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La integración de América Latina se está tramitando: quedan por delante años de negociaciones políticas. Detrás, los acontecimientos históricos de una Gran Patria que, pese a la fragmentación, demostró su personalidad y objetivos unitarios en actos de buena parte de sus pobladores.
Al convocar a iberoamericanos expertos en temas de salud. Persigue SIIC la construcción de un organismo que ofrezca la posibilidad de vincular -desde sus tareas individuales y locales -el disperso conocimiento hispano-Iusoparlante. Los miembros de SIIC componen una extensa lista de hombres de ciencia latinoamericanos y españoles que respondieron a la convocatoria que en distintos momentos les efectuó la entidad.
Las obras de SIIC expresan este conjunto de voluntades; reflejan la integración científica iberoamericana, programada desde un organismo independiente, autónomo en sus decisiones. De no haber sido concebida así, la tarea se habría limitado a las fronteras de uno de los países: ¿Argentina, Brasil, España, México? Pequeñas porciones de una gigantesca región deteriorada por la partición; circunscripto y, por lo tanto, también pequeño habría sido el resultado final.
Si la unificación es posible, hurguemos en las razones que la generan: problemas, virtudes y rasgos comunes -así como diferencias- son causas suficientes para sellar el reencuentro. Es necesario reconocer que todo aquello que se une a su vez se separa, se distingue de quién y de qué no forma parte; los rasgos distintivos deben ser preservados.
La ciencia y sus protagonistas juegan un papel determinante. En el campo de la salud, preservar y perfeccionar los resultados que contribuyen al reencuentro son causas dignas de ser esgrimidas por las personalidades políticas y científicas de cada país. Es menester proteger la "productividad e inteligencia nacional de la región».
Rendimos homenaje a los médicos, profesionales de diversas disciplinas e instituciones privadas o públicas que fomentaron y acompañan el proyecto de integración regional. Merecen el reconocimiento de los funcionarios que, desde el poder, deben dar forma administrativa y productiva a este objetivo, por el que pocos transitan con experiencia y programas concretos para la integración.
Hace una década se descorrió el telón de hierro; el escenario de la Patria Grande siempre existió.