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En el contexto de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), el 14 de marzo de 2020, el gobierno de España declaró el estado de alarma. Debido al incremento extraordinario de demanda asistencial en los servicios de urgencias de adultos y la escasa repercusión en los servicios pediátricos, la Comunidad de Madrid reorganizó la atención pediátrica, centralizando desde el 21 de marzo hasta el 6 de mayo la asistencia urgente pediátrica preferentemente en dos centros hospitalarios de tercer nivel. Durante este periodo, la telemedicina ha sido una de las herramientas empleadas por los profesionales sanitarios para facilitar la atención y el seguimiento tanto de pacientes con COVID-19 como de pacientes con enfermedades crónicas, por ejemplo diabetes o trastornos psiquiátricos.
Durante la nueva situación de confinamiento, la reducción en el número de centros de atención pediátrica y la sobresaturación de las líneas de respuesta telefónica extrahospitalaria por la demanda de pacientes adultos, el hospital organizó un sistema de atención telefónica urgente dirigido a la población pediátrica (< 18 años).
El objetivo del presente estudio fue describir la organización de la atención telefónica urgente hospitalaria pediátrica durante la pandemia de COVID-19 y conocer la opinión de los profesionales sanitarios participantes.
El estudio descriptivo se realizó entre el 20 de marzo y el 3 de mayo en el Hospital Universitario Infantil Niño Jesús. Durante este periodo, las llamadas recibidas en el hospital por consultas médicas fueron derivadas al teléfono móvil personal del pediatra de turno, facilitando así el trabajo no presencial. Se atendieron las llamadas recibidas entre las 8 am y las 9 pm los siete días de la semana. Se organizaron turnos diarios (mañana y/o tarde), con dos o tres pediatras por turno. Se realizó la historia clínica vía telefónica y se solicitó apoyo audiovisual a través de fotografías y videos enviados al correo institucional. La prescripción médica, si era necesaria, se realizó utilizando el sistema de recetas del Colegio Oficial de Médicos de Madrid. Durante la primera semana de atención se recogieron los motivos de consulta y la necesidad de derivación a Urgencias.
Al final del periodo de atención telefónica se realizó una encuesta anónima online de 13 preguntas, dirigida a los profesionales que atendieron las llamadas.
Se atendieron 1899 consultas (42 consultas diarias en promedio). Los motivos de consulta de las 270 llamadas registradas en la primera semana fueron infecciones respiratorias febriles (33.3%), fiebre sin foco (12.9%), síntomas abdominales (9.3%), lesiones cutáneas (9.3%), caídas o accidentes (5.5%), dudas sobre salud (cuidados del recién nacido y vacunas; 7.4%), sobre la infección por COVID-19 (5.7%) y por otros motivos (16.6%). El 21% de los pacientes fueron derivados al servicio de Urgencias, la dificultad respiratoria y la fiebre sin foco fueron los principales motivos de la derivación.
Participaron en el estudio 52 profesionales y 32 de ellos respondieron la encuesta al final del estudio (índice de respuesta de 60%). La mediana de edad de los profesionales participantes fue de 32 años (27 a 44 años); el 48% tenía menos de cinco años de experiencia, el 10% tenía entre 5 y 10 años de experiencia profesional y el 37% tenía más de 15 años de tarea asistencial. El 58% refirió haber trabajado, en alguna oportunidad, en atención primaria, y el 83% realizaba guardias en el servicio de Urgencias.
El 90% consideró que la atención telefónica urgente fue útil para identificar a los pacientes que precisaban derivación al servicio de Urgencias, y el 97% la consideró útil para resolver otro tipo de dudas médicas. El 93.5% consideró que los medios audiovisuales habían sido de ayuda. Solo un médico refirió poca seguridad en la atención telefónica. Con respecto a la percepción sobre los pacientes, el 32% de los pediatras refirieron notar a los padres reticentes a salir del domicilio para acudir al servicio de Urgencias y el 55% de los encuestados creyó que el uso del servicio por los padres había sido adecuado. El 64.9% de los profesionales refirió estar de acuerdo con la prolongación del servicio implementado.
Durante la situación de emergencia por el COVID-19, se implementó un sistema de atención telefónica urgente hospitalaria dirigida a la población pediátrica atendida por los pediatras del centro. El sistema se consideró útil para identificar a los pacientes que precisaron derivación urgente y para la resolución de dudas médicas. La valoración de los pediatras de esta herramienta telemática fue muy favorable.
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