UTILIDAD DE LOS FILTROS SOLARES COMERCIALES EN MEDICINA
Juan Pablo Castanedo Cazares1 y Bertha Torres Álvarez2
1Médico, Médico Adscrito, Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, Universidad Autónoma San Luis Potosí, San Luis Potosí, México
2Médica, Jefa de Departamento, Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, Universidad Autónoma San Luis Potosí, San Luis Potosí, México
San Luis Potosí, México (SIIC)
En Latinoamérica, los filtros solares son considerados cosméticos. Los productos prescritos por médicos habitualmente son de mayor costo y distribución en farmacias. Encontramos que los filtros solares comerciales que son de un costo más accesible pueden cumplir con la finalidad de reducir las dosis de exposición solar en nuestra región.
En muchas regiones de América latina la población ha perdido la costumbre de usar sombrero y ropa tradicional para protegerse del sol. Por lo tanto, la aplicación de filtros solares se recomienda desde etapas tempranas de la vida cada vez que un individuo realice actividades al aire libre. Los filtros solares de manufactura farmacéutica son recomendados en la mayoría de los casos por los médicos con práctica clínica. La razón es que reciben de primera mano información en relación con sus ingredientes y propiedades farmacológicas, lo cual no sucede con los otros productos de venta libre, en los que resulta incierta su eficacia y eventual utilidad. Sin embargo, la prescripción de estos productos de origen farmacéutico debido a indicaciones preventivas, como es el caso de la población pediátrica, o por necesidad terapéutica, como es habitual en pacientes con dermatosis solares o pigmentarias, puede representar una carga económica que muchos pacientes no pueden mantener a largo plazo debido a su costo relativamente elevado.
Un protector solar debe proporcionar una protección amplia y suficiente para el segmento ultravioleta (UV) A y B. Sin embargo, no existen productos capaces de ofrecer un efecto protector que sobrepase las cuatro horas continuas tras su administración. Esto se debe a la fricción de la ropa, la sudoración, la exfoliación continua de la epidermis, así como a la degradación y absorción de sus compuestos activos, entre otras causas.
Además de la falsa concepción de que el protector solar tiene una vida media prolongada, la confusión existente en relación con el factor de protección solar (FPS) es de mucha mayor importancia. Este indicador sigue distrayendo al consumidor, ya que su relación no guarda una relación lineal con el grado de protección ofrecido. Por ejemplo, un FPS de 100 puede hacer creer a la población que ofrece una protección que duplica a la de un FPS de 50, cuando realmente sólo lo supera en un 2% a 3%. Es decir, un FPS de 15 bloquea el 95% de la radiación UV, y uno de 30 aproximadamente el 96%.
En las tiendas de conveniencia existen numerosos protectores solares disponibles a precios más accesibles, entre los cuales se desconocía su potencial de uso en ambientes clínicos. El objetivo del estudio* fue evaluar la protección UV in vitro de 34 protectores solares con presencia comercial (de venta sin prescripción médica) en el mercado latinoamericano. Se escogieron estos productos debido a la indicación explícita en la etiqueta de ser comercializados en al menos dos países de la región. Es importante aclarar que este tipo de ensayo no se puede considerar alternativo o similar a una evaluación clínica con voluntarios, sino una prueba inicial para monitorear la eficacia de estos productos. La razón de esta evaluación es evitar los altos costos de las pruebas in vivo, el tiempo que tardan en llevarse a cabo, así como su supervisión por los comités de ética.
La absorbancia y la transmitancia de la radiación UV fueron cuantificadas mediante espectroscopia de transmisión difusa. Se utilizaron placas de sílice esmerilado que fueron recubiertas con el producto y expuestas a radiación solar simulada equivalente a dos horas de radiación solar de la región para conocer su fotoestabilidad. Se calcularon índices como el factor de protección solar (FPS), longitud crítica de absorción, relación UVA/UVB, y el índice de uniformidad espectral (IUE). Más de tres cuartas partes de los productos mostraron en la etiqueta un FPS mayor de 50. Sin embargo, encontramos que el FPS in vitro fue inferior al establecido, especialmente en aquellos con valores altos. No obstante, la mayoría de los protectores incluidos ofrecen niveles de protección UV elevados. Esto significa que pese a que el FPS está sobrevalorado en la mayoría de ellos, la absorción UV (290 a 370 nm) fue superior al 90% en todos los casos.
Considerando su amplia accesibilidad y menor costo, concluimos que esta muestra comercial de protectores solares podría utilizarse en el entorno clínico para favorecer su apego junto a las otras medidas de fotoprotección sugeridas, como evitar la exposición solar al mediodía, así como el uso de vestimenta y accesorios protectores.