesidades del momento, lo cual no sólo es un éxito sino que demuestra que no es imposible vencer las brechas de la incomunicación y de la inaccesibilidad que estas regiones del norte tienen en particular. Esa es la idea que tenemos como región acerca de cómo transmitirles a estas comunas vulnerables este tipo de información. Si bien es cierto que nuestra región está vinculada con otros territorios fronterizos, estamos muy alejados de la información que se genera en los núcleos urbanos.
Estamos haciendo los esfuerzos necesarios para coordinar tanto la formación de nuestros profesionales como también los convenios con las universidades locales para poder integrar nuestras necesidades como región, desde el punto de vista de la salud pública para dirigirla hacia los que hacen investigación acá y potenciarla con la universidad. Por lo tanto, un buen nexo es incentivar nuestras relaciones con la universidad, para que nuestros problemas de salud puedan ser contemplados por ella.
El año pasado firmamos un convenio en el que se prioriza la formación de nuestros profesionales y el traslado de nuestras necesidades para que se diseñen líneas de trabajo específicas áreas especializadas en salud.

La Universidad de Tarapacá tiene la carrera de Ciencias de la Salud, ¿incluye Medicina?
GCM: No, la Universidad de Tarapacá tiene en la actualidad, en el campo de la salud, carreras técnicas en medicina clínica y biomedicina, y ahora se ha incluido un Magíster en Salud Pública. Para este año o el próximo está previsto que se imparta un posgrado. Ahora tiene el Magíster de Salud Pública con mención en Epidemiología.

Tomemos como base o paradigma la oferta académica de esta universidad, ¿nota que en general, no solamente en su región, haya una disociación entre las necesidades sanitarias de la zona y los cursos académicos que se imparten en las universidades?
GCM: Sí, efectivamente. Una de las principales razones por las que esta alianza nació fue precisamente para que la universidad tuviera conocimiento de nuestro diagnóstico, dado que sus áreas de estudio no estaban en consonancia con la realidad local. Si bien es cierto que la universidad dispone de mucha información, no cumple todavía con nuestros objetivos sanitarios.
Cabe destacar nuestra contribución para registrar el estado de situación pública de nuestra región desde el punto de vista sanitario, y transferir este conocimiento a las universidades para que desde la institución académica nuestras necesidades sean llevadas a la investigación. Es en este contexto donde nace el convenio con la Universidad de Tarapacá para que, por una parte, estas necesidades sean postuladas a proyectos concursables de investigación, y por otra, para que los académicos formen a nuestros profesionales de salud pública con el objetivo de que puedan adquirir otro tipo de conocimiento y se validen y actualicen en la disciplina que lleven ejerciendo durante mucho tiempo. Con este proyecto lo que justamente se pretende es acabar con esa disociación manifiesta.

En relación con los problemas oncológicos de la zona, ¿podría esbozar la razón por la que están determinados? ¿Cuál es el factor que influye para que sea la oncología una materia para ustedes estratégica?
GCM: Primero la información se extrae de una base de datos nacional llamada Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS). Al analizar los datos de la DEIS se puede constatar que el 1% de los principales problemas a nivel nacional son de tipo cardiovascular; sin embargo, en nuestra región, las afecciones oncológicas representan el 1.5%. Nosotros, como región, tenemos varias líneas de trabajo en conjunto con algunas universidades.

Para aclarar el punto anterior, ¿quiere decir que ese 1.5% se encuentra por encima del factor cardiovascular?
GCM: Correcto. Si, por ejemplo, la tasa cardiovascular, por dar una cifra, es de 16% o 17%, las enfermedades oncológicas están en el 18%. Este dato nos impulsa por un lado a buscar los factores que están interviniendo para que nuestra gente se enferme y por otro a registrar cuáles son estadísticamente las tipologías más comunes: cáncer de mama, de vejiga, de piel, etc. Hoy contamos con el diagnóstico general; ahora lo que corresponde es ir separando nuestras áreas. Por lo tanto, por el momento no podría dar respuesta a esta cuestión particular, aunque sí puedo citarles los hábitos que comúnmente se engloban dentro de los factores de riesgo que precipitan la aparición de este tipo de enfermedades: malos hábitos de vida y determinadas características medioambientales. Arica no está exenta de problemas de esta índole, fundamentadamente por el tipo de comercio que se ejerce acá y por el convenio con Bolivia, que desde hace cientos de años traslada polimetales que llegan a nuestras zonas. La consecuencia inmediata y cotidiana de esta actividad comercial es que hoy nuestra agua no sólo está calificada como agua dura, sino que además presenta altos contenidos de boro y arsénico.

Concretamente para esta problemática con Bolivia, ¿han encontrado en los últimos años posibles soluciones?
GCM: La cuestión bifronteriza es muy compleja porque la salud debería primar, pero también hay implicados intereses políticos. Y tampoco se pueden obviar los tratados internacionales, que muchas veces se convierten en la prioridad de nuestros gobiernos, por delante de la salud pública. Lo que tratamos de hacer es salvaguardar la salud sin pasar por encima de estos convenios, como por ejemplo el del traslado de polimetales, que es altamente nocivo para la población. Ante este problema hemos fabricado galpones herméticos, hemos suscrito paralelamente otros tipos de convenios. Sin embargo, creemos que todavía falta mucho para erradicar por completo este problema.

¿Por qué medio de transporte se trasladan estos metales y cuál es el metal que prevalece?
GCM: Antiguamente, el traslado de metales se hacía por el tren que cubría la ruta Arica-La Paz, y hoy en día se hace principalmente por carretera y llega todo a puerto. Allí se embarca la carga y se lleva a destino. El metal que hoy prevalece es el plomo. Y ahí es donde tenemos un problema sanitario grave en el que ya hemos comenzado a intervenir. Para ello se están creando políticas regionales que se encarguen específicamente del asunto con responsabilidad.

¿Y a la inversa? ¿De Chile hacia allí no se exporta nada que pueda traer consecuencias sanitarias? ¿Cómo es la relación entre Perú y Chile?
GCM: No, no se dan casos similares al de Bolivia. Y con Perú se podría decir que tenemos una relación sana desde el punto de vista sanitario. No hay traslado de materiales nocivos para la salud, aunque eso no ha impedido que a modo de prevención hayamos realizado estudios del agua en el norte de Chile, constatando altas concentraciones de minerales; el arsénico, por ejemplo, es propio de la zona y viene dado por la formación geológica de nuestro suelo. También está presente el cadmio, de modo que a la hora de iniciar alguna actividad productiva, como la del cultivo de recursos en el fondo marino, hay que tener muy en cuenta la composición de las aguas para que en el caso de que estos recursos sean exportados presenten niveles que cumplan con la normativa vigente.

Con respecto al VIH, la incidencia en la población de la región es grande en relación con el resto del país.
GCM: Exacto. Déjenme mostrarles este libro: “VIH y sida, sexualidad y género. Arica”. Este es un trabajo que hicimos el año pasado y que es parte de la línea de investigación que hoy continúa y que se centra principalmente en la cuestión del género y de las minorías sexuales. En el libro aparecen destacados los profesionales que han participado del proyecto. En la actualidad seguimos trabajando, y además, en colaboración con Perú.
Con respecto al Programa que ustedes presentan, creo que es el momento ideal para empezar esta amistad en investigaciones y compartirlas, así que estamos muy dispuestos a colaborar y a distribuir los elementos que puedan proporcionar.

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