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DETECTAN MALNUTRICION EN PACIENTES DE UNA UNIDAD DE HOSPITALIZACION DOMICILIARIA
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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UL.jpg jurschikgimenez9.jpg Autor:
Pilar Jürschik Gimenez
Columnista Experto de SIIC

Institución:
Departamento de Enfermería, Universidad de Lleida

Artículos publicados por Pilar Jürschik Gimenez 
Coautores
Carmen Mías Carballal*  Román Solá Martí**  Joan Torres Puiggros***  Carmen Nuin Orreo****  Ana González Roselló*****  Alba Subirá Garrido****** 
Especialista en Cirugía General. Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida*
Jefe de Sección del Servicio de Cirugía del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida**
Profesor del Departamento de Enfermería de la Universidad de Lleida***
Profesora Titular del Departamento de Enfermería de la Universidad de Lleida****
Profesora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Lleida*****
Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida******

Recepción del artículo: 5 de abril, 2006

Aprobación: 19 de mayo, 2006

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve
La detección de malnutrición hospitalaria mediante parámetros antropométricos es dificultosa y poco sensible, por lo que es mejor identificarla mediante parámetros bioquímicos, principalmente por su grado de objetividad y su menor margen de error.

Resumen

Objetivos: Este estudio evalúa el estado nutricional de los pacientes atendidos en la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD), la relación de las variables estudiadas con la malnutrición y la utilidad clínica de parámetros antropométricos y bioquímicos como marcadores de desnutrición. Métodos: Realizamos un estudio transversal del estado nutricional a los pacientes de la UHD durante seis meses. Resultados: Se estudiaron 109 pacientes con una edad media de 53.6 años y un promedio de estadía hospitalaria de 19.7 días. El 12.5% de los pacientes presentaba estado nutricional normal; 31.9%, desnutrición leve; 44.4%, moderada, y 11.1%. desnutrición grave. La intervención quirúrgica con complicaciones y la patología vascular fueron las principales causas de malnutrición global. Los pacientes con EPOC, el grupo de operados complicados, los alimentados mediante nutrición artificial y los de edad avanzada presentaban desnutrición proteico-visceral. Los pacientes diabéticos, los hipertensos y los de edad avanzada presentaban malnutrición de origen inmunitario. La edad avanzada, la patología vascular y la nutrición artificial se asociaron al incremento de estadía hospitalaria. Como conclusión, la prevalencia de malnutrición global de nuestros pacientes es elevada, sobre todo a expensas del compartimento proteico-visceral. La detección de malnutrición hospitalaria mediante parámetros antropométricos es dificultosa y poco sensible y es mejor identificarla mediante parámetros bioquímicos, principalmente por su grado de objetividad y su menor margen de error.

Palabras clave
estado nutricional, malnutrición, antropometría, sangre, tiempo de estadía hospitalaria, unidad de hospitalización a domicilio

Clasificación en siicsalud
Artículos originales> Expertos del Mundo>
página www.siicsalud.com/des/expertos.php/77910

Especialidades
Principal: Nutrición
Relacionadas: Medicina FamiliarMedicina Interna

Enviar correspondencia a:
Pilar Jürschik Gimenez, Escuela Universitaria de Enfermería, Universidad de Lleida, 25198, Lleida, España

DETECTION OF UNDERNOURISHMENT IN A HOME-HOSPITAL UNIT BY MEANS OF ANTHROPOMETRICAL AND BIOCHEMICAL PARAMETERS

Abstract
Aims: This study evaluates the nourishment condition of patients who were attended in the Home-Hospital Unit, the relation between the studied variables and under-nourishment, and the clinical utility of the anthropometrical and biochemical parameters as under-nourishment scoreboards. Methods: We carry out a transversal study related to the nourishment condition of the Home-Hospital Unit patients during six months. Results: We studied 109 patients with a mean age of 53.6 years and 19.7 days average length of stay. 12.5% of these patients presented normal nourishment condition, 31.9% light under-nourishment, 44.4% moderate under nourishment and 11.1% serious under nourishment. The surgical operation with complications and vascular pathology were the main reasons for global under-nourishment. Patients with chronic obstructive pulmonary disease, the ones that had complications after operation, the ones nourished by means of artificial nutrition and the elderly ones, presented protein and visceral under-nourishment. Patients with diabetes, the hypertensive ones and the elderly ones presented under-nourishment related to immune cause. Advanced age, vascular pathology and artificial nutrition were associated to an increase length of stay. Conclusion: Global under-nourishment prevalence in our patients is high, above all at the expense of visceral protein compartment. The hospital under-nourishment detection by means of anthropometrical parameters is difficult and not much sensitive. It is better identified by means of biochemical parameters, mainly because of they are objective and have a lower margin of error.


Key words
nutritional status, malnutrition, anthropometry, blood, length of hospital stay, home, hospital unit

DETECTAN MALNUTRICION EN PACIENTES DE UNA UNIDAD DE HOSPITALIZACION DOMICILIARIA

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
Introducción y objetivos

Las Unidades de Hospitalización a Domicilio (UHD) son una alternativa a la hospitalización convencional que permite disminuir los días de estadía hospitalaria de los pacientes y reducir algunos de los grandes riesgos, especialmente las infecciones nosocomiales.1-6 La UHD nos permite realizar una estimación de cómo han superado la fase aguda durante su estadía hospitalaria los pacientes que se encuentran todavía en fase de resolución, lo que posibilitará saber su estado nutricional en un período temprano de su enfermedad o intervención quirúrgica y, además, instaurar métodos para la mejora nutricional.

La malnutrición es un problema común y frecuente en los hospitales.7-8 Se ha podido comprobar que ésta aumenta con la edad9 y ambas están relacionadas con el aumento de la estancia hospitalaria.10-12

En los pacientes quirúrgicos existen varios factores implicados en la malnutrición. Los más importantes son la disminución de la ingesta calórico-proteica, las pérdidas de proteínas durante la intervención y el incremento del catabolismo relacionado con la misma. La pérdida de peso, de la masa muscular y de las proteínas viscerales serán eventos que conducirán al paciente a una situación de muy alto riesgo en pocos días, a pesar de que el tratamiento farmacológico se haya realizado correctamente. La evaluación del estado nutricional es importante para poder intervenir en la dieta o en la nutrición.

Para el diagnóstico de la malnutrición energético-proteica (MEP), es importante valorar los tres compartimientos nutricionales (graso, muscular y visceral) utilizando cualquiera de los parámetros reconocidos como representativos. La importancia de determinar valores que cuantifiquen las reservas de tejido adiposo, proteico-muscular y proteico-visceral se hace patente cuando un paciente no ingiere, no digiere o no absorbe lo suficiente.13

Ha sido el intento de muchos autores encontrar una combinación de parámetros que, de forma sencilla, rápida y económica nos dé la mayor sensibilidad y especificidad en la valoración del estado nutricional. Pero no es fácil obtener datos sobre la validez diagnóstica de estas pruebas, ya que pueden alterarse tanto en estados de desnutrición como a causa de la enfermedad de base.

Existen índices que combinan los parámetros bioquímicos con los antropométricos.14 Uno de ellos es el índice de desnutrición descrito por Hall,15 que combina la pérdida de peso, el circunferencia muscular del brazo, el área del brazo, los valores de albúmina y de transferrina. Este índice obtuvo una sensibilidad de 0.61, especificidad de 0.75, valor predictivo positivo de 0.24 y valor predictivo negativo de 0.94.

En 1994, Elmore16 desarrolla una ecuación capaz de detectar pacientes desnutridos que no eran identificados con otros métodos de cribado. La ecuación consta de tres parámetros de uso común y fácil manejo, como son los niveles de linfocitos totales, de albúmina y el porcentaje de pérdida de peso (% p. peso). Se calcula una sensibilidad del 92%, especificidad del 85%, valor predictivo positivo del 66% y valor predictivo negativo del 79%.

En España, Farré y col.17 realizaron en 1998 una evaluación de la utilidad de algunos indicadores nutricionales. Estos eran valorados tanto individualmente como combinando algunos de ellos. También se estudió la relación existente entre estos indicadores y las complicaciones respiratorias, y se llegó a la conclusión de que los pacientes que al ingreso presentaban valores bajos de albúmina junto a los de linfocitos totales también disminuidos tenían una probabilidad de sufrir complicaciones posoperatorias del 90.2%.

Ulibarri y col.18 desarrollaron una herramienta de cribado tomando como gold standard la evaluación nutricional completa. Comprobaron una sensibilidad del 92.3% y especificidad del 85%, lo que confirma que la herramienta CONUT es válida como método de cribado para la detección temprana de la desnutrición hospitalaria.

En un estudio realizado anteriormente por nuestro equipo14 utilizamos una herramienta que combinaba parámetros representativos de los compartimientos graso, proteico-muscular, proteico-visceral y del sistema inmune para la valoración nutricional. Posteriormente López Contreras y col.19 realizaron un estudio cuyo objetivo fue observar la variabilidad de la prevalencia de subnutrición en función de nueve criterios de identificación encontrados en la bibliografía, que utilizaban diversos parámetros antropométricos y bioquímicos. Dichos autores concluyeron que el criterio más adecuado para la valoración nutricional era el propuesto en nuestro estudio.

Los objetivos de nuestro trabajo son: 1) establecer el estado nutricional de los pacientes atendidos en la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD), 2) determinar qué variables estudiadas tienen mayor relación con la malnutrición y 3) valorar la utilidad de los distintos parámetros antropométricos y bioquímicos como marcadores de desnutrición.


Pacientes y métodos

Pacientes

Realizamos un estudio transversal del estado nutricional de los pacientes de la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD) del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. Debido a la imposibilidad de programar la analítica se excluyeron aquellos pacientes que ingresaban el viernes o el sábado.

Todos los pacientes se clasificaron en tres grupos diferenciados según la complejidad de los cuidados que precisaban en la UHD:

Grupo I. Operados sin complicaciones. En él se incluyeron todos aquellos pacientes que ingresaron en la UHD después de haber sido tratados quirúrgicamente mediante herniorrafia/hernioplastia, eventrorrafia/eventroplastia y que habían permanecido un máximo de 72 horas en el hospital y no habían presentado complicación alguna.

Grupo II. Operados con complicaciones en el posoperatorio. Se incorporaron todos aquellos pacientes que habían tenido alguna complicación en su posoperatorio y por lo tanto precisaban seguir tratamiento y control por la UHD en su domicilio hasta su alta definitiva. Destacan en este grupo pacientes los que presentaban infecciones de pared, cura de lechos de amputación, fiebre posoperatoria con foco conocido o mala tolerancia a la dieta oral.

Grupo III. No operados o prequirúrgicos. En éste se consideraron todos aquellos pacientes no operados pero que precisaban algún tipo de tratamiento médico antes de una futura intervención. Por lo tanto se trata de pacientes con patologías médicas tratadas inicialmente con tratamiento médico conservador, como colecistitis aguda litiásica con pancreatitis aguda o no, o pendientes de pruebas complementarias como endoscopias diagnósticas y terapeúticas que requiriesen monitorización analítica y clínica, o isquemias arteriales que precisaran perfusión endovenosa de prostaglandinas. También se incluyeron en este grupo procesos neoformativos que necesitaban apoyo nutricional controlado durante su ingreso en la UHD.


Métodos

A todos los pacientes del estudio se les registraron las medidas antropométricas una vez se encontraban en su domicilio y se les realizó una analítica general al día siguiente de su ingreso en la UHD.

Los datos se anotaron en una hoja de recogida de datos, especialmente diseñada para el estudio, en la que se agrupaban de la siguiente manera.


Datos generales

Incluían edad, sexo, servicio de procedencia, grupo –en relación con la complejidad de la cura–, motivo del ingreso, patología asociada, administración de nutrición artificial, intervención quirúrgica practicada y complicaciones durante la estadía en la UHD, días de estancia hospitalaria y días de permanencia en la UHD.


Datos nutricionales

Antropométricos: Incluían el peso (P) en kg, la talla (T) en cm, pliegue cutáneo del tríceps (PCT) en mm y la circunferencia del brazo (CB) en cm. Con estos datos calculamos el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia muscular del brazo (CMB), según las siguientes fórmulas:


IMC en kg/m2 = peso/talla2

CMB en cm = CB - (0.314 x PCT)


La medición del PCT se realizó con un medidor de panículo adiposo tipo Trimeter en el brazo, con el paciente en posición sentada, con la extremidad relajada y paralela al cuerpo. Se eligió el punto medio entre la distancia entre el acromion clavicular y el olécranon. En ese mismo punto se midió el CB con una cinta métrica de sastre.

Los resultados se contrastaron con los valores medios de referencia de la población española representados en las tablas de Alastrue Vidal,20 expresando los valores mediante percentilos y su porcentaje con respecto al percentilo 50 para la edad y el sexo (100 x valor parámetro real/valor del percentilo 50).


Hematológicos y bioquímicos: Para la valoración nutricional utilizamos los valores de proteínas totales, albúmina, hemoglobina, transferrina y número total de linfocitos, calculado según la siguiente fórmula:


Recuento total de linfocitos (RTL) = % linfocitos x leucocitos/ml/100


Consideramos factores de malnutrición los niveles de albúmina < 35 g/l; transferrina < 2.5 g/l; hemoglobina: hombres < 13 g/dl; mujeres < 12.6 g/dl; número total de linfocitos < 1 500 células/mm3.

El PCT lo utilizamos como indicador de la masa grasa del organismo. La valoración proteica muscular se basó en la CB y la CMB como indicadores de la masa magra. La valoración proteica visceral la realizamos mediante las proteínas totales, la albúmina y la transferrina sérica. Asimismo realizamos el recuento total de linfocitos como indicador indirecto del estado nutricional relacionado con la función inmunitaria y la concentración de hemoglobina como indicador de anemia.
También se utilizó el IMC para establecer la constitución de nuestros pacientes y la presencia de delgadez u obesidad, de la siguiente forma: IMC < 20, delgadez; 20-24, normal; 25-30, sobrepeso, y > 30, obesidad.


Diagnóstico de malnutrición de acuerdo con parámetros antropométricos y bioquímicos

Con los valores de PCT, CMB, proteínas totales, albúmina y linfocitos totales se determinaron los grados de malnutrición, según queda reflejado en la tabla I.







Análisis estadístico

Se establecieron los promedios y desviaciones estándar para las variables cuantitativas y porcentajes para las variables cualitativas. Se realizaron comparaciones de promedios mediante la prueba de la t de Student y el ANOVA. Las proporciones se compararon con la prueba de chi cuadrado. Se aplicó la correlación de Pearson para variables cuantitativas y finalmente se aplicó la regresión múltiple para el análisis multivariado. Se aceptó un error alfa de 5%. Los análisis se efectuaron mediante el programa estadístico SPSS.12.5 para Windows.


Resultados

Datos generales

En total se estudiaron 109 pacientes, 58 hombres (53.2%) y 51 mujeres (46.8%), con una edad media de 56.3 años (DE: 20.1). En los hombres, la media fue de 53.6 años (DE: 21.5), y en las mujeres, de 59.4 años (DE: 18.1). Todos estaban ingresados en nuestra unidad dedicada al control del posoperatorio o de la patología quirúrgica de los pacientes hasta su alta definitiva.

La distribución por intervalos de edad fue: 10 pacientes (11.2%), entre 15 y 32 años; 21 pacientes (23.6%), entre 33 y 49 años; 23 pacientes (25.8%), entre 50-65 años, y 35 pacientes (39.3%) mayores de 65 años.

En cuanto al sexo, según de qué servicio procedían, la distribución fue la siguiente: 90 de cirugía general (51 varones y 39 mujeres), 11 de cirugía vascular (7 hombres y 4 mujeres), 1 varón del servicio de medicina interna, y 7 mujeres del servicio de ginecología.

Según la complejidad de la cura quedaron distribuidos de la siguiente forma: 55 pacientes en el grupo I (50.5%), 31 pacientes en el grupo II (28.4%) y 23 pacientes en el grupo III (21.1%).

El motivo de ingreso en la unidad fue: 50 casos para el control del posoperatorio tras un alta temprana del hospital; 28 casos para control evolutivo (administración de medicación parenteral, educación sanitaria, etc.), 11 para curas vasculares, 12 para cura de heridas infectadas, 5 para el control inicial y educación sanitaria de la administración de nutrición enteral total y 3 para tratamiento médico.

En cuanto a la enfermedad asociada destacamos que el 8.3% de los pacientes presentaba neoplasia; el 19.3%, diabetes; el 4.6%, EPOC; 25.7%, hipertensión; 7.4%, cardiopatía; 3.7%, hepatopatía crónica, y 3.7%, hipercolesterolemia.

Las medias del tiempo de estancia hospitalaria fueron: en el hospital, 10 días; en la UHD, 9.7 días. La media de estancia total fue de 19.7 días.

En el momento de la recolección de datos en 15 pacientes (13.8%) se administraba nutrición artificial, en 8 de los cuales era parenteral, y en 7, enteral. El 60% de estos pacientes presentaba enfermedad del tubo digestivo y el 40% restante patología biliopancreática.

En cuanto a los parámetros bioquímicos, la proporción de pacientes que presentaban niveles por debajo del valor normal fue elevado, sobre todo para la albúmina (60.6%), transferrina (71%) y hemoglobina (57.4%), la proporción del recuento linfocitario (28.3%) fue menor.

El análisis de las variables por sexo y edad (mayores y menores de 65 años) se presenta en la tabla II.







Estado nutricional

Malnutrición global

De los sujetos estudiados tan sólo el 12.5% presentaba un estado nutricional normal; el 31.9% tenía desnutrición leve; 44.4%, moderada, y el 11.1% presentaba desnutrición grave. Este grado de malnutrición global fue similar en cuanto a la edad y al sexo, siendo más grave en los pacientes que presentaban complicaciones en su posoperatorio y en aqellos con patología vascular (p < 0.05).


Grados de malnutrición según los parámetros nutricionales

Como se puede apreciar en la figura 1, la mayoría de los pacientes de nuestro estudio presentaba alguna alteración en los distintos parámetros nutricionales. El grado de desnutrición según los niveles de albúmina era más grave en los pacientes con EPOC, los operados con complicaciones, los que se alimentaban mediante nutrición artificial y los mayores de 65 años (p < 0.05).







El grado de desnutrición según los valores de linfocitos totales fue más grave en los pacientes diabéticos, con EPOC, los hipertensos y en los mayores de 65 años. (p < 0.05).

Los pacientes con cardiopatía, con EPOC y los mayores de 65 años presentaban un grado nutricional mejor según el PCT.

No se encontraron diferencias significativas de acuerdo con el grado de nutrición según la CMB.







Grados de malnutrición según el IMC
Si clasificamos el estado nutricional según el IMC, observamos que el 22.2% de los pacientes tenía un estado nutricional normal; el 26.7% presentaba delgadez o malnutrición; el 33.3%, sobrepeso, y el 17.8%, obesidad.


Estudio comparativo de las variables

Sexo

Los valores promedio de la talla (159.9 ± 9.7) y el peso (60.9 ± 11.7) en las mujeres fueron significativamente menores que en los varones (170 ± 18.4 y 69.5 ± 14.5, respectivamente) (p < 0.05), el valor del PCT fue mayor en las mujeres (16.7 ± 4.4) con respecto a los hombres (12.1 ± 3.8).

Los valores de hemoglobina fueron menores en las mujeres (11.9 ± 1.5) con respecto a los hombres (12.8 ± 2.1) (p < 0.0001).


Edad

Cabe resaltar que a medida que aumentaba la edad se incrementaban los valores promedio del IMC y disminuían los de proteínas totales y los de transferrina (p < 0.01).

Los valores de albúmina sérica y del RTL aumentaban a medida que se incrementaba la edad, para descender a partir de los 65 años (p < 0.05). Asimismo, los valores de hemoglobina eran más bajos entre los 33-49 años con respecto a los demás grupos (p < 0.05).

Después de observar que los pacientes mayores de 65 años tenían parámetros nutricionales más bajos que el resto de grupos de edad, dividimos ésta en dos categorías, una con los pacientes menores de 65 años y otra con los de 65 o más años para así poder estudiar mejor las diferencias.

Los pacientes mayores de 65 años presentaban valores promedio de proteínas totales (6.9 ± 0.7), de albúmina (30.4 ± 7.2), de transferrina (2.1 ± 0.5) y de recuento total de linfocitos (1 700 ± 715) más descendidos que los pacientes menores de 65 años (7.2 ± 0.5; 35.4 ± 7.1; 2.3 ± 0.4 y 2 018 ± 660, respectivamente). Asimismo, estos pacientes presentaban un promedio de IMC (26.6 ± 4.9) mayor que los pacientes más jóvenes (23.1 ± 4.6) (p < 0.01).


Motivo de ingreso y enfermedades asociadas

El 62.5% de los pacientes diabéticos eran obesos y ninguno presentaba malnutrición, según los valores de IMC (p < 0.001).

El 75% de los pacientes hipertensos eran obesos según los valores de IMC (p < 0.001). Los valores medios del recuento total de linfocitos (1 643 ± 760) y de hemoglobina (11.5 ± 1.8) eran menores en estos pacientes que en los que no presentaban dicha enfermedad (1 965 ± 660 y 12.7 ± 1.8, respectivamente) (p < 0.01).

Los pacientes con enfermedad obstructiva crónica presentaron valores promedio de proteínas totales (6.3 ± 0.3), de albúmina (22.9 ± 11.6) y de transferrina (1.7 ± 0.2) menores que los que no presentaban dicha enfermedad (7.1 ± 0.6, 33.8 ± 6.9 y 2.2 ± 0.5, respectivamente) (p < 0.01).

Los valores promedio de transferrina (1.9 ± 0.5) en los pacientes que padecían cardiopatías eran menores que en el resto de los pacientes (2.2 ± 0.4) (p < 0.05).

Los pacientes sometidos a nutrición artificial presentaban valores promedio menores de albúmina (29 ± 5) y de hemoglobina (11 ± 1.9) si los comparamos con aquellos a los que no se les administraba este tipo de nutrición (34 ± 7.6 y 12.6 ± 1.8) (p < 0.01).


Grupos según complejidad de la cura

El 80% de los pacientes del grupo de posoperados complicados presentaban niveles de albúmina por debajo del valor normal, en comparación con el grupo de los operados sin complicaciones (58%) y el grupo de no operados (38%) (p < 0.01). Este mismo grupo tenía valores medios de transferrina (2.1 ± 0.4) y de hemoglobina (11.7 ± 1.6) menores que los del grupo de los operados sin complicaciones (2.2 ± 0.4 y 12.5 ± 2) y que el grupo de los no operados (2.4 ± 0.6 y 13 ± 1).


Tiempo de estancia hospitalaria

El tiempo de estadía hospitalaria fue similar entre el grupo de mujeres y el de hombres.

Es de resaltar que a medida que aumentaba la edad, se incrementaba el tiempo de estancia hospitalaria (p < 0.01). Los pacientes mayores de 65 años presentaron una media de estancia hospitalaria (25 ± 24.2) mayor si los comparamos con los menores de 65 años (15.7 ± 13.5) (p < 0.01).

El promedio de estancia hospitalaria de los pacientes que precisaban curas vasculares (48.3 ± 29.3) era mayor que el del resto de los pacientes (16.4 ± 14.8) (p < 0.0001).

También se incrementó la estancia hospitalaria en los pacientes diabéticos (32 ± 25.4), en los que presentaban cardiopatía (36.3 ± 34) y en los que recibían nutrición artificial (31 ± 26.4), si los comparábamos con el resto de los pacientes (16.7 ± 16.3; 18.3 ± 17 y 17 ± 17.3 días, respectivamente) (p < 0.01).

Asimismo, el grupo de posoperados con complicaciones presentaba mayor tiempo de hospitalización (36 ± 22.2), que el grupo de operados sin complicaciones (12.2 ± 15) y que el grupo de los no operados (16 ± 8.8) (p < 0.0001).


Análisis de correlación entre las variables

Correlación entre los parámetros nutricionales

Con el fin de establecer si los marcadores utilizados eran intercambiables o complementarios en la valoración nutricional de los pacientes ingresados en nuestra Unidad, se calcularon las correlaciones entre ellos.

Encontramos buena correlación entre los parámetros antropométricos, la CB y el IMC fueron los parámetros mejor relacionados y el PCT el que tenía menor correlación.

Asimismo, encontramos correlación entre los parámetros bioquímicos, la transferrina y la albúmina séricas fueron las mejor correlacionadas y las proteínas totales las menos correlacionadas (tabla III).







Correlación entre parámetros nutricionales y otras variables estudiadas

Observamos que la edad tenía correlación positiva con el IMC (r = 0.43; p = 0.003) y con la estancia hospitalaria (r = 0.28; p = 0.003) y una correlación negativa con las proteínas totales (r = -0.25; p = 0.009), la albúmina (r = -0.23; p = 0.01) y la transferrina (r = -0.27; p = 0.006).

Tambien pudimos constatar que además de tener correlación positiva con la edad, la estadía hospitalaria tenía correlación negativa con la albúmina (r = -0.27; p = 0.006) y con la hemoglobina (r = -0.30; p = 0.002).


Análisis multivariado

Después de introducir en la regresión múltiple todos los factores que poseían una diferencia significativa, el resultado mostró los factores que mejor predecían la malnutrición y el incremento de la estancia hospitalaria.

La edad y las complicaciones posoperatorias fueron los factores asociados a un nivel bajo de albúmina; la hipertensión y la edad se asociaron a un nivel bajo de recuento de linfocitos; la hipertensión y las complicaciones posoperatorias fueron los asociados a nivel bajo de hemoglobina.

La edad avanzada, la patología vascular y la nutrición artificial fueron los factores asociados al incremento de la estancia hospitalaria.


Discusión

La prevalencia de malnutrición en la Unidad de Hospitalización a Domicilio es elevada: el 87.4% de los pacientes estudiados presentan datos de malnutrición en distinto grado. Es importante destacar que el 55.5% de malnutrición es moderada a grave y el 31.9% es leve.

Apreciamos que la mayoría de los pacientes presentan alguna alteración en los parámetros bioquímicos: los más alterados son las proteínas viscerales, que representan la desnutrición proteica visceral; el recuento total de linfocitos, que representa la desnutrición de origen inmunológico, y la hemoglobina, que representa la anemia.

Las pruebas de laboratorio juegan un importante papel en la valoración del estado nutricional. Pueden ser útiles para detectar deficiencias nutricionales de forma temprana, incluso tiempo antes de que las medidas antropométricas se alteren y de que aparezcan signos clínicos o síntomas de desnutrición. Se debe considerar que la albúmina y las demás proteínas viscerales pueden dar resultados falsos positivos. A pesar de ello, los marcadores bioquímicos son los más aceptados por su menor margen de error y mayor grado de objetividad, y actualmente son los más utilizados en la práctica clínica.21-22

La definición de malnutrición exige que la albúmina sérica se encuentre por debajo de 35 g/dl.23 Vemos que un 60.6% de individuos no superan la cifra de 30-35 g/dl, por debajo de la cual se considera que existe riesgo de malnutrición asociado con mayor mortalidad y morbilidad.24

La transferrina está influida por múltiples situaciones y varía demasiado para utilizarla como marcador único del estado nutricional. Sin embargo, es un indicador más temprano que la albúmina –por su vida media más corta– y puede reflejar mejor los cambios nutricionales rápidos. Es por ello que reacciona más rápidamente en caso de que exista baja proteína, disminución de la ingesta energética o durante la recuperación de la terapia nutricional.25

En nuestro estudio, la correlación entre la albúmina y la transferrina es buena, ambas fueron las de mayor carga estadística dentro de los parámetros bioquímicos. Podríamos sugerir que podrían ser utilizadas conjuntamente para la valoración nutricional de nuestros pacientes: la albúmina, para detectar el riesgo de malnutrición, y la transferrina, como índice de seguimiento del estado nutricional.

Los parámetros antropométricos como indicadores de la composición corporal de una forma rápida, válida y sencilla aportan los suficientes datos si se valoran junto con los parámetros bioquímicos para definir el estado de nutrición.26-30 Son de medición relativamente sencilla, pero los resultados pueden alterarse por errores en la técnica o en la interpretación. En nuestro estudio, pudimos detectar algunos errores en la técnica de medición, a pesar del entrenamiento previo de todos los encuestadores.

Coincidimos con Ramos27 en que la detección de malnutrición en la práctica habitual mediante parámetros antropométricos es dificultosa y poco sensible, y es mejor identificarla mediante parámetros bioquímicos.

La mayor prevalencia de malnutrición está en relación con la edad media alta de la población estudiada. Es sabido que los mayores tienen a menudo problemas para alimentarse adecuadamente28 o presentan otros factores que influyen en el estado nutricional, lo que implica mayor riesgo de malnutrición.29

En nuestro estudio, la totalidad de los pacientes con EPOC presentan cifras de albúmina y transferrina por debajo de los valores normales. Estudios de nutrición en esta enfermedad demuestran estados de malnutrición y su correlación con la gravedad de la enfermedad.30

Si tenemos en cuenta los pacientes quirúrgicos que corresponden a la mitad de la totalidad de nuestro estudio, los valores de albúmina inferiores a 35 g/l son del 60%. Estas cifras son algo más elevadas que los de Pareja y col.,31 que señalan cifras del 55%, y los de Sánchez, del 52%.32

Según distintos autores, los pacientes malnutridos suelen tener mayor estancia hospitalaria, retraso en la cicatrización de heridas y mayor incidencia de complicaciones que los bien nutridos.8-33

En nuestro estudio, la edad avanzada, la patología vascular y la nutrición artificial fueron las tres condiciones que se asociaron de manera independiente al incremento de estancia hospitalaria. Autores como Shaw-Stiffel34 reconocen un incremento de la estancia hospitalaria en los pacientes que recibieron apoyo nutricional, ya que ésta fue superior que en los que no la recibieron.

Un estudio de D’Erasmos35 mostró que la hospitalización prolongada era la única variable que tenía conexión con el estado nutricional. Al igual que otros autores,36-37 hemos podido constatar que la estancia hospitalaria se incrementa con el deterioro del estado nutricional, sobre todo en los pacientes mayores.12-14


Conclusiones

De acuerdo con los resultados obtenidos en este estudio sobre la valoración de la malnutrición en nuestra unidad de hospitalización a domicilio, podríamos concluir que:

- La prevalencia de malnutrición global es elevada, sobre todo a expensas del compartimiento proteico-visceral.

- La valoración nutricional debería realizarse sistemáticamente al ingreso de los pacientes para detectar los que presentan riesgo de malnutrición y los que necesitan apoyo nutricional.

- La detección de malnutrición hospitalaria mediante parámetros antropométricos es dificultosa y poco sensible, y es mejor identificarla mediante parámetros bioquímicos, principalmente por su menor margen de error y por su mayor grado de objetividad.



Bibliografía del artículo
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