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Introducción
Las vacunas han sido responsables de reducciones sustanciales de la mortalidad y se encuentran entre las intervenciones sanitarias más rentables. Estas brindar protección directa e indirecta. Dependiendo el tipo de vacuna, el impacto de ésta puede observarse a corto o largo plazo. En las últimas décadas se ha visto una expansión de los programas de vacunación infantil en países de ingresos bajos y medianos (PIBM). No obstante, no siempre es posible medir de manera directa el impacto de los programas de vacunación sobre la mortalidad y la morbilidad.
El objetivo del presente estudio fue cuantificar el impacto en la salud de los programas de vacunación infantil mediante la estimación de las muertes y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) evitados por la vacunación contra 10 patógenos en 98 PIBM entre 2000 y 2030.
Métodos
Un total de 16 grupos de investigación independientes proporcionaron estimaciones de la carga de enfermedad basadas en modelos en una variedad de escenarios de cobertura de vacunación contra 10 patógenos: el virus de la hepatitis B, la Haemophilus influenzae tipo B, el virus del papiloma humano (VPH), la encefalitis japonesa, el sarampión, la Neisseria meningitidis serogrupo A, el Streptococcus pneumoniae, el rotavirus, la rubéola y la fiebre amarilla. Se utilizaron 2 modelos matemáticos para cada patógeno, excepto para el virus de la hepatitis B, que tuvo 3, y para la fiebre amarilla, que tuvo uno. Se utilizaron datos demográficos estandarizados y cobertura de vacuna para determinar el impacto de los programas de vacunación comparando las estimaciones del modelo de un escenario hipotético sin vacunación con las de un escenario de vacunación informado y proyectado. Las defunciones y AVAD evitados entre 2000 y 2030 fueron calculadas por año calendario y por cohorte de nacimiento anual.
Resultados
Se observó que el promedio de número de vacunas recibidas por niño aumentó en la mayoría de los 98 PIBM entre 2000 y 2019. La proporción de niños no vacunados en la mayoría de los países fue inferior a 0.1.
Para todos excepto 2 patógenos (el virus de la hepatitis B y el VPH), se estimó que la vacunación entre 2000 y 2030 causó reducciones sustanciales en la mortalidad en el mismo período de tiempo. En el caso del virus de la hepatitis B y el VPH, la mayor parte de la mortalidad se debió a infecciones que ya se habían producido, debido a la demora generalmente prolongada entre la infección y los resultados graves de esas infecciones. Aunque la cobertura de vacunación contra la hepatitis B es en la actualidad relativamente alta y se prevé que aumente aún más, la mayor parte del impacto de esta cobertura se verá solo después de 2030. La mayoría de los países aún no han introducido la vacunación contra el VPH.
En términos de muertes evitadas por año calendario, se estimó que la vacunación contra los 10 patógenos seleccionados habrá evitado 69 millones (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 52 a 88) muertes entre 2000 y 2030, de las cuales 37 millones (IC 95%: 30 a 48) se evitaron entre 2000 y 2019. De 2000 a 2019, esto representa una reducción del 45% (36–58) en las muertes en comparación con el escenario hipotético de no vacunación. La mayor parte de este impacto se concentra en la reducción de la mortalidad entre los niños menores de 5 años (reducción del 57%; IC 95%: 52 a 66), sobre todo por sarampión. Para el período 2020-30, se proyecta que estas reducciones aumentarán al 60% (IC 95%: 33 a 74) para la mortalidad general y al 77% (IC 95%: 44 a 86) para la mortalidad entre los niños menores de 5 años en los 98 países PIBM. La mortalidad atribuible a la hepatitis B y el VPH afecta principalmente a los mayores de 40 años; la fiebre amarilla, la N. meningitidis del serogrupo A y la encefalitis japonesa son enfermedades epidémicas que afectan principalmente a los menores de 30 años. El impacto de la vacunación contra el virus de la hepatitis B y el VPH comenzará a observarse a partir de 2040. Durante la vida de los cohortes de nacimiento nacidos entre 2000 y 2030, se pronostica que la vacunación evitará 120 millones (IC 95%: 93 a 150) muertes, de las cuales 58 millones (IC 95%: 39 a 76) se deben a la vacunación contra el sarampión y 38 millones (IC 95%: 25 a 52) se deben a la vacunación contra la hepatitis B.
Las vacunas contra el sarampión, el H. influenzae tipo B y el S. pneumoniae tienen el mayor impacto relativo en la mortalidad de niños menores de 5 años, las vacunas contra el VPH, pero las vacunas contra el virus de la hepatitis B y la fiebre amarilla tienen el mayor impacto por persona vacunada por año de nacimiento. Las vacunas contra el sarampión y la fiebre amarilla tienen el mayor impacto por persona vacunada por año calendario. La vacunación contra la fiebre amarilla y el VPH tienen el mayor impacto relativo de todas las vacunas consideradas. El aumento de la cobertura de la vacuna contra el VPH en las niñas evitará más muertes por persona vacunada que cualquier otra actividad de inmunización.
Debido a que la mayoría de los patógenos considerados provocan la mortalidad de niños menores de 5 años, el impacto de la vacunación en los AVAD refleja en gran medida el impacto en la mortalidad.
Conclusión
Los aumentos en la cobertura de vacunas y la introducción de nuevas vacunas en los PIBM habrían tenido un impacto importante en la reducción de la mortalidad. Se prevé que estos avances en materia de salud pública aumenten en las próximas décadas sí se mantiene el progreso en el aumento de la cobertura.
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