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Introducción y objetivos
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es la causa más frecuente de síntomas de las vías urinarias inferiores (SVUI) en hombres mayores de 50 años. Se estima que el 43% de los hombres mayores de 65 años tienen SVUI o reducción del flujo urinario máximo, lo cual impacta negativamente en su calidad de vida. El aumento de la expectativa de vida y el número creciente de ancianos hace que el estudio de los trastornos propios de la vejez adquiera especial importancia.
Los estudios recientes han señalado que la función sexual, especialmente la función eréctil, se ven afectadas con frecuencia en los pacientes con SVUI por HPB. Se considera que los especialistas que atienden estos problemas deben conocer las relaciones entre ambos procesos, ya que los tratamientos médicos o quirúrgicos dirigidos a los SVUI pueden tener impacto sobre la salud sexual. La tamsulosina es un bloqueante adrenérgico alfa-1 selectivo que se usa ampliamente para el tratamiento de los SVUI en pacientes con HPB. El objetivo de este estudio fue analizar el efecto de la tamsulosina en la disfunción eréctil comúnmente asociada con los SVUI.
Pacientes y métodos
Se trató de un estudio prospectivo, aleatorizado en una relación 1:1, con la utilización de placebo, realizado en hombres casados con edades entre 45 y 79 años, con HPB y disfunción eréctil. Los pacientes fueron seleccionados al azar en el servicio de urología de un hospital universitario de El Cairo (Egipto). Los pacientes firmaron un consentimiento informado para ingresar al estudio.
Se incluyeron pacientes con SVUI debidos a HPB. Se excluyeron los pacientes con diabetes, hipertensión, insuficiencia cardíaca, hepatopatías, tabaquismo, radioterapia, cirugía peneana previa, traumatismo peneano, cirugía inguinal, cirugía pelviana o cirugía retroperitoneal. Los SVUI fueron definidos como síntomas obstructivos y como síntomas irritativos, y fueron evaluados por la escala IPSS (International Prostatic Symptom Score). La función eréctil fue evaluada por el índice IIEF (International Index of Erectile Function).
Los estudios de laboratorio incluyeron análisis de orina y mediciones plasmáticas de urea, creatinina, colesterol, triglicéridos, antígeno prostático específico, glucemia y testosterona. Se realizaron ecografías de abdomen y de pelvis, ecografía Doppler peneana y flujometría urinaria.
Fueron seleccionados inicialmente 72 pacientes con SVUI y disfunción eréctil de al menos 6 meses de duración. Sesenta pacientes aceptaron completar el estudio. Los pacientes fueron divididos en 2 grupos: grupo tratamiento (n = 30) y grupo placebo (n = 30). Los pacientes del grupo tratamiento recibieron tamsulosina (0.4 mg/día) por un año. Los pacientes concurrieron durante el tratamiento a consultas médicas programadas, en las cuales completaron los cuestionarios y reportaron los efectos colaterales percibidos.
Los datos numéricos se presentan como rangos, medias, desviaciones estándares (DS), medianas y rangos intercuartílicos. Los datos categóricos se presentan como porcentajes. Las comparaciones entre las variables numéricas se hicieron con la prueba de la t para datos independientes (datos paramétricos) y con la prueba del orden de Mann-Whitney (datos no paramétricos). Las comparaciones de datos pretratamiento y postratamiento se hicieron con la prueba de la t para datos emparejados (datos paramétricos) o con la prueba del orden con signo de Wilcoxon (datos no paramétricos). Las variables categóricas fueron comparadas con la prueba de la chi al cuadrado o con la prueba exacta de Fisher. Las correlaciones fueron hechas con el método de Pearson para relaciones lineales. Se consideró significativo un valor de p < 0.05.
Resultados
La media ± DS de la edad de los participantes fue 53.9 ± 6.1 años (rango: 45 a 69 años). La edad del grupo tratamiento fue significativamente mayor que la edad del grupo placebo (55.6 ± 1.0 años frente a 52.2 ± 1.2 años, p < 0.05). El 73.3% (22/30) de los pacientes en el grupo tratamiento excedían la mediana de edad (53 años), mientras que el 73.3% (22/30) de los pacientes en el grupo placebo estaban por debajo de ella (p < 0.05). El volumen medio de la próstata fue de 47.5 ± 18.8 g (rango: 13 a 120 g). La etiología más frecuente de la disfunción eréctil fue la psicogénica, seguida por la insuficiencia venosa y por la insuficiencia arterial. No hubo diferencias significativas en las etiologías de la disfunción eréctil entre el grupo tratamiento y el grupo placebo.
Se observó una correlación negativa significativa (r = -0.4; p < 0.001) entre el puntaje IPSS y el puntaje IIEF, lo que se interpreta como que la gravedad de los SVUI se correlaciona con la disfunción eréctil. El puntaje IPSS fue similar en ambos grupos al inicio del estudio. En el grupo tratamiento, el 93.3% tenía SVUI moderados y no había sujetos con SVUI graves; en el grupo placebo, el 76.7% tenía SVUI moderados y el 20% tenía SVUI graves (p < 0.05). Los estudios complementarios fueron similares en ambos grupos, excepto la concentración de testosterona plasmática, que fue significativamente mayor en el grupo con tratamiento activo (p < 0.05). La función orgásmica, la satisfacción coital y la satisfacción sexual global al comienzo del estudio fue similar en ambos grupos (p > 0.05), mientras que la mediana del puntaje IIEF fue mayor en el grupo tratamiento (p < 0.05).
Al finalizar el estudio, los pacientes del grupo tratamiento tuvieron una mejoría significativamente mayor de los SVUI (puntaje IPSS), frente al grupo placebo (p < 0.001). En el grupo tratamiento, 24/28 pacientes (85.7%) pasaron de la categoría moderada a la categoría leve en el puntaje de gravedad de síntomas (p < 0.001), mientras que en el grupo placebo se observó un incremento significativo en la gravedad de los síntomas al final del tratamiento.
Por otro lado, el 54% de los pacientes con tamsulosina presentaron una disminución significativa de la función orgásmica, aunque el puntaje de deseo sexual y el puntaje de satisfacción sexual global no tuvieron cambios significativos. La comparación de los puntajes finales del grupo tratamiento y del grupo placebo mostró mejoría significativa en el puntaje IIEF, en el puntaje de función eréctil, en el puntaje de deseo sexual y en el puntaje de satisfacción coital en el grupo que recibió tamsulosina. El puntaje de función orgásmica y el puntaje de satisfacción global no mostraron diferencias significativas entre los grupos. La flujometría urinaria mostró que el flujo urinario máximo fue superior en el grupo tratado con tamsulosina.
Discusión y conclusiones
La disfunción sexual es un fenómeno común entre los hombres con SVUI por HPB, que aumenta progresivamente con la edad y se asocia con deterioro de la calidad de vida. Los principales componentes de la función sexual son la función eréctil, el deseo sexual y la función eyaculatoria. La alteración de cualquiera de ellos conduce a la disfunción sexual. Muchos estudios han confirmado la correlación entre los SVUI y la disfunción sexual en hombres mayores de 50 años. Un estudio sobre 5000 pacientes en Alemania reportó una prevalencia de SVUI de 72.2% en hombres con disfunción sexual, frente a 37.7% en hombres sin disfunción sexual. El estudio MSAM-7 (Multinational Survey of the Aging Male-7), uno de los estudios poblacionales más grandes, sugirió que la presencia de SVUI es un fuerte factor predictivo de disfunción eréctil en hombres mayores de 50 años, más importante incluso que la diabetes o la enfermedad cardiovascular. Existen varias teorías que definen los mecanismos fisiopatológicos potenciales de esta asociación, que incluyen el déficit de óxido nítrico, la hiperactividad autonómica, la actividad alterada del endotelio y la ateroesclerosis pelviana.
Los objetivos de los tratamientos de los SVUI deben incluir el mejoramiento de la disfunción sexual. Varias clases de fármacos están disponibles para el tratamiento de la HPB. La observancia a largo plazo del tratamiento es un desafío, y la disfunción sexual puede contribuir a esta dificultad. La mejoría de la función sexual, concomitante con la mejoría de los SVUI, ha sido reportada con varios bloqueantes alfa (alfuzosina, doxazosina, tamsulosina). Una conclusión lógica de estos estudios es que el tratamiento de los SVUI puede retrasar la ocurrencia de la disfunción sexual, o prevenir su aparición.
En este estudio aleatorizado y controlado con placebo, los resultados indican que la tamsulosina mejoró significativamente la función eréctil en pacientes con SVUI debidos a HPB, frente al placebo. Después de un año de tratamiento, el grupo con tamsulosina mostró una tasa de respuesta del 83.3% y una mejoría significativa de los síntomas en el 85.7% en los pacientes. Un 54.5% de los pacientes tratados con tamsulosina recuperó una función eréctil normal. Se observó una alta correlación negativa entre los valores de testosterona plasmática y los SVUI, y una buena correlación positiva entre los valores de testosterona plasmática y la función sexual, lo que los autores interpretan como un efecto protector de la testosterona.
La mejoría de los SVUI asociados con la HPB y con la obstrucción infravesical puede, por sí misma, mejorar también la función sexual. Las propiedades contráctiles y las propiedades de relajación del músculo liso del cuerpo cavernoso se alteran en presencia de obstrucción infravesical. El tratamiento de la obstrucción (farmacológico o quirúrgico) se asocia con mejoría de la función sexual.
En conclusión, el tratamiento con tamsulosina durante un año produjo una mejoría estadísticamente significativa en la función eréctil, en el deseo sexual y en la satisfacción coital en pacientes con disfunción sexual y SVUI asociada con HPB, a pesar de un incremento en la incidencia de disfunción eyaculatoria.
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