Resúmenes amplios

TOMA DE DECISIONES EN ATLETAS CON COVID-19


Tubinga, Alemania:
Existen dudas sobre la repercusión cardiovascular de la COVID-19 y sus consecuencias a largo plazo. En deportistas, es fundamental establecer aptitud para el deporte y el momento del retorno a la actividad, tanto en caso de infección asintomática como sintomática, con sospecha de afectación miocárdica o sin ella. Los deportistas con recuperación completa tienen muy buen pronóstico.

European Heart Journal 41(46):4382-4384

Autores:
Burgstahler C, Schellhorn P, Klingel K

Institución/es participante/s en la investigación:
University Hospital of Tübingen

Título original:
Return to sports after COVID-19 infection

Título en castellano:
Regreso a los Deportes Después de la Infección por COVID-19 ¿Debemos Preocuparnos por la Miocarditis?

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.1 páginas impresas en papel A4

Introducción

La infección por el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus-2 (SARS-CoV-2) origina síntomas respiratorios de distinta gravedad, pero a menudo también afecta al sistema cardiovascular. Las mayores tasas de mortalidad se observaron en pacientes con enfermedad cardiovascular subyacente y niveles elevados de troponina cardíaca.

Atletas y COVID-19

A pesar de que los deportistas no pertenecen al grupo de riesgo, numerosas personas y ocasionalmente equipos deportivos enteros se vieron afectados. En este contexto, surge la pregunta de hasta qué punto la infección por SARS-CoV-2, con síntomas o sin ellos, puede afectar la aptitud para el deporte y el momento del regreso al entrenamiento.

Debido a que en general se trata de individuos jóvenes y con buena salud, se puede suponer que el número de personas con síntomas leves o asintomáticos será significativamente mayor en comparación con el público general.

La miocarditis es una de las principales causas de muerte súbita cardíaca asociada al deporte en deportistas menores de 35 años. Los deportistas suelen presentar síntomas inespecíficos como fatiga, malestar, disminución del desempeño, dolor muscular o aumento de la frecuencia cardíaca en reposo, que a menudo pueden malinterpretarse en el contexto de otros diagnósticos diferenciales. Por lo tanto, los atletas a menudo no se someten a una prueba de COVID-19, lo que dificulta el diagnóstico.

Se notificaron casos de muerte súbita cardíaca en personas con COVID-19 no internadas que sólo presentaron síntomas leves. Las descripciones de miocarditis leve asociada con la COVID-19 son muy raras o incluso inexistentes.

En deportistas, la afectación cardíaca por COVID-19 y sus consecuencias a largo plazo podrían subestimarse si la evaluación de la lesión se define simplemente por la elevación de troponinas. El diagnóstico de miocarditis, especialmente en aquellos con síntomas leves o nulos, puede resultar difícil, incluso en casos de resultados anormales de las pruebas diagnósticas, debido a los cambios adaptativos al entrenamiento a largo plazo, al igual que los marcadores cardíacos elevados. Los atletas suelen ser muy sensibles a cambios sutiles en su condición física o rendimiento. Los síntomas de COVID-19 a menudo también son inespecíficos. La dificultad para interpretar estos síntomas inespecíficos en combinación con un diagnóstico poco claro se debe a la variedad de posibles diagnósticos diferenciales.

En resumen, actualmente no hay datos suficientes disponibles para describir la presentación de la miocarditis asociada con la COVID-19 clínicamente leve o incluso para predecir su evolución a largo plazo. Con respecto a las consultas con síntomas inespecíficos, se debe tener en cuenta el diagnóstico diferencial de una infección previa por COVID-19 y/o una miocarditis asociada con la COVID-19, quizás incluso de forma retrospectiva.

Los datos de epidemias previas de especies corona [SARS-CoV 2002 o síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS)-CoV 2012] revelaron una asociación significativa entre enfermedad cardiovascular subyacente, lesión miocárdica y peor evolución. El SARS-CoV puede manifestarse con hipotensión, arritmias cardíacas y muerte súbita cardíaca. Se informó cardiomegalia reversible sin evidencia clínica de insuficiencia cardiaca en un pequeño grupo de individuos. Algunas de las manifestaciones clínicas, como taquicardia sinusal o anomalías persistentes del metabolismo de lípidos y glucosa, así como anomalías cardiovasculares persistieron más allá de la fase aguda de la infección.

En la actualidad no se conoce si la COVID-19 tiene el potencial de causar miocarditis y consecuencias a largo plazo asociadas a la miocarditis, incluso en casos leves.

Aptitud deportiva en caso de afectación miocárdica

El interrogante acerca de cómo lidiar con los atletas que padecieron COVID-19 y cómo reintegrarlos de manera segura al deporte es difícil de responder. Se debe realizar un cuidadoso seguimiento de los casos recuperados. Una estrategia inicial podría ser adaptar las recomendaciones generales para el regreso al deporte en atletas con sospecha de miocarditis.

Basado en el conocimiento de otras infecciones virales, la replicación viral puede potenciarse durante una actividad vigorosa, con mayor daño estructural del tejido cardíaco. Así, en el caso de un deportista con COVID-19, pero sin ningún síntoma, también se recomienda la abstención de realizar ejercicio intensivo o de tipo competitivo durante al menos 2 semanas. En ausencia de síntomas y anomalías en el ECG de reposo al final de este período, se puede recomendar la vuelta al deporte sin restricciones.

En caso de miocarditis, se recomienda la prohibición estricta de la actividad física durante al menos 3 a 6 meses. Volver al entrenamiento y la competición parece razonable en casos de restauración de la función ventricular izquierda y las dimensiones cardíacas, si no hay arritmias clínicamente relevantes en el Holter y la ergometría, y si los marcadores séricos de inflamación e insuficiencia cardíaca se normalizaron.

En atletas sintomáticos con COVID-19 positivo sin evidencia de miocarditis, después de la restricción deportiva durante al menos 2 a 4 semanas, se debe realizar un examen médico completo antes de reanudar la actividad. El regreso al deporte será posible en ausencia de resultados anormales.

El pronóstico de los deportistas con miocarditis aguda no complicada y con recuperación completa es muy favorable. Aun así, en aquellos que se recuperan de la COVID-19, se debe tener en cuenta la aparición de complicaciones cardiovasculares y sus consecuencias a largo plazo.

Conclusión

Los efectos cardiovasculares y las consecuencias a largo plazo de la COVID-19 actualmente no están claros. Cada vez se torna más importante lo relacionado a la aptitud para el deporte y el momento del retorno a la actividad, tanto en la COVID-19 asintomático y sintomático, con sospecha de afectación miocárdica o sin ella. Los deportistas con recuperación completa tienen muy buen pronóstico. Sin embargo, para optimizar el asesoramiento y el tratamiento, es urgente la recolección de datos prospectivos sobre la actual pandemia.



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