Resúmenes amplios

GUÍA DE ABORDAJE DE COVID-19


Londres, Reino Unido:
La enfermedad por el nuevo coronavirus constituye una situación de emergencia sanitaria en todo el mundo. Es probable que ocurra propagación exponencial de la enfermedad, de modo que las medidas de control y prevención seguramente deberán ser mantenidas por mucho tiempo. Por el momento no se dispone de ningún antiviral eficaz.

International Journal of Surgery 1-41

Autores:
O’Neill N

Institución/es participante/s en la investigación:
Barts and the London School of Medicine and Dentistry

Título original:
Evidence Based Management Guideline for the COVID-19 Pandemic – Review Article

Título en castellano:
Guía de Abordaje Basado en la Evidencia para la Pandemia de COVID-19 – Artículo de Revisión

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.13 páginas impresas en papel A4

Introducción

El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 [SARS-CoV-2]), es un virus de ARN de cadena única, perteneciente a la familia Coronaviridae, con capacidad de infectar a los seres humanos. El SARS-CoV-2 es responsable de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), una infección del tracto respiratorio inferior con capacidad potencial de inducir neumonía atípica fatal.

La pandemia de COVID-19 ha afectado a más de 944 181 personas en todo el mundo; la mayoría de los casos ocurrieron en los Estados Unidos (n: 215 608), Italia (n: 110 820) y España (n: 104 118). Se registraron 47 312 fallecimientos. La declaración de pandemia por la Organización Mundial de la Salud ocurrió el 30 de enero de 2020.

SARS-CoV-2 tiene una secuencia de aminoácidos similar en un 76.5% a SARS-CoV; ambos virus utilizan los receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 para ingresar a las células del hospedero. Sin embargo, la capacidad de unión a estos receptores es más eficaz en SARS-CoV-2. El virus se transmite fundamentalmente de persona a persona.

El diagnóstico de COVID-19 se confirma en presencia de 2 o más ensayos positivos de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa reversa (RT-PCR por su sigla en inglés) en muestras del tracto respiratorio (hisopado nasofaríngeo, esputo, lavado alveolar) o sangre. Asimismo, la recuperación y la depuración del virus se establecen cuando dos o más estudios son negativos. Sin embargo, la evidencia más reciente sugiere que los resultados en hisopados anales y los cultivos de sangre pueden permanecer positivos, a pesar de la negativización de las muestras nasofaríngeas. Por lo tanto, las principales formas de transmisión del virus consisten en las gotitas de secreciones respiratorias, los fluidos corporales, el contacto fecal oral, el contacto directo, y el contagio a partir de superficies contaminadas. Hasta el momento no existen indicios que avalen la transmisión vertical del virus. Si bien el 80.9% de los infectados tiene enfermedad subclínica o sólo síntomas leves, estos individuos también pueden transmitir el virus; la carga viral en estos pacientes sería similar a la de los enfermos sintomáticos. Se ha estimado que cada sujeto infectado es capaz de transmitir la infección a otras 2.2 personas.

Evolución de la enfermedad

El período promedio de incubación es de 5.2 días (1 a 14 días), en tanto que el tiempo promedio hasta la consulta y la internación (en los casos necesarios) es de 5.8 días y 12.5 días, respectivamente. Los estadios de la enfermedad, a partir del inicio de los síntomas, se determinan según los hallazgos en la tomografía computarizada de tórax sin contraste: estadio precoz (0 a 4 días), enfermedad progresiva (5 a 8 días), pico de la enfermedad (9 a 13 días) y fase de resolución (14 días o más).

Manifestaciones clínicas

El análisis de 72 314 pacientes reveló que la gravedad de COVID-19 varía considerablemente de un paciente a otro. El 81% de los enfermos presentó enfermedad leve (sin neumonía o con neumonía leve), en tanto que el 14% tuvo neumonía grave, caracterizada por disnea importante, frecuencia respiratoria de 30 o más por minuto, saturación de oxígeno en sangre de 93% o menos, cociente PaO2/FIO2 < 300 y aparición de infiltrados en más del 50% del parénquima pulmonar en el transcurso de 24 a 48 horas. El 5% de los enfermos presentó COVID-muy grave, es decir insuficiencia respiratoria, shock séptico o disfunción de múltiples órganos. Los pacientes pueden presentar síndrome de distrés respiratorio agudo o insuficiencia renal aguda. La infección ocurre en niños y adultos. A partir del análisis de tres amplias series de casos se comprobó que los síntomas más frecuentes en los adultos son fiebre (92.8%), tos (69.8%), disnea (34.5%), mialgias (27.7%), cefaleas (7.2%), diarrea (6.1%), rinorrea (4%), dolor de garganta (5.1%) y odinofagia (17.4%). En la población pediátrica, los síntomas más comunes serían la fiebre, la fatiga, la tos, la congestión nasal, la expectoración, la diarrea y las cefaleas. Los pacientes más jóvenes también pueden presentar enfermedad grave y progresiva. Las infecciones por SARS, virus de la influenza, virus parainfluenza, adenovirus, virus respiratorio sincicial y metapneumovirus deben considerarse en el diagnóstico diferencial de los enfermos con COVID-19. Los pacientes de 65 años o más tienen más riesgo de presentar enfermedad grave, en comparación con los sujetos más jóvenes; los enfermos con patologías subyacentes también constituyen grupos de riesgo.

Abordaje

Prevención

La utilización de equipos personales de protección es fundamental. Si bien las máscaras quirúrgicas son utilizadas por un porcentaje importante de la población general, no se ha demostrado que sean útiles para reducir o evitar el riesgo de infección. En el ámbito hospitalario, sin embargo, se recomienda el uso de máscaras N95, guantes y camisolines en profesionales que están en contacto directo (1 a 2 m) con los pacientes infectados. Cuando se detecta un enfermo infectado, éste debe ser aislado rápidamente. El lavado de manos debe ser frecuente. Existen diversas intervenciones no farmacológicas destinadas a suprimir o atenuar la enfermedad; la supresión se define en presencia de una disminución en el Reproduction Number (N0), o sea el número promedio de sujetos que pueden ser infectados por un paciente, a menos de 1, mientras que la atenuación se define como la reducción de los efectos de la pandemia sobre la salud, con efectos finales sobre la morbilidad y la mortalidad. Estas medidas consisten en el aislamiento de los casos, la cuarentena voluntaria domiciliaria, el distanciamiento social para los sujetos de más de 70 años, el distanciamiento social para la totalidad de la población, y el cierre de escuelas y universidades. Los hábitos de higiene e desinfección deben ser reforzados en todos los ámbitos. La educación de la salud pública debe basarse en evidencia validada.

Tratamiento

Incluye medidas de sostén (incluida la ventilación no invasiva y la asistencia ventilatoria mecánica en caso de necesidad); se han probado diversos agentes antivirales y antiparasitarios, pero no existe ninguna recomendación específica al respecto.



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