Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) ha generado una crisis global de salud, con millones de decesos en el mundo. Los enfermos con COVID-19 pueden presentar síntomas leves o muy graves que ocasionan la muerte; la manifestación clínica grave más común es la neumonía con síndrome de distrés respiratorio agudo. Recientemente se han referido complicaciones cardiovasculares; COVID-19 sería un factor de riesgo para la aparición de infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular.
En cambio, los resultados de estudios previos en relación con el riesgo de tromboembolismo venoso (TEV) luego de COVID-19 no han sido categóricos. En un metanálisis se refirió una incidencia de TEV cercana al 13%, pero en el estudio se incluyeron fundamentalmente pacientes con formas graves de COVID-19, durante la primera ola de la pandemia. En otro estudio no se observaron índices aumentados de TEV en asociación con COVID-19, de modo que se requieren estudios a gran escala para establecer conclusiones precisas, especialmente si se tiene en cuenta que la profilaxis farmacológica del TEV implica riesgo aumentado de sangrado.
En el presente estudio se utilizaron los datos para todas las personas con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2) en Suecia, de manera independiente de la gravedad de la enfermedad, para determinar el riesgo de trombosis venosa profunda, de embolismo pulmonar y de sangrado después de COVID-19.
Pacientes y métodos
Se consideraron pacientes que presentaron infección por SARS-CoV-2 entre 1° de febrero de 2020 y el 25 de mayo de 2021. Solo se consideraron las primeras infecciones. A partir de registros nacionales de Suecia se identificaron 4 sujetos con resultados negativos para infección por SARS-CoV-2 (controles), comparables en edad, sexo y residencia. Se utilizaron datos de otros registros nacionales, entre ellos el Inpatient Registry (casos de COVID-19: 1987-2021, controles: 1997-2021), el Outpatient Registry (1997-2021), el Cause of Death Registry (2020-21), el Intensive Care Registry (2020-21), el Prescribed Pharmaceutical Registry del Swedish National Board of Health and Welfare y el Swedish Intensive Care Registry. Se calculó el índice ponderado de comorbilidades de Charlson para cada paciente. Se identificaron los pacientes con diagnóstico de trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar y sangrado.
La serie de casos con control propio se utilizó para determinar el cociente del índice de incidencia con los respectivos intervalos de confianza del 95% (IC 95%) para un primer evento tromboembólico o de sangrado durante diversos períodos de riesgo (1-7, 8-14, 15-30, 31-60, 61-90 y 91-180 días después de COVID-19), en el período de estudio entre el 1° de febrero de 2020 y el 25 de mayo de 2021. El tiempo restante se utilizó como período control, con excepción de los intervalos entre -30 y -4 días y entre -3 y 0 días antes de la exposición a SARS-CoV-2. Se analizó la influencia del sexo, la edad, la ola de la pandemia (primera ola: entre el 1° de febrero y el 31 de julio de 2020; segunda ola: entre el 1° de agosto de 2020 y el 31 de enero de 2021; tercera ola: entre el 1 ° de febrero y el 1° de mayo de 2021) y la gravedad de la enfermedad.
Para el estudio con cohorte emparejada se compararon casos de COVID-19 con 4 controles sin infección por SARS-CoV-2.
Resultados
Fueron analizados 1 057 174 pacientes con infección por SARS-CoV-2 entre el 1° de febrero de 2020 y el 25 de mayo de 2021 en Suecia, y 4 076 342 controles, comparables en edad, sexo y residencia.
En comparación con el período control, los cocientes de los índices de incidencia estuvieron significativamente aumentados 70 días después de COVID-19 para la trombosis venosa profunda, hasta 110 días después de COVID-19 para el embolismo pulmonar y hasta 60 días después de COVID-19 para el sangrado.
Los índices para un primer evento de embolismo pulmonar fueron de 36.17 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 31.55 a 41.47), durante la primera semana después de COVID-19 y de 46.40 (IC 95%: 40.61 a 53.02), durante la segunda semana.
Los índices durante los días 1 y 30 después de COVID-19 fueron de 5.90 (IC 95%: 5.12 a 6.80) para la trombosis venosa profunda, de 31.59 (IC 95%: 27.99 a 35.63) para el embolismo pulmonar y de 2.48 (IC 95%: 2.30 a 2.68) para el sangrado.
Los risk ratios durante los días 1 y 30 después de COVID-19 fueron de 4.98 (IC 95%: 4.96 a 5.01) para la trombosis venosa profunda, de 33.05 (IC 95%: 32.8 a 33.3) para el embolismo pulmonar y de 1.88 (IC 95%: 1.71 a 2.07) para el sangrado, después del ajuste según diversos factores de confusión. Los rate ratios fueron más elevados en pacientes con COVID-19 muy grave y más altos durante la primera ola de la pandemia en Suecia.
En el mismo período, el riesgo absoluto entre pacientes con COVID-19 fue de 0.039% (401 eventos) para la trombosis venosa profunda, de 0.17% (1761 eventos) para el embolismo pulmonar y de 0.101% (1002 eventos) para el sangrado.
Conclusión
Los resultados del presente estudio sugieren que COVID-19 es un factor de riesgo para eventos de trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar y sangrado. Los hallazgos son relevantes en términos de las recomendaciones para el diagnóstico y las estrategias de prevención del TEV después de la infección.
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