Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), se asocia con consecuencias devastadoras en pacientes de instituciones geriátricas (IG); diversos estudios de los Estados Unidos y del resto del mundo confirmaron índices desproporcionadamente elevados de mortalidad. Hasta 9 de julio de 2020 se habían referido al menos 283 000 casos de COVID-19 en pacientes de IG, con más de 56 000 decesos, es decir el 10% de todos los casos en los Estados Unidos y el 44% de todas las muertes en ese país.
Los pacientes que residen en IG son particularmente vulnerables por la presencia de morbilidades subyacentes, compromiso físico y cognitivo y otras discapacidades vinculadas con la edad. También tienen riesgo de aumentado de infección por SARS-CoV-2 y de COVID-19 por la falta de medidas adecuadas de prevención y control de enfermedades infecciosas en esas instituciones. Los pacientes que se infectan tienen riesgo aumentado de mortalidad. Sin embargo, los factores precisos que determinan esta vulnerabilidad no se conocen con precisión. Si bien la mortalidad por COVID-19 aumenta en relación directa con la edad, existe poca evidencia para los factores diferenciales que aumentan o reducen el riesgo de mortalidad, entre los sujetos de edad avanzada residentes en IG o en la comunidad. De hecho, la población de sujetos de edad avanzada es sumamente heterogénea y ciertas características, no sólo la edad, podrían ser particularmente importantes para identificar aquellos pacientes con riesgo más alto de mortalidad, en asociación con la infección por SARS-CoV-2. Hasta la fecha se dispone de muy pocos estudios con datos individuales de enfermos; además, estos estudios se realizaron en una única IG o en un número reducido de IG, de modo que los resultados podrían no ser aplicables a la totalidad de pacientes.
En una IG de Maryland, los pacientes en tratamiento de diálisis tuvieron índices más altos de infección por SARS-CoV-2 y los pacientes infectados tuvieron índices más altos de internación, en comparación con los sujetos de IG no dializados; sin embargo, no se observaron diferencias significativas entre los grupos en el riesgo de mortalidad. En un estudio del Reino Unido, los residentes que fallecieron por COVID-19 por lo general fueron hombres y tuvieron índices más altos de enfermedad cardiovascular, en comparación con los sobrevivientes. La morbilidad asociada con COVID-19 también es desproporcionada en la población global y en sujetos de IG de etnia negra o hispana. El objetivo del presente estudio fue identificar las características que se asocian con la mortalidad por cualquier causa a los 30 días, en pacientes de IG con COVID-19.
Pacientes y métodos
El estudio se llevó a cabo en 351 IG de los Estados Unidos, con 5256 pacientes con síntomas relacionados con COVID-19 y con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), confirmada por reacción en cadena de la polimerasa (PCR por su sigla en inglés), entre 16 de marzo y 15 de septiembre de 2020. Se tuvieron en cuenta las características de los residentes en las IG, entre ellas la edad, el sexo, la etnia, los síntomas, las patologías crónica y la función cognitiva y física. El criterio principal de valoración fue la mortalidad por cualquier causa a los 30 días de la primera PCR positiva para SARS-CoV-2.
Resultados
Fueron evaluados 5256 sujetos residentes en IG con COVID-19 (3185 mujeres [61%]; mediana de edad de 79 años, rango intercuartílico de 69 a 88 años); 3741 sujetos eran blancos (71%), 909 eran de raza negra (17%) y 586 individuos (11%) pertenecían a otras razas o etnias.
En comparación con los residentes de 75 a 79 años, la probabilidad de deceso fue 1.46 veces más alta (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.14 a 1.86) en los residentes de 80 a 84 años, 1.59 superior (IC 95%: 1.25 a 2.03) en los pacientes de 85 a 89 años, y 2.14 más elevada (IC 95%: 1.70 a 2.69) en los residentes de 90 años o más.
Las mujeres tuvieron riesgo reducido de mortalidad a los 30 días, en comparación con los hombres (odds ratio [OR] de 0.69; IC 95%: 0.60 a 0.80). Dos enfermedades subyacentes se asociaron con riesgo aumentado de mortalidad: la diabetes (OR: 1.21, IC 95%: 1.05 a 1.40) y la enfermedad renal crónica (OR: 1.33, IC 95%: 1.11 a1.61). La fiebre (OR: 1.66, IC 95%: 1.41 a 1.96), la dificultad para respirar (OR: 2.52, IC 95%: 2.00 a 3.16), la taquicardia (OR: 1.31, IC 95%: 1.04 a 1.64), y la hipoxia (OR: 2.05, IC 95%: 1.68 a 2.50) fueron otros factores asociados con riesgo aumentado de mortalidad a los 30 días. En comparación con los residentes sin compromiso cognitivo, los ancianos con deterioro cognitivo moderado tuvieron riesgo más altos de mortalidad (OR: 2.09, IC 95%: 1.68 a 2.59), en tanto que el riesgo de mortalidad entre los sujetos con deterioro cognitivo grave fue 2.79 veces más alto (IC 95%: 2.14 a 3.66).
En comparación con los sujetos sin compromiso físico o los residentes con sólo compromiso físico leve, los enfermos con compromiso físico moderado y grave tuvieron riesgo 1.49 (IC 95%: 1.18 a 1.88) y 1.64 veces más alto (IC 95%: 1.30 a 2.08), respectivamente.
Conclusión
El presente estudio con residentes de IG indica que la edad avanzada, el sexo masculino y el deterioro importante de la función física y cognitiva se asocian con riesgo aumentado de mortalidad por COVID-19 a los 30 días del diagnóstico. Estos factores podrían ser de ayuda para la creación de modelos de predicción de riesgo.
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