Bajo el seudónimo de Chamico, que en la realidad designa a un vegetal silvestre, común en la campiña argentina, se oculta el prestigioso poeta y periodista Conrado Nalé Roxlo (1898-1971). Los lectores que nos siguen ya conocen su retozón estilo.Mi inolvidable maestra de primeras letras, señorita Italia Migliavacca, me mandó llamar. Y ya sentados en su salita, llena de recuerdo de una época más feliz para ambos, y mientras saboreábamos una copita de su célebre licor de tinta (en realidad es licor de moras, pero ella lo ha bautizado así por vocación docente), me dijo:
-Te he llamado porque quiero sugerirte un tema para uno de tus cultos artículos. Ya sé que es una osadía de mi parte pretender guiar tu experta mano de publicista o púgil de la pluma, como llevaba tu mano infantil cuando hacías los primeros palotes, pero ¿no se inspiraron laureados bardos en el modesto trino de humildes avecillas incultas, aunque sinceras? Y en el campo científico, ¿no sacó Arquímedes del agua usada de un baño una ley física altamente satisfactoria? -¡Por favor, señorita! Yo sé que la violeta es su flor preferida, pero sé también que si por humildad se oculta bajo las hojas eso no le impide exhalar capitoso perfume cuando un alma afín se aproxima por los senderos del vergel -respondíle poniéndome a tono. Gracias, mi querido ex alumno; exhalaré entonces mi pensamiento magro y esquemático, para que tú lo vistas con las galas versicolores del estilo. Aplicaremos, si te parece, el método socrático.
-Lo considero excelente, siempre que no se llegue al último extremo, o sea la toma de la cicuta.
-Picaruelo.
-Perdón, señorita. Soy todo oídos.
-Bien, ¿qué opinas del suero de la juventud?
-Que hay que tomarlo con pinzas.
-Es en inyecciones, pero alcanzo el sentido figurado de tu frase.
Pero supongamos que todo lo que se anticipa es verdad, que la manzana madura y ya horadada por el cruel gusano de la vejez recobra el arrebol de sus mejillas, arroja las muletas y salta y trisca como joven cervatillo por los prados floridos, ¿qué te parece? -Mucho es para una manzana, pero capto el sentido metafórico de sus palabras. Me parece muy bien eso de rejuvenecer como el doctor Fausto, sin vender el alma al diablo.
-Llegas por tus propios pasos adonde te quería llevar. El nuevo suero de la juventud hará que el hombre venda su alma al diablo.
-¡Pero si es científico y la ciencia moderna no cree en el diablo! -Espera y verás. ¿De dónde se saca ese suero? -Del bazo y otros órganos vitales de cadáveres frescos, sanos y jóvenes.
-Muy bien. Y si gracias al maravilloso suero nadie muere fresco, joven y sano, ¿de dónde se extraerá la materia prima para prepararlo? -Y.. de los que mueren en las guerras.
-¿De qué guerras me hablas? En un futuro no lejano el hombre habrá comprendido que no hay cosa más fea que pelearse entre hermanos por un quítame allá esos mercados, y la paz y la fraternidad reinarán sobre el mundo que, en lugar de ser un valle de lágrimas, será un ameno jardincillo de multicolores florecillas.
-Pongamos que así sea. Siempre quedarán los muertos en accidentes del tránsito.
-Serán muy pocos, pues al fin se encontrará el modo de regularlo como es debido. Los de aviones no cuentan, pues quedan inservibles ¿Qué sucederá entonces? -No sé, no se me ocurre.
-A mí sí, con tu permiso. Sucederá que los hombres maduros, en su ansia por rejuvenecerse, organizarán la cacería de los jóvenes.
Ya me veo en nocturna encrucijada, mientras el trueno truena y el rayo raya el firmamento, a un grupo de ancianos provectos y mal aconsejados, acechar el paso de una joven pareja que viene de celebrar sus alegres bodas en la capilla de la aldea vecina y, enarbolando sus mortíferas armas, gritarles: ¡El bazo o la vida! -¿Y cree usted que les sacarán el bazo y demás visceras necesarias sin matarlos? -No; los matarán desconsideradamente; el grito lo puse para darte la sensación dramática de la escena en todo su escalofriante espanto. Cuestión de estilo.
-Entonces, según su teoría..
-Para alcanzar una nueva juventud venderán, metafóricamente hablando, el alma al diablo, exactamente como el doctor Fausto.
-Es terrible.
-Más de lo que te imaginas. Las guerras entre los pueblos y las razas, que la cultura superior habrá hecho desaparecer, volverán más crueles que nunca. Serán guerras entre viejos y jóvenes por la posesión de los cadáveres vitales.
-Ganarán los jóvenes, y eso al menos es un consuelo.
-Pongamos que sea así. ¿Qué ocurrirá entonces? -Que los ancianos morirán sin calafateo científico como antes. -Y entonces los jóvenes envejecerán y comenzarán ellos, a su vez, la lucha contra los nuevos jóvenes.
-Parece una novela de Wells.
-Es la pura verdad. El suero de la salud traerá al mundo una especie de nuevo canibalismo.
-Y yo que estaba tan contento esperando que, gracias a una dosis fuerte, pudiéramos volver a vernos en la escuela, usted con sus floridos veinte años y yo con mis diez en capullo.. En fin, publicaré, todo lo que me ha dicho y esperemos que la cosa no sea tan negra, y que la fuente de Juvencia no sea una fuente envenenada.
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