Introducción
La fragilidad ósea y el riesgo aumentado de fracturas son las principales consecuencias de la osteoporosis (OP), una enfermedad degenerativa que afecta la calidad de todos los huesos del esqueleto. La OP se caracteriza por disminución de la densidad mineral ósea (DMO), baja masa ósea y deterioro de la microestructura del tejido óseo, lo que hace que los huesos sean más frágiles. La osteopenia (OS) se refiere a niveles de DMO que están por debajo del rango normal, pero no tan bajos como en la OP. Se estima que las tasas de prevalencia mundial de OS y OP son del 40.4% y del 19.75%, respectivamente. Entre 1990 y 2019, los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) y la mortalidad global, tanto por OS como por OP, aumentaron en un 93.82% y 111.16% a nivel mundial, respectivamente. Los AVAD y el recuento de muertes por OS y fracturas relacionadas con la OP se incrementaron un 121.07% y un 148.65%, en orden respectivo, durante el mismo período; en este sentido, China se encuentra entre los cinco países con mayor número de AVAD en relación con la OS y las fracturas relacionadas con la OP.
Los factores de riesgo de OP incluyen los antecedentes familiares, el índice de masa corporal (IMC) anormal, los hábitos de vida poco saludables, el sexo femenino y el envejecimiento. Con el rápido aumento de la proporción de adultos mayores a nivel mundial y en China, la OP podría representar una amenaza importante para la salud pública. La OP frecuentemente induce fracturas por fragilidad en columna, cadera, antebrazo distal y húmero proximal. Generalmente, los síntomas clínicos de la OP aparecen después de la fractura y pueden provocar discapacidad significativa y dolor intenso que interfiere con las actividades normales y que disminuye la calidad de vida. Además, la OP y las fracturas relacionadas aumentan el riesgo de mortalidad, pérdida de autonomía, derivación a geriátricos y hospitalización, lo que genera discapacidad a largo plazo y costos sustanciales para los sistemas de salud.
Dadas las diferentes condiciones socioeconómicas, los variados estilos de vida y la creciente población de mayor edad en una nación en desarrollo de tamaño considerable como China, el conocimiento preciso de la epidemiología actual es fundamental. En este contexto, el objetivo de este estudio fue investigar las tendencias en la prevalencia de OP y OS, y evaluar el impacto de la disminución de la DMO sobre las enfermedades crónicas comunes, en una encuesta epidemiológica por muestreo de 2 etapas.
Métodos
La encuesta de referencia del estudio de cohorte de Jurong se llevó a cabo con un método de muestreo de múltiples etapas en 16 municipios de la ciudad de Jurong, provincia de Jiangsu, en el sur de China. Se analizaron sujetos adultos (mayores de 18 años); más del 80% procedía de zonas rurales. El reclutamiento de la población para el estudio se realizó en 2 etapas: la primera etapa incluyó a 11 150 participantes reclutados entre octubre y noviembre de 2015, mientras que la segunda etapa abarcó 5952 participantes, incorporados entre noviembre y diciembre de 2018. Debido a que este estudio tuvo como objetivo conocer la prevalencia de enfermedades crónicas, incluida la OP, el accidente cerebrovascular (ACV) y la enfermedad coronaria, el muestreo en dos etapas se llevó a cabo para tener un tamaño de muestra eficiente para la estimación de los factores de riesgo. El cuestionario permitió conocer información demográfica, el hábito de fumar y de beber, el estado nutricional, la actividad física (AF), el estado menopáusico y el antecedente de enfermedades crónicas. El nivel de AF se cuantificó como equivalentes metabólicos. Se calculó el índice de AF (IAF) como el cociente entre el consumo total de energía por individuo y el consumo básico energético por día. Se tuvieron en cuenta la presencia de hipertensión arterial, diabetes tipo 2, ACV, enfermedad coronaria y dislipidemias, entre otras enfermedades crónicas. En todos los participantes se realizaron mediciones de la DMO por ultrasonografía cuantitativa para la estimación del puntaje T. Las diferencias entre las variables en hombres y mujeres se conocieron con pruebas de la t de Student y de la U de Mann-Whitney. Las variables categóricas se compararon con pruebas de chi al cuadrado. Se realizó análisis estratificado para describir los índices de prevalencia de OP y de OS en relación con la edad, el sexo y la ingesta de calcio; mediante un método directo de estandarización se calculó la prevalencia por edad de OP y de OS. Se realizaron análisis de regresión logística; las asociaciones se estimaron con odds ratio (OR) e intervalos de confianza del 95% (IC 95%). Los puntajes T se categorizaron en cuartiles (T1 a T4) por edad y sexo. Los valores de p de menos de 0.05 se consideraron estadísticamente significativos.
Resultados
Se analizaron 16 377 sujetos (41.1% hombres de 61.51 años en promedio y 58.9% mujeres de 59.48 años en promedio). El 77.7% de las mujeres eran posmenopáusicas. Los hombres tuvieron mayor prevalencia de hipertensión arterial, enfermedad coronaria y cáncer respecto de las participantes femeninas (p < 0.05), pero presentaron menor prevalencia de dislipidemia (p < 0.05). Los varones tuvieron mayor proporción de fumadores (52.3%) y bebedores (54.6%), respecto de las mujeres (1.3%; y 9%, respectivamente; p < 0.001). Los participantes masculinos tuvieron un IAF más bajo y valores también más bajos de IMC, colesterol total y triglicéridos, en comparación con las mujeres.
Prevalencia de OS y OP entre grupos de edad
Las tasas de prevalencia de OS y OP fueron del 40.5% y del 7.93%, respectivamente. Las tasas de prevalencia estandarizadas por edad de OS y OP fueron del 27.32% y del 3.51%, en ese orden. En la población de 50 años o más, las tasas de prevalencia estandarizadas por edad de OS y OP fueron del 42.34% y del 8.96%, respectivamente. Se observó un aumento en la tasa de prevalencia de OS desde 21.47% en el grupo de 18 años hasta 56.23% en el grupo de 75 años. La tasa de prevalencia de OP aumentó de 0.89% en sujetos de 18 años a 17.23% en el grupo de 75 años.
Cambios en la prevalencia de OS y OP específicos por sexo con la edad
Las tasas de prevalencia de OS y OP entre las mujeres (43.94% y 11.72%) fueron más altas que en los varones (35.58% y 2.51%, respectivamente; p < 0.001). En la población de estudio, las tasas de prevalencia estandarizadas por edad de OS y OP fueron del 22.38% y del 0.94% en hombres, y del 30.97% y 5.52% en mujeres. En la población de 50 años o más, la prevalencia estandarizada por edad de OS y OP fue del 36.1% y del 2.65%, en orden respectivo, para los hombres y del 47.14% y 14.26%, respectivamente, para las mujeres. Entre los participantes masculinos, las tasas de prevalencia observadas de OS y OP fueron del 20.71% y 0% en el grupo de 18 años y aumentaron a 51.54% y 5.43% en el grupo de 75 años, respectivamente. En las mujeres, las tasas observadas de prevalencia de OS y OP fueron del 21.88% y 1.39% en el grupo de 18 años y aumentaron a 61.06% y 29.39% en el grupo de 75 años, en igual orden.
Prevalencia de OS y OP en mujeres posmenopáusicas y premenopáusicas
Las tasas de prevalencia de OS y OP en mujeres posmenopáusicas fueron mayores (48.55% y 14.05%), en comparación con las de mujeres premenopáusicas (26.55% y 2.62%; p < 0.001). En las mujeres premenopáusicas, la prevalencia observada de OS fue del 21.41% entre el grupo de 18 años y aumentó en la medida que lo hizo la edad. En las mujeres posmenopáusicas, la prevalencia observada de OS fue del 23.81% en el grupo de 40 años y aumentó al 61.37% en el grupo de 75 años.
En las mujeres premenopáusicas, la prevalencia registrada de OP fue del 1.25% en el grupo de 40 años y aumentó al 14.29% en el grupo de 60 años. En las mujeres posmenopáusicas, la prevalencia de OP fue del 6.56% en el grupo de 45 años y aumentó al 29.28% en el grupo de 75 años.
Prevalencia de OS y OP según el antecedente de ingesta de calcio
En los participantes con antecedente de ingesta de calcio y sin este, la tasa de prevalencia de OS y OP fue del 44.52%, 40.28%, 6.27% y 8.02%, respectivamente. Para los hombres, la tasa de prevalencia de OS fue menor entre aquellos que consumían calcio (27.92%) que entre los que no lo usaban (35.84%; p = 0.03). La tasa de prevalencia de OS fue mayor entre las mujeres que ingerían calcio (50.26%) respecto de aquellas que no lo tomaban (43.48%; p = 0.04). Las tasas de prevalencia de OP entre los participantes del estudio en general que tomaban calcio y que no ingerían este elemento fueron del 4.06% y el 2.47% en los varones, y del 7.03% y el 12.03% en mujeres, respectivamente, con diferencias significativas entre las participantes femeninas (p = 0.004).
Análisis de asociación de la ingesta de calcio con la OS y la OP
Después del ajuste por edad, sexo, IAF, ocupación, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, dislipidemia, enfermedad coronaria, antecedente de ACV y antecedente de cáncer, no se observaron asociaciones significativas entre la ingesta de calcio y la presencia de OS y de OP (OR de 1.10, IC 95%: 0.94 a 1.29, y OR de 0.90, IC 95%: 0.61 a 1.34, respectivamente).
El análisis estratificado por sexo mostró que la ingesta de calcio aumentó el riesgo de OS en las mujeres (OR de 1.26, IC 95%: 1.04 a 1.52) después del ajuste por edad, IAF, ocupación, antecedente de hipertensión, diabetes tipo 2, dislipidemia, enfermedad coronaria, ACV y cáncer.
Prevalencia de enfermedades crónicas entre diferentes grupos por puntaje T
En la población total del estudio, la prevalencia de diabetes tipo 2, dislipidemia, enfermedad coronaria y enfermedad cardiovascular y cerebrovascular difirió entre los cuartiles bajo, medio-bajo, medio-alto y alto del puntaje T. Desde el cuartil bajo al cuartil alto del puntaje T, las tasas de prevalencia de diabetes y dislipidemia aumentaron de manera lineal (p < 0.001), mientras que la tasa de prevalencia de cáncer se redujo (p = 0.03). La tasa de prevalencia de enfermedad coronaria fue del 1.29%, 1.54%, 2.16% y 1.99% desde el cuartil bajo al cuartil alto del puntaje T. La tasa de prevalencia de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular fue del 6.47%, 6.3%, 6.91% y 7.76% desde el cuartil más bajo hasta el cuartil más alto.
En un análisis estratificado por IMC, en el grupo de peso normal las tasas de prevalencia de diabetes fueron del 13.49%, 13.03%, 13.27% y 16.25% entre el cuartil más bajo, segundo, tercero y el más alto del puntaje T. En el grupo con sobrepeso, la tasa de prevalencia de dislipidemia aumentó del 58.99% al 64.63%, con incremento de los valores del puntaje T. En el grupo de obesidad, las tasas de prevalencia de dislipidemia fueron del 64.75%, 71.33%, 72.83% y 71.6%, en tanto que las tasas de prevalencia de enfermedad coronaria fueron del 0.82%, 2.09%, 2.66% y 3.46% desde el cuartil más bajo hasta el cuartil más alto, respectivamente (p < 0.05 en todos los casos).
Conclusión
La OS y la OP influyen a largo plazo en la salud de la población que envejece; se asocian con mayor riesgo de mortalidad, pérdida de autonomía y hospitalización, y con costos sustanciales para los sistemas de salud. El objetivo de la presente encuesta por muestreo fue evaluar las tendencias en la prevalencia de OS y OP en una población china Han. Para el estudio transversal comunitario participaron 16 377 sujetos. Los hallazgos sugieren que, en la medida en que las personas envejecen, la OS y la OP son más comunes en las mujeres que en los hombres, y particularmente en las mujeres posmenopáusicas respecto de aquellas premenopáusicas. La DMO afecta significativamente la prevalencia de enfermedades crónicas. Estos hallazgos ofrecen información que puede aplicarse a programas de intervención destinados a prevenir o disminuir la carga de la OP en China.
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