Introducción

La violencia de pareja es una de las formas más frecuentes de violencia contra las mujeres y un importante problema de salud pública. Esta se define como el abuso físico, sexual, psicológico y económico que ocurre por parte de la pareja. Se estima casi el 25% de las mujeres experimentan violencia de pareja en algún momento de su vida y es más frecuente entre las mujeres en edad reproductiva. La violencia de pareja durante el embarazo se asocia con efectos adversos sobre la salud materna e infantil, incluido el parto prematuro, bajo peso al nacer, hospitalización neonatal y problemas de salud mental prenatales y posparto.

Las consecuencias sociales, conductuales y económicas de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) pueden estar asociadas con situaciones de vida inestables e inseguras y violencia de pareja entre las embarazadas. Diversos estudios sugieren un aumento de la prevalencia mundial de violencia de pareja durante la pandemia de COVID-19, y las Naciones Unidas lo describen como una pandemia en la sombra dentro de la pandemia.

El objetivo de la presente investigación fue analizar las tendencias de situaciones de vida inestables e inseguras y violencia de pareja entre embarazadas, cuyo embarazo comenzó antes o durante la pandemia de COVID-19.

Métodos

Se realizó un análisis transversal de series de tiempo interrumpido basado en la población entre las embarazadas pertenecientes un sistema integrado de prestación de atención médica en el Norte de California, Estados Unidos. Las participantes se sometieron a pruebas de detección de situación de vida inestable e insegura y violencia de pareja como parte de la atención prenatal estándar entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de diciembre de 2020. La pandemia de COVID-19 fue exposición de interés. Los embarazos se clasificaron como ocurridos antes de la pandemia (entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de marzo de 2020) o durante la pandemia (entre el 1 de abril y el 31 de diciembre de 2020). Los criterios de valoración principales fueron situaciones de vida inestables e inseguras y la violencia de pareja. Estas variables se analizaron mediante cuestionarios. Los datos se extrajeron de las historias clínicas electrónicas. Los modelos de series de tiempo interrumpido se ajustaron por edad, raza y etnia. Los cocientes de tasas (CT) se calcularon con intervalos de confianza del 95% (IC 95%).

Resultados

La muestra estudiada incluyó un total de 77 310 embarazos en 74 663 mujeres; 27.4% de las cuales eran asiáticas o isleñas del Pacífico, 6.5% eran afroamericanas, 29% eran hispanas, y 32.3% eran blancas no hispanas. La media de edad fue de 30.9 años. Durante todo el período de estudio, el 2.6% de las embarazadas informaron una situación de vida insegura e inestable y el 0.2% informó violencia de pareja. Al comparar los embarazos durante la pandemia con los anteriores a la pandemia, las diferencias en las características demográficas, como la edad materna, la raza y el origen étnico, y la edad gestacional en el momento del cribado, fueron pequeñas.

A lo largo del período de estudio de 24 meses se observó una tendencia creciente en la tasa estandarizada de situaciones de vida inseguras e inestables (2.2%; CT: 1.022; IC 95%: 1.016 a 1.029 por mes) y violencia de pareja (4.9%; CT: 1.049; IC 95%: 1.021 a 1.078 por mes).

El modelo de series de tiempo interrumpido indicó un aumento del 38% (CT: 1.38; IC 95%: 1.13 a 1.69) en el primer mes de la pandemia de COVID-19 para situaciones de vida inseguras e inestables. No hubo diferencias significativas en la tendencia general antes y durante la pandemia.

Para la violencia de pareja, el modelo de series de tiempo interrumpido sugirió un aumento del 101% (CT: 2.01; IC 95%: 1.20 a 3.37) en los primeros dos meses de la pandemia de COVID-19. No hubo diferencias significativas en la tendencia general antes y durante la pandemia.

Conclusiones

En el presente estudio transversal se observó un aumento general en las situaciones de vida inestables e inseguras y la violencia de pareja entra las embarazadas durante el período de 24 meses, con un aumento temporal asociado con la pandemia de COVID-19. Puede ser útil que los planes de respuesta de emergencia incluyan salvaguardas de violencia de pareja para futuras pandemias. Estos hallazgos sugieren la necesidad de exámenes prenatales para situaciones de vida inseguras e inestables y violencia de pareja, junto con la derivación a servicios de apoyo e intervenciones preventivas apropiados.

El aumento temporal en las situaciones de vida inseguras e inestables y violencia de pareja se correspondió con el punto más alto de las medidas de confinamiento para controlar la propagación del virus. El confinamiento puede haber forzado el aislamiento en el hogar con la pareja abusiva. El costo psicológico de la pandemia puede haber exacerbado las alteraciones preexistentes de salud mental o uso de sustancias entre los perpetradores, lo que lleva a comportamientos más violentos o controladores. Además, la pandemia condujo a la tasa de desempleo más alta registrada en los Estados Unidos, lo que condujo a altas tasas de inseguridad económica con potencial para situaciones de vida inestables e inseguras. La inseguridad económica está asociada con la violencia de pareja.