Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (severe acute respiratory syndrome [SARS]-CoV-2), surgió en diciembre de 2019 en la China. Desde ese momento se refirieron más de 175 millones de casos en todo el mundo, con más de 3.8 millones de fallecidos.
Con el avance de la pandemia se hizo evidente la posibilidad de síntomas persistentes en un porcentaje considerable de pacientes: COVID prolongada (CP) y síndrome posCOVID, entre otras denominaciones.
Estos síndromes se caracterizan por la presencia de síntomas, signos o variables bioquímicas anormales que persisten dos semanas o más después del inicio de COVID-19. Si bien las alteraciones fueron referidas, por lo general, en pacientes que sobrevivieron luego de presentar enfermedad grave o muy grave, los síntomas también pueden persistir en pacientes con infecciones leves que no motivaron internación. Todavía no se conocen con precisión los efectos del sexo, la edad, la etnia, las enfermedades subyacentes, la carga viral, o la progresión de COVID-19 sobre la sintomatología persistente.
El objetivo de la presente revisión sistemática con metanálisis de trabajos con revisión por pares fue estimar la prevalencia de síntomas, signos o anormalidades bioquímicas que persisten más allá de la fase aguda de COVID-19.
Métodos
Los artículos, publicados antes de 1 de enero de 2021 con más de 100 pacientes, se identificaron mediante búsquedas en PubMed, Medline y Embase. Se incluyeron estudios clínicos aleatorizados y controlados, estudios de cohorte y estudios transversales.
Para los efectos referidos en dos o más estudios se realizó metanálisis de efectos aleatorios con la finalidad de estimar la prevalencia global, con intervalos de confianza del 95% (IC 95%). La heterogeneidad entre los estudios se determinó con el estadístico I2; los valores de I2 de 25%, 50%, y 75% representan heterogeneidad baja, intermedia y alta, respectivamente. Se aplicaron las pautas Preferred Reporting Items for Systematic Reviewers and Meta-analysis (PRISMA) de 2020. El sesgo de publicación se determinó con gráficos en embudo.
Resultados
Se identificaron 18 251 artículos, 82 de ellos aptos para la revisión completa y 15 seleccionados para la revisión sistemática con metanálisis.
Ocho trabajos se publicaron en Europa y el Reino Unido, 3 se realizaron en los Estados Unidos y el resto se llevó a cabo en Australia, China, Egipto y Méjico. El número de participantes (de 17 a 87 años) por estudio fue de 102 a 44 799. El seguimiento de los pacientes tuvo una duración de 14 a 110 días.
En 6 de los 15 estudios sólo se incluyeron pacientes internados por COVID-19. En el resto de los trabajos se analizaron pacientes con COVID-19 leve, moderada y grave. Dos metanálisis tuvieron baja heterogeneidad (I2 < 25%), dos presentaron heterogeneidad intermedia, y el resto tuvo heterogeneidad alta (I2 > 75%).
Se detectaron anormalidades en 6 variables bioquímicas: niveles elevados de dímero-D (20%), fragmento N-terminal de péptido natriurético tipo B (11%), proteína C-reactiva (8%), ferritina (8%), procalcitonina (4%) e interleuquina 6 (3%).
Se identificaron 55 efectos prolongados de COVID-19; la fatiga, las cefaleas, los dolores articulares, la anosmia, y la ageusia fueron los trastornos referidos con mayor frecuencia. También se identificaron pacientes con diabetes y accidente cerebrovascular. Se pudieron realizar 21 metanálisis; para el resto, la prevalencia se estimó a partir de cada cohorte.
El metanálisis de 7 estudios refirió una frecuencia de CP de 80% (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 65 a 92).
Las 5 manifestaciones clínicas más comunes fueron la fatiga (58%), las cefaleas (44%), los trastornos de la atención (27%), la pérdida de cabello (25%), y la disnea (24%).
Otros síntomas relacionados con enfermedades pulmonares fueron la tos, el malestar torácico, la reducción de la capacidad de difusión pulmonar, la apnea del sueño, y la fibrosis pulmonar; los síntomas cardiovasculares incluyeron arritmias y miocarditis. Los pacientes con frecuencia refirieron manifestaciones neurológicas (demencia, depresión, ansiedad, trastornos de la atención, trastorno obsesivo compulsivo), y otras manifestaciones inespecíficas como tinnitus y sudoración nocturna.
Un par de estudios refirieron que la fatiga fue más frecuente en las mujeres; la polipnea después de la actividad y la alopecia también se refirieron con mayor frecuencia por mujeres.
Conclusión
Los pacientes con COVID-19 pueden presentar secuelas crónicas u otras complicaciones clínicas, semanas a meses después de la recuperación inicial. Para la presente revisión sistemática con metanálisis se identificaron estudios en los cuales se analizaron los efectos prolongados de COVID-19. Un total de 15 artículos reunieron los criterios de inclusión.
Se estimó la prevalencia de 55 síntomas prolongados, se realizaron 21 metanálisis y se analizaron 47 910 pacientes en total, de 17 a 87 años. En los estudios, CP se definió en presencia de síntomas entre 14 y 110 días después de la infección aguda.
Se estimó que el 80% de las personas con infección por SARS-CoV-2 presenta 1 o más síntomas prolongados. Los 5 síntomas más frecuentes fueron la fatiga (58%), las cefaleas (44%), los trastornos de la atención (27%), la caída del cabello (25%), y la disnea (24%).
Los resultados ponen de manifiesto la importancia del abordaje multidisciplinario de los pacientes y las técnicas de rehabilitación, para pacientes con síntomas persistentes o prolongados, luego de COVID-19.
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