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Introducción
Los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM) son frecuentes y se cree que son consecuencia de diversas etiologías que llevan a la degeneración de las estructuras articulares. La degeneración de las estructuras articulares es inflamatoria y provoca la aparición de destrucción del tejido y disfunción articular por liberación de mediadores inflamatorios al espacio articular como interleuquina (IL) 1 beta, IL-6, factor de necrosis tumoral alfa (FNT-alfa) y prostaglandina E2 (PGE2). Estas alteraciones no son exclusivas de la ATM, sino que también se observan en el desplazamiento del disco anterior y en la artrosis. Asimismo, se constató degeneración en la configuración del colágeno de los tejidos articulares y reducción en la cantidad de proteoglucanos.
La glucosamina y el condroitín sulfato son moléculas estructurales del cartílago articular. La primera es una glucoproteína esencial necesaria para la síntesis de glucosaminglucanos y proteoglucanos, y el segundo es un glucosaminglucano, parte de la estructura de proteoglucanos del cartílago. Según los autores sólo dos estudios piloto evaluaron el uso de ambos compuestos en los trastornos de la ATM. El objetivo de este ensayo de tipo aleatorizado fue evaluar los efectos de la combinación de glucosamina y condroitín sulfato sobre los desequilibrios internos de la ATM y compararlos con los del tramadol, un analgésico opioide débil, en términos bioquímicos y clínicos.
Material y métodos
El diseño del estudio clínico fue aleatorizado, a doble ciego y controlado. Participaron 34 mujeres (35 articulaciones) con una edad entre 18 y 40 años (edad promedio 28.6 ± 6.89 años) con desequilibrios internos en la ATM clasificados como estadio de Wilkes II o III, dolor durante más de cuatro semanas y limitación en la apertura de la boca y desplazamiento del disco anterior. La inclusión en la investigación se realizó luego de la realización de exámenes clínicos y de imágenes por resonancia magnética. Se excluyeron las personas con antecedentes de tratamientos previos. Los niveles de dolor durante la palpación de la ATM se registraron en una escala numérica de dolor (0 a 10). Los participantes se dividieron al azar en dos grupos: uno recibió una combinación de 1500 mg de glucosamina y 1200 mg de condroitín sulfato (grupo GC) y el grupo control tratado con 50 mg de tramadol dos veces por día por vía oral para el alivio del dolor. Se obtuvieron muestras de líquido sinovial bajo anestesia local al inicio y luego de ocho semanas de tratamiento para determinar los niveles de IL-1beta, IL-6, FNT-alfa y PGE2.
Se utilizó la prueba de la U de Mann-Whitney para comparar las mediciones sin distribución normal entre los grupos. Las comparaciones antes y después de los tratamientos se realizaron con las pruebas de la t pareada y de Wilcoxon. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p < 0.05.
Resultados
Se detectaron citoquinas inflamatorias en el líquido sinovial de todos los participantes. Se observó un descenso no significativo en los niveles de IL-1beta, de IL-6 y significativo de PGE2 en el grupo de GC; mientras que hubo un incremento en el grupo control (p = 0.004, p = 0.104, p = 0.252, respectivamente). En ambos grupos se constató una disminución en las concentraciones de FNT-alfa, aunque no se alcanzó la significación estadística.
Ambos tratamientos tuvieron efectos significativos sobre la reducción del dolor (p = 0.001 para el grupo de tratamiento activo y p = 0.000 para el grupo control), sin diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos). La mejoría en la apertura máxima de la boca fue significativamente superior en el grupo GC en comparación con el grupo control (p = 0.000).
Discusión y conclusión
Recuerdan los autores que las citoquinas inflamatorias como las prostaglandinas, las interleuquinas y el FNT-alfa son reguladores potenciales de la osteoclastogénesis. Según se describió previamente, el aumento en el líquido sinovial de IL-1 beta, IL-6 y FNT-alfa son hallazgos característicos de la inflamación. En la presente investigación, estos mediadores se detectaron en todos los pacientes sintomáticos con alteraciones internas en la ATM detectadas en la resonancia magnética. En el grupo GC se observó una disminución en los niveles de estos mediadores en el líquido sinovial, lo que demuestra su efecto antiinflamatorio. En diversas investigaciones se señaló el valor de la glucosamina y el condroitín sulfato en el tratamiento de la artrosis, la mayoría de los cuales se refirieron a artrosis de cadera y rodilla. En el presente ensayo, además de la disminución descrita en los niveles de IL-1beta, IL-6, FNT-alfa y PGE2, se encontró alivio del dolor y una mejoría significativa en la apertura máxima de la boca con la administración de 1500 mg de glucosamina y 1200 mg de condroitín sulfato. Los mediadores inflamatorios parecen estar relacionados con la destrucción del cartílago y, por ende, la combinación de estas drogas es capaz de disminuir la degeneración del cartílago, con reducción del dolor, a un nivel similar al observado con el tramadol, un analgésico narcótico con actividad central. El uso a largo plazo de antiinflamatorios no esteroides en los procesos dolorosos como los de la ATM pueden ocasionar complicaciones gastrointestinales graves. Según algunos autores, la glucosamina y el condroitín sulfato deberían considerarse como un suplemento nutricional, más que como drogas, debido a que sus efectos adversos son insignificantes.
Según los autores, no hay estudios que hayan evaluado los efectos del tramadol en los trastornos de la ATM; aunque sí en la artrosis. En la presente investigación, 100 mg de tramadol produjeron un incremento no significativo en los niveles de IL-1beta e IL-6 y una disminución no significativa en las concentraciones de FNT-alfa y de PGE2, con un alivio significativo del dolor. Estos datos confirman la utilidad analgésica del tramadol, por su acción central, sin efectos antiinflamatorios.
En conclusión de los investigadores, la combinación de glucosamina y de condroitín sulfato mejoró significativamente la apertura máxima de la boca y disminuyó los niveles en el líquido sinovial de IL-1beta e Il-6 en los trastornos de la ATM, en comparación con el tramadol. Los descensos en las concentraciones de FNT-alfa y PGE2 no alcanzaron significación estadística. La combinación de glucosamina y condroitín sulfato también proporcionó un alivio del dolor, similar al alcanzado con el tramadol, un analgésico narcótico. Dado que la combinación de glucosamina y condroitín sulfato puede considerarse como un suplemento nutricional debido a sus pocos efectos adversos en comparación con los antiinflamatorios no esteroideos y los analgésicos narcóticos, debe considerarse como terapia adjunta en el tratamiento de los trastornos de la ATM.
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