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VARIACIONES DE LA DENSIDAD Y DE LA CONCENTRACIÓN MINERAL ÓSEA ENTRE DISTINTAS COMUNIDADES
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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hernandez.gif Autor:
Manrique Marco Hernández
Columnista Experto de SIIC



Artículos publicados por Manrique Marco Hernández 

Recepción del artículo: 17 de julio, 2001

Aprobación: 2 de agosto, 2001

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve


Resumen



Clasificación en siicsalud
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Especialidades
Principal: Pediatría
Relacionadas: Endocrinología y MetabolismoOrtopedia y TraumatologíaOsteoporosis y Osteopatías MédicasReumatología

VARIACIONES DE LA DENSIDAD Y DE LA CONCENTRACIÓN MINERAL ÓSEA ENTRE DISTINTAS COMUNIDADES

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
Resumen. Objetivo. Estudiar la densidad mineral ósea (DMO) y la concentración mineral ósea (CMO) en columna lumbar (L2 y L4) con densitometría radiológica de doble energía (DEXA) en una muestra de niños de la comunidad de Madrid; relacionar los valores obtenidos con la edad, sexo y desarrollo puberal; y comparar los valores de DMO encontrados con los publicados de otras comunidades autónomas.Material. Se seleccionaron 351 niños (184 niños y 167 niñas) al azar en nuestra consulta. El rango de edad osciló entre 6 meses y 20 años. Se agrupaparon en intervalos de un año según el sexo, y de acuerdo al desarrollo puberal.Métodos. El contenido mineral óseo fue medido con densitometría radiológica de doble energía en la columna lumbar a nivel de L2-L4 con un modelo lunar DPX-L. El análisis estadístico se realizó con el SPSS versión 6.0.1. Se obtuvieron la media y desviación estándar para cada grupo de edad estudiado, y también según los estadios de Tanner; se compararon las DMO y CMO del sexo masculino y femenino por grupos de edad; se compararon las DMO y CMO dentro de cada sexo entre un grupo de edad y el inmediatamente superior mediante análisis de la varianza; se evaluó el efecto que tiene la edad sobre la DMO y la CMO y por último, mediante técnicas de análisis multivariante, se han estimado los modelos de regresión entre la edad y la DMO, y la edad con la CMO.Resultados. La DMO muestra variaciones entre las diversas comunidades y aún en muestras diferentes de una misma comunidad, en el estudio de Carrascosa la DMO es más alta, expresada en SD score, en muchos de los grupos de edad estudiados respecto a nuestros valores y a los de Moreno y Armadá; los valores de DMO en nuestro estudio son mayores que los encontrados por Moreno y Armadá en casi todos los grupos de edad; al contrastar la DMO según los estadios de Tanner, nuestros valores fueron en general superiores a los de los otros estudios en todos los estadios; los primeros cuatro años y la adolescencia son los períodos de máximo incremento de la DMO, pero ésta también aumenta de forma oscilante en las etapas intermedias; las niñas presentan niveles más altos de DMO en los grupos de edad de 12-13 y 14-15 años, probablemente en relación con un inicio más precoz de la pubertad; y por último las rectas de regresión de la DMO frente a la edad para ambos sexos son paralelas y tienen igual punto de corte, lo que significa que son coincidentes. Igual sucede para la CMO.Conclusión. Las diferencias de DMO entre los diferentes grupos de edad de los estudios contrastados realizados en diversas comunidades muestran las limitaciones de tomar como patrón de referencia un estudio aislado de una comunidad.Palabras clave. Densidad mineral ósea, densitometría ósea de doble energía, infancia.Summary. Objective. To study the bone mineral density (DMO) and the bone mineral concentration (CMO) in lumbar spine (L2 and L4) by dual-energy x-ray absorptiometry with a lunar DPX (DEXA) in a children sample of the community of Madrid; to relate the values obtained with the age, sex and pubertal development; and to compare the values of DMO found with the publications of other autonomous communities.Material. 351 children, 184 boys and 167 girls selected at random in our environment. The age range oscillated between 6 months and 20 years. Grouped in intervals of a year according to the sex; and in accordance with the pubertal development.Methods. The bone mineral content was measured by dual-energy x-ray absorptiometry with a lunar DPX in the lumbar spine at level of L2-L4. The statistic analysis has been accomplished with the SPSS version 6.0.1. They have been obtained the average and deviation standard for each group from studied age, and also according to pubertal development; the DMO and CMO of the boys and girls have been compared by groups of age; the DMO and CMO within each sex between a group of age and the immediately superior have been compared through an analysis of the variance; the effect that the age has on the DMO and the CMO has been evaluated and finally through multivariant analysis techniques the regression models have been estimated between the age and the DMO, and the age with the CMO.Results. The DMO shows variations between the various communities and even in different samples of a same community, in Carrascosa study the DMO is highest, expressed in SD score, in many several groups of age studied with respect to our values and with the values of Moreno and Armadá\'; the values of DMO in our study are greater than the ones found by Moreno and Armadá; the first four years and the adolescence are the periods of maximum increase of the DMO, but it also increases in an oscillatory way in the intermediate stages; the girls present some highest levels of DMO in the groups of age of 12-13 and 14-15 years, probably in relationship to a most precocious beginning of the puberty; and finally the regression line of the DMO as compared to the age for both sexes are parallel and have equal court point, what means that they are coincident.Conclusion. The differences of DMO between the different groups of age of the contrasted studies, accomplished in various communities, show us the limitations of taking as reference standard an isolated study of a community.Key words. Bone mineral density, dual energy X-ray absorptiometry, infancy.Introducción.El crecimiento del esqueleto y su mineralización se inician en la vida prenatal y se continúa después en la lactancia, infancia, pubertad y adolescencia; diversos factores genéticos, nutricionales, hormonales y ambientales influyen en este proceso. El máximo contenido mineral óseo se alcanza al final de la adolescencia y después va disminuyendo gradualmente, especialmente en la mujer. Interesa conocer si se alcanza una adecuada mineralización durante la infancia, ya que los adultos con bajo contenido mineral óseo tienen mayor riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas a lo largo de su vida (1-3).El conocimiento de la mineralización en los primeros 21 años de vida es de sumo interés, y tiene importancia conocer los parámetros de normalidad de la población de nuestro entorno a fin de establecer comparaciones con otras de distintos hábitats. La latitud, el área geográfica, los hábitos de nutrición, el deporte y la raza influyen en la mineralización del esqueleto. Diversos estudios se han realizado en nuestro país, en diferentes comunidades autónomas. Así, en Cataluña (4) se realizó un estudio en 471 niños (256 niños y 215 niñas) con edades comprendidas entre 0 y 20 años; en Sevilla (5) se estudió la densidad mineral ósea en 282 niños con edades comprendidas entre 2 y 14 años; y en Madrid (6-8) se ha realizado otro en un grupo de 246 niños sanos con edades comprendidas entre 2 y 20 años. El estudio de Cataluña ha sido completado, más recientemente, estudiando con detalle la densidad mineral ósea en un grupo de niños entre 0 y 4 años (9).Recientemente se han desarrollado diversas técnicas para medir el contenido mineral óseo del esqueleto; entre ellas, la densitometría radiológica de doble energía es la que permite una mayor rapidez de exploración, es la más reproductible y precisa, y también la más segura dada la mínima exposición a radiación ionizante a que se expone al paciente. Mediante esta técnica se puede acceder al estudio de las estructuras óseas localizadas en el esqueleto axial, que contienen la mayor proporción de tejido trabecular del esqueleto como la columna lumbar y el cuello del fémur, lugares frecuentes de fractura ósea (10,11). Es el método de elección en la población pediátrica. Los estudios citados de las diversas comunidades autónomas han utilizado esta técnica. Nuestro trabajo se ha realizado con el densitómetro Lunar DPX.Los objetivos del presente trabajo han sido los siguientes: 1) estudiar la densidad mineral ósea (DMO) y la concentración mineral ósea (CMO) en la columna lumbar (L2-L4) con densitometría radiológica de doble energía (DEXA) en una muestra de población de la comunidad de Madrid; 2) relacionar estos valores con la edad, sexo, y desarrollo puberal; 3) comparar los valores de DMO y CMO encontrados con los de otras comunidades y 4) establecer modelos de regresión de la DMO y CMO según edad y sexo.Material y métodos.Material. Se ha estudiado una población de 351 niños sanos (167 niñas y 184 niños) elegidos al azar en la comunidad de Madrid. El rango de edades está comprendido entre 1 y 20 años. El peso y la talla se encontraban dentro de límites normales para la población de referencia (12). La valoración del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios se ha realizado según los criterios de Tanner. Los niños no habían tomado, al menos en el año anterior al estudio, ningún medicamento que pudiera interferir la mineralización, corticoides, vitamina D, calcio, anticonvulsionantes etc., ni tuvieron en ese tiempo ninguna enfermedad que pudiese influir en el proceso, tal como malabsorción intestinal, hepatopatía, nefropatía etc. Todos los niños recibían una dieta libre según sus hábitos y costumbres. Los padres autorizaron realizar el estudio en cada caso. Métodos. El contenido mineral óseo fue medido por densitometría radiológica de doble energía en la columna lumbar a nivel L2-L4 con un densitómetro Lunar DPX-L. Este aparato tiene una fuente de rayos X que emite un haz de fotones de 38 keV y 70 keV. La prueba dura un promedio de 5 minutos. La dosis de radiación a nivel de la piel de la columna lumbar fue inferior a 1 mrem, que representa una dosis insignificante (menos de 0.25 mrem en niños y niñas). Los sujetos fueron examinados en decúbito supino.El contenido mineral óseo fue corregido para el área de la superficie vertebral y expresado como densidad mineral ósea (DMO) en gr/cm2, y la concentración mineral ósea en gramos de hidroxiapatita. Los valores han sido agrupados según la edad y sexo en períodos de un año; también han sido agrupados según el desarrollo puberal. Los trabajos de Moreno y Armada han utilizado un densitómetro Hologic y los de Carrascosa un densitómetro Lunar DPX-L. De estos trabajos se han utilizado los datos medios de DMO y CMO por cada grupo de edad y sexo, y por estadio de Tanner y sexo. Los densitómetros Hologic y Lunar DPX-L valoran la DMO y CMO por densitometría radiológica de doble energía; si bien el sofware varía y los analistas son diferentes, partimos de la hipótesis de que los cálculos se hacen correctamente y los resultados se pueden contrastar. Aunque existe una varibilidad entre el mismo explorador en repetidas exploraciones y más entre diferentes aparatos y diferentes exploradores, asumimos para nuestro trabajo que esta es mínima.Los valores medios de DMO y CMO encontrados en nuestro trabajo en cada grupo de edad y sexo se han contrastado con los encontrados en los trabajos referidos más arriba mediante el cálculo de Z, donde Z = (media en cada uno de nuestros grupos de edad y sexo - media en cada uno de los grupos de los otros trabajos)/SD en cada uno de nuestros grupos de edad. También, se ha obtenido el valor de Z para cada estadio de Tanner contrastando nuestros valores con los encontrados en los referidos trabajos.Estadística. Se calculó la media y desviación estándar para cada grupo de edad y sexo. Se compararon las DMO y CMO del sexo masculino y femenino por grupos de edades. Se cotejaron las DMO y CMO dentro de cada sexo entre un grupo de edad y el inmediatamente superior mediante análisis de la varianza. Se evaluó el efecto que tienen la edad y el sexo sobre la DMO y CMO del grupo de estudio. Se calcularon las desviaciones estándar que se separan los datos de otros grupos de la media de nuestros datos, para cada grupo de edad y sexo. Las diferencias de los valores medios de DMO en los distintos estadios de Tanner se ha contrastado con la "t" de student; además, se han contrastado las SD score de la DMO de los diferentes estudios según los estadios de Tanner. Por último, mediante técnicas de análisis multivariante se ha estimado el modelo de regresión más adecuado por su exactitud en la estimación de la influencia de la edad sobre DMO y CMO.Resultados.En las tablas 1 y 2 se muestran los valores de DMO y CMO en niños y niñas, respectivamente, expresados los valores en gr/cm2 de hidroxiapatita para la DMO y en gr de hidroxiapatita para la CMO. Se ha calculado la media y desviación estándar para cada grupo de edad y sexo. En ambos sexos los valores de DMO se van incrementando de acuerdo con la edad cronológica y alcanzan un máximo de 1.293 gr/cm2 los niños y 1.248 gr/cm2 las niñas. La CMO sigue un incremento, también, de acuerdo con la edad cronológica y el máximo es de 52.88 gr de hidroxiapatita para los niños y 44.23 gr para las niñas. (INSERTAR TABLAS 1 Y 2)Se ha representado (figura 1) la densidad mineral ósea en forma gráfica con los valores de la media y más menos una desviación estandar para cada sexo. Se aprecia en la gráfica de las niñas una pendiente mayor entre los once y trece años respecto a la misma gráfica de los niños. El punto medio alcanzado al final es muy similar para ambos sexos, pero la dispersión es mayor en los niños en este mismo momento.(INSERTAR LA FIGURA 1)Figura 1. Densidad mineral ósea en niños y niñas, variación con relación a la edad; media expresada en gr/cm2 SD.El contraste gráfico de los valores del CMO entre ambos sexos (figura 2) muestra que ambos sexos presentan unos valores muy similares hasta los nueve, diez años; después las niñas exhiben, en general, unos valores más altos desde los doce hasta los diecisiete años, aunque al final los niños superan estos valores. (INSERTAR LA FIGURA 2)Figura 2. Contenido mineral óseo en gr de hidroxiapatita en niños y niñas.El incremento anual de la densidad mineral ósea para niños y niñas (figura 3) presenta dos períodos de máximo aumento: hasta los cuatro años el primero, y más tarde en la pubertad. El curso entre ellos es una línea quebrada que concuerda con la idea actual de que el crecimiento es un proceso oscilante, desde la regulación superior hipotalámica, pasando por la secreción de la hormona de crecimiento, hasta el órgano diana final: el cartílago de crecimiento.(INSERTAR LA FIGURA 3)Figura 3. Incremento anual de la DMO en niñas y niños.El contraste entre los valores de DMO de nuestra muestra y los de otros estudios realizados en diferentes comunidades autónomas (figura 4) muestra lo siguiente: La población en el estudio de Carrascosa y col. tiene una DMO mayor que la nuestra en todos los grupos de edad, excepto los niños entre los diez y once años, y las niñas entre dieciséis y diecisiete años que presentan una DMO media mayor en nuestro estudio. Los valores de DMO en el estudio de Carrascosa llegan a alcanzar una puntuación de 2 y 1.5 SD score por encima de nuestro del valor medio en los niños a los cuatro y catorce años de edad; en las niñas en el estudio de Carrascosa se alcanza casi 1 SD score más sobre nuestra media a los trece y catorce años, y algo menos a los quince años. La DMO en el estudio de Moreno y col. presenta en el caso de los niños unos valores Z negativos respecto a nuestra media a partir de los 5 años, y alcanzan -1.5 SD a los 10 años; en niños menores de cuatro años los valores de Z son positivos respecto a nuestra media, incluso +2 SD a los 4 años. Las niñas presentan unos valores de Z negativos respecto a nuestra media, excepto a los once años que es positiva pero prácticamente igual a cero y por debajo de dos años que tiene un valor de +3 SD. La DMO en el estudio de Armadá presenta las siguientes fluctuaciones: en el caso de los niños, el valor de Z es negativo desde los cuatro a los trece años, +0.5 SD a los catorce años y -1 SD a los dieciséis; en las niñas el valor de Z es negativo en todos los grupos de edad, excepto a los diez años que es prácticamente 0 SD, y alcanza un valor de casi -3 SD a los dieciséis años.(INSERTAR LA FIGURA 4)Figura 4. Puntuación Z de los resultados de Carrascosa (), Moreno () y Armadá () con respecto a los valores medios de nuestro estudio. El valor 0 en la línea de abscisas en un grupo de edad indicaría que la media de los diferentes trabajos coincide con la nuestra; un valor positivo de Z, que la media es superior, y un valor negativo de Z, que la media es inferior a la nuestra. Se ha estudiado el valor de la DMO de acuerdo con el desarrollo puberal (tabla 3); los niños aumentaron de forma significativa desde el estadio I al IV la DMO, pasó de un promedio de 0.745 a 1.089 gr/cm2 de hidroxiapatita; las niñas desde un valor medio de 0.722 llegaron a 1.077 gr/cm2 desde el estadio I al IV, también significativo. Al contrastar la DMO según los estadios de Tanner encontramos de nuevo diferencias, y en los estadios II, III y IV los niveles de DMO están por debajo de -1 SD score respecto de nuestra media tanto en niños como en niñas en el estudio de Armadá; y los resultados de Carrascosa están por debajo, aunque próximos a nuestra media, excepto en los niños en el estadio III que alcanzan -1.28 SD score.(INSERTAR LA TABLA 3)Se han comparado las densidades minerales óseas del sexo masculino y femenino por grupos de edad observándose los siguientes resultados: En el grupo de edad de 12 a 13 años existen diferencias (p < 0.01) entre la DMO media de los niños (0.844 gr/cm2) y de las niñas (0.954 gr/cm2). En el grupo de edad entre 14 a 15 años, también se han encontrado diferencias (p < 0.01) entre la DMO media de los niños (0.883 gr/cm2) y de las niñas (1.012 gr/cm2).Se han comparado las DMO medias dentro de cada sexo entre un grupo de edad y el inmediatamente superior mediante un análisis de la varianza. No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en niñas ni en niños.Los resultados del análisis de la regresión no dejan dudar a duda. La variable sexo no interacciona con la edad, ni tampoco constituye una variable de confusión. Además, la interacción edad codificada-sexo no es estadísticamente significativa, lo cual quiere decir que se acepta la hipótesis de que las rectas de regresión de la DMO frente a la edad para ambos sexos son paralelas y tienen igual punto de corte; esto significa que ambas son coincidentes. Por último mediante técnicas de análisis multivariante se ha estimado el modelo de regresión más adecuado por su exactitud en la estimación de la influencia de la edad sobre la DMO y por tener un mayor coeficiente de regresión ajustado. Este modelo es el siguiente:DMO = 0.383 + 0.04324xGRUPO DE EDAD - 0.04xSEXOEl paso de un grupo de edad a otro produce un incremento en la DMO media de 0,04324 gr/cm2.Se han comparado las CMO del sexo masculino y femenino por grupos de edad no encontrándose diferencias estadísticamente significativas. También se han comparado las CMO dentro de cada sexo entre un grupo de edad y el inmediatamente superior mediante un análisis de la varianza y los consiguientes contrastes a posteriori sin encontrar diferencias significativas. Las rectas de regresión de la CMO frente al grupo de edad en función del sexo, son paralelas. Además la variable sexo no es estadísticamente significativa; luego, las dos rectas tienen igual punto de corte. Por lo tanto, podemos concluir que las rectas de regresión de la CMO/grupo de edad en función del sexo son coincidentes y pueden ser expresadas como una única recta de regresión cuya ecuación y ajuste es el siguiente:CMO = -2,005 + 2,391xGrupo de edadDiscusión.El ritmo del turnover es mucho más rápido en el hueso trabecular que en el cortical. Además, el hueso trabecular parece ser más sensitivo a los cambios minerales que el cortical. Así, hemos estudiado los cambios en la mineralización ósea mediante densitometría de doble energía a nivel de la columna lumbar L2-L4, que está compuesta fundamentalmente de hueso trabecular, y se han relacionado los cambios con la edad, sexo y desarrollo puberal. El CMO obtenido fue corregido por el área de la superficie escaneada para obtener la DMO. La DMO refleja mejor los cambios en la mineralización de la matriz. La CMO se relaciona más con la talla que la DMO. Así, la DMO permite una mejor comparación de los cambios de mineralización de la matriz ósea durante la infancia hasta la edad adulta.En nuestra población pediátrica normal la DMO de la columna lumbar aumenta continuamente desde la infancia hasta la edad adulta y se correlaciona con la edad, sexo y estadio puberal. Estos datos concuerdan con los reportados previamente utilizando las mismas o diferentes tecnologías (13-16). Tomar y estudiar nuevas muestras de la población, contrastar los resultados obtenidos en diferentes comunidades y aún en la misma nos puede orientar en un momento dado de los niveles de DMO en diferentes estratos de la sociedad. Repetir los estudios pasados unos años nos informará si hay un aumento secular en las cifras de DMO. El aumento de la ingesta de calcio (17,18), el ejercicio físico, la optimización de la nutrición y del hábitat pueden disminuir la incidencia de osteoporosis y la morbililidad y mortalidad que se deriva.En el contraste con los resultados obtenidos en otros estudios de diferentes comunidades encontramos valores de DMO más elevados que los nuestros en el trabajo de Carrascosa y col. para la mayoría de grupos de edad; unos niveles de DMO más bajos que los nuestros en la mayoría de grupos de edad en el estudio de Moreno y col.; y aún en Madrid, en una muestra diferente, con grupos de edades más amplios, cuatro años, unos valores de DMO más bajos en numerosos grupos de edad. ¿Cual es el motivo Sin duda, todo influye, la dieta, el hábitat, el nivel socioeconómico e incluso factores genéticos no bien conocidos. No todos los niños precisan las mismas dosis de vitamina D3 para mantener una homeostasis normal del calcio y un desarrollo normal del crecimiento óseo.Al correlacionar la DMO con los estadios de desarrollo puberal, persisten más bajos los niveles en el estudio de Armadá en todos los estadios y también, aunque menos, en el estudio de Carrascosa. Lo que nos indica que nuestros niños al finalizar la pubertad tienen una DMO igual o incluso superior a la encontrada en el estudio de Carrascosa. De aquí la importancia de tomar en consideración no sólo la edad sino también el estadio de desarrollo puberal.Hay diferencias significativas entre los niveles de DMO medios encontrados entre los diversos estadios de Tanner tanto en niños como en niñas, a estadio más avanzado mayor DMO. Los esteroides actúan sobre receptores en las células del cartílago epifisario y del tejido óseo, estas hormonas juegan un papel muy importante en el crecimiento óseo y en la mineralización. Nuestros resultados son conformes con que el ritmo de mineralización del esqueleto durante la pubertad está relacionado con los estadios de Tanner y sugieren que bajos niveles de esteroides en los estadios de Tanner II y III pueden favorecer más el crecimiento lineal del hueso que la mineralización; y que niveles altos de esteroides observados en los estadios IV de Tanner y después pueden estar implicados principalmente en la mineralización. La terapéutica de la osteoporosis con tratamiento hormonal sustitutivo tiene en cuenta estas consideraciones (19-23), y es tema de actualidad. Aunque tras décadas de experiencia, la seguridad de la terapia hormonal sustitutiva sigue bajo sospecha. La relación de esta terapia con el cáncer de endometrio y la posible relación con el cáncer de mama y ovario hace que muchas mujeres la descarten. Últimamente, el raloxifeno, un estrógeno selectivo, con efectos agonistas en el hueso y lípidos y con efecto antagónico de los estrógenos en útero y mamas, puede prevenir los riesgos de fracturas osteoporóticas sin incrementar la incidencia de cáncer de mama, ovario y útero (24).El incremento anual de los valores de la DMO es alto durante los primeros cuatro años de vida, continúa después de una forma oscilante según evoluciona el crecimiento longitudinal, experimenta una nueva aceleración durante la pubertad y prosigue al terminar ésta con un ritmo más lento en el estadio IV de Tanner hasta alcanzar los niveles del adulto. Este pico parece que ocurre después del tirón de la velocidad de crecimiento en la pubertad. Nuestros datos concuerdan con los reportados previamente en otros estudios y muestran que la lactancia y la adolescencia son muy importantes, pero también durante las etapas preescolar y escolar hay un depósito de calcio que no debemos menospreciar. El pediatra debe controlar el crecimiento en todas estas etapas y hacer posible que el adolescente llegue con un capital de DMO adecuado para afrontar el desafío de la vida adulta. El ritmo de depósito de calcio en el esqueleto está regulado no sólo por la dieta, nutrición, deporte, hábitat y otros factores externos; la genética está intentando explicar las diferencias que se encuentran en diferentes grupos de población, los polimorfismos del receptor de la vitamina D3, las mutaciones en el gen del procolágeno tipo I, las variantes de la -2 HS glucoproteína sintetizada en el hígado con propiedades reabsortivas del hueso, y variaciones en el gen que codifica el factor de crecimiento pueden contribuir a explicar en un futuro las diferencias y predisposición de la población para desarrollar osteoporosis (25).Nuestro trabajo presenta un pequeño número de casos de niños de 3 meses a un año y de 16-17 años en adelante. Por debajo de un año hemos tenido problemas para realizar la densitometría porque los lactantes no se estaban quietos y no hemos querido sedarlos, y por encima de dieciséis años tenemos pocos pacientes en nuestra consulta. En el caso de las niñas menores de tres años y en los grupos de 16-17, 18-19 y 19-20 años hemos tenido problemas similares. Conclusiones. La DMO presenta variaciones entre las diversas comunidades y aún en muestras diferentes de una misma comunidad; en el estudio de Carrascosa la DMO es más alta, expresada en SD score, en muchos de los grupos de edad estudiados, respecto de nuestros valores y los de Moreno y Armadá. Los valores de DMO en nuestro estudio son mayores que los encontrados por Moreno y Armadá en la mayoría de los grupos etarios. Al tomar en consideración los estadios de Tanner, nuestros valores están por encima de los resultados de Carrascosa y Armadá. Los primeros 4 años y la adolescencia son los períodos de máximo incremento de la DMO, pero también aumenta de forma oscilante en las etapas intermedias. Las niñas presentan niveles más altos de DMO en los grupos de edad de 12-13 y 14-15 respecto de los niños, probablemente en relación con un inicio más precoz de la pubertad. Las rectas de regresión de la DMO frente a la edad para ambos sexos son paralelas y tienen igual punto de corte, lo que significa que son coincidentes. Igual sucede para la CMO.Bibliografía.1. Carrascosa A, Yeste D, Gussinyé M. Osteopenia. En tratado de Endocrinología Pediátrica y de la Adolescencia. En Argente J, Carrascosa A, Gracia R, Rodriguez Hierro F (Eds). Edimsa. Madrid 1996, pp 577-593.2. Carrascosa A, Gussinyé M, Yeste D, del tio L, Audi L. Bone mass acquisition during infancy, childhood and adolescent. Acta Paediatr 1995; Suppl 411:18-23.3. Ribot C, Tremollieres, Pouilles JM. Late consequences of a low peak bone mass. 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