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NARCISISMO. PERSONALIDAD NARCISISTA.
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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diazgonz.gif Autor:
Rubén José Díaz González
Columnista Experto de SIIC



Artículos publicados por Rubén José Díaz González 
Coautor
Juan Ignacio Bango Suarez* 
Dr., Avila, España*

Recepción del artículo: 17 de febrero, 1999

Aprobación: 5 de mayo, 2000

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve
Según Kohut, la personalidad narcisista se caracteriza por la autosubestimación, la tendencia a presentar episodios hipocondríacos y los sentimientos de desvitalización y fases de depresión episódica.

Resumen



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Especialidades
Principal: Salud Mental
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NARCISISMO. PERSONALIDAD NARCISISTA.

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
Introducción. Recuerdo históricoKernberg O. y Kohut H. han conducido a sus colegas psicoanalíticos por una senda que promete revitalizar la teoría, la técnica y la terapéutica psicoanalíticas con los constructos narcisismo y límite como piedra angular.Ellis H.1 fue el primero en dar al término narcisismo significado psicológico, al conceptualizarlo como autoerotismo.Nacke P.2 aplicó el término de forma parecida (perversión en el estar absorto y disfrutar del propio cuerpo).Sadger J.3 extendió el término a otras supuestas perversiones tales como la homosexualidad.Freud S.4, en la interpretación de los sueños, si bien no utilizó este vocablo, se refiere a estos rasgos de personalidad en estos términos: «He encontrado que las personas que se saben preferidos o favorecidos por su madre dan muestras de una autoconfianza y un optimismo a ultranza que a menudo adoptan la apariencia de atributos heroicos y que les proporcionan un gran éxito.»La primera expresión explícita de Freud5 sobre el narcisismo planteaba a éste como una fase normal del desarrollo situada en el camino entre el autoeroetismo y la relación objetal. En este período transitorio, las sensaciones autoeróticas -al principio fragmentadas- se cohesionaban para formar lo que se vivenciaba como el propio cuerpo, un único y unificado objeto de amor. En 19145 Freud acopló el narcisismo a la teoría de la libido y comentó que al final maduraba y se difundía en las relaciones objetales. Después recondujo sus formulaciones sobre la base de la secuencia del desarrollo y se refirió a la fase autoerótica como «narcisismo primario». Esta primera etapa se convirtió en la depositaria inicial de la libido, de la que surgiría no sólo el amor al sí mismo sino el amor en general. A continuación, Freud conceptualizó el narcisismo como un desarrollo universal que se mantenía toda la vida, desdoblado en estados secuenciales. En este proceso podrían surgir dificultades: 1. En el progreso desde el amor-sí mismo libidinoso hasta el amor-objeto 2. En las formas en que el sujeto manifestaba el amor narcisistaFreud5 escribió esta última eventualidad de la siguiente manera: «Hemos descubierto, especialmente entre las personas que han sufrido alguna alteración en su desarrollo libidinoso, como los pervertidos y los homosexuales, que al realizar la elección de su objeto de amor no han tomado como modelo a su madre, sino a sí mismos. Es evidente que se autoeligen como objetos de amor. Este tipo de elección objetal puede denominarse narcisismo.»En este escrito, el único importante dedicado exclusivamente al narcisismo, Freud sugirió que no es posible depender de modo fiable del amor de los padres ni posteriormente de otros (que por otra parte desean fervientemente) y deciden que sólo pueden confiar y por tanto amar a sí mismos.En estas ocasiones Freud no pretendía hablar de un tipo narcisista de personalidad, sino de uno de los varios conceptos que propuso como origen de la autocatexia libidinosa. La primera vez6 que Freud se refirió a un tipo libidinoso narcisista, lo hizo en estos términos:«El principal interés se centra en la preservación del sí mismo; este tipo es independiente y difícilmente se siente intimidado. ...impresionan a los demás por su gran "personalidad"; ... asumen con facilidad el papel de líder, aportan frescura y estimulan el desarrollo cultural o echan abajo las condiciones establecidas.» Es llamativa esta definición de Freud del tipo narcisista -caracterizada por fortaleza y confianza- frente a autores y discípulos como Forman7 y Kohut8 que lo definen con baja autoestima, sentimientos de vacío, dolor y depresión. Estas diferencias serían consecuencia de las variaciones en las formulaciones freudianas entre un período y otro de su dilatada y productiva carrera. En este caso puede deberse al hecho de que Freud identificara varios orígenes de la autocatexia narcisista. Siendo uno el del tipo de volubilidad y rechazo parentales que pudiera conducir a la vacuidad y a la autosubestimación.En los años veinte, Salomé A.9, Waelder10 y Reich W.11 abordaron la personalidad narcisista. Salomé adelantaba la escisión futura entre Kernberg y Kohut. Anticipa a Kernberg, afirmando que existen fallos de la «catexia objetal de la libido», que originaban compensaciones narcisistas; y también hablaba de que los procesos narcisistas no se limitaban a una única fase del desarrollo libidinoso, sino que «se mantenían como un especie de continuidad fundamental».Waelder, en 1925, se refirió a las características de la personalidad narcisista en un texto sobre los mecanismos del proceso psicótico. Reich W., en 1926, fue el primero en formular el carácter fálico-narcisista. En 1933 se publicaron las características que este autor atribuía al carácter fálico-narcisista típico:11 «Se trata de un sujeto muy seguro de sí mismo; en ocasiones se muestra arrogante, elástico y enérgico, y a menudo denota un comportamiento impresionante. Los tipos más extremos tienden a alcanzar posiciones de liderazgo... Si se ofende su vanidad, reaccionan con frío desdén, marcado malhumor o agresividad manifiesta.» 12Es importante destacar la próxima correlación entre la descripción de Reich y la formulación de Freud6 sobre el tipo libidinoso narcisista. No obstante, al contrario que Freud y otros autores, Reich atribuyó el origen del narcisismo a fijaciones en el estadio fálico y lo interpretó como una compensación y una desviación reactiva frente al complejo de Edipo.En los años treinta se produjeron cambios importantes entre los psicoanalistas que generaron diversas escuelas neofreudianas: - Escuela del Yo (Fenichel, Hartmann H., Erikson E., Rapaport D.) - Escuela del Sí mismo (Kohut H.) - Escuela de las relaciones objetales (Klein M., Fairbairn, Winnicot, Kernberg O.) - Escuela de la Teoría Social (Horney K., 1939)13En los años sesenta surgen figuras como Reich A.,14 Jacobson E.15 o Rosenfeld H.16Reich A. expuso dentro de las formas patológicas de la regulación de la autoestima unas características bastante diferentes de las de Freud o de Reich W.:«Debemos destacar el componente agresivo de los esfuerzos exhibicionistas narcisistas. ...intentan eliminar sus sentimientos de inadecuación atrayendo la atención y la admiración de los demás, aunque es una maniobra defensiva que no les funciona. Sienten que la atención está centrada en ellos de forma negativa: como si los otros, en vez de sentirse deslumbrados, estuvieran intentando discernir la "inferioridad" oculta tras la fachada falsa. La necesidad de exhibición contiene desprecio hacia aquellos cuya admiración necesitan.»Rosenfeld H. (1964) describió a este paciente de la siguiente forma:«... siente que todo el mundo le ama o demanda ser amado por todo el mundo, ya que es digno de tal amor. Todos estos pacientes parecen tener en común el sentimiento de que albergan toda la bondad que puede experimentarse en relación con un objeto. Habitualmente encontramos una autoimagen en extremo idealizada... y se defienden rigurosamente y niegan de manera omnipotente cualquier cosa que interfiera con esta descripción.»Situación contemporáneaGrunberger B.17 sustenta su teoría en la sensación de omnipotencia y autosuficiencia absoluta del período fetal: la hipótesis que propone se basa en la premisa del estado de regocijo prenatal, que es la fuente de las diferentes formas de narcisismo. No obstante, los teóricos que establecen las orientaciones en vigor en la actualidad son: Otto Kernberg18-20 y Heinz Kohut21-23. Kernber reestructura el esquema diagnóstico para la caracterología, devaluando la clasificación psicoanalítica, que había estado basada tradicionalmente en el desarrollo libidinoso. Reinventa los estadios secuenciales como formas de delimitar los distintos niveles de maduración instintiva (por ejemplo, pregenital y genital). Las circunstancias de la maduración dan lugar a la fenomenología clínica, las defensas y la estructura u organización de la personalidad del sujeto. Basado en este esquema de niveles de organización o estructura desarrolló una clasificación psicoanalítica de la patología caracterial. Este autor18 describió las características del narcisista de la siguiente forma:«Estos pacientes presentan un grado inusual de autorreferencia en sus interacciones con las otras personas, una gran necesidad de ser amados y admirados por los demás, y una curiosa y aparente contradicción entre un concepto hinchado de sí mismos y una caótica necesidad de tributo por parte de los otros. Su vida emocional es superficial. Experimentan escasa empatía hacia los sentimientos de los otros, obtienen muy pocas satisfacciones vitales, aparte de los tributos ajenos o sus propias y grandiosas fantasías, y se sienten inquietos y aburridos cuando se apaga el brillo externo y no hay nuevas fuentes que alimenten su autocomplacencia. Envidian a los demás, tienden a idealizar a algunas personas, de las que esperan complementos narcisistas, a la vez que desprecian a aquellos de los que nada espera (a menudo anteriores ídolos). En general, sus relaciones con las otras personas son claramente explotadoras y, en ocasiones, parásitas. Es como si se sintieran con el derecho de controlarlas, poseerlas y explotarlas sin ningún sentimiento de culpa: tras una apariencia encantadora y colaboradora, uno puede sentir la frialdad y la implacabilidad que les caracterizan. A menudo son considerados "dependientes" debido a la acusada necesidad de tributo y adoración, pero a un nivel más profundo son completamente incapaces de depender de nadie, ya que desprecian profundamente a los demás y desconfían de ellos.»Kernberg refiere que las conductas (de grandiosidad y arrogancia) que caracterizan al narcisista emanan de una defensa frente a la proyección oral y que traducen su incapacidad narcisista de depender de objetos buenos internalizados. En esta hipótesis etiopatogénica, Kernberg postula que la carga vivencial histórica de la mayoría de los narcisistas consiste en figuras parentales permanentemente frías que actuaron tanto con indiferencia como disimulo, pero siempre de forma rencorosa y agresiva; no obstante, también alude al status o talento familiar que le conceden sus padres: por ejemplo, representar el papel de genio o ser el hijo único. Al principio este don especial sirve de refugio transitorio, pero en último término se transforma en una vía final común cada vez más utilizada para neutralizar efectivamente los sentimientos latentes de desamor por parte de sus padres.«... pienso que en el desarrollo del narcisismo normal y patológico intervienen siempre la relación del sí-mismo con representaciones objetales y objetos externos, y la lucha entre amor y agresión.»En relación a los niños y adolescentes, Kernberg20 sostiene que los que poseen un trastorno narcisista de la personalidad muestran muchas de las características patológicas encontradas en los narcisistas adultos. Presentan unas relaciones deterioradas con sus compañeros, una patología del juego y preocupaciones por su autoimagen. Suelen buscar amigos que no sean especialmente atractivos como instrumento para reforzar su autoestima comparativa, obtener atención y mantener el control.Kohut rechaza la tesis kernbergiana más que la freudiana tradicional que sostiene que la autoinvestidura narcisista procede del abandono defensivo de las vinculaciones objeto-amor posterior a un patrón crónico de frialdad o mortificación vengativa parentales. Esta concepción clásica afirma que el narcisismo es el resultado de detenciones en el desarrollo o de regresiones a puntos de fijación anteriores. Así pues, según la metapsicología analítica tradicional, el futuro narcisista regresa o no progresa a través de la secuencia evolutiva habitual caracterizada por una libido inicialmente indiferenciada, seguida del autoerotismo, el narcisismo, hasta el amor objetal. Kohut no cuestiona el contenido como tal, sino la secuencia de maduración libidinosa. Su experiencia clínica le condujo a informar que la libido narcisista primitiva posee su propia línea evolutiva y secuencia de continuidad hasta la edad adulta. No desaparece transformada en un objeto libidinoso, como teorizan los clásicos, sino que se revela en su propia serie de procesos y estructuras narcisistas maduros. En su forma saludable, por ejemplo, estos procesos pueden incluir comportamientos como el humor y la creatividad; de forma parecida y más significativa, la secuencia evolutiva narcisista sirve, en último término, para la emergencia de la estructura psíquica coherente del Sí-mismo.El tema del narcisismo, es decir, la catexia del self (Hartmann), es tan amplio e importante que resulta justificado decir que se refiere a la mitad de los contenidos de la mente humana -la otra mitad son evidentemente los objetos-. El self, de modo bastante análogo a las representaciones de objetos, es un contenido del aparato psíquico, pero no es ninguno de sus constituyentes, es decir ninguna de las instancias. No obstante, encontramos varias representaciones diversas del self -a menudo contradictorias- no sólo en el ello, yo y el superyó, sino también dentro de cada una de esas instancias psíquicas.Según Kohut, la patología durante el desarrollo narcisista surge como consecuencia de errores en la integración de las dos esferas principales de la maduración, «la grandiosidad del Sí-mismo» y la «imagen idealizada de los padres».(INSERTAR CUADRO: ...\DIAZGONZ2.DOC) A diferencia de la visión analítica clásica -según la cual los conflictos eran la base de la patología- Kohut afirmaba que la mayoría de los trastornos procedían de deficiencias de la estructura del Sí-mismo. A partir de fallos en los empáticos cuidados parentales, varios aspectos del Sí-mismo resultaban frágiles y quedaban debilitados, produciendo una variedad de trastornos de la personalidad «narcisísticamente dañados». Existen unas consecuencias clínicas de las diferencias conceptuales entre Kohut y Kernberg. Este último defiende la existencia en la personalidad narcisista de una pseudodepresión. Refiere que en un examen superficial pueden parecer deprimidos pero que en un examen profundo sienten una intensa ira y un sentimiento vengativo. Sin embargo, Kohut apuesta por una verdadera depresión de carácter episódico.Forman ha resumido las características clínicas de la personalidad narcisista de Kohut en los siguientes términos: - Autosubestimación- Tendencia a presentar episodios hipocondríacos- Sentimientos de desvitalización y fases de depresión episódica.Miller23 ha hecho de forma clara una reflexiva caracterización del mundo interno de los narcisistas, que es parecido al de Andreas Salomé9 y Millon24, 25. Su punto de vista refleja también uno de los dos orígenes de la patología narcisista propuestos por Freud en uno de los primeros escritos sobre el tema.5 Al abordar el papel de la indulgencia excesiva (más que la frustración) en la infancia, Miller reconoce que las personas que se convierten en narcisistas no fueron amadas por sí mismas, sino que sirvieron para satisfacer los deseos parentales y el deseo no correspondido de la glorificación de sus padres, y no obtuvieron la aceptación emocional genuina necesaria para desarrollar un auténtico sentido del Sí-mismo. En el entorno familiar experimentaron una acusada sensación de soledad. Como consecuencia, estos niños interactúan consigo mismos de forma narcisista y pierden su capacidad de respuesta empática y su espontaneidad social, lo que debe ser compensado con fantasías de logros y aclamaciones grandiosas. No obstante, conseguir el reconocimiento público no es lo mismo que lograr el amor genuino, por lo que tales triunfos sólo aportan una pequeña aceptación del Sí-mismo y provocan que el narcisista envidie a quienes poseen una vida interna más esencial.Un aspecto vital del desarrollo del Sí-mismo es la consecución de una autoimagen internalizada e integrada. Diferentes autores se han referido desde diversos puntos de vista a estas capacidades e incapacidades de integración. Kohut describía Sí-mismos debilitados y carentes de coherencia. Kernberg se refería a escisiones en las representaciones del Sí-mismo. Erikson aludía a una difusión de la identidad y Winnicot contemplaba el falso Sí-mismo. A través de distintos postulados cada investigador de este sector ha subrayado la gran importancia de la creación de un sentido interno del Sí-mismo unificado, coherente e integrado.Bibliografía1.- Ellis, H.: Auto-erotism: a psychological study. Alienist and Neurologist. 1.933, 19: 260-299. (Original work published 1.898). 2.- Nacke, P.: Die sexuellen perversitaten in der irrenansalt. Psychiatrie en Neurologie Bladen. 1.899, 3: 14-21.3.- Sadger, J.: Analerotik und analcharakter. Die Heilkunde, 1.910, 4: 11-20.4.- Freud, S.: The interpretation of deams. Norton. New York. 1.900.5.- Freud, S.: On narcissism: an introduction. In Collected papers (Vol 4) 1.925. Hogart. London (Original work published 1.914). 6.- Freud, S.: Libidinal types. In Collected papers (Vol 5). 1.950. Hogart. London. (Original work published 1.931).7.- Forman, M.: Narcisistic personality disorders and the oedipal fixations. Annual of Psychoanalysis. International Universities Press. New York: 1.975, 3: 65-92.8.- Kohut, H.: The analysis of self. International Universities Press. New York: 1.971.9.- Andreas-Salome.: The dual orientation of narcissism. Psychoanalytic Quarterly. 1.921, 31: 1-30.10.- Waelder, R.: The psychoses, their mechanisms and accessibilty to influence. International Journal of Psychoanalysis. 1.925, 6: 259-281.11.- Reich, W.: Charakteranalyse. Sexpol Verlag. Leizpig. 1.933.12.- Reich, W.: Character analysis. Farrar, Straus and Giroux. (3rd ed.). New York. 1.949. 13.- Horney, K.: New ways in psychoanalysis. Norton. New York. 1.939.14.- Reich, A.: Pathologic forms of self-esteem regulation. Psychoanalytic Study of the Child. 1.960, 15: 215-232.15.- Jacobson, E.: The self and the object wordl. International Universities Press. New York: 1.964.16.- Rosenfeld, H. On the psychopathology of narcissim. International Journal of Psychoanalysis. 1.964, 45: 332-337.17.- Grunberger, B.: Narcissism: Psychoanalytic essays. International Universities Press. New York: 1.979.18.- Kernberg, O.: Bordeline personality organization. Journal of the American Psychoanalytic Association. 1.967. 15: 641-685.19.- Kernberg, O.: Factors in the psychoanalytic therapy of narcissistic patients. Journal of the American Psychoanalytic Association. 1.970. 18: 51-85. 20.- Kernberg, O.: Narcissistic personality disorder in childhood. The Psychiatric Clinics of North America. 1.989, 12 (3): 671-694.21.- Kohut, H.: Forms and transformations of narcissism. Journal of the American Psychoanalytic Association. 1.966. 14: 243-272.22.- Kohut, H.: The psychoanalytic treatment of narcissistic personality disorders. Psychoanalytic Study of the Child. 1.968, 23: 86-113.23.- Miller, A.: Prisoners of chilhood. Basic Books. New York. 1.981.24.- Millon, T.: Modern psychopathology. Saunders. Philadelphia. 1.969.25.- Millon, T. Davis, R.: Trastornos narcisistas de personalidad: el patrón egoista. En Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV. Barcelona. 1.998: 411-447.


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