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REPERCUSION DEL EJERCICIO FISICO COMPETITIVO SOBRE EL SISTEMA CARDIORRESPIRATORIO, RESPUESTA NEUROENDOCRINA Y LIBERACION DE INTERLEUQUINA-6 EN NIÑOS
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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Autor:
Juan Luis Pérez Navero
Columnista Experto de SIIC



Artículos publicados por Juan Luis Pérez Navero 
Coautor
S. Jaraba Caballero* 
Dr., Córdoba, España*

Recepción del artículo: 20 de mayo, 2000

Aprobación: 13 de julio, 2000

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve
En vista de las repercusiones beneficiosas del ejercicio sobre el sistema cardiorrespiratorio en la infancia, sería aconsejable un incremento de la actividad física bajo control médico, para mantener un crecimiento y desarrollo físico adecuados.

Resumen



Clasificación en siicsalud
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Especialidades
Principal: Medicina Deportiva
Relacionadas: CardiologíaMedicina FamiliarMedicina InternaOrtopedia y TraumatologíaPediatríaSalud Pública

REPERCUSION DEL EJERCICIO FISICO COMPETITIVO SOBRE EL SISTEMA CARDIORRESPIRATORIO, RESPUESTA NEUROENDOCRINA Y LIBERACION DE INTERLEUQUINA-6 EN NIÑOS

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
ResumenObjetivo. Valorar los efectos de la actividad físico-competitiva sobre el rendimiento físico, la función cardiorrespiratoria y la secreción de cortisol, melatonina e interleuquina-6 (IL-6) en niños.Material y métodos. Estudio prospectivo controlado. Se seleccionaron niños de 6 y 7 años pertenecientes a un colegio público (C.P.) y una escuela deportiva (E.D.), excluyendo aquellos que se alejaron más de una desviación estándar del P50 en los valores antropométricos. El grupo de estudio quedó formado por 74 niños: 41 del C.P. y 33 de la E.D.. Se sometieron a tres pruebas físico-competitivas y se elaboró un score global de rendimiento. Tanto en situación basal como posesfuerzo, se realizó valoración hemodinámica (frecuencia cardíaca y tensión arterial sistólica, media y diastólica), respiratoria (frecuencia respiratoria [FR], saturación arterial de oígeno [SatO2], capacidad vital forzada [FVC], flujo espiratorio máximo [PEF], volumen espiratorio forzado en el primer segundo [FEV1] y cociente FEV1/FVC) y determinación de cortisol, melatonina e IL-6 en muestras de saliva.Resultados. Se comprobó un rendimiento físico superior (p<0.001) en el grupo de la E.D. La FC basal y posesfuerzo fue significativamente menor en los niños de la E.D. La comparación basal/posesfuerzo mostró un aumento significativo de TAS, TAM, TAD y FC en el C.P., mientras que en la E.D. no hubo diferencias en la TAS. Los niños de la E.D. tuvieron FR significativamente menor, y mejor SatO2, en situación basal. No existieron diferencias significativas en los distintos parámetros bioquímicos entre C.P. y E.D., ni en situación basal ni enposesfuerzo. La comparación preesfuerzo y posesfuerzo mostró un 0²;É3 aumento significativo de cortisol, melatonina e IL-6 en ambos colectivos. El incremento posesfuerzo de los niveles de melatonina fue significativamente superior en el grupo de la E.D. Los incrementos posesfuerzo de los niveles de cortisol e IL-6 mostraron una fuerte correlación positiva.Conclusiones. Dado el beneficio sobre la función cardiorrespiratoria y la aparente ausencia de efectos adversos sobre la secreción de cortisol y la liberación de IL-6, consideramos que es aconsejable un incremento controlado de la actividad física en el niño.Palabras clave: ejercicio físico, actividad competitiva, deporte, repercusión cardiorrespiratoria, cortisol, melatonina, interleuquina-6, niños.Introducción El impacto de la actividad física sobre el crecimiento y desarrollo infantil ha sido motivo de estudio por numerosos autores.1-3 Aunque existe controversia respecto a la iniciación precoz del niño en el deporte competitivo,4-8 consideramos que el entrenamiento y la actividad físico-competitiva controlada a edades tempranas podrían tener efectos beneficiosos sobre el rendimiento físico de los niños y sobre su sistema cardiorrespiratorio. ää Por otra parte, también se ha descripto que el ejercicio físico constituye un estrés que puede afectar de forma negativa al niño con estancamiento de la curva de peso, amenorreas, anorexia, descalcificación ósea y descenso de los niveles de testosterona entre otros, e incluso trastornos inmunológicos.9-12 Las principales hormonas implicadas en estos posibles efectos perniciosos de la respuesta adaptativa son las de origen suprarrenal. El aumento de cortisol inducido por el estrés provoca lipólisis y liberación de ácidos grasos, movilización del turnover de aminoácidos y aumento de glucagón, para incrementar el aporte energético a los tejidos.13-18 ää Parece que el ejercicio físico también podría aumentar la liberación de melatonina.19 Aunque se dispone de poca información sobre el papel de la melatonina en la secreción de otras glándulas, se cree que puede proporcionar una señal rítmica que generaría diferentes ritmos funcionales como el de la secreción adrenocortical.20 ää La interleuquina-6 (IL-6) es un polipéptido producido por diferentes células del organismo, incluyendo los linfocitos B y T y los monocitos. Regula el crecimiento y diferenciación de varios tipos celulares implicados en la defensa inmune, la hematopoyesis y la inflamación. De igual forma, interactúa con el sistema neuroendocrino y estimula la producción de ACTH en diferentes situaciones clínicas.21,22 Aunque no hemos encontrado referencias bibliográficas que correlacionen IL-6 y ejercicio, consideramos interesante estudiar su comportamiento ante el estrés físico por su posible relación con la secreción suprarrenal y por su papel como inmunomodulador. En este sentido, se han descripto ­7É3 alteraciones del sistema inmune, tanto en escolares que realizaban actividad física intensa, como en deportistas de elite, considerando que el ejercicio físico intenso afecta negativamente al sistema inmune,9,10,23 mientras que el ejercicio moderado y controlado podría favorecer la respuesta frente a las infecciones.11,12 ää Para valorar los efectos de la actividad físico-competitiva sobre el sistema cardiorrespiratorio y la respuesta neuroendocrina al estrés físico inducido en niños de corta edad, se estudiaron dos grupos de niños sometidos a distintos programas de educación deportiva, evaluando la influencia del ejercicio físico sobre su situación hemodinámica y función respiratoria, así como sobre la secreción de cortisol, melatonina e IL-6. Material y métodos ää Durante un período de un año se ha desaGrrollado un estudio prospectivo y controlado, que ha incluido a 109 niños varones de 6 y 7 años de edad seleccionados de dos centros educativos diferentes: un colegio público (C.P.) con régimen habitual de actividad física (dos horas semanales) y una escuela deportiva de fútbol (E.D.) con actividad complementaria de tres horas semanales. Se realizó exploración física y valoración antropométrica,ncluyendo peso, talla, perímetro craneal (PC), perímetro torácico (PT), perímetro braquial (PB) y pliegue subescapular. Para las mediciones se utilizó una báscula clínica con tallímetro (Añó Sayol S.A. Barcelona. Modelo Atlántida), cinta métrica inextensible y pinza calibradora Holtain LTD. Crymych. Se consideraron criterios de exclusión cualquier defecto físico o patología orgánica, detectados a través de la anamnesis o la exploración clínica, que pudieran influir en los resultados. De igual forma, se excluyeron los niños que se alejaron más de una desviación estándar del P50 en peso, talla y/o PT, tomando como referencia las tablas de crecimiento de Hernández y cols.24 Esto supuso la exclusión de 35 niños, quedando el grupo de estudio formado por 74 niños: 41 del C.P. (23 de 6 años y 18 de 7) y 33 de la E.D. (15 de 6 años y 18 de 7). ää Se realizaron tres pruebas físicas, supervisadas por la Facultad de Ciencias de la Educación de nuestra Universidad, consistentes en un lanzamiento de balón medicinal de 2 kg, un salto de longitud a pies juntos y una carrera de 150 m para los niños de 6 años y 200 m para los de 7, precedidas de un período de 10-15 minutos de «calentamiento». Para evaluar el rendimiento global en las pruebas se elaboró un score asignando 100 al mejor resultado en cada ejercicio para cada grupo de edad. La puntuación por prueba de cada niño se obtuvo hallando el valor proporcional respecto al mejor valor. El score final se calculó sumando los valores parciales del lanzamiento y el salto de longitud, y restándole el valor calculado para la carrera (ya que el asignar 100 al mejor resultado, implica una puntuación mayor para todos los niños con tiempos superiores). Al número obtenido se le añadió el valor de 100 para evitar resultados negativos. ää Se realizó una valoración hemodinámica y respiratoria tanto en situación basal, 15 minutos antes de iniciar el ejercicio físico, como inmediatamente tras el esfuerzo, que incluyó: ­7É3 frecuencia cardíaca (FC) y tensión arterial sistólica, media y diastólica (TAS, TAM y TAD), obtenida con monitor 8100T Critikon-Dinamap Vital, aceptando como valor final la media aritmética de tres mediciones consecutivas; utilizando un espirómetro Escort de Vitalograph LTD, se determinaron capacidad vital forzada (FVC), flujo espiratorio máximo (PEF), volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1) y cociente FEV1/FVC. Previamente los niños fueron instruidos en el manejo del espirómetro; se obtuvo una colaboración adecuada de todos ellos. Los datos espirométricos anotados fueron los mejores de tres pruebas respiratorias realizadas a cada niño. Se registró la frecuencia respiratoria (FR) y se estimó la saturación arterial de oxígeno (SatO2) mediante pulsioximetría, con pulsioxímetro Ohmeda-Biox 3700L. ää Se obtuvo una muestra de saliva, tanto en situación basal como posesfuerzo, para la determinación de cortisol, melatonina e IL-6. La recolección y almacenamiento de saliva se realizó con salivetes de Sarstedt (Cat.No. 51.1534) sin aditivos. Las muestras fueron recogidas sin estimulación, transportadas en bolsas isotérmicas y almacenadas posteriormente a -20 °C. Después de descongelar y antes de usar, las muestras se centrifugaron para la eliminación de sólidos. Para evitar las diferencias debidas al ciclo circadiano de secreción del cortisol,15 todas las muestras de saliva de los niños del estudio fueron recogidas por la mañana (entre las 9 y las 11 horas). ää El cortisol y la melatonina se determinaron por radioinmunoensayo y los niveles de IL-6 se cuantificaron por enzimoinmunoensayo. Para el cortisol se utilizó el test Cortisol Spectria (Orion Diagnostica. Espoo, Finlandia), que aplica la Orion Diagnostica_s Coated TubeR. La melatonina se determinó también mediante radioinmunoensayo específico (125I-Melatonin-RIA direct Inmuno Biological Laboratories. Flughafenstrabe 52a. Hamburgo, Alemania). La IL-6 fue determinada mediante la técnica de inmunoensayo enzimático con el kit Medgenix IL-6 Easi TM (Medgenix Diagnostics SA. Zoning Industriel, Fleurus. Bélgica). ää El estudio estadístico se realizó aplicando el paquete estadístico R-SigmaR. El nivel de significación admitido fue p<0.05. El ajuste de las variables a la normal se comprobó mediante el test de Kolmogorov-Smirnov. La comparación de resultados se llevó a cabo mediante la aplicación del test «t» de Student para muestras independientes (en las comparaciones intergrupos) y apareadas (en las comparaciones intragrupo), y el test exacto de Fisher. Por último, se obtuvieron las matrices de correlación lineal entre variables cuantitativas, con el cálculo del coeficiente «r» de Pearson. Los resultados se expresaron como media ± error estándar de la media (EEM). ää El Comité Ético de Investigación Clínica de nuestro hospital aprobó el trabajo de investigación. De igual forma, se obtuvo el consentimiento informado de los padres o tutores legales de los niños. Resultados ää Dados los criterios de selección de la muestra, no se encontraron diferencias significativas en cuanto a peso, talla, ­7É3 PC, PT, PB y pliegue subescapular entre los niños del C.P. y de la E.D. , ni tomados en su conjunto ni desglosados por edad.La comparación de los resultados en niños de 6 y 7 años no mostró diferencias significativas de peso, PC, PT ni PB; sin embargo los niños de 7 años mostraron una mayor talla y un pliegue subescapular más reducido (talla=121.07±0.95 cm vs. 127.67±0.70 cm, p<0.001 y pliegue subescapular=7.71±0.36 cm vs. 6.44±0.38 cm, p<0.05, para niños de 6 y 7 años respectivamente). ää No existieron diferencias significativas en la distribución de niños en función de la edad y el grupo educativo. Resultados de las pruebas físico-competitivas ää En el score global se comprobó que los niños de la E.D. tuvieron un rendimiento físico significativamente superior a los del C.P. (89.90±6.25 vs 69.11±4.87; p<0.001). Igualmente, la distribución de los niños, en función de que los valores obtenidos en este score fueran superiores o inferiores al valor medio de su grupo de edad, fue la siguiente: 13 niños (32%) del C.P. y 24 (73%) de la E.D., con p<0.001 en el test exacto de Fisher. ää El lanzamiento de balón se correlacionó positivamente con peso, talla, PT y PB, mientras que el salto y la carrera sólo se correlacionaron con la talla. El score de rendimiento no mostró correlación con ninguno de los parámetros antropométricos. Los niños del C.P. mantuvieron las mismas correlaciones que el global, mientras que en la E.D. desaparecieron las correlaciones de la talla con el lanzamiento y el salto y la del PB con el lanzamiento.Resultados del estudio hemodinámico ää Los resultados del estudio hemodinámico basal mostraron una FC significativamente menor en los niños de la E.D. (p<0.01) y unas cifras de tensión arterial también más bajas, aunque estas últimas diferencias no fueron significativas. Los resultados posesfuerzo fueron superponibles: una FC significativamente inferior (p<0.05) y menores valores de tensión arterial (sin significación estadística), en los niños de la E.D. (tabla I). ää La comparación basal/posesfuerzo dentro de cada grupo educativo mostró un incremento significativo de TAS, TAM, TAD y FC en los niños del C.P. (p<0.001). Sin embargo, en el grupo de la E.D. no hubo diferencias significativas en la TAS pre y posesfuerzo, manteniéndose el incremento posesfuerzo de TAM, TAD y FC (tabla I).Resultados del estudio de la función respiratoria ää En situación basal los niños de la E.D. mostraron una menor FR (p=0.01) y mejor SatO2 (p<0.05) que los del C.P. Estas diferencias se mantuvieron tras la realización de las pruebas físicas, aunque sin significación estadística (tabla II).La comparación basal/posesfuerzo dentro de cada uno de los grupos educativos, evidenció un incremento significativo de la FR en ambos (p<0.001), con aumento del PEF en los niños del C.P. y disminución de la SatO2 en la E.D. (tabla II). ää El estudio de correlación entre el PT y las determinaciones respiratorias no mostró coeficientes de correlación ­7É3 significativos con ninguno de los parámetros respiratorios medidos: SatO2, 0.12; FR, 0.01; FCV, 0.11; FEV1, 0.02; PEF, 0.11; y FEV1/FVC, -0.14.Resultados de los parámetros bioquímicos analizados en salivaNo existieron diferencias significativas en los niveles de cortisol, melatonina e IL-6 entre C.P y E.D., ni en situación basal ni tras la realización de la actividad física. Por el contrario, la comparación preesfuerzo y posesfuerzo dentro de cada grupo educativo demostró cómo los tres parámetros analizados aumentaron significativamente en ambos colectivos (figuras 1, 2 y 3). ää Al analizar el incremento posesfuerzo sobre los niveles basales de cortisol, melatonina e IL-6, se comprobó que las tasas de melatonina en saliva aumentaron más en el grupo de la E.D. con diferencias estadísticamente significativas (1.35±0.26 pg/ml vs. 0.47±0.19 pg/ml; p<0.01). Sin embargo, aunque el incremento de cortisol y el de IGL-6 fueronambién mayores en el grupo de la E.D., no se pudieron demostrar diferencias significativas. ää Al dividir los dos grupos educativos por edades los resultados fueron similares, salvo que en los niños de 7 años de la E.D. se detectaron niveles de melatonina posesfuerzo significativamente superiores a los de los niños de igual edad del C.P. (8.28±0.64 pg/ml vs. 6.61±0.41 pg/ml; p<0.05). ää No existió correlación entre los incrementos sobre los niveles basales de los parámetros bioquímicos estudiados, excepción hecha de cortisol e IL-6, que mostraron una fuerte correlación positiva (r=0.63; p<0.001) (figura 4). Análisis de correlación de los resultados de las pruebas físicas y las variaciones hemodinámicas, respiratorias y bioquímicas ää No se encontró correlación significativa entre el rendimiento en las pruebas físicas y el incremento o decremento en las variables hemodinámicas, respiratorias y bioquímicas, excepto en la elevación del PEF (p<0.05).Discusión ää Algunos autores argumentan que por la inmadurez física y psicológica en la infancia el ejercicio físico puede tener efectos perjudiciales sobre el crecimiento, el desarrollo infantil y el sistema inmune,2,10,11,23 pero otros opinan que previene el sedentarismo e instaura un estilo de vida sano desde la infancia.5,7,8 Con el objetivo de intentar valorar el impacto de la actividad físico-competitiva moderada y controlada en niños de corta edad (6 y 7 años), se eligieron 2 colectivos de niños con diferentes programas de educación deportiva. Para evitar que las previsibles diferencias somáticas pudieran sesgar los resultados del estudio, se establecieron criterios de selección basados en las determinaciones antropométricas, utilizando como índices de valoración de las condiciones físicas aquéllos que más influyen en el ejercicio en el niño:26-28 peso, talla, PC, PT, PB y pliegue subescapular. En consonancia con la bibliografía,3,29 y bajo las indicaciones y supervisión de la Facultad de Ciencias de la Educación de nuestra Universidad, se diseñó un programa de ­7É3 pruebas físico-competitivas. ää En el rendimiento en las pruebas físicas, los niños pertenecientes a la E.D. mostraron mejor resultado global con diferencias altamente significativas, lo que indica que su entrenamiento es eficaz en cuanto a la mejora del rendimiento físico. De hecho, mientras más del 70% de los niños de E.D. tuvieron resultados superiores a la media de su grupo, tan sólo el 32% de los niños de C.P. superaron ese valor (p<0.001). ää El estudio de correlación lineal de las variables antropométricas y los resultados de las pruebas físicas, mostró una correlación positiva simple del lanzamiento del balón y las diferentes medidas antropométricas. Sin embargo, el salto y la carrera sólo se correlacionaron significativamente con la talla, probablemente en relación con la amplitud de zancada. Los niños del C.P. mantuvieron las mismas correlaciones que la serie global, mientras que en los de la E.D. desaparecieron estas correlaciones, probablemente porque en estos últimos el rendimiento estuvo más relacionado con el entrenamiento previo que con las características somatométricas. Tampoco el score de evaluación global mostró correlación con ninguno de los parámetros antropométricos, apoyando los trabajos que afirman que en el niño las características somatofísicas no influirían en su rendimiento deportivo,12 aunque este extremo puede no ser valorable dados los criterios de selección de la muestra. ää Al evaluar la función cardiovascular se ha de tener en cuenta que en el individuo entrenado existe un predominio vagal y por tanto una FC basal inferior, alcanzando tras el ejercicio igual FC que el individuo sedentario. Además, el volumen sistólico de eyección es proporcionalmente mayor en reposo en el deportista y, tras un esfuerzo, éste llegará a valores absolutos más altos que en el sedentario. Todo ello condiciona mayores incrementos del gasto cardiaco, ante un estímulo similar, en los individuos sometidos a entrenamiento previo.30-32 ää Los resultados de nuestro estudio coinciden con estas tesis, ya que al comparar los resultados hemodinámicos basales y posesfuerzo en los dos grupos educativos encontramos una FC basal y posesfuerzo significativamente menor en los niños de la E.D. Aunque concuerda con la mayoría de los autores,8,30,31,33 no deja de resultar sorprendente cómo en edades tan tempranas los efectos saludables del deporte sobre la función cardiaca pueden empezar a hacerse evidentes. ää También la comparación de los valores basales y posesfuerzo mostró diferencias entre C.P. y E.D. Así, mientras que en el C.P. se incrementaron significativamente tras el esfuerzo TAS, TAM, TAD, y FC, en los niños de la E.D. la TAS no se modificó significativamente, aunque sí lo hicieron el resto de parámetros. Estos resultados indican que la TAS está relacionada con el nivel de actividad física.33 Probablemente los niños entrenados están más adaptados al ejercicio y la TAS depende más de la precarga (volumen diastólico final) que de la postcarga (resistencias vasculares). En los deportistas existiría menor resistencia vascular periférica, menores cambios en la impedancia aórtica y mayor elasticidad de los vasos sanguíneos.31 ää Al valorar la función respiratoria, observamos una FR significativamente menor y una mejor SatO2 en los niños de la ­7É3 E.D. en situación basal. El ajuste respiratorio frente a la actividad física consiste fundamentalmente en un aumento de la ventilación (volumen minuto).34,35 Teniendo en cuenta que en situación ideal el aumento de la ventilación se hace a expensas del volumen corriente más que de la FR, el hallazgo de menores FR en los niños de la E.D. sugiere una mejor adaptación de éstos a la actividad física, manteniendo incluso mejores SatO2. ää El hecho de que estas diferencias desaparecieran posesfuerzo puede justificarse por la existencia de un distinto umbral ventilatorio o punto en el que la relación lineal entre el volumen ventilatorio minuto y el consumo de oxígeno desaparece. A partir de ese punto, se incrementa considerablemente la FR, probablemente en relación a una acidosis metabólica.35 La ausencia de significación estadística en nuestra serie podría deberse a que el ejercicio no fue suficientemente intenso como para provocar en todos ellos la entrada en la fase anaeróbico-láctica del ejercicio, por otra parte no recomendable a estas edades. Otra posible explicación es la hiperpnea cardiodinámica: un mayor incremento en el gasto cardíaco a expensas de un aumento no sólo de FC sino también de volumen de eyección, se acompaña también de un mayor aumento de la FR.36 Así, es posible que incluso con mayores umbrales ventilatorios, los niños de la E.D. respondan al ejercicio con más FR de la esperada, determinada por un mayor incremento del gasto cardíaco. ää Al comparar los resultados basales y posesfuerzo dentro de cada grupo educativo comprobamos, además de la lógica elevación de la FR en ambos, una elevación del PEF y una disminución de la SatO2 que, aunque sólo fue significativa en el C.P. y en la E.D. respectivamente, en el otro grupo alcanzó valores cercanos a la significación. ¦ˆ ää El análisis de correlación del score de rendimiento físico con las variaciones en los parámetros respiratorios y hemodinámicos, no mostró resultados significativos. Es decir, el rendimiento en las pruebas físicas no dependió de la respuesta adaptativa del organismo, sino que probablemente estuvo en relación con el entrenamiento previo. ää Para valorar la respuesta neuroendocrina al estrés inducido por el ejercicio físico en niños sanos, se estimó conveniente utilizar técnicas incruentas como la determinación de cortisol, melatonina e IL-6 en saliva,15,37,38 ya que, al ser ésta una de sus vías de eliminación, los incrementos o decrementos en la misma serían proporcionales a los plasmáticos. ää El estudio de las determinaciones basales y posesfuerzo mostró un incremento significativo de los niveles de cortisol en saliva tras el ejercicio físico, tanto en los niños del C.P. como en los de la E.D.. Este aumento estaría en relación con la intensidad de la actividad física y constituiría la respuesta al estrés que supone el ejercicio.14,15 La comparación de los valores posesfuerzo en ambos grupos educativos no mostró diferencias significativas. Sin embargo, el incremento aislado del cortisol tras el esfuerzo físico no parece tener efectos perjudiciales sobre el crecimiento o el resto de parámetros, que sí pueden verse influidos negativamente por la adaptación endocrina al condicionamiento físico sistemático.17 Por ese motivo, es más interesante la comparación de los valores basales ­7É3 de cortisol, que tampoco mostró diferencias significativas entre los niños de C.P. y E.D., lo que indica que el programa controlado de preparación física de los niños de la E.D. no parece haber influido negativamente en el funcionamiento del eje hipófiso-suprarrenal, todo ello con las limitaciones que supone una determinación única. ää Parecidos resultados se obtuvieron en los niveles de melatonina. La comparación intragrupo pre y posesfuerzo mostró un aumento significativo tras el estrés de los niveles de melatonina en ambos grupos educativos, coincidiendo con otros trabajos que ya indican que el ejercicio físico podría aumentar la liberación de esta hormona.19 Por otra parte, en nuestro estudio no hemos encontrado correlación de los incrementos sobre los niveles basales de cortisol y melatonina, aunque existen datos publicados que indican que la melatonina podría proporcionar una señal rítmica que generaría diferentes ritmos funcionales como el de la secreción adrenocortical.20 ää Clásicamente se ha relacionado la secreción de melatonina con el desarrollo puberal en la mujer y se ha descripto que el entrenamiento físico continuo puede producir alteraciones en la secreción de esta hormona.19 En este sentido, pese a partir de niveles basales muy similares, los niños de la E.D. tuvieron valores posesfuerzo más elevados y, aunque este aumento no fue significativo, sí lo fue el incremento sobre los niveles basales. Aún más relevante es el hecho de que los niños de 7 años de la E.D., sometidos a un periodo previo de entrenamiento más prolongado, tuvieron niveles posesfuerzo significativamente superiores a los de la misma edad pertenecientes al C.P. Desconocemos la importancia que esta secreción aumentada de melatonina pueda tener en los varones. ää En nuestro estudio, no encontramos diferencias significativas en los niveles de IL-6 en saliva entre los niños del C.P. y de la E.D., ni en situación basal ni tras actividad física. Sin embargo, la comparación intragrupo demostró como los niveles de IL-6 aumentaron de forma muy significativa en ambos grupos educativos al comparar los niveles basales y los obtenidos tras el ejercicio. El aumento de IL-6 posesfuerzo podría formar parte de la mejora de la capacidad inmunitaria inducida por el ejercicio moderado, y la ausencia de diferencias entre los niños del C.P. y de la E.D., tanto basalmente como tras el ejercicio, podría indicar que el tipo de actividad física al que están sometidos los segundos no tendría efectos perjudiciales sobre la capacidad de respuesta inmune, aunque con las limitaciones que suponen la valoración aislada de IL-6. ää Con respecto a la relación de IL-6 con la secreción suprarrenal, encontramos una correlación lineal simple, positiva y altamente significativa, entre los incrementos de cortisol e IL-6 inducidos por el ejercicio. Existen trabajos que estudian la relación entre ambos sistemas,21,22 aunque sus implicaciones en la práctica clínica y deportiva no han sido establecidas. ää Por tanto, no encontramos datos que sugieran efectos adversos del incremento moderado en la actividad físico-competitiva en niños de 6 y 7 años. Parece que el entrenamiento regular y moderado a edades tempranas no influye negativamente en el desarrollo del niño. Es posible que toda la ­7É3 patología que se ha descripto imbricada con el deporte infantil esté en relación con programas de alto rendimiento físico y no con programas racionales que fomenten la práctica del deporte infantil de competición.17 Teniendo en cuenta las repercusiones beneficiosas del ejercicio sobre el sistema cardiorrespiratorio en la infancia, consideramos que un incremento de la actividad física escolar podría ser aconsejable para mantener un crecimiento y desarrollo físico adecuados, siempre que se desarrolle bajo controles médico-deportivos. Bibliografía1. Titze S, Mari B. «Individually adapted counseling about physical activity in medical practice», Orthopade 1997; 26:935-941. 2. Emery HM. «Considerations in child and adolescent athletes», Rheum Dis Clin North Am 1996; 22:499-513.3. 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