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CONTROVERSIAS ACERCA DE LA INTERACCIÓN EXACTA ENTRE EL SISTEMA SIMPÁTICO Y LA RESISTENCIA A LA INSULINA EN LA OBESIDAD Y LA HIPERTENSIÓN
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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Autor:
Kazuko Masuo
Columnista Experto de SIIC

Institución:
Baker Heart Research Institute

Artículos publicados por Kazuko Masuo 
Coautores
Gavin W. Lambert* Murray D. Esler* 
Baker Heart Research Institute, Melbourne, Australia*

Recepción del artículo: 2 de abril, 2008

Aprobación: 8 de mayo, 2008

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve
El aumento de la actividad simpática y de la resistencia a la insulina son hallazgos bien establecidos en obesidad e hipertensión.

Resumen

La obesidad, la hipertensión y la hipertensión relacionada con la obesidad son problemas crecientes en salud pública. El aumento de la actividad simpática y de la resistencia a la insulina son hallazgos bien establecidos en obesidad e hipertensión. Sin embargo, existe información controvertida sobre la forma de interacción precisa entre la actividad simpática y la resistencia a la insulina en obesidad e hipertensión. En otras palabras, no se ha aclarado cuál es el primus movens en obesidad e hipertensión, en el aumento de la actividad simpática o de la resistencia a la insulina. La obesidad y la hipertensión tienen un fuerte determinante genético. La reducción en el gasto de energía y de la tasa metabólica en reposo predice un aumento de peso; el sistema nervioso simpático participa en la regulación del balance energético a través de la termogénesis. El efecto termogénico de las catecolaminas en la obesidad está mediado en los humanos a través de los receptores adrenérgicos β2 y β3. Además los receptores β2 influyen de manera importante sobre la reactividad vascular. Los polimorfismos genéticos del gen receptor adrenérgico β mostraron que alteran la función de los receptores adrenérgicos subtipos β2 y β3 y modifican de esa manera la actividad del sistema simpático (catecolaminas). Los polimorfismos genéticos del gen receptor adrenérgico β, especialmente Arg16Gly y Gln27Glu entre los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 y del Trp64Arg del receptor adrenérgico β3, están asociados con obesidad, hipertensión y resistencia a la insulina. El propósito de este artículo es revisar los conocimientos actuales sobre la relación entre la actividad del sistema simpático, la resistencia a la insulina, los polimorfismos de los receptores adrenérgicos beta, obesidad, e hipertensión para comprender mejor los papeles precisos de la actividad simpática y la resistencia a la insulina en la obesidad y en la hipertensión.

Palabras clave
actividad del sistema nervioso simpático, resistencia a la insulina, polimorfismo de los adrenorreceptores beta 2, polimorfismo de los adrenorreceptores beta 3, obesidad, hipertensión, hipertensión relacionada con obesidad

Clasificación en siicsalud
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Especialidades
Principal: Cardiología
Relacionadas: Atención PrimariaBioquímicaDiabetologíaDiagnóstico por LaboratorioEndocrinología y MetabolismoGeriatríaMedicina FamiliarMedicina InternaNeurologíaNutrición

Enviar correspondencia a:
Kazuko Masuo, Baker Heart Research Institute Human Neurotransmitter Laboratory, 8008, Melbourne, Australia

The role of sympathetic nerve activity, insulin resistance and ß-adrenoceptor polymorphisms in obesity and hypertension

Abstract
Obesity, hypertension, and obesity-related hypertension are rapidly growing public health problems. Heightened sympathetic nerve activity and insulin resistance are well-established observations in obesity and hypertension. However, conflicting information regarding the precise interactions between sympathetic nerve activity and insulin resistance in obesity and hypertension remain. In other words, the argument which is a primary mover in obesity and hypertension, of heightened sympathetic nerve activity or insulin resistance, has not been clarified. Obesity and hypertension have a strong genetic determinant. Reduced energy expenditure and resting metabolic rate are predictive of weight gain, and the sympathetic nervous system participates in regulating energy balance through thermogenesis. The thermogenic effects of catecholamines in obesity have been mainly mediated via the 2 and 3-adrenergic receptors in humans. Further, ß-adrenoceptors importantly influence vascular reactivity. Genetic polymorphisms of the -adrenoceptor gene have been shown to alter the function of ß2- and ß3-adrenoceptor subtype and thus to modify the response to sympathetic nerve activity (catecholamines). Genetic polymorphisms of the ß-adrenoceptor gene, especially Arg16Gly and Gln27Glu among the 2-adrenoceptor polymorphisms and Trp64Arg of the 3-adrenoceptor, are associated with obesity, hypertension and insulin resistance. The purpose of this article is to provide the current findings on the relationships between sympathetic nerve activity, insulin resistance, ß-adrenoceptor polymorphisms, obesity, and hypertension to further understand the precise roles of sympathetic nerve activity and insulin resistance in obesity and hypertension.


Key words
sympathetic nerve activity, insulin resistance, ß2-adrenoceptor polymorphisms, ß3-adrenoceptor polymorphisms, obesity, hypertension, obesity-related hypertension

CONTROVERSIAS ACERCA DE LA INTERACCIÓN EXACTA ENTRE EL SISTEMA SIMPÁTICO Y LA RESISTENCIA A LA INSULINA EN LA OBESIDAD Y LA HIPERTENSIÓN

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
Introducción

La obesidad y la hipertensión frecuentemente se encuentran asociadas. Estas enfermedades y la hipertensión asociada con la obesidad son importantes factores de riesgo de diabetes mellitus y de enfermedad cardiovascular, y en la actualidad son problemas de salud crecientes a nivel mundial. Numerosas observaciones clínicas y epidemiológicas demostraron una íntima relación entre el sistema nervioso simpático (SNS) y la resistencia a la insulina con la hipertensión, la obesidad y la hipertensión relacionada con la obesidad.1-18 Muchos investigadores han indicado que la resistencia a la insulina puede tener un papel importante en la hipertensión y la obesidad, y que la actividad del SNS acompaña la resistencia a la insulina.13,17-19 Por otro lado, Masuo y col.1,2,20 informaron en estudios longitudinales que la actividad simpática podría ser el primus movens en la hipertensión, la obesidad y la hipertensión relacionada con obesidad. Sin embargo, los mecanismos exactos mediante los cuales la obesidad lleva a hipertensión son aún inciertos. Comprenderlos podría ayudar a desarrollar programas de pérdida de peso más efectivos y especialmente tratamientos (farmacológicos) para pacientes con hipertensión relacionada con la obesidad. Conocer esos mecanismos permitiría explicar por qué no todos los sujetos obesos tienen hipertensión,1,2 o por qué no todos los sujetos que tienen éxito en perder peso logran reducir su tensión arterial.3,21,22







Recientemente se han recopilado datos que demuestran que la hipertensión humana y la obesidad tienen fuertes determinantes genéticos.23-25 Diversos estudios clínicos y epidemiológicos transversales han demostrado una fuerte relación entre el polimorfismo de los receptores adrenérgicos β2 y β3, la resistencia a la insulina la, obesidad y la hipertensión.26-50 Los polimorfismos en β2 y β3 son importantes en la patogénesis de la hipertensión y de la hipertensión asociada a la obesidad con incremento de la actividad del SNS;26,51 sin embargo, son pocos los estudios que han investigado las funciones de los polimorfismos de los receptores β adrenérgicos en las relaciones entre la actividad del sistema simpático y la resistencia a la insulina.

El propósito de esta revisión es brindar información actual sobre estos temas importantes, pero aún controversiales, en la que incluimos nuestros propios hallazgos. De manera de poder comprender mejor la contribución del SNS, la resistencia a la insulina y los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 y β3, en el desarrollo y mantenimiento de la obesidad y de la hipertensión y poder prevenir el consiguiente incremento ponderal (obesidad) o el aumento de la presión arterial (hipertensión), y colaborar, en teoría, a la implementación de tratamientos racionales para la hipertensión relacionada con la obesidad.


Actividad incrementada del SNS en hipertensión, obesidad e hipertensión relacionada con la obesidad

Los resultados de muchos estudios transversales muestran que la concentración plasmática de noradrenalina,4,9,15,20,23,24 la excreción urinaria de 24 horas de noradrenalina,11 la actividad muscular estimulada por el sistema simpático medida mediante microneurografía,6,10,52 y el excedente de noradrenalina7 se encuentran elevados en las personas hipertensas y obesas en relación con las personas normotensas o las delgadas. Varios estudios longitudinales han examinado los efectos del cambio de peso (aumento o reducción),1-3 del incremento de la presión arterial sin aumento ponderal,1,20 y de la elevación de la presión arterial inducida por el incremento de peso2 sobre la actividad del SNS. Los hallazgos del aumento de la actividad simpática durante el incremento de peso,1,2,53,54 la elevación de la tensión arterial1,2,20 o la reducción de la actividad simpática durante la pérdida de peso3,12,13,21 demuestran la fuerte relación entre la actividad simpática, la hipertensión y la obesidad.

Goldstein55 y Young y Macdonald56 utilizaron la técnica del metanálisis y observaron que existía información conflictiva sobre la actividad del SNS en hipertensión y en obesidad. Las discrepancias pueden surgir debido a la presencia de variables de confusión que requieren ser consideradas cuando se examinan las relaciones entre la actividad del SNS y la hipertensión. Estas incluyen, entre otras, etnia,57 edad,58,59 sexo,46,60 estrés postural o mental9,61,62 o físico,63 gravedad de la hipertensión,52,60 distribución de la grasa,64,65 ingesta de sodio,9,58 antecedentes genéticos de hipertensión (historia familiar de hipertensión)23,62 o antecedentes genéticos de obesidad (historia familiar de obesidad).24,66


Relaciones entre la resistencia a la insulina y el incremento de la actividad simpática en la hipertensión

La resistencia a la insulina en la hipertensión se encuentra bien documentada en diversos estudios clínicos y epidemiológicos.11,67 Se ha observado la íntima relación entre la actividad del SNS y la resistencia a la insulina en la hipertensión.1,11,13,14,21 Varios investigadores han informado que la administración crónica de insulina eleva la tensión arterial en las ratas,68 a pesar de que la insulina tiene efectos sobre la vasodilatación.18,69,70 Masuo y col.71 observaron en varones japoneses no obesos, una prevalencia significativamente más alta de hiperinsulinemia en pacientes hipertensos (hipertensos establecidos o fronterizos) comparados con individuos normotensos.

Los sujetos normotensos con hiperinsulinemia tenían niveles más elevados de presión arterial y de noradrenalina plasmática comparados con aquellos sin hiperinsulinemia. Sin embargo, los sujetos con hipertensión establecida o fronteriza tienen niveles similares de presión arterial y noradrenalina plasmática con niveles normales o elevados de insulina en sangre, lo que sugiere que la relación entre la actividad del sistema simpático y la hiperinsulinemia puede ser diferente entre normotensos e hipertensos. Los individuos que presentaban hiperactividad (> media + 2 DE en sujetos normotensos) mostraron una mayor frecuencia de hiperinsulinemia, y los hiperinsulinémicos tenían mayor frecuencia de hiperactividad simpática. Los sujetos con hiperinsulinemia presentaban hiperactividad del sistema simpático, pero no todos estos últimos tenían hiperinsulinemia.

La hiperinsulinemia causada por la sobrecarga de glucosa produce un número significativamente mayor de respuestas con actividad en el SNS (de acuerdo con los niveles plasmáticos de noradrenalina) en sujetos sensibles a la insulina no obesos que en los insulinorresistentes.72 Se observaron, recientemente, resultados similares en sujetos obesos con síndrome metabólico, mediante métodos de derrame de adrenalina de cuerpo entero.73 Estos hallazgos indican que la relación entre la actividad del SNS y la resistencia a la insulina podría ser diferente entre personas con resistencia a la insulina y sin ella. Masuo y col.1,20 informaron que, de acuerdo con estudios longitudinales, la alta concentración de adrenalina puede predecir una elevación futura de la presión arterial, que acompaña a un deterioro en la resistencia a la insulina (mostrado en el modelo de evaluación de la homeostasis de la resistencia a la insulina (índice HOMA-IR) en sujetos no obesos, normotensos. Las personas no obesas fronterizas y los pacientes con hipertensión establecida que mostraron una elevación mayor de la tensión arterial, sin cambios luego de un período de diez años, tenían niveles de noradrenalina y de HOMA-IR elevados al momento de ingreso y mayor elevación posterior en esos parámetros.20 Las observaciones de los estudios longitudinales podrían proveer una fuerte evidencia del vínculo entre la alta actividad del SNS que acompaña a la resistencia a la insulina con el inicio de la hipertensión. Al evaluar en conjunto a los sujetos no obesos y normotensos, la actividad incrementada del SNS puede tener un papel significativo en el incremento de la presión arterial, y la resistencia a la insulina podría ser un mecanismo complementario para la elevación de la presión arterial (hipertensión). En los pacientes hipertensos que se presentan con un incremento de la actividad del sistema nervioso y la resistencia a la insulina, la hiperactividad de ambas se relaciona con incrementos posteriores de la presión arterial.


Las relaciones entre la resistencia a la insulina y el incremento de la actividad simpática en la obesidad

Está ampliamente reconocido que la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia se relacionan con la obesidad.11,74-76 Además, muchos estudios epidemiológicos y clínicos han mostrado una íntima relación entre la actividad del SNS y los niveles de insulina en la obesidad.13,18,19,71,75,77 Diversas investigaciones longitudinales han examinado el efecto de los cambios en el peso corporal (aumento o reducción) en la actividad del SNS y la sensibilidad a la insulina (niveles en ayunas de insulina y HOMA-IR). Se ha observado la elevación de la actividad del SNS y de los niveles de insulina durante el aumento de peso,2,53,54 y el fenómeno inverso durante la pérdida de peso.3,12,13,21,78,79 Estas investigaciones longitudinales han mostrado que el aumento tanto de la actividad simpática como de la resistencia a la insulina está íntimamente relacionado con la obesidad (aumento de peso), su inicio y su mantenimiento.


Hipótesis de Lysberg

Diversos investigadores han señalado que la resistencia a la insulina, no el incremento en la actividad del SNS, tiene un papel destacado en la hipertensión, la obesidad y la hipertensión relacionada con la obesidad.13,17-19,77 Lysberg y otros investigadores examinaron el efecto de la alimentación y el ayuno sobre la actividad del SNS en el tejido cardíaco de animales; notaron que la alimentación aumentaba la actividad simpática, mientras que el ayuno tenía el efecto opuesto.17,80,81 La ingesta de energía estimula la hiperinsulinemia, la actividad del SNS, lo que resulta en un incremento de la presión arterial, en un ciclo que inhibe la termogénesis. La estimulación simpática mediada por la insulina en los sujetos obesos es un mecanismo compensatorio para restaurar el equilibrio energético al incrementar la tasa metabólica.17 Por lo tanto, la hiperinsulinemia y la resistencia a la insulina en los sujetos obesos son parte de una respuesta para limitar un mayor incremento de peso mediante la estimulación de la actividad simpática y la termogénesis.18


Hipótesis de Julius

El gasto reducido de energía y de la tasa metabólica en reposo predice un incremento de peso (obesidad). El SNS participa al regular el equilibrio energético mediante la termogénesis. Masuo y col.1,2,26 informaron, en una investigación longitudinal, que la actividad simpática incrementada (evaluada mediante los niveles plasmáticos de noradrenalina) puede ser el primus movens de la futura ganancia ponderal en sujetos originalmente no obesos normotensos, y que la resistencia a la insulina puede ser un factor auxiliar. Durante la pérdida de peso, la reducción de la noradrenalina plasmática seguida de la disminución en el índice HOMA-IR como un marcador de la resistencia a la insulina, fueron significativamente mayores en sujetos que experimentaban una pérdida significativa de peso en comparación con los que no la tenían.3,21,22 Estas observaciones en este estudio longitudinal apoyan la hipótesis de Julius, que señala que la actividad simpática aumentada en el músculo esquelético produce una vasoconstricción neurogénica, por lo tanto, reduce el flujo sanguíneo a los músculos y, en consecuencia, induce un situación de resistencia a la insulina al reducir la liberación y el consumo de glucosa. Tanto la elevación de la presión arterial como los incrementos de peso pueden reflejar un aumento primario de tono del SNS.

Valentini y col.82 han informado atenuación de las respuestas a la infusión de isoproterenol en el consumo de energía hemodinámico en los pacientes hipertensos. Sus hallazgos sobre una reducción generalizada de la respuesta adrenérgica beta apoya la hipótesis de que la actividad incrementada del SNS a través del descenso en la regulación de la termogénesis, realizada por los receptores adrenérgicos beta, puede facilitar la aparición de obesidad en la hipertensión. Por lo tanto, especulan que la hipertensión inducida por la actividad del sistema simpático puede conducir a obesidad, y esto está apoyado por estudios epidemiológicos en los que se muestra que los pacientes hipertensos están más propensos a la obesidad.

El consumo crónico alto de calorías se convierte en grasa corporal en el inicio de la resistencia a la insulina y en un incremento de la actividad del SNS. Por lo tanto, la hipertensión asociada con obesidad es una consecuencia no deseada de los mecanismos necesarios en el sujeto obeso para restaurar el equilibrio energético y limitar un mayor incremento de peso, pero al costo de la hiperinsulinemia y del aumento de la actividad del SNS.18 Por lo tanto, las discrepancias sobre las interrelaciones entre la actividad simpática y la sensibilidad a la insulina podrían ser consecuencia de la gravedad de la hipertensión o de la obesidad72,83 o de la duración de esta última.14,23,24,26


Actividad incrementada del SNS y la resistencia a la insulina en la hipertensión inducida por la obesidad

Numerosas observaciones que incluyen estudios transversales y longitudinales han demostrado que la actividad incrementada de sistema simpático y la resistencia a la insulina tienen papeles importantes en el inicio y mantenimiento de la obesidad, la hipertensión, y la hipertensión inducida por la obesidad resultante, como se ha mencionado previamente.

El estímulo de los receptores beta adrenérgicos aumenta el consumo de energía total. Una estimulación crónica del SNS causa un descenso en la función de los receptores beta adrenérgicos. Si la reducción de la respuesta de éstos se generaliza sobre el consumo de energía, se podría disminuir la capacidad de los pacientes hipertensos para disipar el exceso de calorías. Esto inevitablemente desembocaría en aumento de peso y en hipertensión relacionada con la obesidad.

Debe hacerse notar, sin embargo, que no todos los sujetos obesos tienen hipertensión. Masuo y col.2 evaluaron el peso corporal y la presión arterial durante un período de 12 meses en una población masculina japonesa. Solamente el 47% de los sujetos no obesos y el 70% de los obesos, que incluía tanto individuos normotensos como hipertensos mostraron elevación significativa de la presión arterial a los 6 meses, y el 50% de los sujetos no obesos y el 74% de los obesos a los 12 meses. El incremento fue considerado significativo cuando superaba el 10% de elevación en la presión arterial media. En otro estudio sobre pérdida de peso se ha señalado que el 64% de los sujetos obesos con una reducción de peso significativa resultó en una disminución significativa (más del 10%) en la presión arterial luego de 24 semanas.21 En ambas investigaciones, los cambios en la noradrenalina plasmática tuvieron un mayor impacto en comparación con los cambios en el HOMA-IR, especialmente en individuos no obesos normotensos, mientras que los sujetos obesos tuvieron cambios similares en la noradrenalina plasmática y el HOMA-IR independientemente de que presentaran cambios significativos en la presión arterial. Estos hallazgos sugieren que el SNS puede tener un papel clave en determinar quién elevará la presión durante el incremento de peso; sin embargo, el estado de hipertensión u obesidad puede contribuir a las diferentes relaciones entre la actividad del SNS y la resistencia a la insulina. Se requieren nuevos estudios que clarifiquen mejor los mecanismos de la hipertensión inducida por obesidad.


Receptores beta adrenérgicos en obesidad e hipertensión
Subtipos y funciones de los receptores adrenérgicos beta

La estimulación de los receptores beta adrenérgicos por el SNS es un modulador fisiológico del gasto de energía preprandial y posprandial84-86 y del gasto diario total.87 Además, una gran parte de la actividad del sistema simpático participa en el gasto de energía en el músculo esquelético85 y en el tejido adiposo de los hombres blancos86 a través del receptor beta adrenérgico como receptor lipolítico dominante. Es de destacar que el receptor adrenérgico β2 en músculo esquelético tiene un efecto sobre la vasodilatación arterial. Por lo tanto, el receptor beta adrenérgico podría regular tanto la grasa como la presión arterial (Tabla 1).







El receptor adrenérgico β3, que está principalmente expresado en el tejido adiposo, se diferencia del receptor adrenérgico β2 de dos maneras: tiene menor afinidad por las catecolaminas y resiste la desensibilización (i.e. disminución). Esas características diferentes pueden producir efectos diferenciados de las catecolaminas sobre el receptor adrenérgico β2 y el receptor adrenérgico β3. El receptor adrenérgico β3 estimula la movilización de los lípidos de las células grasas blancas e incrementa la termogénesis en los lipocitos marrones. Una reducción de la actividad del receptor adrenérgico β3 en las células grasas blancas puede reducir la lipólisis y por lo tanto causar retención de lípidos en las células grasas. La lenta lipólisis puede contribuir fuertemente a la obesidad visceral en humanos; el tratamiento en el modelo con animales de agonistas β3 selectivos reduce los depósitos de grasa más efectivamente.


El polimorfismo del receptor adrenérgico β2 versus la resistencia a la insulina

Un gran número de estudios y de revisiones han establecido que existe una fuerte relación entre los polimorfismos del los receptores adrenérgicos β3, obesidad e hipertensión.88 En esta revisión nos hemos centrado en las relaciones entre la resistencia a la insulina y los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 y β3. Los receptores beta adrenérgicos modulan la termogénesis y la reactividad vascular a través de las catecolaminas, pero no la resistencia a la insulina.












Masuo y col.26 informaron que hombres no obesos, normotensos, con alelo Gly16 del Arg16Gly que se acompañan con altos niveles de noradrenalina plasmática presentaban con mayor frecuencia elevación en el índice HOMA-IR como un indicador de la resistencia a la insulina.51 En un estudio de pérdida de peso de 24 meses de duración, el alelo Gly16 del Arg16Gly –el receptor adrenérgico β2– estuvo asociado con resistencia en el largo plazo (24 meses), pérdida de peso significativa y resistencia a la insulina, observada en un índice HOMA-IR más alto a lo largo de todo el período de estudio, que acompañaban niveles en plasma más elevados de noradrenalina.22 Estos hallazgos son una fuerte evidencia del vínculo entre los polimorfismos del receptor β2 y la resistencia a la insulina asociados con el incremento de la actividad del SNS. Además, consideran que las relaciones entre los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 que acompañan al incremento en la actividad simpática, obesidad, hipertensión y la resistencia a la insulina podrían estar relacionados con una activación alterada del sistema simpático a través de los receptores adrenérgicos β2.50,89 Los resultados presentados por Vamentini y col.82 podrían apoyar la hiperactividad del sistema simpático inducida por la disminución de los receptores beta adrenérgicos. Debe destacarse que esta serie de estudios en la población japonesa es la primera que estudian de manera simultánea los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 y β3, la actividad del SNS (evaluada mediante los niveles plasmáticos de noradrenalina) y la resistencia a la insulina, a pesar de que no han logrado observar las relaciones entre los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β3 y la resistencia a la insulina, como señalaron otros investigadores.

Muchos estudios clínicos y epidemiológicos han demostrado la asociación entre los polimorfismos del receptor adrenérgico β2 con resistencia a la insulina, obesidad y hipertensión, que con frecuencia involucran la resistencia a la insulina, pero los resultados también son controvertidos (resumidos en las Tablas 2 y 3).


Los polimorfismos de receptor adrenérgico β2 contribuyen a su función

Los estudios de estimulación en células cultivadas demuestran que los receptores Gly16 tienen mayor reducción en número o mayor disminución en comparación con Arg16, mientras que el receptor Glu27 es más resistente a la baja que la variante Gln27.95 Diversas investigaciones han estudiado el impacto de los polimorfismos en la respuesta vascular.31-33,96 Gratze y col.32 encontraron que jóvenes blancos normotensos homocigotas para el alelo Gly16 tenían presión arterial más elevada y menor vasodilatación arterial luego de la infusión del agonista β2 salbutamol. Hoit y col.33 tuvieron resultados similares mediante el agonista terbutalina. Los sujetos con el alelo Gly16 tenían un nivel más elevado de noradrenalina plasmática al inicio, un mayor incremento de noradrenalina luego de un período de 5 años y presentaban con mayor frecuencia un significativo aumento de peso y una elevación en la presión arterial.26 Estos hallazgos sugieren que el alelo Gly16 contribuye a la merma en la función del receptor adrenérgico β2.32,95

Por otro lado, tres estudios que investigaban el aumento de flujo sanguíneo en los miembros inferiores inducido por isoprenalina encontraron que los voluntarios homocigotas para Gly16 presentaban una mayor respuesta vasodilatadora que los voluntarios homocigotas para el Arg16.34 Stob y col.97 demostraron que los individuos homocigotas portadores de Arg16 tenían una respuesta termogénica activación selectiva de los receptores adrenérgicos β2. Large y col.31 informaron que los polimorfismos de Arg16Gly que estaban asociados con una función alterada del receptor beta adrenérgico con el transportador de Gly16, mostraban un incremento de la sensibilidad agonista cinco veces mayor, sin cambios en la expresión de los receptores beta adrenérgicos en el tejido adiposo. No observó una asociación significativa entre el polimorfismo de Gln27Gly y los cambios en la función receptor beta adrenérgico. Bell y col.98 informaron que la respuesta del gasto de energía en reposo al estímulo no específico de los receptores beta adrenérgicos (con infusión de isoproterenol) no difería entre de los tres genotipos de Arg16Gl.

Se han publicado también resultados controvertidos con respecto a los efectos de las variaciones genéticas en la modulación del SNS sobre el gasto de energía.


Polimorfismos de los receptores adrenérgicos β3 versus resistencia a la insulina

La Tabla 4 muestra los mayores estudios poblacionales que involucran la relación entre el polimorfismo del receptor adrenérgico β3 (Trp64Arg) y la resistencia a la insulina (Tabla 4).


Tabla 4

Discrepancias en la relación entre los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 y β3, resistencia a la insulina, obesidad e hipertensión

Las relaciones entre los polimorfismos de los receptores adrenérgicos β2 y β3, la actividad simpática, la resistencia a la insulina, la hipertensión y la obesidad aún no son concordantes. Las discrepancias de estos resultados podrían estar asociadas con haplotipos,27,99 etnia,93 diferencias de sexo,46,94 gravedad de la obesidad47,89 y gravedad de la hipertensión. Los haplotipos de los polimorfismos tienen una fuerte influencia en la función de cada polimorfismo en los receptores beta adrenérgicos.27,99 Large y col.31 encontraron en 140 mujeres con una gran variación en el índice de masa corporal (IMC) que la relación entre el polimorfismo Gln27Glu y obesidad era diferente de acuerdo con la presencia o ausencia del alelo Gly16 de Arg16Gly, lo que indica que los haplotipos del polimorfismo del receptor adrenérgico β2 son importantes en relación con la obesidad.

Es de destacar que la actividad del SNS está relacionada mediante los receptores beta con el peso corporal y la presión arterial. La íntima relación entre la actividad del sistema simpático y la resistencia a la insulina podría depender de los polimorfismos de los receptores beta adrenérgicos. Así, se podría especular que la fuerte asociación entre los polimorfismos de los receptores beta adrenérgicos y la resistencia a la insulina podría brindar pruebas de que la actividad aumentada del SNS seguida por la resistencia a la insulina podría tener un papel significativo en la hipertensión y en la obesidad, debido a que los polimorfismos del receptor beta adrenérgico podrían relacionarse con la resistencia a la insulina a través de la actividad incrementada del sistema simpático.


Conclusiones

El papel del SNS, la resistencia a la insulina y el polimorfismo en los receptores adrenérgicos β2 y β3 en hipertensión, obesidad e hipertensión relacionada con obesidad fue analizado mediante una revisión bibliográfica. Los estudios relevantes sobre la actividad de SNS, la resistencia a la insulina o el polimorfismo de los receptores adrenérgicos β2 y β3 muestran que estos mecanismos pueden contribuir al inicio y mantenimiento de la obesidad, de la hipertensión y de la hipertensión relacionada con la obesidad. Sin embargo, se han realizado pocos estudios que evalúen a la relación entre el polimorfismo de los receptores adrenérgicos β2 y β3, la actividad del SNS y la resistencia a la insulina durante la misma investigación. Una mejor comprensión de las relaciones entre los antecedentes genéticos (polimorfismos) con el SNS y la resistencia a la insulina como la causa del aumento de la presión arterial y del incremento de peso podría tener consecuencias clínicas (tratamientos) en la hipertensión relacionada con la obesidad. Una mayor claridad en la patogénesis y en los mecanismos de la hipertensión relacionada con obesidad puede contribuir a su prevención. Se requieren nuevos estudios para conocer estas relaciones y los mecanismos de la hipertensión asociada a obesidad.



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