Introducción
La quinta ola de COVID-19 llegó a Hong Kong en enero de 2022, con más de 1.2 millones de casos y 9300 muertes. La tasa de mortalidad fue una de las más altas a nivel mundial en marzo de 2022, con una cobertura de vacunación relativamente baja en las personas mayores y una inmunidad menguante desde la última dosis de vacuna. Aunque los metanálisis refirieron tasas de mortalidad significativamente mayores en pacientes con COVID-19 con fractura de cadera, la mayoría de los estudios se realizaron con sujetos caucásicos, de modo que no se dispone de información suficiente a partir de cohortes de alta calidad, en términos de la mortalidad y de las complicaciones en poblaciones asiáticas.
El valor del umbral del número de ciclos (Ct, por su sigla en inglés) y el nivel de dímero D sérico son dos parámetros que se suelen tener en cuenta para el abordaje de pacientes con COVID-19. El valor Ct se refiere al número de ciclos necesarios para amplificar el ARN viral a un nivel detectable, y por lo tanto proporciona una estimación de la carga viral. El dímero D representa la activación de los sistemas de coagulación y fibrinólisis, que se observa en diversas afecciones inflamatorias. Se ha referido que los valores de Ct < 26 y los niveles de dímero D > 2010 ng/ml serían predictores de la mortalidad en pacientes con COVID-19. Sin embargo, el papel pronóstico de estas variables en individuos con fractura de cadera por COVID-19 aún se desconoce. Los objetivos de este estudio fueron evaluar la evolución clínica de los pacientes con fracturas de cadera y COVID-19 en la población china, identificar factores de riesgo de mortalidad y de complicaciones, y determinar la capacidad pronóstica de los valores de Ct y de dímero D.
Pacientes y métodos
El estudio de cohorte retrospectivo se realizó en una unidad académica de un hospital terciario en Hong Kong. Se analizaron pacientes con COVID-19 entre el 31 de enero y el 12 de mayo de 2022, es decir el período del brote de la quinta ola de la infección en Hong Kong. Se analizaron pacientes con fractura aguda de cadera, de 60 años o más, y con fractura por fragilidad por traumatismo de baja energía. Se tuvieron en cuenta los datos demográficos, el patrón de la fractura de cadera, la movilidad premórbida, la puntuación de la American Society of Anaesthesiologysts (ASA), el estado de COVID-19, el tratamiento y el momento de la operación. En todos los pacientes reclutados se realizó prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR, por su sigla en inglés) al ingresar. Al inicio también se documentó el estado de vacunación, los valores de Ct, los niveles del dímero D y el uso de agentes antivirales y esteroides sistémicos. Se intentó realizar un tratamiento quirúrgico para la fractura de cadera dentro de las 48 horas, en todos los casos. El criterio principal de valoración fue la mortalidad por cualquier causa a los 90 días. El valor de Ct refleja la capacidad infecciosa de SARS-CoV-2 y, a menudo, se utiliza un límite de 30 para determinar la necesidad de aislamiento y estratificar los riesgos de ingreso a la unidad de cuidados intensivos. Las comparaciones estadísticas se realizaron con prueba de la t de Student y con la prueba de chi al cuadrado. Se utilizaron modelos de regresión logística escalonada para analizar los factores de riesgo potenciales. Se estimaron los odds ratio (OR).
Resultados
Se incluyeron un total de 159 pacientes con fractura de cadera, 42 pacientes (26.4%) tenían infección por COVID-19 y 117 pacientes (73.6%) no tenían dicha infección. Hubo una proporción significativamente mayor de pacientes masculinos en el grupo con COVID-19 (52.4%) que en el grupo sin COVID-19 (24.8%), mientras que las restantes características iniciales no mostraron diferencias significativas. La edad promedio fue de 85.8 años en el grupo positivo para COVID-19 y de 83.8 años en el grupo sin COVID-19 (p = 0.199). La mayoría de los sujetos de ambos grupos tuvieron una puntuación ASA de 3 o 4 (60.5% en el grupo con COVID-19; 58.0% en el grupo sin COVID-19; p = 0.850). El patrón de fractura de cadera y el estado de movilidad premórbido no mostraron diferencias significativas en ambos grupos. El grupo con COVID-19 tuvo tasas de mortalidad a 90 días significativamente más altas (21.4% frente a 9.4%), tasas más elevadas de complicaciones (45.2% respecto de 28.2%) e internaciones más prolongadas. La COVID-19 fue un factor de riesgo independiente de mortalidad y complicaciones. En el grupo de pacientes con COVID-19, los factores de riesgo vinculados con evolución clínica desfavorable fueron la edad avanzada, el uso de esteroides, el tratamiento conservador y la puntuación ASA ≥ 3. El tratamiento conservador se asoció con mayor mortalidad (OR = 16; p = 0.025) en pacientes con fractura de cadera por COVID-19. No hubo diferencias significativas entre los valores de Ct < 30 y > 30 con respecto a la mortalidad y la tasa de complicaciones. El dímero D y el momento de la operación no afectaron los resultados.
Conclusiones
Los pacientes con COVID-19 concomitante y fractura de cadera tienen alto riesgo de mortalidad y complicaciones. Los valores de Ct y los niveles de dímero D no tienen ningún papel pronóstico para los resultados de la fractura de cadera. Se recomienda un tratamiento quirúrgico temprano tan pronto como los pacientes estén clínicamente aptos.
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