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ESTRÉS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SUS MANIFESTACIONES PSICOSOMÁTICAS
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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Autor:
Mónica Teresa González-Ramírez
Columnista Experta de SIIC

Institución:
Universidad Autónoma de Nuevo León

Artículos publicados por Mónica Teresa González-Ramírez 

Recepción del artículo: 4 de julio, 2011

Aprobación: 3 de noviembre, 2011

Primera edición: 7 de junio, 2021

Segunda edición, ampliada y corregida 7 de junio, 2021

Conclusión breve


Resumen

Los objetivos de la presente investigación fueron: 1) evaluar las diferencias en el nivel de estrés y el puntaje de síntomas psicosomáticos entre hombres y mujeres; 2) identificar los síntomas informados con mayor frecuencia en la categoría más alta de síntomas psicosomáticos, 3) evaluar las diferencias en el nivel de estrés entre las cuatro categorías de gravedad de síntomas psicosomáticos y 4) comparar los niveles de estrés de los estudiantes universitarios con los puntajes informados en otras poblaciones. Para alcanzar estos objetivos se evaluaron 200 estudiantes universitarios, 50% hombres y 50% mujeres. Los resultados reflejan diferencias entre ambos sexos, el síntoma más manifestado es el de cansancio y mayores niveles de estrés en la categoría más alta de gravedad de síntomas psicosomáticos. Asimismo, se presenta un análisis crítico acerca de los niveles de estrés informados por estudiantes universitarios en diferentes muestras, así como su comparación con los niveles de estrés de otras poblaciones.

Palabras clave
estrés, somatización

Clasificación en siicsalud
Artículos originales> Expertos del Mundo>
página www.siicsalud.com/des/expertos.php/122904

Especialidades
Principal: Salud Mental
Relacionadas: Atención PrimariaEducación MédicaEpidemiologíaNeurología

Enviar correspondencia a:
Mónica Teresa Gonzalez Ramirez, Universidad Autónoma de Nuevo León Facultad de Psicología, 64460, México

Stress in University Students and Psychosomatic Symptoms

Abstract
The aims of this paper were: 1) to evaluate the differences in stress levels and psychosomatic symptoms between men and women, 2) to identify which symptoms were the most reported within the highest category of psychosomatic symptoms, 3) to evaluate differences in stress levels among the four categories of psychosomatic symptoms, and 4) to compare the stress level of university students with the levels reported in other studies. To achieve these aims, 200 students were evaluated, 50% women and 50% men. The results showed differences between men and women, the most reported symptom was exhaustion and maximum levels of stress were found in the highest category of psychosomatic symptoms. Furthermore, we analyzed the levels of stress reported by students in the different samples and we compared stress levels between different studies.


Key words
stress, somatization

ESTRÉS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SUS MANIFESTACIONES PSICOSOMÁTICAS

(especial para SIIC © Derechos reservados)

Artículo completo
En los últimos años, hablar de estrés es común, tanto en el ámbito científico como en la vida cotidiana. Todos en algún momento nos sentimos estresados, aunque en realidad la gente puede estar refiriéndose a cosas diferentes con la misma palabra. Algunos utilizan el término estrés para hablar de sus manifestaciones fisiológicas exclusivamente, otros para representar los eventos o situaciones a las que se enfrentan (factores estresantes). Actualmente, los modelos más difundidos para explicar el estrés son los modelos procesuales. En estos se considera que el estrés es un proceso que va desde los factores estresantes hasta las manifestaciones fisiológicas, y toman como referencia la teoría transaccional del estrés de Lazarus y Folkman.1 En esta teoría se considera que el estrés es una relación transaccional entre el individuo y su entorno, es decir, para que se desencadenen las respuestas características del estrés, el sujeto debe evaluar la situación (factores estresantes) como desbordante de sus recursos o que pone en peligro su bienestar. Esta evaluación de la situación como amenaza, daño o desafió será lo que desencadene las respuestas características del estrés a nivel fisiológico y conductual.1
De los modelos procesuales para explicar el estrés, retomamos el “Modelo explicativo del estrés y los síntomas psicosomáticos” de González y Landero,2 que se basa en el modelo de Sandín.3,4 Este modelo representa que, ante situaciones generadoras de estrés (factores estresantes diarios, recientes, crónicos, o la combinación de estos), la persona puede o no percibir estrés dependiendo de la valoración que hace de sus recursos, del apoyo con que cuenta y de la situación en sí misma, evaluándola como amenazante, como un desafío o como una situación que genera daño o pérdida. La autoevaluación de los recursos se refiere principalmente a la autoestima y la autoeficacia, específicamente la autoeficacia para hacer frente a la situación de estrés. Además, se considera que las variables sociodemográficas pueden ser un factor relacionado con el estrés percibido y con los síntomas psicosomáticos. Una vez que la persona percibe algún nivel de estrés se pueden presentar respuestas a nivel emocional, conductual y fisiológico, incluyendo en las respuestas fisiológicas los síntomas tales como dolor de estómago, de espalda, de brazos, de piernas, de cabeza, de pecho, vértigos, falta de aire, estreñimiento, indigestión, etc.2 El modelo puede observarse en la Figura 1.
En dicho modelo, las respuestas fisiológicas se denominan síntomas psicosomáticos. Cabe aclarar que existe una falta de acuerdo en los términos psicosomático y somatización. En términos generales, en medicina se suele denominar somatizadores a aquellas personas que sufren molestias físicas, pero ni la exploración médica ni las pruebas complementarias detectan alteraciones significativas que justifiquen las molestias; estos sujetos creen tener una enfermedad física importante; acuden repetidamente a consultas médicas en busca de ayuda y, pese a la información que se les brinda, están convencidos de que tienen un problema de salud.5







Ambos conceptos (somatización y psicosomático) hacen referencia a una relación entre lo psíquico y lo físico, desde diferentes puntos de vista.6 Para diferenciarlos, partimos de que cuando el diagnóstico médico no proporciona justificación de los síntomas se debe hablar de somatización6 o síntomas médicamente inexplicables,7 mientras que en los casos en los que los síntomas forman parte de una dolencia física y existen factores psicológicos que puedan vincularse con su aparición, mantenimiento o agravamiento se habla de trastornos psicosomáticos6 o de factores psicológicos que afectan la condición médica.8 Por ello, un mismo síntoma somático puede ser médicamente explicable o inexplicable, lo cual dependerá del contexto en el que se presente.

Es así que para el diagnóstico de somatización se requiere descartar otras causas, como cardíacas, gastrointestinales, enfermedades neurológicas, entre otras.9 En los trastornos psicosomáticos en cambio, existe una dolencia física junto con la posibilidad de que factores psicológicos puedan vincularse con su aparición, mantenimiento o agravamiento.2
En cuanto a las diferencias por sexo, se ha encontrado que las mujeres informan mayor cantidad, gravedad, o ambas situaciones, en los síntomas psicosomáticos10,11 y niveles de estrés más altos.10,12-14 Existen estudios como el de Tapia y col.15 en el que los hombres informan mayores niveles de estrés; sin embargo, la diferencia no es significativa.

Los estudiantes universitarios suelen informar estrés y síntomas psicosomáticos.12 En el caso de los estudiantes universitarios, se ha documentado que sus niveles de estrés pueden ser cercanos a los de otras poblaciones, como los enfermos crónicos;16 asimismo, se debe considerar que los universitarios son una población particular, que está expuesta a factores estresantes y a sus efectos, y no sólo un grupo de estudio fácilmente accesible, por lo que se requiere continuar la investigación del estrés y los síntomas psicosomáticos en esta población.17
Es por lo anterior que los objetivos del presente estudio fueron: evaluar las diferencias en el nivel de estrés y el puntaje de síntomas psicosomáticos entre hombres y mujeres; identificar los síntomas informados con mayor frecuencia en la categoría más alta de síntomas psicosomáticos; evaluar las diferencias en el nivel de estrés entre las cuatro categorías de gravedad de síntomas psicosomáticos, y comparar los niveles de estrés de los estudiantes universitarios con los puntajes notificados en otras poblaciones.


Método

Se contó con datos de 100 hombres y 100 mujeres, con una edad promedio de 21.01 años (desviación estándar [DE] = 3.43). El 94.5% eran solteros y todos estudiantes universitarios que participaron de forma voluntaria en la investigación.
Los instrumentos para el estudio fueron:
a) Síntomas somáticos: se utilizó el cuestionario sobre la salud del paciente (Patient Health Questionnaire [PHQ]), diseñado para medir la intensidad o gravedad de los síntomas somáticos por medio de 15 ítems, con una congruencia interna satisfactoria (coeficiente a ?de Cronbach = 0.80).18
b) Estrés: se utilizó la Escala de Estrés Percibido (PSS, por sus siglas en inglés) de 14 ítems,19 en la versión adaptada culturalmente a México,16 que presentó una congruencia interna adecuada (coeficiente a ?de Cronbach = 0.83).
Para el análisis estadístico se trabajó con pruebas paramétricas debido a que la variable estrés se ajustó a una distribución normal (ZK-S = 0.046; p = 0.200). Se utilizó la prueba de correlación de Pearson para evaluar la relación entre estrés y síntomas, y la prueba de la t de Student para la comparación entre hombres y mujeres. Para la comparación de los cuatro grupos de gravedad de síntomas psicosomáticos se empleó ANOVA, utilizando el ajuste de Bonferroni para el análisis post hoc, debido a que se encontró homogeneidad de varianzas entre los grupos. Por último, para comparar los niveles de estrés de los estudiantes universitarios con los informados en otros trabajos se estimó la media de los promedios de estrés obtenidos en las investigaciones citadas, y posteriormente se transformaron a puntajes Z las medias de la PSS de dichos estudios para realizar la comparación.



Resultados

Las variables estrés y síntomas psicosomáticos correlacionaron de forma significativa (r = 0.481; p = 0.001). Sin embargo, sus puntajes no son equivalentes entre hombres y mujeres. Al realizar la prueba de diferencia de grupos, se encontró que las medias eran significativamente más altas en las mujeres que en los hombres y mujeres, tanto en estrés (t = -2.947; p = 0.004) como en síntomas psicosomáticos (t = -2.929; p = 0.004) (Tabla 1).

Estas diferencias también se notaron en el tipo de síntomas más notificados.






En el caso de los hombres, los síntomas informados en la categoría más alta (más de la mitad de los días) fueron sentirse cansado o con poca energía (24% de los participantes) y dificultades para dormir (20% de los participantes).

En el caso de las mujeres, el síntoma sentirse cansado o con poca energía fue el notificado por mayor número de participantes en la categoría más alta (30% de las participantes), las dificultades para dormir, sólo fueron informadas por el 12% de las mujeres en más de la mitad de los días, mientras que los síntomas relacionados con el sistema digestivo (estreñimiento, movimientos intestinales o diarrea) fue informado en la categoría de “muchas molestias” por el 15% de las mujeres y sólo el 3% de los hombres.

Al dividir la muestra con base en las categorías de gravedad de síntomas (Tabla 2), se encontró una diferencia significativa al comparar el nivel de estrés entre las cuatro categorías de gravedad de síntomas psicosomáticos. El análisis se realizó separando hombres (F = 9.823; p = 0.001) y mujeres (F = 7.866; p = 0.001), por no tratarse de grupos equivalentes, de acuerdo con los resultados de la prueba t presentados previamente.
Para el análisis post hoc se utilizó el ajuste de Bonferroni debido a que se encontró homogeneidad de varianzas entre los grupos. Tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, las diferencias se encuentran entre el grupo de gravedad mínima y el resto de los grupos (p < 0.05).






Por último, se presenta en la Tabla 3 la comparación de las medias de estrés entre la muestra de este estudio y otras poblaciones que fueron evaluadas con la PSS utilizada en la presente investigación. Se incluyen 15 trabajos de diferentes países y poblaciones para realizar esta comparación. Las medias de la PSS oscilan entre 19.5 y 30.3, el promedio de estos puntajes fue de 24.39 (DE = 2.95), la media del estudio con personas con fibromialgia20 se aleja 2 DE de esta media obtenida de todos los estudios, lo que representa el valor más alto. A una DE se encuentran los puntajes de los estudiantes universitarios de Japón,21 de las personas con adicción a sustancias14 y de los pacientes mexicanos con cardiopatía (esta última investigación22 se trata de un estudio de intervención, razón por la cual sólo se incluyeron 9 participantes). Asimismo, es de resaltar que el puntaje más bajo, que se aleja más de una DE de esta media estimada de los puntajes de la PSS en diferentes poblaciones, corresponde al estudio en el que se evaluó el estrés en personas que tenían perros como mascotas.23







Discusión

Para el presente estudio se plantearon cuatro objetivos. Para los primeros tres de ellos se esperaban los resultados encontrados, los cuales son congruentes con los de trabajos de la misma línea de investigación. En primer lugar, las diferencias entre hombres y mujeres en ambas variables, estrés y síntomas psicosomáticos, han sido ampliamente documentadas;10-14 en este caso, se toman como punto de partida para el siguiente análisis, en el cual sabemos que el grupo de hombres no es equivalente al grupo de mujeres y que, por lo tanto, para identificar los síntomas informados con mayor frecuencia en la categoría más alta de síntomas psicosomáticos se debe considerar a cada grupo de forma independiente.

Tanto para hombres como para mujeres el síntoma sentirse cansado o con poca energía es el más informado. Una diferencia importante es que los síntomas relacionados con el sistema digestivo son más comunicados por mujeres que por hombres y que ningún otro síntoma físico (por ejemplo, dolores en diferentes partes del cuerpo) fueron informados por los hombres en un porcentaje tan alto como dificultades para dormir o sentirse cansado, que son los dos ítems considerados en el PHQ como síntomas de depresión.18
Al evaluar las diferencias en el nivel de estrés entre las cuatro categorías de gravedad de síntomas psicosomáticos, se debe mencionar la limitación del tamaño de cada grupo. En el grupo de gravedad alta solamente se ubicaron 2 hombres y 8 mujeres, mientras que en los grupos de gravedad mínima y baja se verificó el mayor porcentaje de participantes. Sin embargo, al encontrarse homogeneidad de varianzas entre los grupos, los resultados son aceptables. Tal como se esperaba, existe una diferencia significativa entre los niveles de estrés de la categoría de gravedad mínima de estrés y el resto de los grupos.
Al tomar como referencia la media de estrés de los grupos de gravedad media y alta en el caso de las mujeres (28.3 y 28.6, respectivamente) y de los varones del grupo de gravedad alta (media = 30.5), podemos observar que se acercan al puntaje máximo encontrado en los estudios de comparación listados en la Tabla 3. Es el caso de personas con fibromialgia,20 cuya media de estrés llega a 30.3 y se alejan 2 DE de la media estimada para los puntajes de estrés informados en la Tabla 3.

Asimismo, la media de los grupos de gravedad mínima de síntomas, tanto en el grupo de hombres (media = 16.8) como en el grupo de mujeres (media = 18.6), se aleja más de una DE de la media estimada para los valores de la Tabla 3 (media = 24.4) y está por debajo del valor mínimo informado en dicha tabla, que corresponde a las personas que tienen un perro como mascota,23 cuyo promedio de estrés fue 19.5, el cual se encuentra a -1.659 DE de la media de los valores incluidos en la tabla mencionada.
Por último, al comparar los niveles de estrés con los de estudiantes universitarios de otros países, podemos observar que son cercanos a los de los residentes de cardiología de Argentina.25 Pero más bajos que los de estudiantes universitarios de Estados Unidos,19 Chile15 y Japón.21 La comparación con los datos del trabajo de Chile debe interpretarse con cautela ya que se trata de personas adultas, de mayor edad que los estudiantes universitarios promedio de los otros estudios. Sin embargo, llama la atención que los estudiantes universitarios de Japón informen niveles de estrés tan altos como los de pacientes con cardiopatías, próximos a recibir un taller de abordaje del estrés,22 y cercanos a los de personas con diagnóstico de fibromialgia.20 Esto podría explicarse, ya que se trata de una muestra exclusivamente de mujeres; sin embargo, resulta de interés plantear como una línea futura de investigación la comparación de los niveles de estrés entre las culturas oriental y occidental, controlando variables como edad, sexo, nivel educativo y estado civil.
Los resultados presentados deben ser tomados con cautela, ya que las comparaciones efectuadas no son entre muestras representativas de las poblaciones o países mencionados. Se trata de una primera aproximación a este tipo de comparaciones, considerando la ventaja de que la PSS es uno de los instrumentos más utilizados para evaluar el estrés percibido14 y que se cuenta con adaptaciones en una gran cantidad de idiomas.


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