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EL CONSUMO RECIENTE DE ALCOHOL NO MODIFICA LA EVOLUCION DEL INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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Autor:
Kenneth Mukamal
Columnista Experto de SIIC



Artículos publicados por Kenneth Mukamal 

Recepción del artículo: 3 de abril, 2000

Aprobación: 20 de noviembre, 2000

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve
Algunas personas sostienen que el consumo de alcohol otorga un efecto de protección sobre el aparato cardiovascular. Sin embargo, un reciente estudio multicéntrico comprobó que el consumo reciente de bebidas alcohólicas no aporta beneficios en la evolución del infarto de miocardio pero tampoco empeora su pronóstico.

Resumen



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Especialidades
Principal: Cardiología
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EL CONSUMO RECIENTE DE ALCOHOL NO MODIFICA LA EVOLUCION DEL INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
Resumen del artículo «Lack of effect of recent alcohol consumption on the course of acute myocardial infarction», publicado en el American Heart Journal 138:926-33, 1999.Múltiples investigaciones han demostrado que el consumo habitual de alcohol se asocia con la disminución de la tasa de muertes causadas por enfermedad coronaria. Se sabe que el alcohol posee importantes acciones sobre las variables hemostáticas y hemodinámicas. Por lo tanto, la evolución de un infarto agudo de miocardio que se produzca con posterioridad a la ingestión de bebidas etílicas podría verse modificada. Mukamal y sus colaboradores han llevado a cabo una trabajo en el que analizaron si el consumo reciente de alcohol altera la evolución del infarto agudo de miocardio o sus complicaciones. Para ello revisaron las historias clínicas de 2 161 pacientes de 64 centros médicos diferentes que no recibían tratamiento con agentes trombolíticos, y complementaron los datos con entrevistas personales. Los autores evaluaron el consumo etílico previo al infarto, el pico de creatinquinasa, el ECG y la presencia de arritmias ventriculares o insuficiencia cardíaca congestiva. Luego del análisis de los datos y al comprobar la falta de significación estadística de los resultados, los expertos llegaron a la conclusión de que el consumo reciente de alcohol no tiene relación con ningún cambio en la extensión del infarto de miocardio ni en el riesgo de presentación de un infarto con expresión en la onda Q del ECG. La variable estudiada tampoco influye en la aparición de insuficiencia cardíaca congestiva o de arritmias ventriculares. ActualizaciónRecientemente la relación del consumo de alcohol con la enfermedad coronaria ha recibido gran atención. En la mayoría de los estudios se ha investigado si el consumo de alcohol previene el infarto agudo de miocardio o la mortalidad causada por enfermedad coronaria (prevención primaria). Pero en pocos trabajos, los expertos se han detenido a considerar de qué manera ­7É3 el consumo de alcohol influye en la sobrevida de los pacientes con enfermedad coronaria establecida (prevención secundaria). Asimismo, resulta sorprendente que no existan estudios previos en los que se haya examinado el efecto del consumo de alcohol sobre los eventos coronarios agudos, puente entre la prevención primaria y la secundaria.Nuestro equipo ha analizado, en el Estudio de los Factores Determinantes del Desencadenamiento del Infarto de Miocardio (Determinants of Myocardial Infaction Onset Study), el efecto del consumo reciente de alcohol sobre el curso del infarto de miocardio. Este ensayo es un trabajo de observación multicéntrico diseñado para determinar los factores que podrían desencadenar el infarto agudo de miocardio. Pocos días después de haber padecido un infarto agudo de miocardio comprobado, cada participante se sometió a una entrevista estructurada, en la cual informaba cuándo había estado expuesto por última vez a varios desencadenantes potenciales, por ejemplo, el alcohol. Junto con las entrevistas, los entrevistadores llevaron a cabo la revisión de las historias clínicas. Entre los elementos consignados por los entrevistadores a partir de esos registros, figuraban el pico de creatinquinasa, la presencia de un infarto evidenciable por las características de la onda Q y las complicaciones durante la internación.A pesar de los variados efectos hemodinámicos del consumo de alcohol, no hemos hallado ninguna relación fidedigna entre el consumo reciente de alcohol y la evolución del infarto agudo de miocardio. Ninguna de las variables que hemos evaluado (pico de creatinquinasa y riesgos del infarto evidenciado en la onda Q, insuficiencia cardíaca congestiva y taquicardia ventricular) se vio afectada por el tiempo transcurrido entre el consumo de alcohol y el desencadenamiento del infarto. De manera que, aparentemente, el consumo reciente de alcohol no influye en la magnitud del infarto, en las complicaciones hemodinámicas ni en las arritmias ventriculares durante el infarto agudo de miocardio.Es importante señalar que pocos de los participantes eran bebedores empedernidos, y la mayoría bebía moderadamente o bien eran abstemios. Por lo tanto, aún no estamos en condiciones de saber si el consumo de grandes cantidades de alcohol afecta la evolución del infarto agudo de miocardio. Nuestros análisis sugieren que el consumo de alcohol no beneficiará ni dañará a los individuos que sufren un infarto agudo de miocardio después de ingerir alcohol. A pesar de que el beneficio o el riesgo real del consumo moderado de alcohol permanece como materia de debate, hoy sabemos que el alcohol no modifica de manera contundente la evolución del infarto agudo de miocardio.También revisamos los efectos del alcohol en varios grupos de personas, aunque no presentamos los resultados por escrito. En dicha revisión no encontramos ningún subgrupo de pacientes en el cual el alcohol cambiara de manera importante la evolución del infarto. Este dato contribuye así a la fundamentación de nuestros hallazgos.Nuestro equipo no conoce ningún otro artículo en el que se haya examinado este tema. Parte de los motivos es que en pocos ensayos ­7É3 se recaba la clase de información que se necesita para este tipo de análisis (específicamente el tiempo transcurrido entre el último episodio de consumo de alcohol previo al infarto). Un estudio que publicó el British Heart Journal en 1995 encontró que el consumo habitual de alcohol se asocia con la disminución de la tasa de casos fatales luego de un infarto agudo de miocardio. Los resultados de nuestro trabajo indican que la reducción de la citada tasa se debe, probablemente, a efectos remotos del consumo de alcohol o a factores que provocan confusión más que al consumo reciente.Otros dos estudios de control de casos merecen ser mencionados. En Nueva Zelandia y en Australia se comprobó que el consumo de alcohol posee un efecto protector agudo sobre el infarto agudo de miocardio. En ambos trabajos los sujetos estudiados presentaban menos probabilidades de ingestión reciente de etanol que los controles. El mecanismo del efecto agudo del alcohol podría basarse en la menor agregación plaquetaria evidenciada en las personas que consumen bebidas alcohólicas.–Cuál es el significado de nuestro estudio para el clínico En primer lugar, los médicos que atienden a personas que padecen un infarto agudo de miocardio no deben preocuparse cuando el paciente ha bebido alcohol recientemente. Los individuos que beben alcohol no presentan modificación alguna, ni en más ni en menos, con respecto al riesgo de sufrir infartos extensos o de padecer complicaciones. En segundo lugar, los médicos pueden comunicar a sus pacientes que beben alcohol con moderación, que su hábito no afectará adversamente la evolución de un eventual infarto agudo de miocardio. Los conceptos mencionados pueden adquirir relevancia en especial si las personas consideran el consumo de alcohol como una forma de prevención de la enfermedad coronaria.


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