Informes comentados


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Informe
Resumen SIIC
W Xu
Institución: Tianjin Medical University,
Tianjin China

La Incidencia de Caídas Perjudiciales Aumenta Previamente al Diagnóstico de Demencia
Existe la necesidad de estrategias específicas de prevención de caídas para las personas con demencia, especialmente poco después del diagnóstico de demencia.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173009


Comentario
Autor del comentario
Milton Carlos Gonzáles Mechan 
Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, Chiclayo, Perú


El resumen objetivo La Incidencia de Caídas Perjudiciales Aumenta Previamente al Diagnóstico de Demencia aborda un estudio de casos y controles donde se compara la variable demencia en un grupo que tiene la patología y en otro grupo que no la tiene, en ambos grupos se buscaron factores como la caída desde 10 años antes del diagnóstico de demencia. El estudio se realizó en Suecia, se incluyeron 2707 participantes, el diagnóstico de demencia y la fecha de inicio de la demencia se identificaron en el Registro Nacional de Pacientes (RNP) y el Registro Sueco de Causas de Muerte siguiendo criterios internacionales. La información sobre caídas perjudiciales y antecedentes de enfermedades crónicas se obtuvo del RNP.  Al respecto, no se especifica si al registró del
paciente en estudio diagnósticado con demencia se le realizó una evaluación exhaustivamente previa al diagnóstico, si hubo otros diagnósticos que se prestaran a confundir con demencia progresiva, como el Alzheimer o la demencia vascular, por ejemplo, cuya evolución es progresiva con intermitencia de estacionamiento evolutivo y problemas en la ejecución, la cual a nivel de miembros inferiores podría caracterizar la inestabilidad y las caídas por un buen tiempo.
Bajo mi punto de vista, con relación a la asociación de caídas y demencia, debo comentar lo siguiente: las caídas en el adulto mayor es un predictor y consecuencia del síndrome de fragilidad que viene hacer una condición clínica que se presenta en el adulto mayor y cuya incidencia aumenta conforme pasan los años. El que el estudio concluya que las caídas perjudiciales se presentan como predictor de demencia, se tendría que evaluar la covariable fragilidad y ajustar estadísticamente su relación con demencia. Lo que sí está claro es que una vez que el paciente se le diagnostica demencia, existe un porcentaje de 2 a 3 veces la incidencia de caídas con relación a los pacientes que no tienen demencia, y es que la fragilidad también se presenta en ancianos que hacen demencia.
Copyright © SIIC, 2024

Palabras Clave
caídas perjudiciales, demencia incidente, análisis de casos y controles emparejados, estudio basado en la población, ancianos
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
AC Costa
Institución: Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo (FMUSP),
São Paulo Brasil

El Uso de Cannabinoides no Debe Considerarse como Tratamiento de Primera o Segunda Línea de los Trastornos Neuropsiquiátricos Prevalentes en la Vejez
El uso de cannabinoides como medicamentos terapéuticos ha aumentado entre las personas de edad avanzada, y demuestran resultados prometedores para el tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos frecuentes en este grupo poblacional. Sin embargo, no deben considerarse como terapia de primera o segunda línea de la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173006


Comentario
Autor del comentario
Rosario Guevara 
Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela


Este artículo da a conocer un interesante hallazgo: el uso terapéutico de cannabinoides en los adultos mayores y los resultados obtenidos para los trastornos neuropsiquiátricos más frecuentes en este grupo. De acuerdo al mismo, se han encontrado beneficios del uso de cannabinoides en la población de los adultos mayores. Tener en cuenta el ciclo de vida en el ser humano es muy importante al diseñar y ejecutar distintos planes de acción, para mejorar la calidad de vida de las personas.
Para el uso de cannabinoides en los adultos mayores, es necesario considerar varios factores como: edad del paciente, número de dosis, adherencia al tratamiento. Debe ser prescrito por un médico especialista en el área y con experticia en la población mayor y su uso
debe ser totalmente con fines médicos y no de otra índole; debemos combatir el uso de medicamentos que no sean con fines terapéuticosy de orden médica. El uso de ciertos calmantes puede ayudar al paciente en el alivio de su dolor físico, lo que es fundamental, por ejemplo, en casos de pacientes que se encuentran en etapa terminal debido al padecimiento de cáncer. Muchas veces su sufrimiento es ilimitado y, al aliviar el dolor del paciente, se le permitirá una partidadigna. El cuidador y familiares se sentirán más tranquilos al ver disminuir el dolor físico en su ser querido.
Siempre hay que tener presente que los fármacos deben ser indicados por el especialista y, a su vez, el paciente debe ser supervisando ante cualquier efecto secundario.Al ser una población de riesgo o vulnerabilidad en diferentes sentidos, entre los cuales se puede aludir algunos: por lo general el adulto mayor se encuentra viviendo solo, es poco frecuentado por sus familiares, tiende a aislarse, su vínculo social es disminuido, pueden estar afectados por la poca actividad social y laboral, entre otros. Todos los medicamentos generan efectos secundarios, por eso hay que tener en cuenta la vulnerabilidad del paciente, sobre todo en los adultos mayores que tienden a estar medicados por distintas dolencias.
La enfermedad de Parkinson como trastorno degenerativo, también implica la posibilidad del desarrollo de otras enfermedades mentales, como son la ansiedad y depresión, lo que complica el estado de salud física y mental. Siendo diferentes enfermedades a las cuales combatir de una vez. Por otra parte, las enfermedades neuropsiquiátricas son diversas y la característica crónica que las identifican, conllevan a necesitar medicación permanente para estabilizar al paciente y dentro de lo posible evitar mayor deterioro, tanto físico como mental. Esto implica la inversión de dinero para adquirir los medicamentos, acceder a las consultas médicas y cualquier otro implemento que se requiera. Además, la demanda de varias personas que estén involucradas afectivamente y le brinden al paciente atención ante los cuidados necesarios.
El impacto físico, psicosocial y económico de estas enfermedades afectan en gran medida tanto al paciente como a sus familiares. Es decir, la repercusión abarca distintos contextos que deben afrontarse de manera positiva en busca de soluciones y existen diversos modos de abordaje en el ámbito de la salud. Ciertamente uno de ellos es la medicación, pero desde el punto de vista psicológico, encontramos un gran recurso como es la psicoterapia y neuropsicología. Sumado a esto, es relevante destacar los aportes que existen de la psicoterapia, neurorehabilitación, redes de apoyo y la adquisición de técnicas de afrontamiento en la resolución de problemas para las personas mayores. Conduciendo a mejorar su calidad de vida.
Por ejemplo, muchos son los beneficios de la neurorehabilitación en el caso de estas enfermedades, recordando la vulnerabilidad genética, la estadía en ese ciclo de vida, el deterioro cognitivo propio de la edad, el ambiente familiar y social en el cual se desarrolla la persona. Por eso son necesarias e importantes las redes personales y de apoyo que pueda tener el paciente. Mientras más amplia sea la reserva cognitiva del paciente, mejor será la ejecución de sus áreas cognitivas, entre éstas la atención y memoria.
Se requieren mayores investigaciones en los cuales nos den más conocimientos en el uso de cannabinoides en los adultos mayores. Este artículo es un aporte a tener en cuenta. Desde el abordaje integral, lo que se pretende es que la calidad de vida del paciente cada día sea mejor y aumente su bienestar personal. Sin duda alguna, al mejorar la calidad de vida del paciente, el sentir y la situación del familiar o cuidador también serán más satisfactoria.

Palabras Clave
cannabis, cannabinoides, THC, CBD, ancianos
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
AC Costa
Institución: Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo (FMUSP),
São Paulo Brasil

El Uso de Cannabinoides no Debe Considerarse como Tratamiento de Primera o Segunda Línea de los Trastornos Neuropsiquiátricos Prevalentes en la Vejez
El uso de cannabinoides como medicamentos terapéuticos ha aumentado entre las personas de edad avanzada, y demuestran resultados prometedores para el tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos frecuentes en este grupo poblacional. Sin embargo, no deben considerarse como terapia de primera o segunda línea de la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.


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http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173006


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Autor del comentario
María Luz Gunturiz Albarracín 
Instituto Nacional de Salud, Bogotá, Colombia


El cannabis para uso medicinal se ha utilizado durante siglos en varias culturas antiguas de todo el mundo. La identificación de los compuestos activos en los años sesenta y el esclarecimiento de su mecanismo de acción en los años noventa nos han proporcionado las herramientas para estudiar y comprender mejor cómo se puede usar terapéuticamente el cannabis. En las últimas dos décadas, se ha observado un aumento de publicaciones científicas sobre cannabis medicinal (CM). Las condiciones específicas, con el mayor número de publicaciones, fueron VIH, dolor crónico, esclerosis múltiple, náuseas y vómitos y epilepsia. También se ha observado un aumento en el consumo de cannabis medicinal en la población de adultos mayores, con el mayor incremento en la población de 65 años o
más. Los usuarios prefieren el CM, ya que tiene menos efectos adversos, menor riesgo de adicción y mejor efectividad para tratar los síntomas de afecciones médicas, en comparación con los medicamentos convencionales. El dolor, la ansiedad, la pérdida de apetito o la pérdida de peso, la depresión y el insomnio son las afecciones más comunes para las que se usa el CM. Con un número creciente de países que implementan leyes de CM y el número creciente de pacientes que lo utilizan, es esencial educar a los profesionales médicos sobre su uso. Si bien hay algunos medicamentos basados en cannabinoides disponibles en ciertos países, la mayoría de los pacientes prefieren usar productos naturales de cannabis, como las flores de cannabis (cannabis flos), tinturas y otras preparaciones de medicamentos botánicos. Cómo utilizar estas diversas formas de CM, los diferentes compuestos activos, las indicaciones médicas, la dosificación, los posibles efectos secundarios y las interacciones farmacológicas, son temas que deben entenderse para lograr resultados óptimos con la terapia con cannabinoides.1 Los avances recientes en el conocimiento de la bioquímica y la farmacología del sistema cannabinoide incluyen el desarrollo de nuevos fármacos que actúen potenciando o inhibiendo dicho sistema, así como fármacos sintéticos agonistas y antagonistas de los receptores cannabinoides. Sin embargo, la investigación clínica disponible actualmente sobre la eficacia de los cannabinoides se ha realizado con medicamentos derivados directamente de la planta Cannabis sativa.2
La planta Cannabis sativa contiene más de 400 sustancias, de las cuales 61 tienen estructura de cannabinoide, similar a la de su principio activo más importante, el ?9-tetrahidrocannabinol (THC). El THC es responsable de la mayoría de las acciones psicoactivas y efectos terapéuticos atribuidos al cannabis, como los efectos antiemético, analgésico, sedante y estimulante del apetito. El cannabidiol (CBD) es un cannabinoide no psicoactivo que actúa por un mecanismo diferente al del THC y comparte algunos de sus efectos terapéuticos. Los resultados de estudios en animales de experimentación sugieren que la administración conjunta de los diferentes cannabinoides de la planta potenciaría algunos de los efectos terapéuticos del THC como el antinauseoso, antiemético, analgésico y antiinflamatorio.3 Con base en estos argumentos la investigación clínica tiende a basarse en extractos de cannabis con un contenido conocido y estandarizado de principiosactivos, así como en el desarrollo de nuevas vías de administración como las ublingual, transdérmica, inhalada, en aerosol o rectal para evitar los efectos perjudiciales del humo sobre los pulmones y mejorar la baja biodisponibilidad de la administración de los cannabinoides por vía oral.3,4 Se ha descrito que los principales cannabinoides son el ácido ?9-tetrahidrocannabinólico A (THCA-A) con sus derivados: el ?9-tetrahidrocannabinol (?9-THC) y ?8-tetrahidrocannabinol (?8-THC); además de cannabidiol (CBD) y cannabinol (CBN).5,7
Según los datos disponibles, el CBD puede ser una alternativa segura para tratar algunas dolencias en las personas de edad avanzada, que, a menudo, van polimedicadas y pueden presentar dificultades cognitivas para recordar dosis y pautas de tratamientos complejos. El CBD tiene propiedades ansiolíticas, analgésicas y antiinflamatorias, por lo que estaría indicado para tratar la ansiedad y controlar los dolores musculoesqueléticos tan presentes en las personas mayores, tanto de causa degenerativa (artrosis) como inflamatoria (artritis). Además, el CBD ayuda a combatir el insomnio, algo muy frecuente a medida que envejecemos y que, de no tratarse adecuadamente, puede disparar todavía más los problemas de ansiedad.8 (Adicionalmente, Costa et al,9 indican que, a nivel preclínico, CBD induce efectos antiamiloidogénicos, antioxidantes, antiapoptóticos, antiinflamatorios y neuroprotectores, hallazgos que sugieren un posible papel terapéutico de los cannabinoides en los trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Parkinson (EP) y el Alzheimer. La evidencia emergente sugiere que el CBD y THC tienen efectos terapéuticos neuroprotectores en las demencias. Sin embargo, también es conocido que, en la práctica clínica, los cannabinoides se utilizan de forma no autorizada para aliviar los síntomas de la EP y la EA, tratamiento del temblor, síntomas no motores, ansiedad y como una ayuda para dormir. Existen varias evidencias que consideran a los cannabinoides como una alternativa para adultos mayores que padecen la enfermedad de Parkinson y la demencia de Alzheimer con una mala respuesta atratamientos de primera línea, esto debido a su acción antioxidante, antiinflamatoria y neuroprotectora, que podría reducir los temblores del Parkinson o para ayudar a mantener y mejorar las capacidades cognitivas en pacientes con demencia senil o Alzheimer.
En este contexto, Costa et al,9 indican que los cannabinoides nunca deben considerarse un tratamiento de primera línea, sino como una terapia adyuvante en situaciones específicas que se observan comúnmente en clínica.
A nivel neurológico, se ha descrito que el CBD podría utilizarse para aliviar algunos de los síntomas más graves de la depresión debido a que ayuda a incrementar los niveles de serotonina en el organismo, lo que mejora el estado de ánimo de las personas mayores. De igual forma, este compuesto puede ayudar a mantener y mejorar las capacidades cognitivas y por sus propiedades antioxidantes, podría ser una buena alternativa para minimizar el envejecimiento natural. A pesar de que el CBD puede ser útil para el manejo de diversas patologías,9 es necesario realizar más investigaciones sobre los efectos de los compuestos activos aislados del cannabis, estableciendo, entre otras cosas, la relación dosis-efecto y determinando la influencia del tiempo de exposición a tales agentes en respuestas inmunes particulares que pueden modular la patogénesis de enfermedades crónicas y neurológicas, disminuir el consumo de medicamentos y evaluar los potenciales efectos adversos. Copyright © SIIC, 2024 Referencias bibliográficas: Zorn G. Uso medicinal del cannabis. The European Cannabinoid TherapyAssociation Slovenia. Disponible en: http://www.expomedeweed.com/wpcontent/uploads/2019/04/expomedeweed-v1-n1-2018.pdf.
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Palabras Clave
cannabis, cannabinoides, THC, CBD, ancianos
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
AC Costa
Institución: Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo (FMUSP),
São Paulo Brasil

El Uso de Cannabinoides no Debe Considerarse como Tratamiento de Primera o Segunda Línea de los Trastornos Neuropsiquiátricos Prevalentes en la Vejez
El uso de cannabinoides como medicamentos terapéuticos ha aumentado entre las personas de edad avanzada, y demuestran resultados prometedores para el tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos frecuentes en este grupo poblacional. Sin embargo, no deben considerarse como terapia de primera o segunda línea de la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.


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http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173006


Comentario
Autor del comentario
Gabriela Pérez 
Sociedad Argentina de Cardiología, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


El manejo sintomático a través de medicamentos recetados comúnmente y el tratamiento farmacológico de los trastornos prevalentes en la vejez (por ejemplo los opioides para el dolor crónico, las benzodiazepinas a corto plazo para la ansiedad y los antipsicóticos para los trastornos del estado de ánimo) puede ser un desafío. El uso de opioides puede provocar estreñimiento, confusión, caídas y fracturas.1 Las benzodiazepinas también aumentan el riesgo de caídas y fracturas debido a la sedación2 o a los efectos adversos en los adultos mayores. Los antipsicóticos facilitan el desarrollo del síndrome metabólico, la discinesia, el parkinsonismo y puede contribuir a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y mortalidad en personas con demencia.3 Existen intereses clínicos y de investigación de tratamientos alternativos que
podrían ser más seguros para los adultos mayores, especialmente aquellos con fragilidad, multimorbilidad o polifarmacia: la investigación sobre el uso de compuestos de cannabis entre adultos mayores está aumentando. Los cambios relacionados con la edad en el sistema cannabinoide endógeno podrían influir en los efectos de las terapias dirigidas al sistema cannabinoide.4 En general, el envejecimiento parece resultar en una menor disponibilidad de los sitios de unión del receptor cannabinoide 1 (CB1) dependiendo de la región del cerebro.5 Las condiciones de salud comúnmente investigadas con respecto al consumo de cannabis entre adultos mayores incluyen el manejo del dolor,6 trastorno del sueño,7 estimulación del apetito,8 y el manejo de comportamientos de demencia como la agitación.9 Los datos de una encuesta de 568 voluntarios mostraron que, para aquellos que comenzaron a consumir cannabis más tarde en la vida, estaba estrechamente relacionado con el propósito medicinal como el control del dolor, la mejora del sueño y para tratar los síntomas de ansiedad y depresión.10 El 70% de los adultos mayores encuestados, estuvo muy de acuerdo en que el uso de cannabis medicinal era aceptable.11 Entre 2015 y 2019, los estadounidenses mayores mostraron una disminución relativa del 18,8 % en el riesgo percibido.12
El sistema endocannabinoide (ECS) es el sistema de neurotransmisor de señalización endógeno más extendido en el cerebro13 y consiste, principalmente, en los receptores de cannabinoides CB1 y CB2; ligandos endógenos anandamida (AEA) y 2- araquidonoilglicerol (2-AG); enzimas de síntesis como N-acil fosfatidiletanolamina (NAPE) y diacilglicerol lipasas (DAGL) y enzimas de degradación o recaptación como amida hidrolasa de ácido graso (FAAH) y monoacilglicerol lipasa (MAGL).14 Debido a que el ECS está ampliamente presente en el sistema nervioso central, juega un papel esencial en la neurobiología de las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer (EA) y la enfermedad de Parkinson (EP). Varios enfoques, ya sean ensayos in vitro, modelos animales y estudios clínicos, sugieren que la modulación de ECS puede reducir las proteínas involucradas en la fisiopatología de la EA, como tau y beta-amiloide15 y la alfa-sinucleína, que forman cuerpos de Lewy en la EP, con aumento de la reactividad de la microglía y los astrocitos, así como la proinflamacion,16 los marcadores TNF-a, IL-17, IFN-?, iNOS, IL-1ß y NF-?B, que son factores implicados en estas enfermedades, donde la modulación de ECS puede ser un objetivo farmacológico y molecular crítico. Por otra parte, la modulación endocannabinoide puede prevenir el daño mitocondrial, facilitar la homeostasis y disminuir la excitotoxicidad, así como las especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que culmina en la restauración de la memoria y la función cognitiva, prevalentes en las enfermedades mencionadas anteriormente.17 Además, este sistema y su compleja maquinaria también han participado en eventos de plasticidad sináptica y neurogénesis.18
Tanto el cannabidiol (CBD) como el tetrahidrocannabinol (THC) tienen objetivos potenciales para efectos terapéuticos en enfermedades neurodegenerativas, ya que pueden modular ECS. El CBD actúa como agonista de los receptores TRPV1, PPAR? y mAChR y como antagonista del receptor GPR55.19 Se sugiere que este compuesto actúe como un modulador alostérico negativo de los receptores CB1 y CB2. 20 Finalmente, el CBD inhibe la enzima FAAH, con el consiguiente aumento de los niveles de AEA. Los experimentos preclínicos muestran que la activación de CB2 induce un efecto neuroprotector en modelos animales de demencia vascular, más específicamente, el agonismo CB2 reduce el deterioro de la memoria y tamaño del infarto durante la hipoperfusión cerebral y la demencia vascular.21 A nivel preclínico, el CBD induce actividad antiamiloidogénica22, antioxidante, antiapoptótico, antiinflamatorio23,24, y efectos neuroprotectores.25
Estos resultados sugieren que la modulación del sistema endocannabinoide por parte del CBD podría ser una herramienta viable para tratar o incluso prevenir el curso de la EA. En otro enfoque in vivo realizado en cortes de hipocampo de ratón, el CBD mejoró la transmisión sináptica y la potenciación a largo plazo. En los estudios que utilizaron la asociación de CBD y ?9-THC se observó una mejora significativa en la memoria de los ratones transgénicos AßPP/PS1, con mayor eficacia en la asociación CBD y ?9-THC que cuando se administra solo. Los modelos animales de EP, emplean generalmente el uso de neurotoxinas como la 6-hidroxidopamina (6-OHDA) y la 1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridina (MPTP), que promueven la pérdida neuronal dopaminérgica en la sustancia negra, similar a lo que ocurre en los pacientes con la enfermedad. Además, estos fármacos promueven un aumento de los marcadores proinflamatorios, estrés oxidativo y excitotoxicidad. En un modelo de EP tratados con 9-THC en monos, se observó la restauración de las actividades locomotoras casi al nivel previo a la enfermedad.25 La suposición es que este efecto positivo se debe a la expresión elevada de los receptores CB1 en los modelos animales. Aunque pocos estudios han utilizado modelos de EP in vivo con CBD, los hallazgos son prometedores. La administración oral de CBD mejoró el comportamiento en las tareas cognitivas y la locomoción espontánea, además de aumentar los niveles de serotonina y dopamina en la sustancia negra. Simultáneamente con estos hallazgos, el CBD promovió una disminución en los marcadores inflamatorios como TNF-a, IL-1ß e IL-6.
Los cannabinoides que actúan en los sitios de receptores de cannabinoides clásicos (CB1 y CB2) y una variedad de otros sitios de receptores sensibles a cannabinoides (por ejemplo, TRPV1, peroxisome proliferator-activated receptor gamma—PPAR?, dopamina, glutamato, GABA) han demostrado un impacto terapéutico considerable al atenuar signos y síntomas como inflamación, estrés oxidativo, dolor, estrés, trastornos del movimiento (temblores, rigidez, bradicinesia, discinesia inducida por L-DOPA,26) trastornos del estado de ánimo (ansiedad, depresión) e insomnio.27 Los efectos adversos, como cambios en la cognición, ataxia, habilidades motoras, disforia y dependencia, suelen depender de la dosis de THC.28,29 Pocos estudios fueron estudios controlados aleatorios doble ciego y la evidencia actual no respalda un alto nivel de recomendación para el uso de cannabis. El uso de CBD también mostró resultados prometedores, aunque con muestras pequeñas con un seguimiento corto, y casi toda la evidencia proviene del mismo grupo de investigación de Brasil. Según nuestro concepto y experiencia, los cannabinoides nunca deben considerarse como un tratamiento de primera línea, sino que podrían aplicarse a situaciones específicas vistas en la práctica clínica o como una terapia adyuvante con tratamientos de primera o segunda línea para trastornos neuropsiquiátricos de la vejez, ya que las respuestas a las preguntas relacionadas con la seguridad, la eficacia, la biodisponibilidad y la duración del uso se representan a partir de pequeños ensayos clínicos, cohortes y estudios transversales. Este es un problema importante al considerar los cannabinoides para adultos mayores. Los trastornos como la EA y la EP suponen una gran carga para los pacientes, los familiares y los cuidadores; a menudo se asocian con sintomatología resistente después de implementar las recomendaciones de tratamiento de primera o segunda línea. Por otra parte, la evidencia de los ensayos clínicos frecuentemente sobreselecciona a estos pacientes, lo que no siempre es un reflejo de los casos del mundo real que exigen tratamientos alternativos para la mejora de los síntomas o la calidad de vida del paciente y de su familia. Los cannabinoides son candidatos potenciales debido a su evidencia pre clínica positiva emergente y su perfil de seguridad favorable en comparación con los medicamentos psicotrópicos, por ejemplo. Dado que los cannabinoides no están exentos de efectos adversos y pueden producir reacciones secundarias a su prescripción, los estudios farmacológicos son fundamentales. Para mitigar el riesgo de eventos adversos siempre la recomendación de comenzar con una dosis baja y un régimen de titulación lento. Sin embargo, falta evidencia de ensayos clínicos de alto nivel, por lo que estos compuestos nunca deben usarse como terapias de primera o segunda línea. Su uso debe restringirse al tratamiento adyuvante off label después de que se implementen las recomendaciones aprobadas con evidencia de alto nivel. Se necesitan con urgencia estudios farmacológicos, especialmente dedicados a la eficacia y seguridad de los cannabinoides en personas mayores. Se requieren ensayos controlados con diseños longitudinales y muestras más grandes para examinar la eficacia a largo plazo de estos fármacos en la demencia, la EA y la EP. En general, los compuestos de cannabinoides se toleran bien y parecen ser más seguros que la mayoría de los medicamentos psicotrópicos, pero dada la vulnerabilidad de los pacientes con demencia, requieren un control adecuado por parte del médico. En un nivel de prescripción de cannabinoides para personas mayores, se debe seguir un principio geriátrico de prescripción de comenzar con dosis bajas con una titulación más lenta.
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Palabras Clave
cannabis, cannabinoides, THC, CBD, ancianos
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