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Introducción
La halitosis, definida como un olor desagradable que emana de la cavidad oral, es la tercera enfermedad más prevalente para la derivación del paciente al dentista, detrás de la caries dental y la enfermedad periodontal. La halitosis tiene un impacto significativo tanto en el trabajo diario como en las actividades sociales de los pacientes e incluso puede provocar problemas psicológicos. Clínicamente, la halitosis se clasifica en halitosis genuina, pseudohalitosis y halitofobia; los dos últimos tipos están relacionados con afecciones psicológicas. La halitosis genuina es causada por factores patológicos y fisiológicos, e incluye halitosis intraoral y halitosis extraoral. La primera representa la mayoría de los casos. El principal factor etiológico de la halitosis genuina son los compuestos volátiles de azufre (CVA) producidos por las bacterias orales a través de interacciones complejas microbio-sustrato y microbio-microbio y putrefacción de sustratos orgánicos en la cavidad oral, asociados con una mala higiene bucal, recubrimiento de la lengua y enfermedad periodontal. En consecuencia, regular el equilibrio de la microbiota oral para reducir los niveles de los CVA es importante en el tratamiento de la halitosis. Se han utilizado numerosas intervenciones para controlar la halitosis, desde enjuagues bucales hasta gomas de mascar. Los probióticos han sido señalados como un método alternativo para manejar la halitosis.
El objetivo de la presente revisión sistemática y metanálisis fue investigar el efecto de los probióticos sobre la halitosis desde una perspectiva temporal.
Métodos
Se realizó un metanálisis sobre la base de datos indexados hasta febrero de 2021. Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados que compararon los efectos de los probióticos y el placebo sobre los puntajes organolépticos y los niveles de CVA (criterios de valoración principales), y los puntajes de recubrimiento de la lengua (PRL) e índice de placa (IP) (criterios secundarios) en pacientes diagnosticados con halitosis. La extracción de datos y la evaluación de la calidad fueron realizadas de forma independiente por dos revisores. Se realizaron análisis de sesgo de publicación y de exclusión. La diferencia de medias estandarizada (DME) se calculó con intervalo de confianza del 95% (IC 95%). Los datos se subagruparon y analizaron a corto plazo (< 4 semanas) y a largo plazo (> 4 semanas), según el tiempo de seguimiento. La heterogeneidad de los estudios se evaluó mediante la estadística Q y la prueba I2.
Resultados
Se incluyeron siete artículos en presente metanálisis. El número de participantes en los estudios varió entre 23 y 68, con un rango de edad de 19 a 70 años. La halitosis fue diagnosticada con puntajes organolépticos o concentraciones de CVA o ambos. Los períodos de seguimiento variaron de 2 semanas a 12 semanas. Los resultados de la estimación del sesgo demostraron que un estudio tuvo un bajo riesgo de sesgo, uno tuvo un riesgo alto y cinco demostraron algunas inquietudes. La razón del alto riesgo de sesgo fueron los datos de resultado incompletos de los puntajes organolépticos.
Los criterios de valoración primarios, los puntajes organolépticos (DME: -0.58; IC 95%: -0.87 a -0.30; p < 0.0001) y los niveles de CVA (DME: -0.26; IC 95%: -0.51 a -0.01; p = 0.04), disminuyeron de forma significativa en el grupo de probióticos en comparación con el grupo de placebo a corto plazo. Sin embargo, se observó una reducción significativa únicamente en los puntajes organolépticos (DME: -0.45; IC 95%: -0.85 a -0.04; p = 0.03) a largo plazo. No se observaron diferencias significativas en los resultados secundarios. No hubo pruebas de sesgo de publicación. El análisis de sensibilidad confirmó que la estimación agrupada era estable.
Conclusiones
De acuerdo con los resultados del presente estudio, parece que los probióticos (por ejemplo, Lactobacillus salivarius, Lactobacillus reuteri, Streptococcus salivarius y Weissella cibaria) pueden disminuir la halitosis a corto plazo (< 4 semanas) al reducir los niveles de concentración de CVA, pero no hay un efecto significativo sobre la causa principal de halitosis, como la placa y el recubrimiento de la lengua. Los resultados de la evaluación sesgada, los datos limitados y la heterogeneidad de los ensayos clínicos incluidos podrían reducir la fiabilidad de estas conclusiones. Los mecanismos biológicos pueden estar relacionados con la interacción entre los probióticos y la microbiota oral. La terapia probiótica reduce los niveles de compuestos olorosos al inhibir la descomposición de aminoácidos y proteínas por bacterias anaeróbicas. Los niveles significativamente más bajos de CVA con el tratamiento probiótico a corto plazo podrían indicar una disminución en la actividad de las bacterias anaeróbicas. Con respecto a los criterios de valoración secundarios, según el presente metanálisis no hubo diferencias significativas entre los grupos experimental y placebo durante el tiempo de observación. Una posible razón fue el corto tiempo de observación en los estudios incluidos, ya que un estudio del análisis demostró una mejoría significativa en el IP a las 12 semanas. En un artículo original, los PRL y el IP mostraron una disminución pronunciada después de usar probióticos. Este fenómeno podría estar relacionado con el tipo de probióticos, algunos de los cuales se informó que estimulaban el flujo salival al interactuar con la microbiota oral.
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