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Introducción
Los coronavirus responsables del síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por su sigla en inglés) y el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS, por su sigla en inglés) pueden causar resultados adversos graves en el embarazo, como aborto espontáneo, parto prematuro, restricción del crecimiento intrauterino y muerte materna. Hasta el momento no se habría detectado la transmisión vertical del virus responsable de la nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por su sigla en inglés), mientras que en un caso se presumió la transmisión perinatal. Las consecuencias de la infección por SARS-CoV-2 para los embarazos serían inciertas, y hasta ahora no hay pruebas de resultados graves tanto para las madres como para sus bebés. Sin embargo, se debe considerar esta posibilidad. La experiencia reciente con el virus Zika parece sugerir que, cuando aparece un patógeno nuevo, la comunidad de atención médica debe estar preparada para el peor de los escenarios. Por lo tanto, se necesitan de manera urgente recomendaciones para el tratamiento de embarazadas con riesgo de infección por SARS-CoV-2.
El propósito del presente informe fue proponer un algoritmo de abordaje detallado de pacientes embarazadas con infección por SARS-CoV-2, presunta o confirmada, para los proveedores de atención médica.
En el algoritmo propuesto, se sugiere que cualquier embarazada que haya viajado a un país afectado por el SARS-CoV-2 dentro de los 14 días previos o que haya tenido contacto cercano con un paciente con infección confirmada por el SARS-CoV-2 debe hacerse la prueba de amplificación de ácido nucleico del SARS-CoV-2, incluso si es asintomática. Las embarazadas con infección por SARS-CoV-2 confirmada por laboratorio que son asintomáticas deben controlarse a sí mismas en el hogar para detectar las características clínicas de COVID-19 durante, al menos, 14 días. Estas pacientes, y las que se están recuperando de la enfermedad leve, deben controlarse con ecografías de crecimiento fetal bimensuales y evaluaciones Doppler debido al riesgo potencial de restricción del crecimiento intrauterino. Las embarazadas con neumonía por COVID-19 deben ser tratadas por un equipo multidisciplinario en un centro de atención terciaria. Cuando se cumplen los criterios Sepsis-related Organ Failure Assessment (para evaluación de la insuficiencia orgánica relacionada con la sepsis), la paciente debe ser transferida a la unidad de cuidados intensivos.
Para las embarazadas con infección por SARS-CoV-2 confirmada, la elección del momento del parto debe individualizarse según la semana de gestación y las condiciones maternas, fetales y de parto. Siempre que sea posible, se debe favorecer el parto vaginal mediante la inducción del trabajo de parto, con un posible parto instrumental para evitar el agotamiento materno, para prevenir complicaciones quirúrgicas innecesarias en una paciente que ya está enferma. En caso de shock séptico, insuficiencia orgánica aguda o sufrimiento fetal se debe realizar el parto por cesárea de emergencia (o la terminación de este, si es legal, antes de la viabilidad fetal).
Los recién nacidos de madres positivas para SARS-CoV-2 deben ser aislados durante, al menos, 14 días o hasta que desaparezca la eliminación del virus; durante este período no se recomienda la lactancia materna directa.
Estas recomendaciones deben adaptarse a las instalaciones locales de atención médica, así como en respuesta a cualquier actualización adicional sobre SARS-CoV-2 y COVID-19.
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