Resúmenes amplios

CARACTERÍSTICAS Y EVOLUCIÓN CLÍNICA EN UNA COHORTE DE PACIENTES PEDIÁTRICOS ONCOHEMATOLÓGICOS CON COVID-19


Bogotá, Colombia:
En niños con enfermedades oncológicas, el rastreo de enfermedad por coronavirus 2019 debería basarse en la presencia de fiebre, incluida la neutropenia febril, o los síntomas respiratorios, y los contactos cercanos con casos. En el presente estudio se comprobó una frecuencia elevada de complicaciones y de mortalidad por COVID-19 en una población pediátrica oncohematológica.

The Pediatric Infectious Disease Journal 40(6):499-502

Autores:
Fonseca EV

Institución/es participante/s en la investigación:
Fundación Hospital la Misericordia

Título original:
Clinical Characteristics and Outcomes of a Cohort of Pediatric Oncohematologic Patients With COVID-19 Infection in the City of Bogotá, Colombia

Título en castellano:
Características y Evolución Clínica en una Cohorte de Pacientes Pediátricos Oncohematológicos con COVID-19 en la Ciudad de Bogotá, Colombia

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.12 páginas impresas en papel A4

Introducción

En Colombia, la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) generó consecuencias devastadoras. Hasta el 16 de noviembre de 2020 se habían comunicado 1 198 746 casos de infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2); Colombia se ubicó en el noveno lugar en el mundo, con un índice de infección de 23 465 por cada millón de habitantes. Hasta esa fecha se registraron 34 031 muertes, con un índice de mortalidad de 666 por cada millón de habitantes, es decir el lugar 16 en el mundo, para el número de muertes por cápita.

En la población pediátrica en general se ha registrado una frecuencia más baja de complicaciones de COVID-19; la mayoría de los pacientes presentan infecciones leves o asintomáticas. Sin embargo, se dispone de poca información para los pacientes con supresión del sistema inmunológico, como los pacientes tratados por enfermedades malignas.

En los adultos con cáncer se ha referido riesgo tres veces más alto de mortalidad en asociación con COVID-19, con índices de mortalidad cercanos al 20%, significativamente más altos que los correspondientes a la población general. Para niños con enfermedades malignas, la información no es concluyente. El objetivo del presente estudio fue evaluar la frecuencia de infección por SARS-CoV-2 y la evolución clínica de COVID-19 en niños con diagnóstico de enfermedades hematológicas malignas o no malignas e infección por SARS-CoV-2 en Colombia.

Pacientes y métodos

El presente estudio observacional, descriptivo y retrospectivo se realizó con todos los casos de COVID-19 confirmada por reacción en cadena de la polimerasa por transcripción reversa (RT-PCR por su sigla en inglés) o por pruebas antigénicas en pacientes de menos de 18 años, evaluados en un hospital pediátrico, entre abril y septiembre de 2020. Se identificaron todos los pacientes con enfermedades hematológicas malignas o benignas (insuficiencia congénita o adquirida de médula ósea, enfermedad de células falciformes y talasemia) y todos los pacientes que habían sido sometidos a trasplante autólogo o alogénico de médula ósea. Se tuvieron en cuenta las características demográficas y clínicas, los datos de laboratorio, la evolución clínica, las complicaciones, la necesidad de internación en unidades de cuidados intensivos pediátricos y la mortalidad. La enfermedad se clasificó como leve, grave o muy grave según las recomendaciones de consenso de Colombia para el diagnóstico y el tratamiento de infección por SARS-CoV-2/COVID-19. Entre los parámetros de laboratorio se consideraron el recuento de leucocitos, neutrófilos, linfocitos y plaquetas, y los niveles séricos de ferritina, fibrinógeno y dímero-D, todos ellos valorados en las primeras 24 horas posteriores al inicio de los síntomas. Se tuvieron en cuenta los tratamientos indicados.

Resultados

Fueron evaluados 1669 pacientes, 289 de ellos con infección confirmada por SARS-CoV-2. Entre estos últimos pacientes, 33 (11.4%) tenían diagnóstico de enfermedades oncohematológicas y se incluyeron en el presente estudio. En todos los pacientes, la infección por SARS-CoV-2 se confirmó por RT-PCR.

La mediana de edad de los enfermos fue de 10 años (1 a 17 años) y 21 eran varones (63.6%). Cuatro pacientes (12.1%) refirieron contacto epidemiológico con un caso de COVID-19.

Un total de 32 de los enfermos tenían diagnóstico de cáncer mientras que el paciente restante presentaba insuficiencia adquirida de médula ósea.

Ocho pacientes (24.2%) estuvieron asintomáticos en el momento de los estudios; la PCR se realizó por el antecedente epidemiológico en 4 enfermos (12.1%), como rastreo previo a la realización de otros procedimientos (trasplante de precursores hematopoyéticos y radioterapia) en dos casos, como consecuencia de los hallazgos radiológicos no atribuibles a la patología de base en un paciente, y por la necesidad inexplicada de terapia con oxígeno en el caso restante.

Los síntomas más frecuentes fueron la fiebre (20 casos, 60%), la rinorrea (14 casos, 42%), la tos (10 casos, 30%), el dolor precordial (4 casos, 12.1%), la disnea (1 paciente, 3.0%), y la hipoxemia (1 paciente, 3.0%).

Cuatro pacientes presentaron síntomas gastrointestinales (dos tuvieron diarrea y dos, dolor abdominal). Ningún paciente presentó síntomas respiratorios y gastrointestinales al mismo tiempo. Otras manifestaciones clínicas comunes fueron el dolor lumbar y la disgeusia.

Ocho pacientes (24.2%) tenían neutropenia febril en el momento del diagnóstico presuntivo de COVID-19. Quince pacientes (42%) recibían quimioterapia en el momento de la infección. En 7 pacientes (21.2%) no se realizaron modificaciones del protocolo terapéutico (en la mayoría de los casos por leucemias agudas en fase de inducción). En 6 pacientes, el curso de quimioterapia debió postergarse, mientras que en dos enfermos, el protocolo se interrumpió de manera permanente, como consecuencia de las complicaciones de la infección. En 21 pacientes se comprobó una citopenia como mínimo.

Siete pacientes (21.2%) presentaron neumonía leve, 4 enfermos (12.1%) tuvieron neumonía grave y 3 niños (9.0%) presentaron neumonía muy grave. Cinco de los 33 pacientes evaluados fallecieron (15.1%); dos decesos se atribuyeron a la infección por SARS-CoV-2.

Conclusión

El presente estudio sugiere que en los niños con enfermedades oncológicas, el rastreo de infección por SARS-CoV-2 debería basarse en la presencia de hipertermia, incluida la neutropenia febril, la presencia de síntomas respiratorios y el antecedente epidemiológico. Se comprobó una mayor frecuencia de complicaciones y mortalidad atribuibles a COVID-19. En estos enfermos deben implementarse estrategias para el rastreo precoz de infección por SARS-CoV-2. Los pacientes con estas características deben ser sometidos a vigilancia rigurosa para la detección rápida de posibles complicaciones. La decisión de postergar o suspender la quimioterapia debe realizarse en cada paciente en particular.



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